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05

Donghyuck mantenía su rostro serio, dándole más nerviosismo a la castaña que aun asimilaba lo dicho. ¡apenas cumpliría dieciocho! ¿cómo podía pensar en eso?

── estás jodiendo..- murmuró.

── esa chica me va a joder la vida si me caso con ella.

¿tan terrible podía ser la princesa?

── yo...- Donghyuck boqueó, pensando que decir - perdón, fue muy directo..

── ¿muy? - carcajeó - yo diría que demasiado.

Jiyu estaba aterrada con la idea de casarse. ¡eso no estaba en sus planes!

ella quería tener un futuro sola, como mucho con sus hermanos y madre, pero nadie más. No quería tener hijos, no quería casarse, no quería tener que convivir con alguien por obligación.

¡quería vivir sola y tranquila!

── no quiero casarme contigo.

aquello había tomado desprevenido a Donghyuck. El chico le miró sorprendido, algo curioso por el actuar de la castaña.

── ¿eh? - soltó bajito, algo ofendido

── no quiero casarme contigo. - repitió.

Sabía que sus palabras habían ofendido al príncipe, este parecía completamente incrédulo al escuchar su negativa.

── tendrías muchos privilegios..¡podrías estudiar lo que quisieras! y..no tendrías que trabajar nunca más..- enumeró, bajando cada vez su tono de voz por la mirada que le daba ella - pero eso no te importa, obviamente..

── puedo lograr eso yo sola, no necesito de tu coronita. - volteó los ojos, alejándose de él - pero al parecer tu sí me necesitas.

"no te abuses.." suspiró Donghyuck, siguiéndola con la mirada.

── por favor. ¡estoy dándote la oportunidad de tu vida! - exclamó - otras siquiera dudarían en aceptar.

"idiota." le miró con poca gana, casi aburrida.

── ahí está la puerta. - señaló con su índice y una sonrisita falsa en sus labios - ve y busca otra, no me interesas.

Donghyuck estaba golpeteando la madera de la mesa con sus dedos, mirándola con una de sus cejas arriba y presionando su lengua contra el interior de su mejilla.

"que carácter, eh..."

── ¿y si no quiero, qué? - sonrió de lado, viendo como ella ponía sus ojos en blanco y volteaba al mostrador - ¿vas a sacarme de aquí?

── no me va a temblar la mano.

── ¿vas a golpear al hijo de tu rey?

── preferiría ir presa de por vida antes de darte el gusto de acompañarte. - contestó sin vergüenza alguna, apoyando sus codos en la mesada y acomodando su rostro entre sus manos.

── no mientas..- carcajeó - quieres que tu familia tenga una mejor vida y ¿estás amenazando a quien te la puede dar?

── ¿que puedes dar? - ladeó la cabeza, viéndose tierna - además de vergüenza ajena, claro.

Lee le miró impresionado, no creyendo el descaro de la chica. Le gustaba verla molesta, era entretenido discutir con Jiyu. Nadie se atrevía a hablarle de esa manera, ni sus amigos.

Una pizca de gracia estaba en Hyuck, dispuesto a ganarle.

Pero para ella no era lo mismo. Estaba a punto de tomar la escoba y sacarlo a patadas del local si seguía molestándola..

Jiyu era orgullosa, no dudaba en responder sin importar quien era. Si le faltaban el respeto, ella tambien lo hacía. Si se burlaban, devolvía el ataque.

Era una chica, no una muñeca de trapo.

Ella podía estudiar por si sola, podía trabajar, podía vivir sin tener al lado un hombre. Kim Jiyu no era malvada, como muchos de sus compañeros decía, ella tiene una meta decidida, tiene planes que cumplir y metas nuevas que proponerse.

No por vivir en un pueblucho tiene que ser una damisela en apuros.

Pero para ella no era lo mismo. No era gracioso.

Estaba a punto de tomar la escoba y sacarlo a patadas del local si seguía molestándola.

---- ugh...- suspiró, afirmándose en la mesa - no es necesario que te cases conmigo.

