• Prólogo•
La empresa Kurenai , una de las más reconocidas gracias a que su presidente es el mago de la persuasión cuando se trata de cerrar negocios. Aquel albino no solo era envidiado por sus riquezas las cuales se estimaban que podría comprar todo el país ; también era envidiado por su suerte con las mujeres. No había ni una sola que no se resistiera a sus encantos, sin embargo hasta el día de hoy ninguna había tenido suerte con ello.
Si bien el joven albino solo se concentraba en seguir manteniendo a la empresa entre las mejores diez; para él lo más importante era el trabajo. A decir verdad no le tomaba mucha importancia a su situación amorosa, ya que la mayoría de las mujeres solo lo buscaban para poder heredar su fortuna.
Muchos de sus amigos ya le habían dicho más de una ocasión que lo intentara , no perdería nada con intentarlo. Pero vamos, le dices a Shu Kurenai que no sea tan pesimista es como esperar que los cerdos vuelen...
Un nuevo día de trabajo ya hacía en su oficina , como todos los días se encontraba sentado en su escritorio revisando y firmando documentos de gran importancia. Llevando el bolígrafo hasta su mentón intentando centrarse en lo que se encontraba escrito en aquella hoja , leía con mucho cuidado e incluso examinada todas las posibilidades que habría al firmar aquel acuerdo.
Resultaba más que cansado tener que estar leyendo miles de hojas a diario . Su rutina consistía en Trabajo- hogar, esos eran los únicos lugares que conocía. Y es que para él era bastante normal, desde pequeño se la había pasado la mayor parte del tiempo solo, sus padres trabajan todo el día y prácticamente quien se preocupaba de él era Yuuki, una empleada muy querida para la familia y hasta la fecha seguía cuidando de él como si se tratara de su propio hijo.
Se vió interrumpido cuando su secretaria entró a su oficina un tanto apresurada .
- Señor...
- ¿Sucede algo?- preguntó el albino sin despegar la vista de su trabajo.
- El señor Aoi está aquí.- respondió la empleada.
- Está bien, puedes irte.- dicho y hecho la empleada salió , para después avisar al de cabellos azules que podía pasar.
Un portazo había provocado que varios de los documentos cayeran al suelo, un tanto molesto miró al causante de aquel desastre dejando expuesto a un avergonzado peliazul.
-¿Cuántas veces debo decirte que no azotes la puerta?- preguntó cansado el joven empresario.
- Lo siento viejo, es que me emocione demasiado.- se excusó.
- Bueno no importa, ¿Ha que haz venido?
- Vamos estás hablando con tu mejor amigo déjate de cordialidades; solo venía a saludar.- tal como un niño pequeño fue a sentarse en el sillón rojizo que había en la oficina de su amigo.
Apenas y se podía creer que Valt tuviera veinte años, sinceramente seguía siendo el mismo de antes sólo que con cuerpo más desarrollado. No importaba cuántos años pasarán , Valt seguiría siendo Valt ...
[...]
Tras largas horas después al fin había terminado por hoy. Según las noticias había probabilidades de que se aproximará una lluvia por lo cual trajo un paraguas consigo, y en efecto, bastó con estar un par de minutos afuera para que de aquellas nubes grises comenzarán a desprenderse miles de gotas.
Estaba a punto de subirse a su auto deportivo color negro , de no ser porque algo llamó su atención. Una niña.
Aquella pequeña de cabellos negros se encontraba en un pésimo estado , su cuerpo hablaba por sí solo tenía múltiples heridas alrededor de éste; unas que otras cortadas protagonizaban su rostro. Alarmado por ello decidió acercarse y preguntar por su situación, no era común ver a un infante de su edad con tales lesiones.
- Oye - retrocedió un poco por el sobresalto de la menor, estaba más que asustada. - ¿Estás bien?
- ...- la fémina no decía nada, luego de lo sucedido no sabía si confiar en él , o salir corriendo lo antes posible.
-Oye está bien, te aseguro que puedes confiar en mí.- se agachó a la altura de la pequeña para hacerla sentir un poco más en confianza.
- ¿Por qué debería confiar en tí?
- Sé que resulta bastante complicado creer en un extraño , pero te prometo que no te haré daño.- una sonrisa cálida y cariñosa se apoderó del rostro del albino.
Con algo de duda y temor la ojiverde se arriesgó a creer en aquel hombre. No tenía más opción , de lo contrario volvería a ese mundo dónde reinaba el horror y el miedo. Al tomar la mano de aquel hombre con tez blanca sintió como una corriente invadió su cuerpo, su corazón se aceleró y una sensación de protección reinó en su ser.
[...]
