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✨XIV: Estoy a tu lado✨

Capítulo dedicado a yumi_abcd05
Gracias por siempre darle amor a ésta historia. Espero te guste💙

—¡Agh hyung! ¡duele! —un somnoliento omega gritó desde aquella posición de loto, su nariz estaba congestionada y le costaba respirar.

Si, había pescado un resfriado.

—Quedate quieto, debo secarlo bien. —se quejó el mayor mientras con la toalla color violeta intentaba secar el cabello azulado de dicho omega. —Además no es mi culpa que tu cama sea tan cómoda que hasta olvidé que debía secarlo... — dijo un poco apenado, el sueño los había vencido en aquel momento, por lo que solo había colocado la toalla en la cabeza del omega y había cerrado sus ojos sintiéndose cómodo al lado de él, con su aroma fresco y cuerpo cálido.

Aunque en el estado que estaba el omega, lo único que necesitaba era refugiarse y aspirar el aroma del alfa. Posición cómoda que los había hecho dormitar.

JiMin rió bajito mientras sonaba su nariz, tratando de olvidar su pesar y concentrándose en YoonGi, su hyung. —He pescado un resfriado. — puchereó.

YoonGi sonrió cuando después de tanto, el cabello del omega se encontraba ya seco. —Si bueno... Te metiste en agua helada JiMin-ah, ¿acaso querías dejarme?
— se quejó.

JiMin negó suavemente sintiéndose culpable y luego de soltar un estornudo volvió a sonar su nariz, la cual se tornó rosada de tanto sonarse. —Lo lamento... Es algo difícil.

El peligris asintió sabiendo que el menor quería contarle lo sucedido. Dejó la toalla de lado y acercó el té de manzanilla y miel para que el omega lo tomara. —Ten.

JiMin tomó la taza y le dió un sorbo, sintiendo como la calidez de éste bajaba por toda su garganta –la cual dolía un poco–  hasta reposar en su estómago.

Ambos se mantuvieron en silencio, pero JiMin pensaba que éste era el momento, YoonGi merecía saber su pasado, el también estaba consiente de ello. Suspiró comenzando a relatar aquello que por años había llevado. —Él murió cuando tenía doce años, ese día yo había ido en busca de plantas medicinales a la colina. De regreso a la aldea sentí una presencia extraña detrás de mi, cuando me volteé para mirar quién era, estaba él, sus cabellos eran rojizos y su piel blanca; llevaba una capa de color negra... Él era HoSeok.

YoonGi empuñó la toalla para calmar aquella necesidad de abrazarlo, dedicándose a darle su espacio y escuchar atento lo que le contaba.

JiMin volvió a estornudar y sorbió su nariz. Necesitaba el tacto del alfa, aquello era algo difícil para él, era un pasado doloroso; miró su mano y luego la de YoonGi la cual reposaba sobre la cama, con timidez se acercó y la tomó con delicadeza, si bien el mayor se sonrojó un momento ante tal inesperado tacto, la aceptó de inmediato, entrelazaron sus dedos y YoonGi dió un leve apretón para darle ánimos al menor de que continuará. JiMin sonrió con melancolía y a la vez pesar, continuando. —Pensé que me haría daño así que le apunté con mis flechas... Era lo único que sabía manejar en ese entonces; pero él solo se rió y me miró con unos ojos totalmente rojos, en ese entonces tuve miedo pero él solo se dirigió a mí de una manera que en aquel entonces me causaba escalofríos, porque su aura era maligna después de todo. —JiMin se detuvo unos instantes para respirar con un poco de dificultad, su nariz no le permitía la entrada de aire así que respiró por la boca un poco incómodo.

YoonGi le observó preocupado, su lobo recriminandole por ser tan descuidado.

¿Era así como lo cortejaría?

Sus labios formaron un puchero, acercándose bajo la atenta mirada del omega. —¿Hyung?

