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21.


[reproducir la canción de arriba a partir del pov de heeseung para mejor experiencia]

...

—Doctor Park, ¿sucede algo?

Sunghoon no se había percatado que había estado jugando con sus nudillos ansiosamente hasta que su secretaria lo señaló. La miró un poco desconcertado, pero de inmediato recuperó la compostura al ver cómo un nuevo paciente llegaba a la recepción.

Su secretaria sonrió hacia el paciente y empezó con el protocolo antes de que pasara al consultorio de doctor. Sunghoon se dió la vuelta y regresó a su lugar, no sin antes robarle una mirada a su pareja quién atendía a uno de los niños internados en el área de infantes.

Cuando entró a su consultorio se encontró con su hijo sentado en su escritorio mientras dibujaba tranquilamente, mientras que Riki estaba apartado viendo tan concentradamente por la ventana en la esquina de la habitación.

—Niños, deben salir un momento. — dijo llamando su atención —Un paciente vendrá pronto, y no es bueno que estén aquí. — sacó a su hijo de su silla levantándolo por debajo de los brazos. Jungwon soltó su crayon y este cayó ruidosamente sobre el material del escritorio.

Riki dejó de ver la ventana y se paró, más no volteó a verlo, no lo hizo en ningún momento, de hecho, y Sunghoon sabía que Jake seguramente le habrá dicho algo sobre él para que de pronto parezca odiarlo.

Salió del consultorio acompañado por los niños y los dejó en la recepción. Al regreso, se encontró con Sunoo en los pasillos y se detuvo frente a él, antes de sonreírle cariñosamente y que este correspondiera.

—¿Crees que ya comenzaron?— preguntó el pelirrojo y la sonrisa de Sunghoon cayó de inmediato.

—Sun...

—¿Qué? Finalmente está sucediendo, ¿no?— sujetó su mano cuidadosamente y la llevó a su cintura —Él se irá y nosotros...

—Jake no va a morir. — lo detuvo y por un momento, su agarre en la mano de su novio tambaleó. Sunoo le miró con confusión, cómo si no esperaba que Sunghoon dijera eso.

El menor ladeó su cabeza en un gesto confundido —¿Está bien? pero creí... que ambos queríamos esto. Se supone que este es el momento dónde finalmente podremos conseguir lo que queremos y ser felices.

Sunghoon lo miró a los ojos y soltó un suspiro.
—Ssbes que no puedo hacer eso. Jake es mi paciente. Incluso si yo...

—¿Qué? ¿Incluso si tú no lo amas?— enarcó una de sus cejas.

—Eso sólo iba a darnos más problemas, Sunoo. No depende de mí.— trató de hacerlo entender.

Sunoo apretó sus labios y entonces lo tomó de la cara con furia y lo obligó a voltear hacia la entrada del pasillo, donde una puerta de cristal los separaba de la recepción.

—¿Ves eso?— preguntó moviendo su cara en dirección a su hijo. El corazón de Sunghoon se removió con incomodidad. —¿Qué crees que es, Sunghoon? ¿Qué es lo que ves ahí?

—Es mi hijo.— contestó obligado, resistiendo las ganas de pronunciar un: "no hables así de él."

hijo con Jake.— enfatizó con rencor y Sunghoon supo de inmediato adonde estaba yendo esto. —¿Acaso acordamos esto, eh? ¿Crees que por permitirte casarte con él estaba bien tener un hijo a mis espaldas? ¡¿En qué parte del puto plan mencioné eso?!

De un movimiento rápido el mayor le tapó la boca con su mano, impidiéndole decir más. —¿Eres idiota, acaso? ¿Quieres que nos descubran? — le regañó en voz baja acorralándolo contra la pared.

Sunoo le dirigió una mala mirada y antes de que pudieran decir algo más la puerta se abrió y la enfermera entraba para entregarle los datos del paciente que esperaba afuera.

Se separaron de inmediato y el doctor agradeció antes de encaminarse a su consultorio. Por otro lado, el pelirrojo caminó con pasos pesados y una expresión molesta hacia la salida trasera, necesitaba de alguna forma sacar toda la rabia que sentía en ese momento.

Al comienzo del pasillo, una silueta misteriosa salió de la sala para niños, contento con la información que acababa de recibir.

