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01.

—Soy tu hijo.

Heeseung se le quedó viendo al pequeño en completo silencio durante largos segundos, antes de soltar a reír escandalosamente.

—¿Mi hijo?— preguntó con dificultad, casi llorando de la risa.

El niño solamente le miró tranquilo, esperando a que dejara de reír.

—Escucha, amigo, cuándo tú eres así de guapo y exitoso cómo yo... habrán muchas mujeres que le dirán a sus propios hijos que tienen a un padre así de sexy cómo yo o que podrían haberse casado conmigo pero acabaron haciéndolo con su fracasado padre, no te preocupes, ya me ha pasado, pero tienes que saber que lo más probable es que tu mamá odie tanto a tu papá y lo quiera muerto cómo para engañarte de esta forma. Dejando ya esto claro, ahora sí, me iré a dormir. Gracias por tu visita, la disfruté mucho.— dijo lo último con un tono sarcástico en lo que se volteaba y comenzaba a caminar al interior de su casa.

—Mi mamá no inventó nada.— dijo el niño, pero Heeseung lo ignoró. —Se llama Jake Shim.— volvió a hablar justo cuándo la puerta se cerró frente a él.

Heeseung detuvo su paso y regresó rápidamente a la entrada. Abrió la puerta y se encontró con la tranquila mirada del niño.

—¿Qué dijiste?

—Dije que soy tu hijo-

—No eso, lo otro.— le interrumpió —E-el nombre que dijiste...

El niño sonrió —Jake Shim. Es mi mamá y me ha hablado mucho de tí.

—¿Ah sí?— preguntó Heeseung totalmente perplejo.

—Síp.— el niño se adentró a la casa pasando a un lado de Heeseung, sosteniendo las agarraderas de su mochila de forma tierna mientras miraba a su al rededor.

Heeseung se mantuvo tanto tiempo viendo a la nada en la puerta que no notó cuándo el pequeño había entrado, pero en cuánto lo hizo, se giró en un movimiento rápido y llegó a la sala, justo dónde él estaba.

—Esto no puede ser cierto.— dijo con una sonrisa.

Le parecía algo ilógico el que Jake fuera doncel y nunca se lo haya dicho en todos sus años de relación, mucho menos el que haya estado embarazado probablemente antes de separarse, pero claro que no le diría eso al niño.

El pequeño meció sus piernas mientras se sentaba en el sofá. —Mamá dice que sí. Ustedes solían estar juntos pero se separaron en cuánto te diste cuenta que tendrían un hijo. Mamá ha tenido que cuidarme desde entonces pero tú no porque nunca quisiste saber nada de mí, pero te ví en televisión y quise conocerte.— respondió con inocencia.

Heeseung se sentó en el sillón frente al niño, frunciendo el ceño. —¿Él te dijo eso?

Asintió —Sí... dijo que nunca te apareciste en mis cumpleaños porque estás ocupado viviendo tu vida ahora y que no debía molestarte, pero yo quería... buscarte.

—Espera, espera... ¿estás diciendo... que Jake te ha hecho creer todo este tiempo... que yo no me intereso por tí?— el niño asintió y el soltó una risa sin poder creerlo —¡Pero claro que el hizo eso!

—En realidad mamá no sabe que estoy aquí...— admitió apenado.

—¿Qué?— preguntó molesto —¡¿Entonces por qué diablos viniste?! ¡Creerá que yo te obligué!

El niño se hundió en el sofá y le dedicó una mirada triste y culpable, jugando con sus manitas nerviosamente. Heeseung suspiró. No tenía caso desquitarse con el niño por algo que él no tenía la culpa. Aunque una gran parte de él aún no creía por completo que era su hijo. Existía la posibilidad de que Jake haya tenido el niño con alguien más y quería dejarlo en mal a él.

—Escucha... ¿cuál es tu nombre?

—Riki.

