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14.


— escenas un poco subidas
de tono al final del capítulo. ♨️

⇦ 𝐓𝐇𝐑𝐎𝐖𝐁𝐀𝐂𝐊

Jake meneaba su cabeza al ritmo de la música. En este momento se encontraba en su habitación realizando sus tareas tranquilamente. Ya eran cerca de las ocho de la noche. Ya había oscurecido.

Escuchó sobre su música que alguien tocaba la puerta. Se sacó los audífonos al mismo tiempo que gritaba un pequeño "¿si?".

Señor Shim, su cena ya está servida. Sus padres disponen de su presencia en el comedor esta noche.— habló uno de los empleados de la casa.

Jake frunció el ceño —¿Mi presencia?— repitió más para sí mismo, pero el contrario alcanzó a escuchar de todas formas.

Él se aclaró la garganta. —Sus padres quieren verlo, señor...

Jake rodó los ojos. —Seguro. Digamos que ellos quieren verme realmente. ¿Entonces por qué envían a alguien más a decírmelo?— se quejó —Y ya te dije que no me gusta que me llames "Señor", ¡tengo sólo dieciséis años!

No se escuchó nada al otro lado de la puerta por un tiempo. Jake creyó que el hombre ya se había ido, pero se escuchó un suspiro y luego su voz se volvió a escuchar. Esta vez menos respetuosa y profesional. En confianza. Él era el único trabajador coreano en la casa, así que podía decir que era el único con el que la familia hablaba naturalmente de vez en cuándo.

—Vamos, Jake, sabes que tus padres me matarán si me oyen hablándote cómo sea.— dijo con precaución. Jake podía adivinar que incluso se encontraba viendo hacia los lados con pánico. —Colabora un poco, por favor. Ellos se negarán a comer si tú no estás.

Jake había escuchado atento a cada cosa que él dijo, pero ahora se encontraba haciendo garabatos en su cuaderno. Eso solo lo hacía cuándo se encontraba molesto.

—No voy a ir.

—Ellos se preocupan por tí. Quieren que te alimentes bien.— insistió.

—Pues entonces trae la comida aquí.

—Jake.

—Y de todas maneras... ¿no habían sido ellos los mismos que dijeron que estaba subiendo de peso y que parecía un elefante?— citó sus palabras, con sus ojos fijos en el cuaderno. Su voz sonaba seria y desbordaba rencor. —¿Acaso se cansaron ya de jugar a los nutricionistas?

—Ellos sólo quieren lo mejor para tí.

—Lo que ellos quieren es vivir un vida perfecta, con la casa perfecta y el hijo perfecto, es todo.— sus dedos finalmente soltaron el lápiz que sostenía y sus ojos se movieron a la esquina de la habitación, dónde se ubicaba un gran espejo. Su madre pidió que lo instalaran ahí. —Apenas comía la mitad de una manzana en el almuerzo cuándo tenía doce. Y en mis cumpleaños no me dejaban tocar el pastel. Las señoras mayores siempre alaban mis mejillas diciendo que seguramente mis padres me alimentan bien.— contó mirando su reflejo. Chistó volteando la mirada. —La única vez del día que puedo comer todo lo que quiero es en la escuela.

Por supuesto que sí. Es cuándo Heeseung pasa a buscarme en el descanso y se asegura de pedir toda la comida posible para mí. Él es el único que se preocupa por lo que coma. O mejor dicho, el único que no se preocupa en lo absoluto. Puedo comer todo lo que quiera con él. Soy dueño de mi cuerpo cuándo estoy con él.

Jake... por favor recuerda a tu hermana. Tus padres... ellos la llamaban "hermosa" todo el tiempo y deseaban que se convirtiera en una modelo a nivel internacional. Su muerte... les afectó mucho. Ellos probablemente te traten de esa forma porque quieren que seas lo que Jackie no pudo ser.

Un silencio se prolongó dentro de la habitación. Jake fijó su vista en la pared frente a su cama, sin ninguna expresión en su rostro. Afuera, RyuYeol temió haber hablado de más, pero la verdad sea dicha. Jake y Jackeline no fueron lo suficientemente cercanos para asumir que la muerte de la segunda fuera un tema sensible para el menor.

—¿Por qué?— finalmente habló. Su voz se escuchaba seria, calmada. Pero se sentía cómo ese tipo de calma que viene antes de la tormenta. —¿Por qué? Yo no soy Jackie.

Su respuesta fue corta, pero impactante.
Decía todo lo que quería decir.

—E-es cierto, no lo eres, pero...

—Ryuyeol.— llamó, todavía con la vista fija en la pared. Su voz segura.

—¿Si, señor?

—Largo de aquí.

Al otro lado de la puerta, Ryuyeol se sorprendió. Había hecho enojar a Jake.

Se alejó de la puerta. —Lo que ordene, señor.— hizo una reverencia que Jake no pudo ver. El hombre finalmente caminó lejos. 