˗ˏˋ ꒰ ♡ ꒱ ˎˊ˗

Jake permaneció nervioso en la camilla mientras esperaba a que los cirujanos ingresaran a la sala. Trató de calmarse y respirar profundo. Por un momento, todas las imágenes de su vida y las cosas importantes en ellas aparecieron y rápidamente las movió de su cabeza, pues no deseaba provocarse un paro cardíaco justo ahora.

Sus ojos se cerraron con lentitud mientras sentía los segundos pasar. El olor a hospital inundó sus fosas nasales y Jake descubrió que lo detestaba, le hacía sentir inferior en cierto sentido. Sentía ese mismo olor cada mes, mientras que cada día de cada semana se sometía a un tratamiento diferente para procurar mantener su salud. ¿Pero si simplemente lo dejara? ¿Si decidiera por cuenta propia dejar de hacerlo y sólo así ya no tendría que sentir ese olor? ¿Seguir esa molesta rutina que lo perseguía desde los veintitrés?

Negó con su cabeza. Odiaba cuando eso pasaba. Cuando estaba tan nervioso por una revisión que no evitaba pensar en cosas estúpidas y negativas, como si estas lo llevaran a alguna parte.

Sus dedos rascaron las sábanas debajo suyo. Pensando ahora en que quizás, si sus problemas de salud no existieran, y tal vez si Heeseung no fuera un idol tan famoso, y por supuesto obviando el hecho de que su matrimonio con Sunghoon nunca existió, tal vez...

—Empezaremos ahora con la angioplastia.— anunció un cirujano joven al ingresar finalmente a la habitación.

Jake asintió con lentitud, sintiendo su corazón sacudirse ya sea por el susto que se llevó al estar tan concentrado pensando en cosas que no debería en este momento, o por el solo hecho de pensar que su vida cambiará por completo después de esta cirugía.

Miró fijamente el techo, sin tener idea de lo que sucedía a su al rededor porque estaba ocupado rezando y pensando a más no poder en sus dos personas favoritas. Rogando porque su corazón pueda aguantar un poquito más hoy, que no cediera ante la imperfección de su cuerpo.

Iba a regresar a casa. Iba a ponerse mejor para ir al consultorio de Sunghoon y decirle con una sonrisa orgullosa que no necesita cuidarlos más; porque él estaba bien y ya no había nada que lograra separarlos ahora.

Mi Kiki. Mi pequeño Wonnie.

Mamá se pondrá bien.
Mamá regresará a ustedes dentro de poco.

Sólo espérenme un momento, ¿si?
Prometo que volveré y les cocinaré su comida favorita.

Wonnie me contará sobre sus animales favoritos y Riki me enseñará sus nuevos pasos de baile.

Los tres reiremos y nos acurrucaremos juntos porque de todas formas siempre fuimos sólo nosotros tres.

Estaré bien.

Yo de verás lo estaré.


˗ˏˋ ꒰ ♡ ꒱ ˎˊ˗


Heeseung escuchó el grito de sus fans al subir al escenario. Saludó cordialmente a todos ellos y sonrió coquetamente hacia algunas cámaras, puesto que sabía que más tarde sus fotos serían publicadas.

En este momento estaba llevando a cabo un fanmeeting por su aniversario de debut, al mismo tiempo que la cirugía de Jake debió haber comenzado ya. La mano de Heeseung se tensó en el aire y su sonrisa tembló al pensar eso. No es como si no lo hubiera hecho en todo el día, claramente, pero minutos antes había dado todo de sí por concentrarse en el evento de hoy y no en su ex-pareja, por más difícil que fuera.

—¿Han comido ya, Engene?— preguntó con voz cariñosa a sus fans y muchas de estas respondieron positivamente. —Al rededor hay camiones de café donde pueden pedir lo que sea. Por favor, no quiero que alguna de ustedes se enferme.— mencionó con una sonrisa y las engenes rieron.

Empezó su fanmeeting hablando con sus fans sobre su carrera, lo agradecido que estaba y los altibajos que tuvo a lo largo de todos estos años. Evitó mencionar algo al respecto con la "controversia" con su hijo y la madre de este, pues no sentía que fuera necesario y mucho menos oportuno.