---- al fin, gracias a Lucifer.

---- no solo eres atrevida, sarcástica y maleducada, ¿si no que también satánica?

Jiyu le miró, conteniendo una carcajada.

---- sí, alabo a mi señor todo poderoso, Lucifer. Hago rituales todas la noches y vuelo en una escoba mágica. ¿algún problema con eso?

el príncipe mordió su labio inferior, corriendo el cabello que cubría su frente.

---- ouh, no... no te despeines, principito, tu mami te va a retar. - abultó sus labios, buscando burlarse de él -

---- encantadora. - contentó sonriendo - simplemente: encantadora. Adorable, amable y delicada.

---- gracias por notarlo, solo lo soy contigo. - caminó a la puerta - pero ya cerramos, vete.

---- hmmm...no lo creo. - arrugó su nariz, negando suavemente con su cabeza - no quiero irme.

ella estaba sosteniendo el pomo de la puerta, borrando su sonrisa poco a poco.

---- ¿te pregunté?

Haechan se acercó a pasos lentos, llegando a su lado y metiendo las manos en sus bolsillos.

---- lamento informarte, nena, que tú aquí no das órdenes. - le mantuvo la mirada, sonriendo con suavidad - deberías agradecer que me fijé en ti.

---- es verdad, tú das las órdenes..- parecía estar siendo sincera, pero le miró con sorpresa - oh, no...espera, tus padres arreglaron el casamiento. - acercó su mano al hombro del chico y dejó suaves palmadas - no te preocupes, quedará entre nosotros.

Donghyuck mordió su lengua, obligándose a no contestar.

---- ¿que pasa? - insistió burlonamente - principito, ¿tus papis no te dejan hablar?

---- ¿que quieres? - ya cansado, suspiró rendido - dilo.

Los ojos de Jiyu lo miraban con maldad pura.

---- ¿vas a hacer lo que sea? - prefirió asegurarse.

Por todos los santos, ¡Lee Donghyuck, eres el príncipe de este maldito reino!

¡Una campesina te tiene rogando! ¿como puede suceder esto?

---- lo decidiré cuando lo digas.

---- eres aburrido. - se recostó en la pared - ¿y así quieres tener esposa?

---- me estoy cansando, dí lo que quieres ahora.- utilizó un tono de voz más severo.

Ella le miró sin gracia alguna, casi riéndose.

---- no te enojes. - murmuró - se te caerá la corona, nene.

Mientras el muchacho tenía cada vez menos paciencia, Jiyu disfrutaba de ver su frustración. Ambos tenían personalidades similares y diferentes a la vez. Hyuck estaba a punto de cruzar la puerta, rindiéndose definitivamente, pero ella habló:

---- quiero que me pagues.

él frunció su ceño, completamente confundido con lo que escuchó.

---- ¿que quieres qué?

---- que me pagues. - repitió, encogiéndose de hombros - tú dijiste que mi familia lo necesitaba, quiero creer que no te vas a echar para atrás si te pido dinero.

Era increíble, absolutamente increíble.

Iba a responder que sí, lo haría, pero ella volvió a hablar.

---- y que me alcances el lápiz que está...- miró debajo de un mueble - debajo de ese armario.

"me tienes que estar jodiendo..."

---- ¿no que mujer independiente? - respondió - búscalo tú.

Jiyu abrió su boca, fingiendo sorpresa, cambiando su rostro a uno neutro en pocos segundos.

---- de acuerdo, llamaré a la guardia real y les diré que..

Pudo ver el pánico en los ojos del castaño, que no tardó en interrumpirla.

---- ¡Está bien! - alzó sus manos, escandalizado - lo haré.

Le extendió su bolso, Jiyu lo tomó y se sentó arriba de la mesa, mirandolo atentamente. Vió algo brillar dentro del bolso entre sus manos.

---- ¿en serio traes tu corona? - metió la mano, sin pudor alguno - oh...es linda.

