
11
Era complicado para Jiyu estar fijandose en cosas que realmente no le importaban o gustaban.
Eran vestidos extravagantes, cómo si saliesen de una maldita película de princesas.
¡Y eso le molestaba!
No quería parecer un cupcake rosado con chispas de colores.
Prefería usar su ropa, tal vez alguna falda larga si era necesario. Pero no quería, por nada del mundo, utilizar ese tipo de vestimenta.
Hyuck estaba hablando con el chófer, pidiéndole que se detenga en una estación de servicio, estarían prontos a llegar a una.
Cuando volteó, Jiyu estaba deslizando con aburrimiento las imágenes.
---- ¿Cómo vá? - se atrevió a interrumpir su ardua tarea.
---- son feos.
---- hm...- se acercó, mirando la pantalla con ella - ¿Que tienes en mente?
---- galletas.
El príncipe suspiró, fingiendo molestia.
---- de vestidos, no comida.
---- ah..- le entregó el celular - no lo sé. No sé de estas cosas.
---- ¿Nunca usaste vestidos? - chequeó algunos más -
---- para mi cumpleaños número tres. - se acomodó en el asiento - fue la última vez que use alguno similar.
---- entonces..- presionó la barra de búsqueda - ¿Prefieres algo casual o más elegante?
Toda la situación ponía nerviosa a Jiyu. No le gustaba mucho no poder realizar algo.
Ahora no le molestaba estar con Donghyuck, el problema era el maldito vestido.
---- no lo sé...- susurró bien bajito, tratando de relajarse - veré allá.
El príncipe mordió su labio inferior, sacando pedacitos de piel. No iba a presionarla, entendía que podía ser algo agobiante, así que solo asintió de acuerdo y pararon en esa estación de servicio.
---- vamos, te compraré algo. - abrió la puerta, saliendo él primero -
Jiyu suspiró y le siguió el paso, preparandose mentalmente para lo que podía suceder.
El auto real no era muy disimulado. Tenía unas banderitas arriba del capó, también una patente distinta y, por lo costoso que se veía, era lógico que sería de alguien importante.
El príncipe estaba esperándola, mientras aseguraba la hora en su teléfono.
Él tampoco se vestía muy formal. No había prestado mucha atención a eso.
Traía una camisa blanca dentro de unos jeans azules, algunos botones desabrochados y unas zapatillas básicas.
Entraron a la pequeña tienda y Hyuck se apegó a ella.
---- iré un segundo al baño, elige lo que quieras. - murmuró cerca de su oído, para después alejarse -
Jiyu miró las heladeras y fue caminando hacia ellas. Decidió tomar una botella de jugo de manzana y siguió por la sección de dulces.
No había desayunado y sabía que debía hacerlo. Pero ese chocolate de paquete rojo, estaba haciéndole ojitos.
No pudo evitarlo y también lo agarró. Se eligió por un paquete de gomitas y otro de pastillitas dulces, para sus hermanos.
Cuando se encaminaba a la caja, Donghyuck apareció y le miró con una diminuta sonrisa.
---- ¿Eso vas a desayunar?
---- e-eh..- miró nuevamente los productos - sí.
---- ugh, niña..- carcajeó - ¿Te gusta el café?
---- no.
---- entonces un té. - miró a la chica de la caja, regalandole una sonrisa - y un iced americano.
La muchacha rápidamente se puso a trabajar, pidiendo cinco minutos para finalizar.
Mientras Jiyu intentaba darle a entender a Hyuck que estaba bien con el chocolate, el príncipe iba caminando frente a ella, buscando unas medialunas.
Volteó a mirarla sobre su hombro, encontrandose con Jiyu y su ceño fruncido.
---- ¿Uhm? - alzó sus cejas, pidiéndole que repita -
---- estoy bien así, no quiero té.
---- te desmayas y apareces en mi auto, ¿Crees que eso no dañará mi imagen? - tomó un paquete de seis - ¿Te gustan?
La pelinegra suspiró rendida y caminó a la caja, sacando su billetera y pidiendo el total.
Donghyuck corrió hasta ella, dejando las medialunas en la mesa y tomándola de la cintura, con su otra mano sujetando la muñeca ajena. Impidiéndole dar el dinero y volviendo a sonreír hacia la trabajadora.
---- pagaré con tarjeta.
La chica juraba que no comería de esas ricas medialunas que su "novio" había comprado.
---- tu estómago está rugiendo, come. - rezongó Lee - deja de ser tan caprichosa. ¡Solo pagué!
---- tengo mi propio dinero.
El moreno estaba mordiendo un trozo de aquella factura — ese dinero es mío y yo te lo doy. Sigue siendo mío.
---- ya no es tuyo, es mío. - contestó molesta - yo lo gasto en lo que yo quiera.
---- ¡Bien! Es tu dinero, ¿Y que? - le dió un sorbo al café - ¿Que con eso?