Luego pasó a lo emocionante: presentó frente a ellas sus canciones más populares, entre ellas Polaroid Love, Fatal Trouble, Moonstruck, Fever, y por supuesto, Bills. Por primera vez en mucho tiempo Heeseung disfrutó de presentarse, y estaba seguro que en parte se debía a que no era un concierto cómo cualquier otro y que por supuesto esta era una fecha especial.

Se sorprendió cuando en cierto momento sus fans le presionaron a cantar "Lie To Me" , y aunque Heeseung quiso fingir que no escuchaba e intentó ignorarlas a propósito, su manager tras el escenario le hizo señas para que siguiera adelante. Heeseung realmente no quería estropear el evento, así que comenzó cantando la canción de Jake con los ojos cerrados y al final de esta las engenes le ovacionaron cómo nunca antes, y Heeseung se preguntaba que pasaría si ellas supieran que en realidad no era una canción cualquiera, qué harían si supieran que la canción la escribió para su última pareja y nadie más.

Tomó asiento en medio del escenario y sacó su guitarra. Comenzó tocando la melodía de una de sus primeras canciones y que nadie posiblemente esperaba que cantara, porque ni siquiera estaba en el listado.

Vió de reojo a Lily sonreír y a sus fans moviendo su lighstick al mismo lento ritmo de la música. Heeseung empezó cantando sin problemas. Era una versión acústica de la canción original, en su primer álbum hace nueve años.

Y, mientras cantaba, se daba cuenta de ciertos detalles que quizás nunca habría pensado. Cómo de que cuando esa canción había salido, Riki apenas tenía cerca de un mes de nacimiento. Era un bebé todavía, acababa de nacer cuando Heeseung había lanzado uno de sus álbumes más exitosos de su carrera y se había dado conocer al mundo.

Heeseung pensaba en lo que Jake debió haber sentido al verlo en la televisión, seguramente, o si es que había escuchado sus canciones en algún lugar público, o si incluso había oído a alguien hablar de él, mientras cargaba a su hijo del que Heeseung no tenía idea en ese entonces.

Su corazón se encogió en su pecho al pensar en lo que habrá sufrido Jake en ese entonces, en todo lo que ha tenido que vivir a lo largo de su vida y en cómo las cosas habrían ido bien de tan solo haberse quedado en Nueva York.

Su voz se rompió un poco y eso todos lo notaron, lo sabía, pero siguió cantando y sus ojos se cerraron automáticamente. Tal vez fue una mala idea, porque su mente de inmediato imaginó a aquella persona rubia que a sol de hoy sigue estando en sus pensamientos, en su corazón. La persona que es tan difícil de reemplazar y olvidar, la misma que en este momento estaba sometiéndose a una cirugía que Heeseung no tenía idea si superaría.

No sabía que pasaría si Jaeyun no lo hiciera. Heeseung no quería ni imaginar lo que sería de él si Jake ya no estuviera más. Una cosa era perderlo por una ruptura amorosa, pero otra era perderlo para siempre. Que Jaeyun se fuera y no volviera más. Que lo dejara a él viviendo sólo y miserable por su cuenta sin ninguna posibilidad de regresar por él.

Su hijo. ¿Qué pasaría con él? ¿Cómo podría ser su soporte y ayudarlo a superarlo si ni siquiera él estaba seguro de poder hacerlo? ¿Cómo actuaría como un padre en esa situación?

Sin darse cuenta terminó la canción y todos sus fans estaban aplaudiendo y gritando su nombre. Sus dedos se sujetaron con fuerza de la guitarra mientras miraba a su al rededor con confusión. ¿Por qué estaba ahí? ¿Qué estaba haciendo con su vida?

"¡Heeseung! ¡Heeseung! ¡Heeseung!" gritaban sin cesar, y Heeseung se sintió cohibido.

Se levantó con lentitud de su asiento, viendo fijamente y con la boca abierta hacia el público tratando de encontrar a alguien conocido, a su Jaeyun, pero esa era el punto; se encontraba en un lugar lleno de personas desconocidas.

"Heeseung."

Esta vez era la suave voz de Jaeyun, llamándolo. Y Heeseung jura que incluso lo vió entre el publico, en la última fila viéndolo con una pequeña sonrisa orgullosa, tal cómo siempre soñó que estuviera.

