🍥~9~🍥
Jamás se le habría ocurrido que el albino tendría está clase de amigos. No le gustaba la idea de comparar, pero en esta situación era inevitable no hacerlo.
Valt Aoi era un joven hombre con características iguales a las de un niño, y eso era algo muy inusual. Por su parte, el ojicarmin transmitía seriedad y madurez; dos personas en donde existía un gran muro de diferencias.
Pero eso no era lo más sorprendente, sino la amistad que tenían. Eran la viva imagen de la famosa frase: “Polos opuestos se atraen”.
Y de qué manera.
El apellidado Aoi trabajaba como subdirector de una empresa muy aliada a la del albino. Por lo que eran varias las oportunidades que tenían para convivir.
La pequeña Tn tiene una personalidad tranquila y serena, las veces en la que suele actuar de mala manera eran pocas; siempre fue la más tranquila en aquella casa.
—Oye Tn, ¿Te importaría si platico con Shu a solas? —la petición dejó asombrados tanto al ojicarmin como a la nombrada, pero al final de cuentas ambos adultos quedaron solos.
—¿Pasa algo? —preguntó el apellidado Kurenai, formando un gesto de extrañeza.
—¿Qué es lo que sabes acerca de esa niña?
—No mucho en realidad. Apareció de la nada, y tenía heridas en todo su cuerpo; no quise preguntar acerca de ello, supuse que se trataría de algo delicado.
—En pocas palabras no tienes nada, y asumo que tampoco sabes quiénes son sus padres —miró de mala manera al albino, aunque la mayoría de veces él era el listo; en ocasiones llegaba a ser medio imbécil.
El silencio no tardó en aparecer en la habitación, y es que no importara la excusa que diera; no había motivo suficiente para justificar sus acciones.
De hecho hizo todo sin pensarlo. El verdadero Shu lo habría pensado con mucho cuidado, pero no sucedió; tal vez fue la lástima que lo cegó, y lo obligó a ser amable y bondadoso con la pelinegra.
Y solo tal vez, negaba la posibilidad de que todo terminara en un desastre. Tenía que admitir que le era un alivio total saber que nada malo sucedió.
—Escucha—soltó el apellidado Aoi—Entiendo que puede ser difícil alejar a una persona, con la cual te encariñaste en tan poco tiempo. Pero ¿No sientes que estás siendo egoísta?
—No estoy siendo egoísta, aunque probablemente nunca llegue a conocer su pasado; puedo asegurar que es feliz estando conmigo—replicó el albino, le había resultado molesto el comentario de su mejor amigo.
—¿Pero cuánto tiempo más podrás darle la felicidad que ella tiene ahora? Lo quieras o no, el tiempo jugará en su contra y puede que al final solo termines provocando una herida más grande.
[...]
La charla con el apellidado Aoi lo había dejado bastante pensativo, no podía pensar en otra cosa; inclusive comenzaba a desarrollar futuros alternativos. Algo que no era del todo bueno.
Por otra parte, la pequeña ojiverde notó la actitud del albino. Solo que no se animaba a preguntar, ya que tal vez se trataban de asuntos adultos.
Cansado de darle vueltas a una situación que aún no se convertía en un problema, decidió dejar ir aquella idea. Y concentrarse en lo que sí estaba pasando.
—¿Y qué te pareció?
—¿Sobre tú amigo?—cuestionó la infante, luego de recibir un sí por parte de ojicarmin, continúo con su habla.
—Me gustaría tener la alegría y energía que él tiene. Es de envidiar, de ser posible me encantaría tener un mini Valt; de esa forma nunca me sentiría triste.
—Sí, es bastante energético. No hay mucha diferencia en realidad, cuando tenía tu edad era aún más pegadizo; podía llegar a ser algo fastidioso.
El camino regreso a casa fue tranquilo, tuvieron una charla cómoda en donde las risas no faltaron.
Sería difícil imaginar un momento, en el que la apellidada Li no estuviera presente. Ya que ahora había iniciado un rol importante en la vida del albino.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro