04.
—Las cosas que has hecho estos últimos días... cómo si fueras un artista independiente con cero responsabilidades... honestamente, Heeseung, me decepcionas cada vez más.
Heeseung no hizo más que ver a su jefe con desinterés.
Decir que había desatado un huracán era realmente poco. Toda la atención del público estaba puesta en él, en su hijo, y en la gran probabilidad de que el gran ídolo de k-pop resultara ser... gay.
—Lo único que debías hacer era negarlo, ¡es lo único que te pedimos!— soltó un golpe contra el escritorio—¡Y ahora todo el mundo está dejando de seguirte! ¡Acabaste con tu propia carrera!
Lee quería decir que lamentaba eso, ¿pero era realmente así? Porque honestamente sentía cómo si finalmente era libre, aunque realmente no lo fuera y aún siguiera bajo el poder de Belift.
—Nooo, entonces supongo que merezco un castigo, ¿no?— mencionó con sarcasmo —¿Qué tal un hiatus? Necesito tiempo para reflexionar profundamente en lo que hice mal.— asintió lentamente estando de acuerdo consigo mismo.
El ceo apretó aún más su mandíbula y luego de unos segundos apartó la mirada, posteriormente soltó un suspiro. —Lo vas a pagar. Vas a colaborar con Yunjin para su single navideño, y agradece que lo harás porque ahora nadie quiere tener algo que ver contigo.
Heeseung soltó una risa —¿Más trabajo para mí?
—Sí.— sentenció —Más trabajo y, comenzarán a salir para desviar la atención a algo más y demostrar que no eres gay, o lo que sea que esos rumores digan de tí.
—Tengo veintiocho años, no creas que te aprovecharás de mí-
—¿Aprovecharme... de tí?— preguntó —¿Debo recordarte que fui yo quién te sacó de la miseria? ¿Quieres que te recuerde cómo fui el único que creyó en tí cuándo eras un don nadie?
Ante esto Heeseung se mantuvo callado. Odiaba admitirlo, pero había sido así. Por más que odiara su propia empresa, tenía que aceptar que le debía mucho al hombre frente a él. Especialmente porque fue su único brillo de esperanza cuándo las cosas con Jaeyun, sus padres y su vida se fueron a la mierda.
Es por eso que no se sorprendió para nada cuándo encontró a Yunjin en su estudio, cuándo salió de la oficina sin decir una sola palabra y fue directamente a su lugar de trabajo. El problema era que Riki también estaba ahí, por lo que la chica tuvo que haber pasado tiempo junto a su hijo antes de que el llegara.
—Hola, Yunjin.— saludó educadamente.
La cantante sonrió en grande y se levantó de su asiento para caminar y detenerse justo frente a él, para posteriormente abrazarlo por sobre sus hombros dejándolo congelado en su lugar.
Vaya, cuánto odió que hiciera eso.
—Podemos comenzar a grabar ahora, si es que tu voz está en un buen momento. Pero me gustaría que habláramos un poco antes.... ya sabes, por lo del acuerdo entre nuestras empresas.— propuso ella una vez se había vuelto a sentar.
El peligris rascó incómodamente la parte trasera de su cabeza y soltó un sonido afirmativo hacia la chica. Llegó al lado de Riki, quién se había mantenido callado todo ese tiempo. El niño le vió con grandes ojos curiosos.
—Riki... necesito que vayas con Jay unos minutos, ¿de acuerdo? Te lo presenté el otro día.
El pequeño asintió y posteriormente salieron del estudio tomados de la mano. Caminaron entre los pasillos hasta que el mayor detuvo sus pasos frente a la puerta del estudio de Jay. Tocó un par de veces y posteriormente un sonriente Park apareció frente a ellos.
—Hey~ Riki, Hee...— chocó puños con el pequeño y luego dirigió su vista a su mejor amigo —¿Qué los trae por aquí?
—Necesito que lo cuides un rato... porfavor.— pidió el mayor.
Jay aceptó de inmediato con un exagerado asentimiento de cabeza y Heeseung sólo pudo sonreír aliviado hacia su amigo. Pronto sólo Riki y él quedaban en el lugar, por lo que el mayor invitó al niño a tomar asiento mientras el regresaba a su lugar tomando entre sus manos la guitarra.
—¿Estabas trabajando en algo?— preguntó Riki.
Jay medió sonrió —Sí, yo... estaba creando una nueva canción.
—¿Puedo escucharla?— pidió.