De repente una barricada de fans se posicionó enfrente de él, tapándolo, y al segundo siguiente Jake ya no estaba.

Heeseung estuvo a punto de llamar su nombre y bajar del escenario para alcanzarlo, pero sabía que no era real. Jaeyun no estaba aquí en este momento. Probablemente ya no estaba.

Sin pensarlo dos veces lanzó la guitarra al suelo y al segundo siguiente ya se encontraba escapando del escenario, su manager y el resto del staff gritando su nombre al fondo, claramente confundidos por su reacción.

Heeseung corrió tras bambalinas mientras se deshacía del micrófono y los demás aparatos, incluidos esa estupida chaqueta que sólo le recordaba que no era más que un personaje frente a todos ellos.

A dónde realmente llamaba su corazón, era a un lugar muy lejos de aquí.

˗ˏˋ ꒰ ♡ ꒱ ˎˊ˗

Heeseung ingresó con prisa al quirófano y buscó cómo loco a alguien que pudiera decirle donde se encontraba Jaeyun. Se detuvo frente al escritorio de la secretaria, quien lo había detenido en medio de su carrera.

—Busco la habitación de Shim Jaeyun. Su cirugía ya debió de haber terminado.— dijo con la respiración agitada. La secretaria pareció algo extrañada por sus palabras.

—Lo siento, pero no puedo brindarle ese tipo de información privada de los pacientes.— respondió con seriedad.

Heeseung le rogó con los ojos. —Por favor. Soy su acompañante, yo...

—El señor Shim no registró a nadie cómo su acompañante antes de venir.— dijo ella viendo hacia a la computadora.

Heeseung maldijo por lo bajo y se tomó la cabeza con frustración.

—Por favor dígame al menos si él se encuentra bien.— preguntó dándose por vencido, sus ojos llenos de dudas y buscando una esperanza a la que aferrarse.

Ella no respondió, su rostro tan difícil de leer, y entonces volteó hacia su derecha. Heeseung siguió su mirada y se dio cuenta que los cirujanos de Jake estaban ahí, hablándose secretamente entre ellos. Eso sólo logró ponerlo más nervioso.

La secretaria aclaró su garganta y cuando tuvo su atención le señaló amablemente la puerta de salida. Heeseung maldijo nuevamente y golpeó ligeramente el escritorio, encontrando injusto todo, pero pronto uno de los cirujanos llegó a entregarle unos papeles a la secretaria y sus ojos automáticamente se movieron a la hoja que estaba arriba, la única legible. La secretaria no pareció darse cuenta de que seguía estando ahí, pues el cirujano estaba hablándole, así que Heeseung fue rápido al leer el número de la sala en la que se encontraba Jaeyun.

Giró su cabeza y pudo leer detenidamente. Paciente: Shim Jaeyun. X Trasladado — 14.

Fue todo lo que necesitó para irse corriendo por los pasillos que no tenía permitido entrar. Estaba seguro que alguien se encontraba siguiéndolo por detrás, pero no tenía tiempo para voltear, sus ojos y su mente únicamente ocupados en encontrar la habitación de Jake.

Subió unas escaleras y finalmente se detuvo frente a la puerta número 14. Tomó una profunda respiración y su mano temblorosa sostuvo el picaporte de la puerta antes de finalmente abrirla.

Se encontró con una sala normal y pequeña, poca iluminación, un fuerte olor a hospital y una cama completamente vacía.

Caminó con lentitud y duda, su corazón latiendo desenfrenado y su respiración sintiéndose pesada. Sus ojos estaban clavados en la camilla, la cuál extrañamente se encontraba totalmente ordenada, las sábanas dobladas, la almohada no se veía tocada. Todo estaba impecable.

Seguramente se había equivocado de habitación.

Seguramente había leído mal.

Quiso animarse, pero por alguna razón no podía darse la vuelta, solo podía ver a esa cama vacía y pensar en las expresiones estresadas de los cirujanos, en el hecho de que la página de Jake fuera que la estuviera encima de las demás cuando fueron entregadas a la secretaria, en la pequeña X a lado de su nombre.

Eso no significa nada. Jaeyun está aquí. Justo aquí.