Jake permaneció en su lugar, pensando en lo que ese idiota acababa de decirle.

« Ellos la llamaban "hermosa" todo el tiempo y deseaban que se convirtiera en una gran y reconocida super modelo. Su muerte... les afectó mucho. »

« Ellos probablemente te traten de esa forma porque quieren que seas lo que Jackie no pudo ser. »

¿Estaba diciendo que sus padres no lo querían cómo lo hicieron con Jackie? ¿Estaba diciendo que él no era hermoso? ¿Acaso estaba dando a entender que la muerte de Jackie fue una pena total y es por eso que Jake debe sacrificar su vida? ¿Harían lo mismo por él si él muriera?

Jake nunca sería Jackie. Él nunca tendría el cuerpo de una mujer y no quería tenerlo. No dejaría que sus padres siguieran robando su vida de esa forma.

No tiene idea de cuánto tiempo estuvo así, hasta que lo siguiente que supo era que alguien se encontraba tocando la ventana esta vez. Con unos toques muy reconocibles.

Automáticamente Jake meneó su cabeza.

Era Heeseung.

Tardó en recomponerse para ir a abrirle. Heeseung no entró de inmediato. Jake notó que el mayor parecía estar realmente feliz. Su sonrisa era hermosa.

—Hola.

—Hola...

Tan pronto cómo Heeseung notó la mirada perdida de su novio, supo que algo andaba mal. Frunció su ceño y se acercó discretamente a su rostro, teniendo que agacharse un poco en el proceso.

—Hey... ¿qué ocurre?

Jake sonrió débilmente. —Nada. ¿Tú por qué estás aquí?

—Bueno, yo simplemente estaba... pasando por el vecindario. Es todo.— se encogió de hombros. Jake lo miró divertido, rápidamente olvidando su malestar.

—¿Si?

Heeseung asintió. —Y ya que estoy aquí nosotros podríamos... no sé, ¿charlar un poco?— elevó una de sus cejas —¿Mientras rezamos que tus papás no nos descubran?

Jake soltó una risa que hizo sonreír a Heeseung. Jake tenía una preciosa risa. Sin duda era su música favorita.

—Ellos nunca lo harán, créeme.— dijo él. —A duras penas saben que existo.

Heeseung se fue acercando más a Jake apoyándose en la base de la ventana. Ahora prácticamente se encontraba adentro.

—Aún así ellos me quieren fuera de tu vida.— dijo con suavidad. Sus ojos viajaron a sus labios.

—Eso nunca pasará. No dejaré que suceda.— dijo seguro. Sus ojos también se posaron en los labios del mayor.

Heeseung extendió una de sus manos para tomar la de Jaeyun, mientras que con la otra se apoyaba en la pared de su cuarto. Heeseung acercó el cuerpo del más pequeño al suyo, pronto soltando su mano para atrapar su cintura. Jake alzó su mirada para ver los ojos del mayor y este lo estudió fijamente antes lanzarse y dar inicio a un beso suave.

Jake se sorprendió un poco, pero pronto la presión en sus labios se fue volviendo más y más adictiva. Dulce. Cerró sus ojos y se dejó llevar. Heeseung lo besaba con amor y ternura.

Jake elevó su mano y la posó en la nuca de Heeseung, atrayéndolo más y más cerca. Quería sentir a Heeseung lo más cerca posible. Nada era suficiente.

De un momento a otro el amor y la ternura se transformaron en hambre y deseo. Jake se sostuvo fuerte de la ropa del mayor y este no dejaba de apretar la cintura de Jaeyun.

Querían más.

Ambos se separaron jadeando. Nunca antes habían compartido un encuentro cómo este. Era completamente nuevo para ellos, pero se sentía increíble. Cómo si hiciera falta algo más. Cómo si el sólo besarse ya no fuera suficiente para ellos. Necesitaban algo más.

—En realidad yo... q-quería...y-yo...

—¿Si?— preguntó Jake, sus ojos brillando de ilusión. Ambos seguían sujetándose mutuamente.

—Vi-vine porque quería salir contigo, Jake.— admitió Heeseung. Sus mejillas pintadas de un bello sonrojo —Yo quería... quiero, tener una cita. Contigo. Justo ahora.

Jake siguió viendo hacia arriba, hacia los ojos de Heeseung. Ojos grandes y brillantes viéndole de cerca. Jake se sentía sorprendido. Heeseung y él no solían salir mucho. Todas las veces que se veían era en la escuela o aquí, en su habitación. A escondidas.

Pero justo ahora Heeseung quería salir con él. Él realmente quería que ellos dos salieran como una pareja normal. Jake no pudo evitar sentirse emocionado.

—Mis padres... ellos pueden venir a mi habitación y ver que no estoy...— trató de persuadir, pero siendo completamente sinceros, él deseaba totalmente irse con Heeseung.

