IV
Steve Rogers
El sol apenas se lograba ver en el despejado horizonte del Oeste, eran las pocas horas que hacía frío de verdad en Timely, pero Steven ya tenía todo listo para irse a caballo. Solamenta llevaba lo escencial, no necesitaba llevar más. Había llegado a la conclusión de que si tenía que ir a por Tony, además porque Natasha le recordó su promesa, de proteger al castaño aunque le cueste la vida. Tony era muy importante para los acontecimientos futuros, y si todo marchaba bien, Steve también lo sería. Se detuvo en seco cuando terminaba de ensillar al caballo blanco, cuando bajó la cabeza, llevandose una mano a su revólver, y en fracción de segundos, se gira en redondo sacando el arma y quitando el seguro, para sorprenderse a si mismo que la mujer peliroja también le estaba apuntando. Se quedaron apuntadose con las armas uno al otro, mirandose seriamente por varios segundos en silencio. Steve movió levemente la cabeza a un lado, entornando los ojos.
-- Pensé que eras un vándalo.
-- Si fuera un vándalo, ya estarías muerto.
Natasha bajó su arma igual que Steven, y ella se acercó a paso tranquilo, guardando la pistola en el cinturón. Le dedicó una leve sonrisa, de la amistad que siempre habían llevado, incluso antes de su boda con Bucky. Steve también le sonreía, pero parecía más serio y frio que de costumbre.
-- Entonces, Red Wolf dices que me va a reemplazar?
-- Si, él es bastante bueno en eso, y sabes que ha ayudado a varios casos de violencia en Timely con nosotros. Lo hará bastante bien de sheriff.
-- Eso espero...
Steve bajó la mirada a su estrella de oro en su pecho, y pasó sus dedos por ella, como si de verdad le doliera quitársela y entregarla a alguien más, en este caso a Red Wolf. Cerró los ojos por un momento y emitió un bajo gruñido de la frustración, volviendo a ver a Natasha con su serio semblante.
-- No se la voy a entregar. Lo siento, Nat.
-- Que? Porqué no? Debe tenerla para que sea el sheriff, Steve.
-- Lo sé, pero cuando me ascendieron a este puesto juré algo....Nunca quitarme esta estrella del pecho. Y no la voy a romper ahora. Al ir con ella, me pueden tratar con más respeto que un ciudadano cualquiera y...
-- O te tratarían de una forma horrible. Además que estoy preocupada por Tony...Me preocupo por ti.
Dijo Natasha con cierto dolor en la voz, mirandolo por primera vez, claramente preocupada. Steve le dedicó una sonrisa reconfortante y palmeó su hombro suavemente como los amigos que eran.
-- Tranquila...No pienso morirme en este viaje, lo hago por Tony y lo sabes. Pueden conseguir más estrellas así como "sheriff" en la oficina de Fisk, y podrás conseguirlo ya que tu sigilo como ladrona es excelente.
-- Y yo tratando de olvidar ese pasado...
Steve no pudo evitar soltar una leve risa y volverse al caballo, subiendose de un impuslo, poniendo el pie en el estribo. Ya montado, miró a su amiga por última vez, los dos intercambiaron miradas, ambos no tenían idea de como él iba a conseguir traer a Tony de vuelta antes del festival del reloj. Si su memoria no le fallaba, era el viernes y hoy era domingo, tenía poco tiempo, así que debía apresurarse, hacer muy breves descansos y seguir adelante. Estaban en el sur del pueblo, al borde de éste. Había pasado por ahí para ver la tenebrosa torre negra del futuro reloj de Timely. Aún le perturbaba bastante, pero decidió restarle importancia. El punto ahora era rescatar a Tony y lo tenía pensado hacer cueste lo que le cueste.
Se despidió de Natasha con unas breves palabras y partió al galope, yendo a cualquier primer pueblo que encuentre, donde podría obtener indicaciones de ese tal molino que canta. Iría lo más lejos que podía, pero si no le alcanzaba el día encontrando un pueblo, pues tendría que acampar en alguna parte. Esta vez fue en un bosque.
Ya oscurecía cuando Steve llegó al galope a un pequeño bosque cerca de unas montañas de roca.