Cayó de rodillas y sus dedos trazaron las sábanas, tratando de buscar desesperadamente el cuerpo de Jake. Tal vez no podía verlo. Tal vez su mente se había vuelto loca por completo y no podía registrar que Jaeyun se encontraba justo aquí, pero no importaba, su tacto iba a sentirlo, iba a traerlo a la realidad.

Sintió algo húmedo empapar sus mejillas y no tuvo que pensar mucho para saber que estaba llorando. Había llegado tarde. Había llegado tan malditamente tarde.

—Jake... por favor... — rogó recostando su cabeza en la camilla, buscando cualquier razón lógica de por qué estaba sucediendo esto. —No me hagas esto, por favor.... — se rompió.

Quiso pensar de nuevo en que era un error, en que la habitación no era del agrado de Jake y que este pidió un traslado a una quizá un poco más grande. Pero una parte de él lo sabía, estaba en el lugar correcto.

Se sintió debil de repente, y es cómo si nada tuviera sentido. Su alma abandonó su cuerpo. Sus ojos se cerraron y trató de buscar algún rastro del olor de Jake en las sabanas, pero no había nada. Todo parecía indicar que ya no había nada.

Siguió llorando en silencio sintiéndose culpable por todo, por la vida que le dió a Jaeyun, por haber sido la peor pareja para él, por haberlo puesto por debajo de su sueño de idol.

Pero ahora Heeseung lo entendía. Entendía porqué vivía tan miserablemente. Jake era su verdadero sueño, el más grande de todos, y hasta ahora pudo darse cuenta de eso.

—Lo siento... lo siento tanto...































—¿Por qué?



















Quiso pensar que finalmente se había vuelto loco, pero esa voz no podía estársela imaginando. O bueno, tal vez sí.

Se volteó rápidamente para comprobarlo y se encontró con Jake sentado en una silla de ruedas vistiendo una bata azulada. Su rostro se veía un poco pálido y demacrado, débil, pero fuera de eso se veía bien. Estaba aquí.

Heeseung rompió a llorar de nuevo y el menor quiso reír por eso. Heeseung se veía adorable llorando, aunque una parte de él se rompe cada vez que lo hace.

No pudo decir ni pensar nada más cuando el mayor ya se encontraba abrazándole por los hombros cuidadosamente y a la vez con cariño, aferrándose a su cuerpo cómo si tuviera miedo. Tal vez lo tuvo.

—Jake... — el mayor lloró contra su oído y Jake levantó su mano cuidadosamente para acariciar su espalda.

—Shhh, estoy aquí, Hee. No me iré a ninguna parte.— prometió con voz suave.

Heeseung sorbió su nariz. —No lo hagas, por favor.

Jake aguantó una risa nuevamente y se alejó solo para ver al mayor a los ojos y sostener su cara con delicadeza.

—¿Estabas preocupado por mí?

—No tienes idea.— admitió al borde del llanto nuevamente, —Creí que te había perdido para siempre.

Jake sonrió sin separar los labios. —Tú me dijiste que estaría bien, ¿recuerdas?, así que lo estoy.

Lentamente fue meneando su mano por la mejilla del mayor como si intentara tranquilizarlo y esto funcionó. Heeseung fue regulando su respiración y dejó que las caricias de Jake lo calmaran. Permaneció con los ojos puestos en los suyos, cómo si temiera que Jake desapareciera una vez los cerrara nuevamente.

—¿Dónde estabas? ¿Por qué no te quedaste aquí?— preguntó una vez sus latidos fueron relajándose poco a poco.

—Estaba en el baño, pensando en una forma de orinar sin tener que ponerme de pie. — admitió, y ambos rompieron a reír. Heeseung finalmente se separó y esta vez miró hacia la silla de ruedas y luego a la puerta del baño.

—¿Pudiste hacer?

Jake hizo una mueca. —No, pero escuché un ruido y cuando salí te ví llorando en la camilla.— le dedicó una pequeña mirada culpable y dolida, Heeseung agachó su cabeza un poco avergonzado. —Probablemente en unas horas más pueda volver a caminar y me den de alta. Es algo aburrido estar aquí sólo...

—¿Así que... la cirugía fue un completo exito?— quiso asegurarse —¿Todo salió bien, no es así?