El alfa le miró nervioso pero colocó su mano desocupada sobre la frente del contrario ya que la otra era apresada por el menor. —Tienes temperatura... Dejame ir por algo ¿si?

El menor asintió a la vez que lo soltaba, viéndole ingresar por el baño de la habitación; a los minutos el alfa venía saliendo con un paño y un recipiente que supuso era agua. —Recuestate, te pondré esto para que baje. — dijo mientras colocaba el recipiente sobre la mesa de noche.

El omega se recostó quedando medio acostado pues si se acostaba realmente se ahogaría. Estando en una posición cómoda, cerró sus ojos un momento cuando el paño fue colocado, estaba frío pero le hizo sentir alivio. —Gracias hyung... Oye ¿Por qué no se lo pediste a SoWon?

YoonGi se tensó. —Quiero hacerlo yo, es todo. —se sinceró.

JiMin supo que había algo más, decidiendo que luego le preguntaría sobre ello. Suspiró. —Ahora ven, aún no término. —le invitó mientras daba palmaditas a su lado en la cama, el alfa cambió su molestia por la mención de esa mujer y sonrió enternecido al escuchar la voz tan suave y melodiosa de su JiMin.

Colocándose al lado del omega, ambos quedaron en la misma posición de antes.

Más decidido, YoonGi tomó la mano de JiMin, el tamaño era muy distinto y eso solo hacía que su corazón se llenara de ternura.

Ambos estaban cerca, sus espaldas recostadas en un pilar de almohadas suaves; JiMin sonrió un instante y terminó por apoyar su cabeza sobre el hombro del alfa y miró la unión en sus manos, el alfa al instante apoyó la suya también. Una posición totalmente cómoda e íntima para ambos.

—Sigue contandome Jiminnie. —le dijo con voz suave, el aludido se apegó aún más al calor proporcionado.

—Bien... Recuerdo que HoSeok me habló sin mover sus labios, su voz resonó en mi mente y yo estaba muy admirado y a la vez asustado. Sin embargo él en ese entonces me advirtió sobre los planes de SeoHyun... Tu padre corre peligro y solo puedes detenerlo. Vete antes que sea demasiado tarde.

¿Él no dijo nada más? —preguntó ésta vez el mayor.

—No lo hizo, parecía tener mucha prisa... — afirmó. —Desapareció como humo. Pero él tenía razón y yo lo pensé demasiado, tenía mucho miedo; era muy pequeño y siempre me decían la frase de "solo tú puedes hacerlo"  crecí con ello.

YoonGi ésta vez no se aguantó, notando lo decaído que sonaba el omega; dejó ir su aroma, tratando de calmarle, separando su cabeza un poco posó sus labios sobre los cabellos rubios del menor. —Fueron muy duros contigo... ¿Cómo te sientes ahora?

JiMin lo pensó bien, dejándose hacer, aquellos besos le llenaban totalmente, le hacían sentirse protegido, sin embargo la vergüenza era muy grande y sus mejillas se sonrojaban con tan solo escuchar esa voz sonar cerca suyo.

Se concentró en la pregunta de YoonGi, dándose cuenta que eso le había hecho crear una capa de valentía y rudeza. —Si lo pienso bien... Me provocó creer que el miedo era para los débiles... La palabra débil no podía estar conmigo y eso me hizo creer que llorar estaba mal. —el omega paró unos momentos, entonces aquello que tanto había retenido, salía a la luz y el no podía detenerlo... Ya no quería detenerlo y fingir estar bien.

Las lágrimas salieron, pesadas y llenas de una carga infinita... Porque no había llorado desde la muerte de su padre. —M-me hizo ser alguien que no soy... Nunca tuve amigos porque no podía confiar con facilidad, no pude... Enamorarme ni mucho menos jugar como los niños lo hacen. Me hizo ser alguien egoísta y desconfiado pero... E-estoy harto hyung, q-quiero ser yo y no aquel JiMin fuerte... N-no lo soy, por dentro me aterra el pensar que debo combatir con el mal, me aterra morir y no conseguir aquella libertad. — se detuvo cuando el nudo y las lágrimas vinieron a el impidiéndole retenerse, era demasiado dolor para llevarlo solo el.