Los árboles eran altos, con sus hojas verdes y naranjas cubriendo el sol abrasador y haciendo un efecto translúcido, teniendo el lugar debajo de los árboles de color naranja o verde. Steven sinceramente jamás había visto algo así, le parecía muy bello, ojalá tuviera más tiempo en la vida para poder contemplar todo esto...Con Tony. Ese pensamiento le sorprendió bastante, muy pocas veces había pensado vagamente en salir a pasear con ese inventor. Aunque, ya siendo amigos por una década, le parecía un buen plan, aunque ya últimamente pensaba demasiado en él, no solo por el hecho que estuviera desaparecido, sino porque...Le estaba tomando demasiado cariño. Aquello le era una sensación cálida en su pecho y logró esbozar una sonrisa.
Se detuvo entre unos árboles, desviandose del camino y desmontó ahí, primero haciendo una especie de muro con varios arbustos, para que no sea tan notorio que él iba a acampar allí. Empezó a desempacar todo, solo para armar una buena hoguera, sacar sus mantas y dormir. Para cuando ya tenía todo listo, el sol se había ocultado, dejando ver un asombroso cielo estrellado, que se veía en las aberturas de los árboles. Steven no quiso encender el fuego todavía, quería contemplar esta belleza, con una leve sonrisa. Apenas sabía sobre astrología, pero pudo reconocer algunas constelaciones. Mientras miraba el cielo, solo esa pregunta le taladraba la cabeza. Donde está Tony Stark? Que le estará pasando en este momento? Soltó un suspiro pesado y un estremecimiento del frio le recorrió la espalda. Steven bajó la cabeza y se miró las manos, con una expresión algo apenada y triste. Acercó lentamente sus manos, y al final entrelazó sus dedos algo fuerte. Esta sensación...Aunque era consigo mismo, jamás la había sentido, con nadie, que te sujeten la mano suavemente, cálida señal de que te quieren...Nunca lo había sentido, porque en toda su vida solo se había dedicado a la justicia, atrapar criminales y ser una imagen de autoridas y moral para cualquier pueblo que lo necesite, pero casi nunca puso atención a sus sentimientos "internos". Eso lo entristeció bastante, bajando los hombros y siguiendo viendo sus manos entrelazadas. Tenía grandes amigos, pero aún asi no se sentía completo. Quizá...Tony siempre lo había tratado diferente, como algo más que un amigo, siempre andaban juntos en casi todo, sus canciones de borracho eran irritantes...Pero con el tiempo se había acostumbrado a ellas, a Tony realmente le importaba. Y él lo trataba como basura, eso le hizo menospreciarse más. Dio un leve respingo de la sorpresa al reparar que sus ojos estaban cristalizados y separa sus manos para secarselos. No lloraria por semejante....Estupidez y verdad.
Sacudió la cabeza, tratando de quitarse esos pensamientos de la cabeza y se tumbó en unas cuantas mantas, solo arropandose con una. No necesitó fuego esta noche, igualmente hacía bastante calor en esa zona, asi que aún contemplando las estrellas, y acomodandose de lado, el sheriff de Timely se fue quedando dormido profundamente.
《☆》 《☆》 《☆》 《☆》
Como varias noches, no recordó nada de lo que soñó, solo recordó un vacío completamente negro. Aunque...Si se acordaba de algo, solo un sonido que lo hizo despertar de golpe. Un disparo. Steve abrió los ojos y se incorporó rapidamente, mirando alrededor frenéticamente, desde hace mucho tiempo no se encontraba así de alterado, en especial por un sueño. Se pasó la mano por la cabeza, estaba todo despelucado por tanto removerse anoche, pero eso era lo de menos. Frunció el entrecejo, sintió al instante un ambiente bastante raro aquí...Algo faltaba. Se levantó en silencio, mateniendo la espalda baja y llevó una mano a su revólver de su cinturón. Vió sus pertenencias, todo bien, hasta que se tocó el pecho y sintió un vuelco en el corazón. Su estrella! La han robado! Malditos ladrones de mierda...Pensó Steven, gruñendo de la furia y miró a todos lados, enfurecido. Nadie le quitaba la estrella que tanto apreciaba, y menos un sucio ladrón que solo la roba por plata. Entornó los ojos y vio a lo lejos unos hombres, que reian y murmuraban entre sí, volvió la vista abajo y vio unas huellas en la tierra, de botas de vaquero y volvió a gruñir, alzando el arma y disparando a uno de los hombres en el pecho.