Jake asintió con lentitud y una pequeña sonrisa se formó en sus labios. —Estoy completamente bien, Hee. Me quedan muchos años más de vida.

Heeseung no pudo evitar sonreír con alivio al escuchar aquello. Posó una de sus manos sobre el cabello del contrario y lo acarició con delicadeza. Las mejillas de Jaeyun se sonrojaron y por un momento se sintió tan jodidamente agradecido de estar vivo. Sólo así pudo volver a sentir el tacto de Heeseung otra vez, sólo así pudo ver su hermosa sonrisa nuevamente.

—Deberías recostarte.— dijo el mayor levantándose de la cama y extendiendo sus manos cómo si pidiera permiso para ayudarlo a hacerlo.

Jake hizo una mueca pensativa. —Estoy bien. Pero... si en verdad quieres ayudarme, ¿puedes...? —. señaló con vergüenza la puerta del baño.

Heeseung asintió frenéticamente. —Claro, claro, por supuesto... ¿qué...? ¿qué debo hacer?— preguntó con torpeza, posicionándose detrás de su silla para comenzar a moverlo.

Jake mordisqueo su labio inferior. —Sólo déjame frente a la taza. Yo haré el resto.

Heeseung asintió nuevamente y empujó la silla de Jake con una de sus manos mientras arrastraba el porta sueros con la otra. Se detuvo frente a la puerta y la abrió, encendió la luz y dejó a Jake frente al retrete, tal como pidió.

Heeseung salió del baño después de pedirle a Jake que le avisara cuando terminara. Ya afuera, Heeseung dejó una gran respiración salir. Sacudió su cabello morado sin mucha delicadeza y lo dejó más despeinado de lo que ya estaba después de toda su aventura por llegar hasta aquí.

Pero había valido la pena, definitivamente. Su preocupación en el escenario no había sido nada más que una mala jugada de su cabeza. Jaeyun estaba bien. Jaeyun regresaría a casa después de esto y volvería con sus hijos. Jaeyun seguiría luchando todos los días por vivir, por estar con las personas que amaba, y no había nada que lo tranquilizara más que saber eso.

Jake llamó su nombre y Heeseung entró nuevamente para ayudarlo a lavarse las manos. Cuándo estuvo empujándolo hacia afuera del pequeño cuarto, el cirujano que lo seguía hace un rato entró a la habitación junto a un enfermera.

—Señor Shim, se supone que estoy para ayudarle.— regañó la enfermera y pronto estuvo en el lugar de Heeseung, empujando a Jake hacia la camilla mientras Heeseung lo miraba con una expresión divertida cómo el rubio ponía una mueca de desagrado.

—Y usted, ¿es su familiar o algo? No puede entrar así cómo así a las habitaciones de los pacientes. — regañó ahora el cirujano, aunque podía ver que luego de haberlos visto a ambos juntos, ya se encontraba más tranquilo que cuando estaban abajo.

Heeseung hizo una exagerada reverencia. —Lo siento mucho, doctor, no volverá a ocurrir.— dijo con voz arrepentida, algo fingida que solo hizo reír a Jake quien finalmente había sido recostado en la cama.

—Es mi visita.— dijo Jaeyun hacia los contrarios. La enfermera, quién originalmente se aseguraba que el suero no se haya obstruido, volteó a ver con sorpresa al cirujano y este hizo lo mismo pero con Jake. —Y quiero que él se quede conmigo esta noche, si es posible.

Heeseung los miró a ambos cómo un perrito regañado o como un niño esperando por recibir permiso. Los contrarios siguieron intercambiando miradas entre ellos hasta que finalmente el cirujano aceptó. Heeseung y Jake se vieron con emoción antes de que el mayor hiciera una nueva reverencia de agradecimiento.

—Pero solo con una condición, — dijo el hombre mayor y Heeseung se tensó. Dió un par de pasos lentos hacia él y se detuvo justo frente a su cuerpo.

—S-sí, claro. ¿Qué es?

El cirujano sacó lentamente su mano de detrás de su espalda y mostró un pedazo de papel. Heeseung lo miró con duda hasta que de su bolsillo sacó también un marcador.