YoonGi entendía el sentimiento de JiMin, porque el vio algo similar años atrás y en ese momento le hizo cuestionarse si él también sentía lo mismo. Aquello removió algo en su corazón y lo abrazó fuerte, tratando de darle el calor necesario, darle el cariño que merecía. YoonGi quería entregar todo de él. —JiMin... ¿Tú te sientes libre estando aquí?

—Tú me das esa estabilidad YoonGi hyung, gracias a ti puedo soltar todo... P-puedo sincerarme.
En aquel entonces, no pude hacer nada, mis miedos no me permitieron actuar... Lo vi morir frente a mis ojos pero yo no pude hacer n-nada h-hyung.

Entonces JiMin lloró, soltó todo lo sentía dentro, su carga había sido reducida más no finalizada. Ambos lo sabían pero debían dar paso a paso y YoonGi estaría en todo momento a su lado, dándole la fuerza y soporte que necesitaba.

Entonces aquellas palabras dichas por el omega hicieron que algo dentro de YoonGi se rompiera. —Enseñame a amar, ense-eñame a ser libre porque viví con esto y... Ahora no encuentro la salida para mi libertad h-hyung.

El silencio se mantuvo entre ellos, uno cómodo pero a la vez pesado por aquellos miedos del omega, aquellos detalles que le impedían ser libre.

—Mirame. — el alfa le habló suave, casi en un susurro lleno de apoyo y comprensión. El omega se volteó, ambos quedaron cerca por la posición empleada, la fiebre se había apaciguado así que el mayor retiró el paño y retiró los cabellos rubios que estaba ligeramente pegados a la frente. Sus miradas se cruzaron anhelantes por los sentimientos que comenzaban a crecer y no les daban tregua porque los aceptaban y les daba alegría el saber que ahora estaban juntos en todo lo que viniera hacia ellos, sin importar la tempestad ellos saldrían firmes porque si estaban juntos todo estaría bien.

—Ahora estoy a tu lado... —comenzó el mayor, mirándole con cariño y dando leves toques sobre las mejillas tibias y sonrojadas del contrario, limpiando las lágrimas que caían sin detenerse. —Me encargaré de que te enamores de mi, de que tus inseguridades las superes... Te enseñaré a que llorar está bien, tener miedo está bien pero que cuando menos sientas la valentía de tu corazón te impulsará hacia adelante y yo... Yo estaré contigo; hoy, mañana y...

—Siempre. —completó el menor en súplica, porque ahora ya no podía controlar sus sentimientos, no cuando de YoonGi se trataba.

El omega fue quien terminó de acortar la distancia. Ambos se unieron en un beso sanador y lleno de paz, en uno que transmitía sus sentimientos pero sobre todo su amor creciente.

Porque la primera cosa que hoy había aprendido JiMin era que amar estaba bien... Que al lado de YoonGi todo estaría bien.

—Madre, quedate quieta. —JungKook suplicó cansado, era la tercera vez que las heridas se abrían y parecía que a la mujer no le importaba.

SeoHyun gruñó de dolor y respiró profundamente, mirando a su hijo el cual mantenía inexpresividad en su delicado rostro siguiendo con sus palabras. —Tu hermano debe pagar... ¡Me traicionó JungKook!

El tuvo el valor que yo no tuve en aquel momento...

JungKook tragó el nudo en su garganta, ignoró a la mujer y cuando terminó de cellar y curar se levantó. —Descansa y recuperate... Necesitarás fuerza.
—dijo mientras se encaminaba hacia la salida.

No recibió respuesta y lo agradecía pues lo menos que quería ahora era discutir con la mujer; terminó de salir, cerrando la puerta se dejó caer en el frío piso, limpió las lágrimas de forma brusca; no permitiéndose ser débil, no quería llorar.