—No me importa. Yo quiero tenerte esta noche. — dijo con completa seguridad.

Ambos estaban viéndose a los ojos, la luz de la luna entrando por la ventana e iluminándose en los ojos de Jake, quien siguió viendo al mayor con una expresión totalmente desconocida para Heeseung.

Heeseung no lo sabría nunca, pero ese era el momento justo en el que Jake comenzó a creer completamente en él.

Confiaba en Heeseung.

—Está bien.— dijo sin despegar ni un solo segundo su mirada del más alto.

Heeseung esperó unos segundos antes de sonreír grandemente. Tomó con fuerza la mano de Jaeyun y jaló de él hasta que los sacó a ambos al pequeño balcón. Jake miró desde afuera la puerta de su habitación cerrada con seguro. Deslizó también la ventana hasta dejar un pequeño espacio abierto que le serviría para poder entrar cuando estuviera de regreso.

A continuación, vió desde esa altura el patio de su casa y se preguntó cómo se las arreglaba Heeseung para escabullirse cada que quisiera entrar a su habitación. Se burlaba completamente de los guardias en su hogar.

Heeseung se trasladó del balcón a la superficie debajo de este, el que servía cómo techo para el pequeño corredor trasero. Luego, se lanzó desde esa altura [un poco más bajo de lo que quedaba su habitación] hasta caer de cuatro patas en la grama. Jake miró con miedo y admiración a Heeseung desde arriba.

Soltó una risa. —¿Eres un mono o algo así?— aunque lo había preguntado con diversión, se encontraba algo aterrado. Se sostuvo fuerte de la baranda.

Heeseung se rió en voz baja y se recompuso sacudiendo sus manos. Miró como su novio dudaba mucho de hacer lo mismo que él.

—Vamos, será más sencillo para tí.— dijo haciendo señas con sus manos. —Primero pásate por encima de la baranda, ¿okay?

Jake seguía dudoso, sin embargo, eso si pudo hacerlo, luego de unos segundos de pensarlo bien. Se pasó al otro lado con sus dos manos sosteniéndose fuerte de la baranda. Heeseung sonrió.

—Listo.— dijo en un tono bajo y tierno. Jake asustado era algo sumamente adorable a los ojos de Heeseung. El menor lo miró esperando que prosiguiera.

A continuación, Heeseung extendió sus brazos. Jake abrió sus ojos de par en par. ¿Acaso..?

—Ahora lánzate. Yo te atraparé.

Debió haberse espantado. Debió pensar que Heeseung estaba loco por pensar algo así. Él incluso debió darse la vuelta y entrar de nuevo a su habitación. Pero Jake no hizo nada de eso. En cambio, se vió a sí mismo asintiendo lentamente con la cabeza.

Porque confiaba en él.

Segundos más tarde, Jake ya se encontraba saltando a los brazos de Heeseung, quien lo tomó con mucha facilidad a pesar de haber retrocedido un par de pasos por el impacto. Y Jake tenía su cabeza escondida en el espacio de su cuello. Sus brazos y piernas aferrados al cuerpo del mayor. Sus ojos cerrados y su respiración tranquila.

Porque confiaba en él.

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A pesar de vivir en una ciudad grande y transitada, no había realmente mucho que ellos pudieran hacer a esas horas de la noche en la ciudad de Nueva York. Todo estaba cerrado. Los únicos lugares abiertos eran sitios que definitivamente no podían visitar a tan temprana edad.

Pero eso no fue un problema para ellos.

Ambos chicos caminaban por cierto vecindario tomados de la mano, mientras que con la otra sostenían su helado de vainilla. Era poco e improvisado. Era perfecto.

Habían pasado al rededor de una hora charlando en una banca y jugando a quién podía contar más estrellas en el cielo.

En medio de risas, ambos escucharon cómo en la esquina de la calle dos tipos —probablemente ebrios— peleaban y se insultaban mordazmente. Incluso escucharon el sonido de una botella romperse. Esto los asustó un poco.

Heeseung se puso de pie. —Puede que sea peligroso estar aquí solos a estas horas.— dijo viendo la escena a lo lejos. Jake miró el reloj en su muñeca. Ya eran las diez y media de la noche.

No pudo evitar sentirse triste. El tiempo junto a Heeseung había pasado muy rápido. No era justo. Él no quería volver a casa.

—Ujum. Lo es.— dijo con desánimo. Se puso de pie y tomó la mano de su novio, jalando de él ligeramente hacia el lado contrario. —Vamos. Tenemos que volver.

Heeseung pudo notar la contradicción en los ojos de Jake. Probablemente él tampoco quisiera separarse de él todavía. Su noche apenas estaba comenzando.

Caminaron por las calles con más lentitud que antes. Sus manos todavía tomadas, pero ya no hablaban en lo absoluto. Ambos solo esperaban nunca llegar a casa.