—Que me des tu autógrafo.— dijo con una brillante sonrisa y Jake contuvo las ganas de volver a reír. Heeseung frunció sus cejas con confusión, así que el mayor intentó de nuevo. —Mi hija es una gran fanática tuya y se moriría si sabe que te he visto en persona primero que ella. — aclaró.

Tanto la enfermera como Jake soltaron un par de risas y Heeseung se vió obligado a aceptar con vergüenza e incomodidad. Hacer este tipo de cosas frente a Jake se sentía muy raro. A veces era cómo si ambos olvidaran que era un artista famoso y la gran mayoría de personas en el país lo conocían.

Heeseung firmó el papel del cirujano y este finalmente los dejó en paz, la enfermera saliendo de la habitación justo detrás de él. Cuando el mayor se volteó hacia la cama, se encontró con Jake sonriéndole con diversión, mientras recostaba su cabeza en la almohada.

—Tienes fans por todos lados.— molestó.

—A veces desearía no tenerlos. — admitió algo enfurruñado.

Jake solo le sonrió nuevamente, más no dijo nada más. Heeseung tomó asiento en el sillón al lado de su cama y tomó su mano con delicadeza, cómo si no quisiera soltar a Jaeyun ahora que sabía que se encontraba bien.

—¿Realmente puedes quedarte esta noche? Lo siento, no pregunté por tú opinión. — se disculpó el menor pero Heeseung le restó importancia.

—Descuida. No iba a irme de aquí ni aunque me hubieran forzado a hacerlo. — confesó y ambos rieron nuevamente.

Heeseung admiró a Jake lentamente, tomándose el tiempo de solo mirarlo sin tratar de comprender como esta persona podía ser tan perfecta y real. Aún después de tantos años de haberlo visto por primera vez, Shim Jaeyun seguía siendo la misma maravilla de siempre. Aún con sus ojitos adormilados y débiles, aún con su cabello despeinado y su expresión cansada.

Sin pensarlo mucho fue acercando su rostro hasta que ambas frentes se encontraban apoyadas entre sí. Jake cerró sus ojos disfrutando del contacto, su mente recordando a lo lejos lo que Sunoo le había dicho la última vez sobre su ex esposo y cómo eso era una vez más sustituido por Heeseung, por las acciones de Heeseung y sus perfectas palabras, aún cuando no decía nada.

—Lo hiciste muy bien.— dijo el mayor contra su cara, haciendo a Jake sentirse orgulloso de sí mismo. Buscó con desespero la otra mano del mayor y él la sostuvo con delicadeza, como si temiera romperla, porque era simplemente demasiado pequeña para él.

—Gracias.

—Deberias descansar. — sugirió con voz suave y Jake abrió sus ojos —No te preocupes, no me iré a ninguna parte.

—¿Lo prometes?

Heeseung dejó salir una risa enternecida. —Si, lo prometo.

—¿Qué debo hacer si no lo cumples? — amenazó ligeramente el menor en modo de broma y Heeseung le siguió el juego.

—Bueno... tú eliges en si deberías castigarme con muchos besos o... tal vez asfixiarme con tus abrazos. — dijo con una sonrisa ladina.

Jake rió contra su cara y Heeseung se dió cuenta de lo mucho que amó eso. Sentir el aliento de Jake contra el suyo, ver de cerca como su nariz se arrugaba y hacía pequeños sonidos mientras se reía, el como sus ojos se cerraban cuando lo hacía.

—Está bien, lo tomaré en cuenta.— dijo robándole un pequeño beso en los labios, y no fue hasta ahí cuando Heeseung se dió cuenta de lo mucho que había avanzado su relación. Pasar de ser dos ex amantes que llegaron a un simple acuerdo por su hijo, a robarse besos y acurrucarse cómo si nada en todos estos años hubiera cambiado.

Heeseung sabía que estaba siendo muy descuidado con respecto a Jake, saliendo y haciendo este tipo de cosas con él en lugares públicos donde cualquiera pudiera verlos y entonces su empresa se molestaría una vez más, ¿pero realmente podía culparse? Si lo que más había deseado en los anteriores años era tener a Jake devuelta en sus brazos, y ahora finalmente lo estaba consiguiendo.

Lo que sea que pasara después de esto todavía era desconocido, pero una cosa era segura.

Heeseung no se arrepentiría.

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