Aunque Jiyu rezó a todos los santos que Hyuck se haya dado cuenta de su nerviosismo cuando se acercaba de esa manera, parece que nadie la escuchó.
Si algo no tenía Donghyuck, era avergüenza. Ese maldito niñato usaría todo en tu contra para pararte donde él quería que estuvieses parada.
---- no me gustó que compraras más cosas solo porque sí. - confesó con su mismo tono de voz, desafiante - además, desde un principio es mí dinero. Mi familia paga por los servicios y parte de esas ganancias van a tu familia, así que...cierra el hocico.
Y bueno..Jiyu solía defenderse de manera agresiva, a veces muy, cuando se veía intimidada.
Lee sonrió, manteniendo su mirada. Jugando ese tonto de juego, Jiyu y Haechan no querían perder.
¿Quien quería perder en algo así?
Ella sonrió de lado al ver esa pizca de travesura en los ojos cafés del príncipe. Jiyu tampoco se queda atrás, ambos estaban jugando por orgullo, solamente por eso.
Los orbes de Donghyuck viajaban en casa aspecto de su rostro. Notando lunares en su cara y algunas manchitas por el sol. Sus labios estaban algo rosados, cubiertos por un suave gloss protector con poquito brillo. Su perfume era neutro, cómo algodón.
Le gustaba. No le daría alergia como todos los perfumes que usaba Yeri.
O tal vez era alérgico a Yeri.
La pelinegra empujó su pecho, sonriendo victoriosa.
---- oh, vamos. Tú tienes tantas ganas de besarme..
apartó la mirada, riéndose de él. Mientras tanto, Donghyuck volteó sus ojos, sentandose algo más lejos de ella.
Pero el auto doblando algo brusco hizo que Hyuck perdiera el control de su vaso y cayera sobre ella, haciendo que el café frío mojara la musculosa y parte de su pantalón.
---- mierda..- cerró sus ojos mientras separaba la presta superior de su torso - está helado.
---- lo siento, príncipe Lee. Un auto estaba mal estacionado.
Los redonditos ojos de Haechan se abrieron sorprendidos y algo asustados. Se arrodilló en el asiento, buscando algo en la parte de atrás.
Volvió con una remera amarilla en sus manos, la extendió hacia ella.
Jiyu sacaba un cubo de hielo de entremedio de sus pechos. Robándole una risa al príncipe, quien tosió para disimular y apaciguar la mirada asesina de ella.
Podía notarla algo incómoda. La prenda se había pegado bastante a su pecho y casi podía verla temblar. Insistió, moviendo la remera frente suyo.
---- quítate esa y ponte esta. - miró hacia la ventana. - te hará frío.
---- no me cambiaré aquí.
---- los vidrios son polarizados, no pueden verte.
Volteando hacia la ventana, Hyuck le dió su espacio.
Entre murmuros, Jiyu se cambió, quitando esa musculosa y dejándola en el suelo del auto, poniendo rápidamente la remera del muchacho en ella.
Parecía un pato. Ese amarillo no le quedaba bien, definitivamente.
---- ¿Jiyu? - ladeó su cabeza, mirándola con sorpresa - ¿Jiyu? ¿Ahora eres un patito?
Amenazó con golpearle con su puño y él se protegió, riendo al cumplir su meta de molestarla.
Ya era la cuarta tienda que visitaban. Nada convencía a Jiyu.
Lo primero que ofrecían al reconocer al príncipe, eran vestidos voluminosos, grandes, pesados y largos.
Y aunque les dió una oportunidad, prefirió directamente no volver a ponerse algo así en su vida.
¡Parecía una muñeca de torta! Era simplemente espantoso.
Pasando por algunas otras tiendas, miró una remera con un gatito unicornio de estampado. A Byul le gustaría.
Se alejó de Donghyuck, entrando a esa tienda de ropa infantil, recibiendo al atención de una bonita chica.
---- buenos días, ¿En qué puedo ayudarla?
---- uh..hola. - sonrió - ¿Podría mostrarme esta remera en talle diez?
La muchacha asintió, yéndose al mostrador para buscarla.
El castaño entró también, mirando a Jiyu confundido.
---- ¿Tienes una hija y no me dijiste?
---- mi hermana, imbécil. - susurró, distrayendose con otras prendas -
---- ah..- asintió - me gusta esa.
Señaló una camiseta con una osita bailarina en el pecho.
---- es linda. - le dió la razón, tomándola - ¿Blanca o gris?
---- hmm..- tomó la otra percha - en blanca se vé más lindo el dibujo..
Jiyu le entregó esa y buscó más.
---- ¡Oh! ¡Príncipe Lee!
La pelinegra suspiró cansada. Ya era la décima vez que escuchaba eso en menos de media hora.
---- ¿Que hace por aquí?
---- ah, eso..- carcajeó nervioso - vine con mi novia a comprar ropa.
---- a-ah..¿Ella es su novia? - señaló a Jiyu - la princesa Ye..
---- Yeri no es mi novia.