De pronto, Heeseung detuvo sus pasos. Jake lo miró con curiosidad sobre su hombro, estaba un par de pasos delante del mayor. Le pedía una explicación con la mirada.

Heeseung parecía pensativo. Dudando mucho de algo con la vista fija en el suelo. Jake incluso siguió su mirada para tratar de entender el porqué de su actitud, pero no encontró nada.

—¿Qué pasa?

Heeseung finalmente habló. —Tú... ¿deseas volver a casa?— preguntó en voz muy baja. Jake apenas lo escuchó.

No sabía cómo sentirse, o qué responder. Heeseung lo miró a los ojos y Jake no pudo evitar apartar la mirada unos segundos.

—A decir verdad, no...

—¿Te gustaría ir a mi casa?— preguntó repentinamente.

Jake volvió a mirarlo, esta vez con sorpresa y curiosidad. Heeseung tenía problemas para respirar correctamente.

Ninguno de los dos dijo nada, hasta que Jaeyun se dignó a responder.

—Claro.— soltó una risa que pretendía sonar casual. No había nada casual en ello, en su comportamiento.

—Mi familia aún está despierta. Mi casa queda incluso más cerca que la tuya. Puede ser peligroso regresar a Forest Hills tan de noche. Además, dijiste hace un rato que te sentías fatigoso. Creo que lo mejor sería que durmieras en mi casa esta noche.— razonó. A Jake le resultó sumamente tierno las excusas que utilizaba para tratar de convencerlo.

—Oh... está bien.— aceptó.

Ellos se sonrieron, soltaron un par de risas tontas y volvieron a caminar tomados de las manos.

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La familia de Heeseung era muy extensa, a comparación a la de Jake. Estaban sus padres, un hermano y una hermana mayor, uno de quince, dos de ocho años [eran gemelos] y una bebé de diez meses. La casa era pequeña y muy ruidosa. Apenas Jake puso un pie dentro, pudo ver el caos en el que vivía la familia de su novio. Los más pequeños corriendo, jugando y gritando por todo el lugar. El otro adolescente jugando videojuegos en la sala, mientras que el papá de Heeseung veía un partido de futbol en la otra pantalla al lado y le gritaba a los jugadores. La bebé estaba llorando y la hermana de Heeseung trataba de calmarla, mientras peleaba mediante más gritos con su mamá en la cocina.

Era estresante.

Muy estresante.

Pero era mucho mejor que su casa.

Al menos aquí estaban todos juntos.

Jake se dió cuenta que absolutamente nadie los había notado hasta ahora. Ellos permanecieron de pie ahí en la puerta. Jake podía adivinar lo que pasaba por la mente de su novio en ese momento. Él probablemente se sentía avergonzado.

—¡Dámela! ¡Nunca saber hacer nada bien! —regañó su suegra a su hija, arrancándole la bebé de sus brazos.

—¡Pues es tu hija, no tengo porqué hacerlo yo! ¡Yo no fui quién la parió! —le contestó.

La mamá de Heeseung la asesinó con la mirada y estuvo a punto de golpearla. Su mano permaneció elevada cuándo notó las dos nuevas presencias.

—¿Adónde andabas? ¿Por qué saliste tan tarde?— dijo en un tono de regaño, pero absolutamente todos en esa casa sabían bien que Heeseung era el hijo favorito de ella. Es por eso que todos los demás lo detestaban tanto. Heeseung era quién menos reprensiones recibía por parte de ella. Podía incluso decirse que era el hijo que más quería y en el que más confiaba, junto a Hyunseo. El hijo mayor que se encontraba fuera de casa en este momento, gracias a sus estudios universitarios.

Él era el más serio de los siete. El hyung de Heeseung. El único que podía decir que no lo odiaba por ser el "favorito" de sus padres. A Hyunseo no podía importarle menos. No es cómo si el fuera diferente, de todos modos. Siempre fue el hijo responsable. El buen ejemplo. El chico de las buenas calificaciones. Es por eso que a Heeseung no le sorprendía que su hermano ni siquiera los llamara o visitara en su tiempo libre. El ambiente de esta familia nunca iría con él.

Heeseung prefirió no responder.

—Mamá, él es Jaeyun. De quién te había hablado.— dijo en cambio, presentándole al castaño detrás de él.

Jake lo miró desconcertado. Jugando nerviosamente con sus dedos, dió un paso más cerca hasta que estuvo completamente al lado de Heeseung. Jake tenía una postura diferente a todos los demás en esa sala y eso era muy evidente. Automáticamente todos los pares de ojos se encontraban centrados en él. Incluso los niños se habían detenido y lo miraban con curiosidad. La bebé había dejado de llorar.

Jake hizo su mejor intento para sonreír de forma agradable. Sacudió su mano e hizo una pequeña reverencia.