Jay volvió a sonreír pero terminó aceptando indirectamente cuándo comenzó a tocar la guitarra. Pronto el sonido que emitía el instrumento era todo lo que podía escucharse en el lugar. Riki meneaba su cabeza de lado a lado lentamente hasta que escuchó la voz del mayor. Se detuvo y lo vió con grandes ojos, ya que nunca había oído su voz al cantar, y podía asegurar que se escuchaba muy diferente a cómo era normalmente.
" Supongo que no era yo el indicado para tí.
Tal vez estábamos intentando mantener algo que no podíamos soportar.
Sin darnos cuenta siempre terminábamos peleando.
Lo siento tanto.
Durante tanto tiempo te he querido decir.
Supongo que nunca podremos resolverlo.
Incluso cuándo teníamos un pequeño apartamento para solo nosotros dos, nuestras conversaciones eran cortas.
Si nos volvemos a ver en algún lugar.
Me pregunto si podremos reírnos de todo por lo que pasamos juntos.
Ni siquiera se cómo decirte que tú eres la razón por la que no quiero llorar cuándo duermes a mi lado.
Sí, lo sé con seguridad.
Ni tu voz, ni tu rostro, ni siquiera tu torpeza.
No hay nada de tí que pueda odiar.
Tal cómo las flores marchitas, nuestros colores desaparecieron.
Todos nuestros días juntos, tal vez, tal vez, tal vez algún día desaparezcan también.
Supongo que no eras tú el indicado para mí.
Pero ya no puedes hacer que llore por tí nunca más.
"¿Por qué siempre soy yo?" solía decir, pero ahora ya no más.
Rupturas y corazones rotos son tan difíciles de soportar.
Todo lo que tuvimos resultó ser tan fácil de olvidar.
Me pregunto cómo la estarás pasando.
O sea, ¿en serio estás bien con alguien más?
La verdad es que me gustaría que no nos viéramos cara a cara nunca más.
Realmente apreciaría si pudieras mantenerte lo más alejado posible de mí, porque no has cambiado en lo absoluto.
Siempre quieres que todo se haga a tú manera.
Pero aún así no puedo evitar escribirte de vuelta tratando de parecer tranquilo.
Ni tu voz, ni tu rostro, ni siquiera tu torpeza.
No hay nada de tí que pueda odiar.
Tal cómo las flores marchitas, nuestros colores desaparecieron.
Todos nuestros días juntos, tal vez, tal vez, tal vez algún día desaparezcan también..."
—Y es... todo lo que tengo hasta ahora.— dijo Jay soltando una risa.
Riki parecía realmente sorprendido, pues se mantuvo en silencio todo el rato hasta que Jay dejó a un lado su guitarra.
—Tú... ¡escribiste una canción de mis papás!— dijo el niño poniéndose de pie.
Jay lo miró con las cejas alzadas y posteriormente volvió a reír —¿Ah, sí? Heeseung no me ha contado mucho de su historia con Jake...
—¡Estabas hablando de ellos!— volvió a gritar y Jay se vió obliado a hacer una seña para que guardara silencio, aunque este no le hizo caso. —¡Las peleas, las flores marchitas, l-la parte de que todo se hace a su manera, es literalmente mamá! ¡Y-y eso, lo de estar bien con alguien más! ¡Es sobre ellos!
—Shhh, baja la voz.— se acercó más al niño —No lo hice pensando en ellos pero... ¿hablas en serio? ¿Todo eso que dijiste es cierto?
Riki asintió y Jay no pudo evitar sentirse mal por el niño. Debe ser horrible vivir con padres separados, y peor aún, que ellos parezcan odiarse a muerte debido a la relación que solían tener. Deber ser difícil soportar eso, y más si eres un simple niño de nueve años.
Aún así no planeaba hablar sobre eso con Heeseung porque, para empezar, este aún no le había confiado la historia completa junto a Jake. Lo único que le decía era que solía tener un novio antes de entrar a Belift y terminaron debido a problemas, eso era todo.
No quería entrometerse demasiado en la vida de su mejor amigo, y más ahora que parecía estar a punto de perderlo todo de una buena vez.
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Cuándo estuvo frente la puerta de su estudio, dónde una Huh Yunjin lo estaba esperando dentro, recibió una llamada entrante en su celular. Lo sacó de su bolsillo y leyó el nombre de Jake, quién no había parado de llamarle y escribirle durante los últimos días desde que soltó la bomba.