BANG!
Se oyó por todo el bosque y los hombres, que eran tres, esta vez dos, gritaron cortamente ante el disparo y sin ver atras partieron a correr, pero el sheriff pasó del arbusto de un salto y corrió a por ellos. Tumbó uno al suelo, rodaron varias veces y de un limpio golpe en la cara lo dejó inconsciente. Después se levantó y cargando rapidamente, le disparó al otro que se alejaba corriendo en la pierna. Tiro acertado y el ladrón cayó de bruces al suelo. Steve se acercó con semblante amenazante y penetrante, y lo volteó bruscamente para que le diera la cara, poniendo su pie sobre su pecho para que no se moviera.
-- Tú tienes mi estrella, verdad, desgraciado?
-- Y-yo no tengo nada, lo juro!
-- No me mientas! Yo sé que tu la tienes, devuelvemela y no tendremos problemas.
-- Q-que yo... -- Se interrumpió al oír unos petardos a lo lejos y se removió más, gritando y con mucho miedo aparentemente. Steve no se dejó confiar y con su otro pie presiona más sobre la herida de la pierna, haciendolo gritar de dolor.
-- Para quién trabajas? Por el tatuaje que veo en tu cuello, es evidente que perteneces a una organización. Dime!
-- N-no podemos decir sus nombres! Aaaghh! E-están aquí, van a matarme, si se dan cuenta que he fallado, me matarán, porfavor dejeme ir y le daré la estrella!
-- Donde están? -- Preguntó el sheriff mirando alrededor, solo veía humo de varios colores por los diversos petardos que explotaban, pero no ha visto a nadie todavía.
-- Están aquí! Están aquí! Porfavor, ayúdeme, sheriff!!! Ayudeme... -- Decía ya lloriqueando el hombre. Steven lo miró con despreció y asquedad, no consideraba de ese porte a un hombre, y menos a un ladrón que es llorón. Antes de que lo suelte, le extendió la mano seriamente.
-- La estrella. Ahora.
-- Si, si, si!
El ladrón jadeando y sollozando, sacó la estrella de oro del sheriff del bolsillo de su chaqueta y se la entregó. Steve al tenerla en su mano, la limpió con su chaleco y se apartó del hombre para que éste se levantara y se fuera cojeando y muy débil. Steve solo se limitó a ponerse la estrella de vuelta en su pecho. No ayudaría a un deshonrado como ese hombre. De forma impresionante para él, se sobresaltó un poco por un fuerte disparo a muy cerca de él, y después oyó algo pesado caer al suelo como un saco de papas. El ladrón acababa de caer. Se giró en redondo hacia donde sonó el disparo y vio que entre el humo rojo y plateado, emergieron un par de niños, de 12 años, máximo, pensó el sheriff. Eran un niño y niña. Ambos tenian un gran parecido, así que dedujo que eran gemelos. El chico era unos centímetros más alto, con sombrero negro, una camisa cuadriculada gris y azul, unos vaqueros azul oscuro y botas negras, además de llevar un cinturón, con un revólver y balas de repuesto. Aquello mismo llevaba la chica, solo que ella llevaba una camisa roja oscuro y por encima otra de un rojo más claro y profundo, que terminaba en cintas tanto en las mangas como en la parte inferior que le llegaba solo al pecho. También otros vaqueros negros y botas del mismo color y una falda roja también que terminaba en tiras, con un sombrero rojo, muy parecido al de su hermano. Si ese ladrón decía que esos mocosos eran sus jefes, Steven no pudo evitar soltar una risita nasal de la incredulidad y estupidez. El chico tenía el pelo plateado y las puntas negras, también con unos guantes negros sin cobertura en los dedos, y una pañoleta azul en el cuello. La chica tenía el pelo castaño y largo, lo dejaba suelto, hasta que le daba casi a la cintura. Los niños miraron fijamente a Steve, a una distancia de 5m. Nadie dijo nada en varios segundos, cuando la chica ladeó la cabeza, viendo esta vez a la estrella de Steve en el pecho.
-- Timely....No es ese pueblo que queda a un par de millas de aquí?
-- Si, y uno de los más corruptos y peligrosos. -- Respondió su hermano aun clavando su mirada en el hombre rubio y esbozó una sonrisa. -- Es un poco lejos para estar aquí, donde no pertenece, sheriff de Timely.