—Escucha, Riki. Es muy tarde y... Seúl es una ciudad muy peligrosa, hay mucha gente mala afuera que querrá hacerte daño si sales así cómo así sin un adulto.— trató de explicarle —No vuelvas a hacer eso, ¿quieres? Vas a preocupar mucho a Jake.

—Y a tí...— dijo con timidez.

Heeseung volvió a suspirar —Sí, y a mí.

—Está bien, no lo volveré a hacer, ¡pero yo realmente quería conocerte! ¡y-yo quería...— no logró terminar la frase haciendo un pequeño puchero.

—Está bien, olvida eso. Ahora... ¿tienes el número de Jake o algo así? Debes avisarle que estás acá.— el niño le miró con temor. —¿Dónde vive él?

—En Busan...

Heeseung se frotó el rostro con sus manos, frustrado. —¡¿Viajaste hasta aquí desde Busan?!

—Algo... algo así.

El mayor se mantuvo en silencio con las manos en su cara, así que Riki se quitó su mochila y sacó su ipad, buscando en sus notas el número de su mamá. Posicionó el aparato sobre las piernas de su papá quién miró el objeto con curiosidad.

—Estoy... estoy feliz de verte.— dijo el niño sintiéndose culpable.

Heeseung sacó su celular y comenzó a marcar el número de su ex-pareja, viendo al niño de reojo sin saber qué responder. —Sí... sí, yo también.— aclaró su garganta, poniéndose el aparato en la oreja evitando ahora la mirada de Riki.

Claro que estaba de todo menos feliz. Acababa de enterarse que (posiblemente) todo este tiempo había tenido un hijo con su ex-pareja y que este le había estado mintiendo al pequeño diciéndole que Heeseung había sido un mal padre cuándo para empezar él ni siquiera sabía que Jake era doncel. Si todo esto resultaba ser cierto, Shim Jaeyun resultaría ser un ser más mentiroso que el mismísimo diablo.

El teléfono comenzó a sonar pero Jake no respondía. Esperó pacientemente viendo cómo Riki se dirigía a la cocina de su casa probablemente buscando algo qué comer.

Hasta perdí el apetito.— pensó.

Aprovechó que el niño no estaba cerca para leer nuevamente el número de Jake, viendo cómo en la nota Riki lo había puesto junto el texto "en casos de emergencia llamar a...", aparte que estaba decorado con mucho emojis y un pequeño dibujo de ellos. Por accidente apagó el ipad y en lo que lo intentó volver a encender, se encontró con la imagen de fondo de pantalla.

Eran Jake y Riki, haciendo muecas hacia la cámara mientras el mayor lo abrazaba sobre su regazo. Shim tenía el cabello rubio en la fotografía y Riki se miraba más pequeño que ahora, probablemente entre unos cinco o seis años. Ambos vestían ropa de invierno y se veían tan... tan...

—¿Hola?

Heeseung se quedó viendo la fotografía con atención, ignorando la voz que salía de su celular. Jake había cambiado mucho. Se veía muy diferente, y claro que lo hacía, habían terminado hace nueve o diez años pero no se veía mal. Seguía siendo hermoso, el color de cabello le favorecía y su sonrisa seguía siendo increíblemente preciosa, y...

—¿Disculpe? ¿Hay... hay alguien ahí?— preguntó al otro lado de la línea, sorbiendo su nariz.

Fue entonces cuando Heeseung salió de su ensoñación. Se alarmó al escuchar la errática voz de Jake, cómo si estuviera llorando, pero entonces recordó que Riki se había escapado para verlo y lo más probable era que Jake estuviera preocupado por él.

—Jake... soy yo, Heeseung.— le respondió nerviosamente.

Shim dejó pasar unos segundos en silencio antes de sorber nuevamente su nariz y cambiar su tono de voz a uno molesto. —Escucha Heeseung, no tengo tiempo para lo que sea que... quieras o no lo sé. Estoy algo ocupado, ¿entiendes? Busca... busca otro momento para llamar o lo que sea...