—Es un gusto conocerlos... a todos.— volvió a sonreír y soltó una pequeña risa.

La mamá de Heeseung se le quedó viendo mucho tiempo y Jake se puso nervioso. Esperó pacientemente a que alguien dijera algo, pero ese momento nunca llegó. Miró con pánico a Heeseung desde el rabillo de su ojo. Estaba pidiendo ayuda.

La hermana de Heeseung rió.

—¿Así que este es el niño rico que mencionaste? No me sorprende. Su vestimenta lo dice todo.— dijo ella con resentimiento. Se cruzó de brazos.

Jake miró al instante su ropa. ¿Había algo de malo en ella? Esa era su mejor ropa casual...

—Haeyoung.— advirtió Heeseung. Ella lo ignoró.

—Míralo. Seguro se cree mucho. ¿Por qué lo trajiste aquí? No somos lo suficientemente dignos para compartir el mismo oxígeno que él. Podría sufrir un ataque cardiaco si se entera que bebemos agua del grifo.

—¿Grifo..?— Jake miró a Heeseung con confusión.

—Habla de la válvula. El agua ya viene filtrada.— contestó sin mirarlo. Jake formó una "o" con sus labios y asintió entendiendo.

La hermana de Heeseung soltó una risa sin poder creerlo.

Jake aclaró su garganta. —A mi no me importa, en realidad... cualquier agua está... bien.— volvió a sonreír.

—¿Cualquier agua dices? ¿Acaso estás insultándonos solo por no beber agua procesada como tú? ¿Crees que por beber agua mineral nosotros vamos a tratarte diferente?— espetó ella con molestia.

—Haeyoung.— regañó esta vez su mamá.

Jake frunció el ceño. —No bebo agua mineral. Tomo agua de manantial de Finlandia o Hawaii, y agua de lluvia de Ohio. A veces prefiero solo tomar agua de Fiji. —no sonaba ofendido o molesto, sólo cómo si quisiera aclarar algunos detalles.

Si va a insultarme, que al menos lo haga conociendo todos los hechos.

Los demás se le quedaron viendo cómo si tuviera tres cabezas. Jake miró con genuina confusión a su novio y este se notaba algo estresado. ¿Qué ocurrió? ¿Acaso había dicho algo mal?

—¿Lo ves? No eres más que un niño rico y mimado. ¿Eres idiota? ¿Agua de lluvia? ¿Y por qué bebes del río? ¡Te puedes morir y todo por querer parecer superior a los demás!

—El agua que bebo se filtra y purifica al rededor de nueve veces antes de embotellarla, y la que proviene del océano se le quita la sal a través de una osmosis inversa. Con respecto a la de Cloud Juice se obtiene del agua de lluvia más limpia de todo el mundo y se almacena en depósitos. Posteriormente se pasa a través de filtros y se esteriliza con rayos ultravioleta — dijo cómo si nada. —Y los manantiales no son ríos. Son una fuente natural de agua que brota hacia la superficie de la tierra.

El silencio incomodo se prolongó por más tiempo. Jake se dió cuenta que probablemente había hablado de más [demonios, incluso Heeseung se veía incomodo], así que decidió no seguir arruinando esto.

—P-pero cualquier agua es igual para mí, de verdad.— sacudió sus manos y sonrió con suavidad. Vio cómo todos los hermanos varones de Heeseung lentamente regresaban a sus asuntos. Mierda, la había jodido bien grande.

Haeyoung chistó antes de voltearse y alejarse del lugar. Jake supo que ya no existía ninguna forma de que ellos dos lograran llevarse bien.

De repente, el papá de Heeseung se puso de pie. El hombre tenía un aspecto rudo y ligeramente aterrador. Era alto y fornido, Jake definitivamente se sentía intimidado por él. Se paró al lado de su esposa.

—No entiendo cómo es que ustedes dos terminaron juntos. No congenian en lo absoluto.— dijo él con algo parecido a repulsión. ¿Repulsión? ¿Acaso le producía asco a su suegro?

Jake tragó duro.

—Te permitimos salir con un chico porque para empezar, no nos podía interesar menos lo que hicieras con tu vida. —habló ahora para Heeseung. —¿Pero un Shim, Heeseung? ¿Tienes idea de lo que dicen de ellos en la televisión?

« ¿Qué dicen? » quiso preguntar Jaeyun, pero se mordió la lengua. Se lo preguntaba genuinamente. No tenía ni idea de lo que pensaban los demás de ellos.

—No sólo son extremadamente tóxicos, ellos son realmente un asco de personas y su respeto por los demás está por los suelos. No les importa tener que pisotear a los demás para lograr lo que quieren. Y se rumorea que el ambiente familiar es el peor. No existe el amor y la convivencia ni en su misma familia. —dijo con la vista fija en el castaño. Jake se sintió pequeño. Ahora su vista se fijó en su hijo. —Yo no quiero eso para tí.