Ignorando la charla, Jiyu buscó más prendas. Estaban en oferta, así que podía comprarle varias.
Un short de jean y un par de medias con muchos colores, eso sería suficiente por ahora.
Se acercó al mostrador, dejando la ropa allí y llamando la atención de Hyuck.
---- ¿Eso nada más?
---- sí, yo pago. - sonó como una orden.
---- cómo digas... - alejó las manos del mostrador, dando un paso hacia atrás -
Mientras Jiyu miraba una remera más, Hyuck le extendió su tarjeta a la cajera, recibiendo una disimulada risa de ella.
Al dar el resultado de su compra, Jiyu pagó en efectivo y le agradeció a la chica.
La misma chica que le devolvió el dinero a escondidas a Donghyuck, quien sonrió en agradecimiento y fue detrás de Jiyu.
¡Ay, por favor! No le haría mal a nadie si él paga.
Además...la ropa era linda.
---- la idea es almorzar con mi madre.
planteó mientras escribía con sus amigos por el grupo de chat.
Jiyu, vestida con una bata blanca y parada su lado, le había preguntado que harían con su madre, puesto que ella no sabía nada del plan.
Él cargaba con la bolsa de la tienda infantil, ya que ella estaba entrando y saliendo del probador.
---- supongo que algo más bien casual y simple, iría bien contigo.
---- no quiero usar tacones.
Estaban esperando a que la encargada encontrara algo bonito para ella.
---- ¿Vas a usar zapatillas? - alzó una ceja suavemente, dejando de lado su celular y mirándola con gracia - ¿Converse?
---- ¿Qué? ¿Está mal?
Al voltearse para mirarlo, casi choca con su rostro. Estaba más cerca de lo que pensó, eso en verdad la tomó por sorpresa.
El moreno no se movía, solo le miraba con atención, esperando alguna reacción por su parte.
Jiyu frunció el ceño y alzó la barbilla, insistiendo en su pregunta.
Desde ese momento en el auto, ambos estaban algo más atrevidos con poner al otro nervioso.
Lástima que para el otro, no demostraban mucho como le afectaba.
Nuevamente, jugaban solo para ver quién era más débil.
---- ¿No puedo?
Sin llegar a responder, Donghyuck tuvo que alejarse ya que la mujer encargada de esa tienda llegó haciendo ruido con sus tacones, sonriendo al entrar a la sala y mostrarles el vestido que escogió.
---- bien..podríamos probar este.
La muchacha entró al probador, dejando la bata en un ganchito en la pared y probando aquel delicado vestido.
Fueron unos pocos minutos para acomodarlo.
Frente a él, estaba Jiyu saliendo del probador y yendo al pequeño círculo de color blanco, mirándose en varios espejos.
Llevaba un vestido largo hasta la mitad de la pantorrilla de color rosa, con dibujitos de flores del mismo color y algunos puntitos blancos. Parecía que ese diseño estaba en una capa de tul, también tenía parte de los hombros cubiertos.
Se ajustaba al torso de la chica y debajo era más suelto y ganaba algunos pliegues por el volumen.
---- podrías usarlo con unos zapatos bajos, de esos chatos. - explicó, mirando con atención como iba vestida - te queda bien algo así. Y no es tan formal. Después de todo, es un almuerzo.
---- con la reina.
---- con la reina. - afirmó, sonriendo un poquito - ¿Y? ¿Que opinas?
No podía negar que se veía bonita. Aún con el cabello algo despeinado y su mala cara, fastidiada de haberse probado tantos.
---- es mejor que los vestidos cupcakes de antes.
Así que ese llevaron.
Oh, y también un vestido largo de color verde.
Donghyuck conocía a la madre de Jiyu, porque el registro del pueblo era electrónico y podía ver su perfil en la computadora del secretario.
Así que quería regalarle algo. Eso no estaba mal, ¿Verdad?
En cierta parte lo hacía porque se sentía mal por ser, a veces, tan desconsiderado con Jiyu y su situación económica.
Obviamente que nada de eso se lo diría a la pelinegra, pero pagó por todo y dejó el dinero de la ropa de su hermana entre las prendas de la bolsa con el vestido rosa.
Volvieron al auto rápidamente, emprendiendo viaje de regreso.
Eran casi las doce. Jiyu debió avisarle a su madre que se quedaría un rato más dando clases y llegaría pronto.
---- el martes es tu examen.
Hyuck no podía estar tanto tiempo en silencio.
---- oh, sí.
---- ¿Nerviosa? - le miró con curiosidad -
---- algo..
Probablemente se arrepienta de esto más tarde.
---- lo harás bien.
---- lo sé. - sonrió con falsa amabilidad - soy más inteligente que tú.
Ya se arrepentía.
---- ¿En serio? - bufó, dejando caer su cabeza hacia atrás - intentaba ser bueno contigo.
---- ¿Y?
Giró su cabeza, mirandola mientras una risa se escapaba de su boca.
---- eres encantadora.
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