Había pensado en ignorarlo tal cómo había hecho hasta ahora, pero por alguna razón sintió la necesidad de responder y escuchar su voz, aunque sea sólo para gritarle.
Caminó en dirección contraria y se metió a una sala, la que servía cómo cuarto vocal específicamente, y luego de asegurarse de que no había nadie dentro, se sentó en el sillón y le devolvió la llamada a Shim.
—¡Vaya, finalmente contestas!
—Estaba ocupado.— respondió cortante.
—Sí, supongo que estás muy ocupado arruinando por completo la vida de Riki y manchando la reputación de los tres. ¡¿En qué carajos estabas pensando?! ¡Te dejé claro no quería que esto pasara! ¡Ahora, tus malditas fans están acosando a un niño de sólo nueve años que no tiene absolutamente la culpa de nada! Todos hablan mierda de tú hijo, Heeseung, ¿qué es lo que querías lograr?
—¿Quieres saber qué es lo que quería lograr?— preguntó igual de enfurecido.
—Sí.
—Quería demostrarte, no sólo a tí sino al mundo entero, que lo escogeré a él por encima de todo. Y aunque te parezca una estupidez porque, carajo, no llevo ni dos semanas con él, ¡eso es lo que quería lograr! ¡Hacerlo sentir...
—¿Hacerlo sentir qué?
—Quería que sintiera que podía confiar en mí.— respondió.
« Y quería que tú también sintieras lo mismo, aunque no sé realmente por qué. »
Hubo un silencio por lo que parecían unos infernales segundos. Heeseung aprovechó ese tiempo para calmarse un poco y regular su respiración.
—¿Si sabes que están hablando de tu sexualidad por todas partes, no?— sorpresivamente Jake se escuchaba más calmado que antes, aunque Heeseung siempre lograba escuchar ese pequeño temblor en su voz cómo si quisiera llorar.
Heeseung no respondió y en cambio agachó la cabeza porque realmente no sabía que decir al respecto. Jugó con sus dedos mientras pensaba en una buena respuesta hasta que escuchó un pequeño sollozo provenir del otro lado de la línea. Rápidamente se recompuso en su lugar.
—Jake...— dijo con preocupación.
—Yo no quería que esto pasara, Heeseung, lo lamento. Sé... cuánto te esforzaste y por cuánto tuviste que pasar para poder debutar, y ahora... tu carrera se vió afectada por mi culpa cuándo lo único que quería era dejarte vivir tranquilo...
—No, Jake, no es así, no es tu culpa...
—Saben que es nuestro hijo, saben que tuvimos una relación... y-y yo no lo sé, no sé si saliste con alguien más en todo este tiempo, si te siguen gustando los hombres o si siquieras tienes tiempo para eso... pero...
—Está bien, ya déjalo, Jake, está bien ¿de acuerdo? Deja que todos... hablen lo que quieran, nada de esto me afecta, tranquilo, y lo siento por haberte metido a tí y a Riki a este lío siendo que lo que ustedes hicieron por mí fué...
Jake sorbió su nariz —¿Fué qué?— preguntó expectante.
—Hacerme feliz.— respondió.
Otro silencio se instaló entre ellos, pero este fue más duradero e incómodo más por el lado de Jake. ¿Qué se supone que debía responder a eso? ¿Riki lo hizo feliz? ¿Incluso cuándo no tenía idea de su existencia y había llegado a su vida de la forma más inesperada posible? ¿Y qué hay de él? ¿Había hecho sentir feliz a Heeseung luego de tanto tiempo? ¿En qué sentido? ¿...Cómo? Si lo único que había hecho era pelear con él y resentirse.
—Debo irme, tengo trabajo qué hacer.— dijo luego de tanto. Jake salió de sus pensamientos al escuchar su voz nuevamente.
—Ah, claro... responde mis mensajes cuándo tengas tiempo y no olvides mantenerme al tanto de Riki, lo extraño.
Heeseung sonrió de lado —No creo que él lo haga.— bromeó —Ni siquiera se acuerda de tí.
—¿Qué? ¿Estás hablando en serio?— el mayor soltó una risa —No juegues así. Cuándo estén en casa préstale tu teléfono, quiero oír su voz.
—Lo haré, Jake, tranquilo.
—Bueno.
—Bueno.
Era la primera vez, luego de tanto tiempo, en la que parecía que ninguno de los dos quería ser el primero en colgar.
Y eso, por supuesto que estaba llevando a un camino muy peligroso.
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