Jake creyó, por un sólo momento, que Heeseung asentiría y diría que era cierto. Creyó que terminaría todo ahí mismo y se voltearía para correrlo de su casa.

Pero Heeseung no esperó nada para responder.

—No seas hipócrita. Acabas de definir a esta familia completamente.

Jake y su madre lo miraron con sorpresa.
Heeseung siguió viendo a su padre y este a él.

—¿De qué mierda estás habland-

—Mira, papá. Digas lo que digas, yo voy a seguir eligiendo a Jake. Así que... ahorrémonos toda esta discusión que tú y yo sabemos ninguno podrá ganar.— sonrió ladinamente. —Lo único que quería era presentarles finalmente a Jake y ya lo hice. Ahora nos iremos a dormir.— tomó la mano de su pareja sin verlo. —Buenas noches.

Jake se sorprendió aún más cuándo Heeseung comenzó a jalar de él hasta llevarlo a su habitación. Esta era la más alejada de los demás. Por lo que sabía, Heeseung era el único de los hijos que tenía su propia habitación y por esa razón los demás lo detestaban más, en especial Haeyeong, considerando que era la única mujer y debía compartir habitación con uno de sus hermanos.

Cuándo entraron, Jake admiró el lugar. No era grande, pero tampoco era pequeño. Se veía espacioso y muy bien arreglado. A Jake le fascinó desde el primer momento.

—La habitación era de mi hermano y yo.— dijo Heeseeung al ver a Jaeyun fijar su vista en la segunda cama. —Cómo Hyunseo se fue a la universidad, el lugar es todo mío ahora.

—Eres afortunado.— respondió con una sonrisa divertida. Jake se sentó en la cama de Heeseung y siguió viendo por todos lados con curiosidad. Tal vez era el hecho de que el lugar le pertenecía a su novio, pero Jake juraba que era la habitación más cómoda y tierna que había visto nunca. Heeseung ni siquiera poseía muchas cosas.

—Iré por unas sabanas.— dijo Heeseung, asumiendo que Jake querría dormir en la cama extra. Jake asintió y Heeseung salió de la habitación.

Segundos después la puerta del cuarto se abrió, pero no era Heeseung quién entraba. Era la mamá de él.

Jake se sorprendió y de inmediato se puso de pie. Sus manos juntándose delante de él, de forma respetuosa.

—¿Heeseung y tú dormirán juntos?— preguntó ella acercándose. No se notaba enojada ni nada por el estilo. Es cómo si estuviera tranquila e incluso algo apenada.

Jake enrojeció de inmediato. —No, no, no, claro que no.— se apresuró a negar. —Heeseung dijo que traería más sabanas.— señaló débilmente la otra cama.

Ella vió hacía donde apuntaba y luego regresó su vista al castaño. —Oh, ya veo.— soltó una pequeña risa y Jake la correspondió. Ella parecía estar batallando internamente por decir algo.

—¿Sucede algo?— preguntó con cautela.

Ella se mantuvo pensativa y segundos después soltó un pequeño suspiro.

—Yo quería disculparme contigo, Jake. Lo que pasó hace un rato... fue muy irrespetuoso, de parte de nosotros.— ella se sinceró —Mi hija no te trató bien, mi esposo habló mal de tu familia... todo fue tan inaceptable. Y espero que logres perdonarnos por esto.— ella hizo el intento de inclinarse en forma de disculpa, pero Jake la detuvo.

—No... no tiene que disculparse, señora Lee, ¡de verdad!— le aseguró —En realidad debería disculparme yo. Me puse a hablar de aguas y... agh, sólo lo arruiné más.— ella soltó una pequeña risa. —Agradezco que al menos usted haya aceptado nuestro noviazgo. No puedo decir exactamente lo mismo de mis padres.

Su expresión se contrajo un poco y la de ella se ablandó. Ahora ella lo miraba con algo parecido a lástima.

—Tú haces feliz a mi hijo, así que no hay razón alguna para negarme a que ustedes salgan.— ella dijo, y Jake se sintió cálido. Agachó la cabeza con timidez y miró el suelo. Estuvo cerca de agradecerle. Tan cerca. Hasta que recordó algo más.

« Ellos rompieron mis letras. »

« Shout Out. » « Nuestra canción... »

Jake se tensó. Su sonrisa cayó.

La señora volvió a hablar. —Gracias por hacerlo feliz. A pesar de su edad... puedo ver que lo están llevando muy en serio. Y gradezco tanto que él haya encontrado a alguien cómo tú en su vida. Por favor cuídalo mucho.

Jake se sintió incómodo. Levantó su mirada y mordió su labio inferior. Ella le sonrió.

Jake no dijo nada. Él no volvió a hablar nunca, hasta que Heeseung finalmente se encontraba de vuelta a la habitación.

—¿Mamá? ¿Qué haces aquí?