Plateada con algunas joyas negras, nunca había visto alguna piedra preciosa de ese color, picos delicados y hermosos. Era una bella corona, se notaba lo costosa que es.

la tomó entre manos, mirándola a más cercanía, notando un destello azulado.

"¿que mier..-?" se alejó, poniendo la joya bajo el rayo de sol que entraba.

Pudo ver por el rabillo de su ojos, que el príncipe estaba agachado en el suelo, mirando específicamente donde estaba el lápiz.

---- ¿lo encontraste? - le miró directamente, notando la molestia en él - tú puedes, principito.

Volvió su atención a la corona, inspeccionándola con cuidado y curiosidad a flor de piel.

---- deja de llamarme así. - murmuró, metiendo su mano debajo del mueble y tomando algo - aquí tienes tu jodi...

pero se calló al verla mover la corona debajo del rayito de sol, parecía intentar resolver algún misterio. Estaba tan metida en eso, que no lo vió sentarse a su lado y esperar en silencio.

Jiyu metió rápidamente la corona en el bolso cuando él carraspeó.

---- ¿y el lápiz? - disimuló su distracción -

---- serendibita. - contestó - así se llama esa piedra. Es un mineral, una de las piedras más caras del mundo. - volvió a sacar la corona y ponerla bajo el sol - tiene naturalmente destellos azulados, pero en sí es un mineral tan oscuro que parece negro. Es originaria de Sri Lanka.

Jiyu asintió, fingiendo estar desinteresada, pero guardando la información en su memoria.

---- ¿cuanto quieres que te pague? - cambió de tema - tengo algo de efectivo.

---- ¿cuanto?

Haechan sacó su billetera, contando rápidamente.

---- tal vez...¿cuatro mil wones? - se encogió de hombros -

---- ¿tienes un maldito salario mensual promedio en tu billetera?

él asintió, algo dudoso de su respuesta.

---- ¿lo quieres o...? - le miró expectante.

---- no sé cuanto dure esta cosa. - movió sus pies - pero me sirve.

el príncipe sacó los billetes y los contó en voz alta, para que ella pudiese verificarlo. Cuanto ella iba a tomarlos, los alejó.

---- tendrás que hacer lo que yo te diga. - aclaró, moviendo los billetes - tienes que actuar bien, nada de bromitas, ¿oíste?

Jiyu suspiró, blanqueando los ojos. Él sonrió satisfecho tras recibir un asentimiento.

---- el sábado paso por ti. - dejó el dinero con ella - tenemos que comprar ropa, por lo menos un vestido..

---- estoy bien así. - respondió, guardando los billetes - no te preocupes.

---- ¿sabes andar en tacones? también compraremos un par..

---- ¿por qué tengo que vestirme de esa manera? - rezongó - tengo mí ropa.

---- porque quiero que te veas como una muñequita de torta. - pellizcó su mejilla, bajándose y yendo a la puerta - dejé anotado mi numero en la libreta de ahí, agendalo.

Acomodó el bolso y se despidió, sonriendo inocente.

---- Descansa, Jiyu.

"discinsi, Jiyi"

cerró definitivamente la librería, apagó las luces y fué al patio de la señora Jeon, para dejarle las llaves.

Por suerte, recibió su paga, agradeciendo y deseándole una buena noche antes de retirarse.

Hanbin hoy no podía ir a buscarla, pero su madre estaría esperando en la puerta, así que caminó despacio, pensando en todo el embrollo de hoy.

"¿y ahora que le digo a mamá?"

¿como podría decirle que está "saliendo" con el próximo rey?

¡Era algo terrible! su madre moriría de solo escucharlo. ¿En qué momento ella podría salir con alguien? ¿En que momento ella podría salir con el jodido príncipe del maldito reino?

"Está bien..piensa en el dinero. ¡puedes arreglar la casa! ya no comerán lo mismo todos los días, mamá no deberá trabajar desde temprano.."

Sí, debía pensar en eso. Su familia era lo importante ahora, podía colaborar con un mayor ingreso en la casa.

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