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Todo el pueblo estaba revolucionado. Y cuando digo todo es todo.
Los artesanos preparaban las mesas con bonitos manteles y tiendas para poder pasar aquella tarde atentos al público.
Pasteleros vendían sus más ricos postres y bailarines comenzaban a danzar en el núcleo de la plaza, terminando de adornar los mástiles, paredes y estatuas con flores de papel.
Era ese el día donde volvían a vestir aquellas ropas tradicionales, donde la música alegraba cada esquina y los niños jugaban entre ellos.
El carnaval estaba a punto de comenzar y parecía estar todo bajo control.
Salvo una pequeña cosita..
--- ¡No encuentro mí corona! - Jiyu abrió las puertas del despacho del rey, siendo seguida por algunas mucamas que ayudaban a buscarla.
Su cabello aún no estaba arreglado y no lo estaría hasta encontrar la corona. ¡Era lo más importante en todo su atuendo!
Hyuck dejó de escribir la carta a los reyes vecinos para invitarlos a visitar el pueblo y conocer la alegría del carnaval, para ayudar a su desesperada reina.
Ella buscaba en los cajones y repisas, las mucamas acomodaban apenas ella se alejaba.
--- Jiyu, Jiyu, oye..- le detuvo, tomando sus hombros y sonreía - tranquila, respira, bestia..
--- pe-pero...- Donghyuck acomodó su índice sobre los labios de ajenos y no le quedó de otra que cerrar la boca - tu madre ya está lista, solo faltamos nosotros..mejor dicho: ¡Solo falto yo y voy a tardar!
El rey tomó las mejillas de Jiyu y les hizo una seña a las chicas, pidiéndole que los dejaran solos.
Con cuidado y delicadeza, se acercó hasta poder chocar sus labios, dejando un cálido y pequeño beso.
--- tengo que enviar esa invitación y terminar de vestirme. - comenzó susurrando - tú, vas a peinarte, prepararte y cuando estés lista, prometo que la corona estará esperándote, ¿Bien?
La despeinada pelinegra suspiró resignada y le alejó, teniendo a sus ayudantes caminando detrás.
Después de todo, Donghyuck tardaba en arreglarse y tendría el tiempo suficiente. Además, era seguro que le pediría a todos buscar la corona de su olvidadiza reina.
¡Solo olvidó una vez ponerla en su lugar y ahora no la encontraba! ¿Cómo va a perder una corona tan importante?
--- ¡De nada, amor! - gritó Hyuck al no recibir ninguna palabra.
Johnny estaba apenas entrando al despacho con su hijo siguiéndole cerca, Donghyuck finalmente envío la invitación con ayuda de su hermano y los tres fueron a cambiarse para el primer día de carnaval en el reino.
Era algo casual y muy divertido, no podías ir muy pulcros..menos sabiendo lo juguetón que era y es el rey.
Donghyuck podía tener veintitrés años, pero seguiría siendo igual de tonto y Johnny no se quedaba atrás, Sungchan mucho menos, los tres desaparecerían después de la apertura oficial.
--- ¿Listo? - John asomó su cabeza, viendo a su hermano mirar con curiosidad por la ventana - vé por tu chica, yo voy por la mía y nos vemos en el Living.
No hizo falta buscar a Jiyu en su cuarto, las chicas le avisaron que estaba esperando en la sala y allí la encontró.
Con disimulo, un empleado le alcanzó la corona de Jiyu, Hyuck la escondió detrás de su espalda y fue donde la pelinegra.
--- no puedo creerlo, en serio..- comenzó a rezongar, luciendo tierna para él - ¡No la encuentro! Nadie la encontró, Hyuck..
Desde la coronación, se acostumbro a una Jiyu más principesca, con vestidos bonitos y faldas de diseñador, zapatos de tacón y peinados asombrosos que serían dignos de una portada de revista.
Pero le gustaba a su manera. Con unas trenzas y zapatillas de toda la vida, un pantalón que llegaba a su pantorrilla de color beige y una musculosa blanca.
Ambos sabían que no era un evento tan importante como una inauguración, apertura de algún centro o el comunicado de nuevas leyes, no, no.
Irían a divertirse un rato.
--- Uhm..- apretó su mejilla con cuidado, sacándole una queja - Jiyu, te ves bonita.
--- algo tienes planeado, Donghyuck..- le señaló con su indice y sus ojos entrecerrados. Era obvio que algo tramaba - no estoy para tus juegos, ¿Oíste? Esto es serio, llegaremos tarde y..
La corona apareció, Donghyuck sonreía en su dirección mientras la sacudía y evitaba reír por el rostro de Jiyu.
Sus ojitos bien abiertos y sorprendida, de alguna u otra forma y pese a las bromas que solía hacer el rey, de que la corona esté con Hyuck.
Intentó tomarla, pero la alejó.
--- primero, quiero un beso...- señaló su cachete izquierdo - aquí.
El rostro de Jiyu cambio, viéndose sería y con pocas pulgas.
--- Donghyuck...
--- entonces nos iremos sin tu corona. - se encogió de hombros, dándosela al empelado - guardala hasta nuevo aviso, por favor.
--- ¡Ah! - tomó el brazo de Donghyuck, deteniendolo - ¡Eres insoportable!
--- no me saludaste hoy en la mañana. - abultó sus labios.
--- ¡Si lo hice! - bufó - ¡No mientas!
--- "buenos días, muero de hambre" ¿Eso es un saludo ahora tí? - parecía auténticamente ofendido, realmente ofendido. - me dejaste tirado en la cama, como un peluche olvidado, cómo un envoltorio de caramelo. ¡Me dejaste solo y fuiste a comer pancakes sin mí!