—Jake.— volvió a llamar —Hay... hay alguien aquí que...— hizo una pausa —Riki, él... él está aquí, conmigo.

Hubo otro silencio, uno que se prolongó por mucho, mucho tiempo. Heeseung agachó la cabeza y alejó el ipad de sus piernas para desordenar su propio cabello con frustración.

—¿Cómo sabes de él?— fue lo único que respondió, pasados los segundos.

Heeseung soltó una risa —Él me encontró.

—¿Dónde estás? Iré a buscarlo.— dijo con voz dura.

—¿Por qué no mejor empezamos esta conversación con... con que expliques toda esta mierda, Jake?— dijo entre sarcástico y molesto —Porque vengo de un concierto a finalmente descansar en mi casa y lo primero que veo fuera de la puerta es a un niño con un increíble parecido a tí diciéndome que es mi hijo.

—Dime donde estás, Heeseung.— repitió, ignorando lo que acababa de decir.

—No, Jake, mejor dime dónde estás tú. ¿Adónde te metiste luego de que te fueras de nuestra casa, eh?

—No quiero hablar de eso ahora. Si no vas a decirme dónde estás, iré a la policía y les diré-

—¿Les dirás qué? ¿Que soy el padre de Riki, tal cómo lo hiciste conmigo?— preguntó otra vez con ironía.

—... ¿Es en serio, Heeseung? ¿Cómo pensabas que te lo dijera si las cosas entre nosotros se habían complicado cómo el demonio? Él no sabía de tí hasta que encontró una foto tuya y preguntó quién eras, y-yo no tuve más opción que hablarle de tí y entonces...

—No te preocupes, el ya se molestó en explicarme.— dijo viendo desde la distancia a su hijo quién se adueñaba de su lasaña, embarrando sus mejillas de salsa.

Soltó un suspiro. —Escucha, quiero que esta vez seas sincero conmigo y me digas si este al que estoy viendo es mi hijo o no. Si no lleva mi sangre entonces no me interesa, pero si tiene algo que ver conmigo, definitivamente querré saberlo todo.

Jake volvió a quedarse en silencio hasta que se volvió a escuchar su voz. —Él es tu hijo, Heeseung.

Lee asintió aún viendo al niño —Estoy en Gangnam.— finalmente respondió —Te enviaré la dirección del edificio por mensaje, pero creo que sabes que no hay trenes a Seúl tan tarde.

—Bien, tú... tú cuídalo esta noche y prometo que mañana temprano pasaré por él. Sólo... asegúrate de que duerma bien.

—Bien.

—Bien.

La llamada terminó pero Heeseung siguió con el celular sobre su oreja, viendo fijamente a su hijo.

¿Cómo... cómo es que todo esto había pasado?

Se recordó años atrás, las veces que disfrutó de sus noches junto a Jake, el cómo las cosas iban tan bien entre ellos. Trató de buscar algún error que él haya cometido por su parte, un sólo momento dónde hubiera demostrado no estar de acuerdo con la idea de tener un hijo, pero no, nunca pasó, ni él ni Jake habían sido malas personas. Si su relación había terminado, si las cosas se habían complicado entre ellos, era porque estaban cansados de vivir así. De no tener más ingresos para pagar todas sus cuentas, de tener que buscar nuevos trabajos cuándo los despedían, de tener que soportar las discusiones, las peleas y el cómo nada parecía cambiar pronto.

Él no había sido mala persona, ni siquiera había sido él el que había terminado con la relación, así que... ¿por qué? ¿por qué Jake le había mentido a su hijo todo este tiempo dejándolo cómo el papá malo? ¿por qué tuvo que darse cuenta nueve años después que tenía un hijo con el amor de su vida en aquel entonces? ¿por qué tuvo que pasar todo esto para que Jake le dijera la verdad?

Habría sido algo fácil de aceptar si tan sólo fuera el niño el secreto que Shim le había estado ocultando todo este tiempo, pero lo que le costaba aceptar era el hecho de que Jake le había dicho tantas veces a Riki que a Heeseung no le importaba, que él nunca iría a sus cumpleaños porque estaba ocupado, que aunque fuera su padre, eso no significaba que lo quisiera.