Ellos dos siguieron viéndose a los ojos. La mayor fue la primera en apartar la mirada y comenzó a alejarse.

—Nada. Sólo le estaba deseando buenas noches a Jake.— dijo ella todavía con una sonrisa. Jake la siguió con la mirada hasta que se encontraba fuera de la habitación.

Heeseung lo miró.

—¿Te dijo algo cómo lo de mi padre y Haeyeong?

Jake se apresuró a negar, —Ella fue dulce conmigo. Vino a disculparse.

Heeseung lo miró desentendido, así que Jake decidió dejar esa conversación hasta ahí.

—¿Trajiste las sábanas?

El mayor asintió. —Oh, sí.— se las mostró —¿Quieres dormir ahora? Puedo prestarte algo de ropa... —se encaminó al armario. Jake sonrió enternecido a sus espaldas. Heeseung le escogió unos pantalones de chándal de color gris y una camiseta blanca. Le llevó la ropa doblada directamente a las manos.

Jaeyun agradeció. Ambos soltaron un par de risas sin razón y Jake comenzó a desvestirse. Heeseung se había dado la vuelta encarando a su armario. Sin darse cuenta, comenzó a jugar con sus dedos. Ansioso. Por algo. No sabía el qué.

Por otro lado Jake se había mantenido viendo fijamente la espalda de su novio, justo cuando sus pantalones llegaron a la altura de sus tobillos y se había deshecho de su chaqueta. Nunca había notado lo ancha que era la espalda de Heeseung, ni tampoco se había tomado el tiempo de apreciar la piel acaramelada de su nuca.

No se sabe cuánto tiempo estuvieron así, pero los minutos pasaban y ellos no parecían darse cuenta de eso. Jake se imaginó cómo se sentiría pasar sus labios por esa piel descubierta del mayor. O cómo sería sostenerse de esos hombros anchos mientras Heeseung se encontraba encima suyo.

—¿Jake? ¿Terminaste?

Jake salió de sus pensamientos y sintió sus mejillas arder. ¿Qué carajos estaba pensando?

Vió abajo hacia su cuerpo, y no se encontraba ni a mitad de camino. ¿Cuánto tiemoo estuvo fantaseando con el mayor sin darse cuenta?

—Aún n-no...

Pero se dió cuenta que había respondido muy tarde. Heeseung se había volteado y Jake se encontraba sólo en ropa interior y una camiseta grande. La camiseta que le dió.

Ambos abrieron sus ojos de más, más Heeseung, quién se volteó de inmediato y cerró sus ojos siendo presa del pánico.

—¡L-lo siento! ¡No era mi intención ver!

Jake estaba sonrojado a más no poder.

Ambos lo estaban.

Jake quería desaparecer del mundo.

—N-no te preocupes... fue mi culpa...— dijo tomando torpemente el pantalón que le prestó Heeseung. —En un segundo más termino...

Hacer las cosas bajo presión no era la especialidad de Jake. Había olvidado por completo cómo ponerse un estúpido pantalón. Heeseung podía escucharlo batallar y maldecir en voz baja.

No sabe de dónde salió lo que dijo a continuación.

—Tienes lindas piernas.

Jake se congeló en su lugar.

Heeseung se quiso golpear a sí mismo.

—G-gracias...— Se puso rápidamente el buzo y se sentó en la cama. —Ya puedes voltear.

Heeseung le hizo caso y se encontró con Jake ya vestido y con una expresión tímida. Ambos se miraron a los ojos.

—Puedes dormir en mi cama. Yo usaré la de Hyunseo.— dijo recorriendo la habitación para apagar las luces.

—Claro...— Jake encendió la lampara a un lado de la cama de Hee.

Varios minutos más tarde ambos se encontraban recostados en sus respectivas camas, pero ninguno de ellos podía cerrar sus ojos. Jake miraba hacia el lado —el armario— y Heeseung miraba el techo. Un silencio abrumador se instaló por toda la habitación.

—Jake.— susurró Heeseung —¿Estás dormido?

Jake soltó un pequeño sonido. —No.

—¿Tienes problemas para dormir?

Shim se removió en su lugar. La cama era cómoda, no tenía de qué quejarse. Y aún así no podía pegar un ojo.

—Creo que si...

Heeseung tragó con dificultad. Esperó unos cuántos segundos antes de hablar nuevamente.

—¿Quieres que duerma contigo?— dijo suave.

El oxígeno se atoró en algún lugar del pecho de Jake. Podía sentir los nervios apoderarse de cuerpo. No eran nada nuevos en eso de acostarse juntos en la misma cama, pero ahora era definitivamente diferente. La tensión de hace rato era algo que no podían ignorar.

Sin embargo, rechazar la petición de Hee sólo sería muy grosero de su parte, ¿verdad? Y eso sólo demostraría que algo definitivamente andaba mal con él esa noche, cosa que quería ocultar del mayor.