-- Está en nuestro territorio, el territorio de...Los gemelos Maximoff, los jóvenes más bandidos y temidos de todo el Oeste! -- Esa última parte la dijeron al unísono, y ambos sacaron sus revólvers, apuntando a Steven. Él los miró impresionado, pero a la vez soltó otra risita nasal.
-- Qué te parece tan graciosito? -- Preguntó seriamente la chica.
-- E-es en serio? Ustedes bandidos? Simplemente no me lo estoy creyendo! En toda mi vida como sheriff, jamás había oído de ustedes! Espero que sea una broma pesada y que se devuelvan pronto a su casa con sus padres.
-- Cállese! No nos trate como si fueramos unos caseros niños que solo juegan. Estamos en serio! -- Dijo el niño, apuntando a un árbol y dispara, haciendole un hueco grande en el tronco. Steven frunció el ceño un poco, si que eran armas de verdad. A pesar que solo eran unos críos, podrían ser peligrosos. Aunque no se movió de su sitio.
-- Si, bien, son reales y todo el cuento....Osea que acaban de matar a ese hombre ladrón?
-- Se lo merecía por no cumplir su trabajo, sheriff. Las cosas afuera de Timely son muy diferentes. Somos los bandidos más jóvenes de todo el Oeste! Maestros del robo y muy buenos tiradotes! Queremos ser reconocidos desde esta edad, por eso somos así. Más atrás está nuestro carruaje, con todo lo que tenemos. -- Contestó la chica, aun apuntandole al hombre rubio.
-- Y, y como se llaman?
-- Wow, wow, oye! Si crees que vamos a decirte nuestros nombres, estás muy equivocado. Obviamente nos llamamos Pietro y Wanda Maximoff.
-- Si que eres un idiota, hermano...
Steven no pudo evitar esbozar una sonrisa, tratando de no reírse a carcajadas. A pesar que eran algo graciosos, no le hacía nada de gracia que unos niños de semejante edad estén en este rol en el mundo. Se acercó a ellos, aunque ya los gemelos habían guardado las armas.
-- Oigan...Pueden pelear y discutir todo lo que quieran más tarde, por ahora quiero que me respondan algo.
-- Depende, que es? -- Preguntó Wanda mirándolo de forma seria y a la vez serena.
-- Saben algo de un "molino que canta"?
Los gemelos se quedaron callados por varios segundos, intercambiaron caras y uno miró abajo y la otra hacia arriba, claramente pensativos.
-- Hum...Si he oído ese nombre, pero no me acuerdo bien donde está.
-- Yo si! Está en Silver Spoon!
Steven frunció el ceño un poco, arrodillandose para mirarlos mejor. No tenía idea de lo que era "Silver Spoon", pero sonaba en si bastante curioso. Les preguntó a los niños que era exactamente ese lugar y Pietro contestó más rapido que su hermana.
-- Oh, sheriff...Es el lugar más peligroso de todo el Oeste! Por ahí siempre rondan las pandillas y hombres más peligrosos, de los que en algunos pueblos ni la ley prefiere pelear contra ellos. No es recomendable ir a ese lugar si no tienes el "boleto".
-- Boleto?
-- Si, uno tiene que pagar para entrar al cañón de Silver Spoon, más allá entre las rocas más altas está el molino junto con una vieja mina. -- Respondió esta vez la chica de rojo. Pero Steve no cambió su expresión seria.
-- Como saben todo esto?
-- Ahí vamos de ves en cuando, pero siempre entramos a escondidas, nunca nos pillan, jaja!
-- Y como uno entra de forma "legal"?
-- Con 30.000$, sheriff. -- Dijo el chico peliplateado. El hombre rubio alzó las cejas de la impresión y abrió mas los ojos.
-- 30.000$! Y donde se supone que voy a...Conseguir todo eso...?
-- Si, sabemos que es mucho. Pero podemos ayudarte a obtenerlos!
-- ...Qué? -- Preguntó incrédulo el sheriff, mirando de la misma manera a los niños, que le sonreían determinantes.
-- Claro, somos excelentes ladrones y también bien conocidos en casi todos lados, podemos ayudarte!