Jiyu extendió su mano, pidiendo en silencio el objeto de la discordia.
--- beso.
Donghyuck señalaba su mejilla, mostrando esta mientras alzaba lo más alto posible la corona para dejarla fuera de su alcance.
Pero olvidó que su novia, ahora prometida, no iba a darse por vencida y soltó un pequeño grito cuando Jiyu le hizo cosquillas bajo el brazo.
La corona con piedras rojas estaba ahora en poder de la pelinegra, pero aún así la libertad se acabó cuando Donghyuck la atrapó entre sus brazos y cayeron al sofá sin cuidado alguno.
--- bobo.
--- boba tú.
--- mentiroso.
--- licenciada en el abandono de personas.
--- infantil.
--- vieja.
--- ¿¡Vieja!? - Hyuck sonrió inocente - ¿¡Me dijiste vieja!?
--- eres la jubilada más linda de todo el reino, Jiyu-ah..
Johnny, su madre, Jennie y Sungchan prefirieron ir directamente al auto y esperarlos en el lugar, tenían ahora rato y sería en vano intentar interrumpirlos.
--- señor..- le llamó una mucama - se hace tarde..
--- ¿Oíste eso Donghyuck? - Jiyu intentó empujarlo - llegamos tarde por tu culpa.
--- nos hubiésemos ahorrado todo esto si alguien me daba un beso.
Finalmente le dejó libre, acomodando sus prendas y Donghyuck arreglando la corona que su asistente le dio.
--- vamos. - extendió su mano, pero Jiyu paso de largo en el camino y con sus brazos cruzados - ¡Hey!
--- llegamos tarde, no es momento de tus intentos de caminata de alfombra roja y fotografías para revistas imaginarias, su alteza.
Abrieron las puertas del auto y entraron, Donghyuck se apresuró a subir y cerró.
--- dime que no te enojaste de verdad...- preguntó en un pequeño susurró - era un juego, Jiyu..
--- no quiero hablar..- se acomodó mejor, mirando por la ventana las calles del pueblo llenas de colores - toda la mañana preocupada y resulta que tú la tienes, uhg..
Donghyuck aprovechó los pequeños momentos que les quedaban para abrazarla y besar su mejilla, pidiendo su perdón entre beso y beso.
--- no te quiero con cara de perro malo, Jiyu..
--- ahora soy un perro malo.
--- uno muy lindo, por cierto. - recalcó antes de volver a besarla - ¿Una sonrisita?
Con sus índices, picó las costillas de Jiyu, dándole cosquillas y dibujando una minúscula sonrisa que permaneció después de besar sus labios por última vez.
--- ahora, mí reina, vamos a disfrutar.
👑
--- contamos con la presencia de la familia real. - el presentador le pasó el micrófono al rey - a continuación, el rey Donghyuck dándole comienzo al carnaval.
El calor era insoportable, y por eso los niños estaban preparados para comenzar la guerra de agua y Hyuck no les quitaría más el tiempo.
--- sean cuidadosos, no se golpeen mucho y respeten si alguien no juega. - carcajeó cuando unos niños comenzaron a preparar las bombas de agua - lejos del escenario y todo aquello que tenga electricidad, niños: por favor, sean cuidadosos y jueguen en el espacio preparado para ello.
Todos estaban en así posiciones cuando finalmente comenzó.
Hyuck entregó el micrófono y estaba saludando a algunos campesinos cuando un balde de agua helada cayó sobre él.
Un fotógrafo capturó aquello y todo se volvió un silencio sepulcral.
La risa de Jiyu saco a todos de tu transe y pronto comenzó a correr cuando vio el destello de maldad en los ojos del rey.
El césped estaba completamente mojado y los niños atacaban sin piedad alguna a todo aquel que no fuese de su equipo.
--- ¡Es la reina! - gritó una pequeña - ¡No tiren!
Siguió su escape hacia el centro, sorprendiendo a los vendedores que estaban ofreciendo sus trabajos en sus tiendas y vieron a la reina corriendo de algo que aún no llegaban a ver.
Encontró a Somi comiendo un rico pastelito y a Felix regalando pulseritas y pañuelos del color de la bandera del reino, ambos se asustaron cuando Jiyu llegó y se escondió con ella detrás de la fuente.
--- Jiyu, ¿estás loca o que? - Somi reía a carcajadas - ¿Que te pasa?
Felix lo intento, Felix les alertó pero fue demasiado tarde.
Donghyuck logró tomar a Jiyu y tirarse a la fuente, mojando gran parte del suelo y algunos zapatos.
Él fue el primero en salir, riendo cuando Jiyu después salió, pero dejó de reír en cuanto ella escupió el agua que contenía en sus mejillas.
El rey limpió su rostro, abriendo sus ojos y encontrándose con Jiyu y su cabello todo despeinado.
--- ¿E-Estás bien..? - atinó a preguntar mientras se acercaba a revisar - ¿Te golpeaste? Ay, Jiyu, lo siento...
Pero ella solo miraba la cabeza de Donghyuck. Tenía el pastelito de Somi en el cabello.
Su corazón se aceleró como idiota en cuando la risa de Jiyu volvió a escucharse, contagiando a todos y aliviando el momento.
--- ¿Linda corona, eh? - acarició sus mejillas, sonriendo divertida - chocolate y frutilla, me gusta..
--- es una nueva receta.
Fue lo último que dijo antes de sellar la tregua con un beso que si fue portada de varios diarios y revistas.
FIN.
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