Se convenció a sí mismo.

—Me encantaría, Hee.— dijo sin poder ocultar su sonrisa. No lo vió, pero Heeseung también sonrió contra su almohada.

De un momento a otro Heeseung se encontraba en su misma cama. Jake estaba recostado de espaldas sobre su pecho, todavía encarando el armario. Heeseung se sentía mucho más grande que Jake en esa posición. Rodeó su cintura con uno de sus brazos.

—Buenas noches, Jakey.

Jake sonrió con timidez. —Buenas noches, hyung.

Heeseung apoyó su mentón en la cabeza de Jake después de besar su cabello. Jake se relajó ante el toque y se sostuvo del brazo al rededor de su cintura. Cerró sus ojos e intentó dormir.

Una hora pasó y ellos siguieron sin poder dormir.

Heeseung se removía inconscientemente, tratando de encontrar una posición más cómoda creyendo que solo así podría dormir. Jake seguía con los ojos cerrados forzándose a concentrarse en dormir y no en los movimientos de las caderas del mayor. Pero es que él estaba tan cerca de ese lugar, que le resultaba imposible no hacerlo.

Tal vez si se volteaba...

Ni siquiera pudo pensarlo bien. Su cuerpo ya se encontraba dándose la vuelta por su cuenta. Sintió a Heeseung tensarse y detenerse. Seguramente creyó que había interrumpido el sueño de Jake.

Fue para peor.

En esa posición, Jake podía sentir la respiración del mayor pegarle en la cara. Sus manos se movieron ciegamente por su cuerpo hasta que encontró algo en lo qué aferrarse. Fue una mala elección tomar su brazo. Jake podía sentir su propio cuerpo reaccionar ante la sensación de tocar los bíceps del mayor. Mierda, él era tan caliente.

De repente, la respiración contra su cara se volvió inestable. Ahora ambos respiraban con pesadez por la nariz. Las manos de Jake subiendo y bajando por el brazo del mayor hasta su nuca. Las de Heeseung sostuvieron fuerte la cintura de Jake.

Lo siguiente que supo fue que Heeseung se encontraba besando su rostro. Empezó por su mejilla, besándolo con cariño. Luego fue a su sien y luego a su frente. Luego sus labios viajaron a su cuello. Jake soltó un suspiro. Sus brazos se enredaron en los hombros del mayor.

Un gemido escapó de sus labios en cuánto sintió los dientes de Heeseung presionar contra la piel de su hombro, pero le encantaba. Heeseung siguió besando y recorriendo su lengua por toda la piel del cuello del menor. Sintió a Jaeyun temblar de placer. Su miembro completamente vestido y erecto rozaba su estómago.

Heeseung mordió el lóbulo de la oreja de Jake, deleitándose con el majestuoso gemido que esto provocó, antes de susurrar unas palabras contra su oído.

—Debemos ser silenciosos, ¿si? Mi familia podría escucharnos.— fue lo que dijo. Jake asintió estúpidamente antes de atraer el rostro de su novio y dar por fin inicio a un beso entre sus bocas.

Fue salvaje, duro y deseoso.

Nada que hubieran experimentado anteriormente.

Las manos de Heeseung se metieron en su camisa y acariciaron su estómago, senos y pezones. Todo mientras todavía se besaban. Ahora estaba completamente encima de Jake.

Cuándo se separaron, Jake buscó el miembro del mayor y lo acarició sobre la tela de sus shorts, sus ojos totalmente concentrados en los del mayor.

Heeseung soltó un par de suspiros y se agachó para volver a besar el cuello de Jake. Este levantó la mandíbula permitiéndole más acceso y casi chilló cuando los dientes del contrario volvieron a perforar su piel. Los besos y mordeduras llegaron hasta su mandíbula. Jake se tapó la boca con una de sus manos, tragándose todos sus ruidos obscenos que amenazaban con salir.

Y sin darse cuenta, ambos se encontraban completamente desnudos ya. Besándose con puro deseo. Sus manos recorriendo y acariciando por todas partes. Heeseung abrió sus piernas y lo preparó. Luego comenzó a moverse dentro de Jake cómo si ese fuera exactamente el lugar al que él pertenecía. Jake lloró de puro placer durante toda la noche. Llamó el nombre de Heeseung un millón de veces en voz baja. Heeseung lo hizo correrse, y luego él lo hizo sobre el estómago de Jake.

La noche fue larga y eterna para ellos.

Nada más existía para ellos dos en ese momento.

El futuro no les preocupaba en lo absoluto.

Lo único que les importaba era el brillo en los ojos del otro. Las promesas capturadas en ellos.

Porque así es cómo había sido su primera vez.

Mágica.

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pasaron "de el amor que perdimos" a "te robaré" de un capítulo a otro JAJAJAJ

Rin. 💕

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