El recorrido regreso a casa fue bastante agradable; a pesar que ninguno hablaba mucho se podía sentir un ambiente de tranquilidad. Y por alguna extraña razón el masculino sentía que algo estrujaba su estómago, su sudor era frío y sus manos pasaron de estar tranquilas a temblorosas; quizás era el resultado de no descansar lo que era debido.
Bajó el primero para proporcionarle parte del paraguas a la infante, para evitar que se empapara decidió cargarla. Sintió como el cuerpo de la pequeña empezaba a temblar ,eso hizo que el instinto de protección emergiera de él. Apresuró el paso para que una vez dentro pudiera atender a su visita de la mejor forma posible.
El asombro se adueñó de la pequeña pelinegra, este sitio era bastante similar de dónde ella provenía . Las paredes con su estilo efecto piedra le daba un toque muy extravagante al lugar...
Una voz llamó la atención de la ojiverde ;aquella voz emitía la sensación de maternidad y delicadeza, volteó en la dirección donde la había escuchado y, en efecto era una mujer de edad avanzada; seguida de esto miró como se abalanzó contra el albino atrapándolo en un gran abrazo .
- ¿Acaso quieres que me dé un infarto?-preguntó la mujer en un tono de exageración.
- Lo siento Yuuki después tendré tiempo para explicarte, por el momento, necesito que atiendas a esta pequeña.- colocó una de sus manos sobre la cabeza de la menor, para después despeinar sus cabellos.
- Por supuesto , ven acá primor .- tomó la mano de la niña para guiarla a lo que sería el baño; dónde se le daría un baño para posteriormente tratar con las heridas que habitaban en su cuerpo.
Una vez en el baño la mujer preparó todo lo necesario para hacer que la estadía de la infante fuera cómoda; se había ofrecido a ayudarla a lavarse pero, por petición de la apellidada Li se dispuso a solo ayudar con su cabello. Al cabo de unos minutos al fin estaba limpia, cabe mencionar que el baño no solo ayudo a qué limpiara su cuerpo sino que también ayudo a que su cuerpo se relajara.
Con un vestido de los más elegantes y cómodos fue vestida , sus cabellos fueron recogidos para formar un peinado sencillo pero que hacía destacar la belleza de la infante. Sus heridas tratadas por la mujer de la manera más delicada posible fueron vendadadas ; en cuestión de poco tiempo estaría como nueva.
Enseguida se encargó de administrarlo todo para organizar una cena improvisada; como se trataba de una niña pensó que sería buena idea una temática colorida y sobre todo dulce. Unas galletas de chocolate y un batido de fresa le ayudarían a recobrar sus fuerzas.
Sin lugar a dudas la pinta que tenían ambos alimentos se miraba espectacular, bastó con oler un poco para que las papilas gustativas de la peque se estimularan. Una vez finalizado aquella comida , fue guiada por Yuuki hasta la habitación del joven empresario; ya que por órdenes de él , deseaba ver a su visita.
Con nerviosismo fue subiendo cada una de las escaleras hasta dicha habitación, se encontraba bastante confundida... No comprendía el porque la había ayudado; ella era una completa desconocida y obviamente no tenía nada que ofrecerle a cambio. Cuando se le indicó que podía entrar a la habitación del mayor, su torpeza creció y sentía que se hacía más pequeña de lo que era.
Al entrar miró que el de cabellera blanca se encontraba organizando un par de libros de la estantería que estaba en una esquina de la habitación; con una sonrisa pintada en los labios recibió a la ojiverde .
- Hola pequeña.- saludó el ojicarmin.
- Ho-hola...
- Descuida yo no muerdo.- con su dedo índice indicó que se acercara a él.
En aquellos ojos verdes se podía ver una clara transparencia e inocencia, pero por alguna razón ella se mantenía cabizbaja. Quizás estaba un poco intimidada debido a las circunstancias a las que se enfrentó...
No tenía mucha experiencia tratando con niños y jamás se tomó la molestia de hacerlo, ya que todo el tiempo estaba rodeado de personas adultas por lo que debía comportarse. Pero no sería imposible comprender a un niño necesitado de amor y eso era porque en su momento él lo vivió.
Se agachó a la altura de la fémina , con su dedo pulgar tomó su mentón para hacerla que lo viera directo a los ojos .
- ¿Confías en mí?
- Puedo confiar en tí.- resignada. Dejó salir un suspiro débil y sonrió ante el gesto de su nuevo héroe.
[...]
Hola mis lindas lectoras!!
He aquí con una de mis antiguas historias, solo que esta vez corregido, editado y republicado.
Espero que el contenido sea de su total agrado, acepto críticas, consejos, comentarios al respecto de la historia, etc.
Serán actualizaciones un poco lentas, ya que recuerden que estoy tratando con la historia de Free De La Hoya.
Procedo a mostrarles como son en esta historia ↓
Sin más que decir nos vemos en una próxima actualización.
Besitos ❤️
Atte: zuzanitaxzy.
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