Eso le parecía tan jodidamente injusto no sólo para el pequeño, quién era tan fácil de engañar, sino también para sí mismo. Él no sabía absolutamente nada de Riki. El no tenía ni una sola idea de que Jake estaba embarazado cuándo se separaron y mucho menos que existía la posibilidad de que pudiera estarlo.

Sigues siendo igual de sorprendente.— pensó con rencor, apretando el teléfono y finalmente alejándolo de su oreja.

Se levantó de su lugar y se dirigió a la cocina, dónde Riki terminaba de comer.

—Escucha, Riki, te quedarás conmigo esta noche en lo que tu mamá te viene a recoger...— se quedó mirando el desastre del niño en su cara —Pero primero debes limpiarte. No dormirás conmigo así.— lo levantó de la silla con sus brazos y lo dejó en el suelo.

—Pero yo... recién vine... no me quiero ir.— dijo con lástima y un pequeño puchero en sus labios.

—Bueno, ese no es asunto mío. Jake está molesto y vendrá mañana. Lo que hiciste estuvo muy, muy mal.— se agachó a la altura del niño poniendo las palmas de sus manos en sus rodillas flexionadas.

—¡Pero yo sólo quería verte!

—Y esa es la parte de la historia que no entiendo.— le sonrió con ironía antes de volver a su expresión seria. —A la ducha.

。 ゚ ☁︎。 ゚

—Ponte esto, también ensuciaste tu ropa.— le pasó una de sus camisetas, obviamente le quedaría gigante pero no es cómo si tuviera ropa para un niño de nueve años en su armario.

Riki tomó la camiseta y se deshizo la toalla que rodeaba su cuerpo, luego se puso la prenda al mismo tiempo que Heeseung le pasaba un suéter dándole la espalda, revisando qué más podría usar Riki.

Riki se puso el suéter que le quedaba aún más grande y rió con gracia al ver cómo sus manos desaparecían en las mangas del suéter. Dió pequeños saltitos haciendo que el mayor volteara, viendo a su hijo divertirse por sólo usar su ropa.

—Huele bien, ¿la usas siempre?— preguntó con inocencia.

—Es el suéter que usé en mi última gira.— dijo sonriendo —Puedes quedártelo si quieres, de todas maneras ya terminó.

Heeseung y Riki se subieron a la cama y el mayor apagó la luz de la lámpara, haciendo que Riki soltara un ruido asustado. Heeseung volvió a encender la luz encontrándose con el cuerpo de su hijo pegado a su brazo.

—¿Qué pasa?— preguntó.

—Es que... no me gusta la oscuridad y... cuando duermo a oscuras lo hago con Wonnie...

—¿Wonnie?

—Ujum, Wonnie es mi hermano.— dijo casi inaudible, pegándose más a su cuerpo.

Heeseung soltó una risa y cerró sus ojos para intentar dormir —¿Así que resulta que también tengo otro hijo perdido?— preguntó con ironía. Seguramente Jake le había mentido otra vez a Riki.

—No... Wonnie tiene otro papá...— respondió con voz aguda.

Heeseung abrió los ojos lentamente, volteándose para ver a su hijo quién ya tenía la mirada puesta en él, viéndole con temor y tal vez... algo de lástima por lo que le acababa de contar a su padre.

Lee no supo qué decir. Se quedó viendo los ojos de Riki por un pequeño periodo de tiempo, encontrando la gran similitud que tenían con los de Jake. Era demasiada información que procesar, el que era padre y que Jake había seguido con su vida sin él, cosa que era obvia pero muy difícil de asimilar.

—Intenta dormir. Mañana tu mamá vendrá temprano.— fue lo único que dijo antes de voltear nuevamente su cuerpo, decidiendo que era mejor dejar la luz de la lámpara encendida.

« Wonnie tiene otro papá... »

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