-- Ha, claro que no, es demasiado peligroso para un par de niños. -- Dijo levantandose y mirandolos muy serio. -- No voy a poner sus vidas en riesgo solo por conseguir una cantidad de plata para ir a Silver Spoon. Además, ni de chiste voy a robar. Eso no es de hombre digno. Jamás lo será. Es un insulto. Es ganar sin esfuerzo....Nada se gana sin esfuerzo. No voy a robar.
Wanda se puso las manos en la cintura, alzando la cabeza y después bajandola, empezando a negar, golpeando la tierra con la punta de sus botas.
-- Hombre, así no vas a poder entrar a Silver Spoon a tiempo para salvar a tu amigo.
Steven la miró frunciendo el ceño, sin mostrar que estaba muy sorprendido por dentro.
-- Como....Como lo sabes?
-- Es deductivo, no? Un sheriff, en especial el de Timely se iría así sin más del pueblo, a Silver Spoon, con una indicación tan simple como "un molino que canta", solo porque sí. Vas a rescatar a alguien, no es así?
-- ...Si... -- Dijo el hombre rubio, apartando la mirada y rascandose levemente el mentón. Wanda esbozó una gran sonrisa de victoria, acomodandose el sombrero.
-- Ya lo dije! Entonces, como piensas conseguir 30.000 dólares sin robar, con un amigo en peligro y con solo diez días a caballo a contrareloj?
-- Yo....Realmente no lo sé. No lo sé...A no ser, que le robe a aquellos que no son dignos, que le quite a los ladrones.
-- Hum, tiene sentido. Así no manchas tu nombre un poco como sheriff. Y lo haces por tu amigo, eso si que es corage. -- Dijo sonriendole Pietro, cruzado de brazos. Steve inclinó su cabeza como agradecimiento. -- Bueno, vamos a alistar todo nosotros para ir contigo!
-- Que? No, no! Que hacen, no... -- No le dejó terminar cuando los gemelos salieron corriendo hacia el humo rojo y desaparecieron, dejandolo solo. Steven miró alrededor aún algo confundido de lo que acababa de pasar, y se encogió de hombros, para volver a su campamento. No tenía nada que perder, no por Tony, que seguro que debe de estar pasando malos ratos sin su presencia a su lado.
Empacó todo rápidamente y se montó en el caballo, que ya parecía estar esperando impaciente por galopar libremente por el desierto, y no estar ahí comiendo como un caballod de granja. Caminaron unos metros más lejos de donde acamparon y el sheriff oyó un silbido muy cerca de él y suspiró pesado. No quería llevar a esos niños con él, a pesar que dicen que lo ayudarán, lo retrasarían demasiado y si algo les pasara...él tendría toda la culpa y podria ir a la horca por eso. Pero no pudo evitar desviar su caballo hacia el silbido, donde estaban los niños ya montados en un caballo café, y uno más atado a un pequeño carruaje, con techo de tela gruesa y translúcida en forma de arco, lo típico en el Oeste; donde supuso Steve que ahí era donde vivían los niños, que sonreían determinantes por una nueva aventura.
-- Estamos listos, sheriff. Cuando quiera nos vamos!
-- La cuestión ahora es a donde exactamente.
-- Oh, hay un pueblo a un par de millas de aquí, es el más cercano, podemos conseguir algo de dinero en el banco de ese corrupto de Fidrembetch. Vamos! -- Dijo alegremente Pietro, que iba adelante del caballo y dio una patadita en el costado del caballo para que ande al trote, con el caballo del carruaje siguiendolos. Steve los miró por un momento y trotó un poco más para ir con ellos.
-- Fidrembetch....Ese no es el banquero de Vantown?
-- Sip, ahí vamos. Si quieres claro, ir más lejos.
-- No, ahí es perfecto. -- Dijo sonriendo levemente el sheriff y al ver que el caballo café partió al galope junto con el del carruaje, Steven no se quedó atrás y galopando sobrepasó a los dos, quedando como cabeza de la fila. El sol aún no estaba en su punto más alto, aún tenían bastante tiempo, bastante para salvar a su mejor amigo...Pero algo le hacía sentir, que ahora no solo era su mejor amigo. Era algo que no sabía como describir.
Sacudió su cabeza, quitandose esos pensamientos con un leve sonrojo en las mejillas, galopando con los gemelos Maximoff con rumbo a Vantown.
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