Se levantó y caminó sin ganas hacia su habitación, se encontraba cansado de tanta mierda y sus pensamientos no eran los mas estables en esos momentos, no cuando la imagen clara de un alfa de mirada felina le había suplicado y que luego al pasar los años verle dolido y con odio.

Aquella imagen era y sería el castigo de los dioses por haber traicionado a su hyung... Al que le había tratado como nadie lo había hecho y le había defendido de todo y todos.

—Perdóname por ser cobarde... —dijo mirándose con repugnancia frente al espejo en aquella leve luz de su habitación. —Perdóname por lastimarte de esa forma... YoonGi.

Pero no derramó ni una lágrima más, aquel dolor lo dejaría solo dentro de él, porque para él llorar era ser débil y eso no se lo permitiría... Jamás.

Empuñó sus manos para evitar el impulso de romper el espejo con sus propias manos y cerró sus ojos un momento. Al abrirlos su mirada era verde brillante, reluciendo en aquella débil oscuridad en la cual el era un esclavo más.

Su omega era quien más sentía el dolor agonizante que llevaba dentro de sí. Su omega absorbía lentamente su dolor dándole una muerte lenta pero sumamente agria y dolorosa.

—¿Seguro que estarás bien? — YoonGi le habló preocupado mientras le ayudaba a colocar el grueso abrigo. —Puede esperar...

JiMin negó decidido a que quería acabar con su intriga de una vez por todas. —Estaré bien hyung.

YoonGi asintió no muy convencido pero sabiendo que JiMin era un terco de primera, solo por esta vez daría su brazo a torcer. —Vamos.

Salieron de la habitación, luego de tantos besos el omega le había suplicado a YoonGi que le mostrara su regalo. YoonGi no se podía resistir a los encantos del mas bajo así que le dijo que si y ahora JiMin llevaba una sonrisa grande, abrazándose al alfa, caminaron bajo la mirada un tanto curiosa de los guardias.

—SeokJin me pidió que te llevará a su habitación en la noche... ¿Irás?— le dijo, mientras daba un beso a la mejilla del omega.

JiMin asintió entre su sonrojo. —Lo haré, debo agradecerle también, de hecho no me ha dado el tiempo para agradecerles... —soltó lastimero.

—Puedes hacerlo en la cena si gustas. —recomendó.

—Me parece bien.

Ambos caminaron saliendo del cálido castillo para enfrentar el frío inmenso del invierno. —Falta poco para navidad...

YoonGi asintió. —Tres semanas.

La huellas de ambos fueron dejadas como un camino en la nieve, cuando se estaban acercando el alfa se apresuró y sacó una banda de su abrigo, colocándose detrás del menor. —Te cubriré los ojos Jiminnie, debo ambientar mi sorpresa.

JiMin dió un leve brinquito cuando la suave banda fue colocada sobre sus ojos, dejándole en una leve oscuridad pero que le impedía ver. Por esa vez decidió confiar y dejarse guiar por el mayor quien le fue indicando el camino a seguir. —Bien... Hemos llegado.

JiMin sintió su corazón latir acelerado, anticipando lo que sea que le mostraría; la banda fue retirada y su boca formó una "o" perfecta, miró a su hyung con una mirada interminable de sentimientos los cuales la felicidad era la sobresaliente.

YoonGi soltó una risita orgullosa y feliz de que JiMin se notara totalmente complacido. —Aquella vez dijiste que querías un huerto de plantas medicinales y... Quise hacerlo para... —YoonGi abrió sus ojos sorprendido, sintiendo los labios helados por el frío pero que aquella esponjosidad le daba el toque de anhelo y agradecimiento. JiMin le había besado de una manera profunda, su adrenalina había sido elevada y ambos se sostenían en aquel frío, en cuestión de segundos aquel beso suave se comenzaba a convertir en uno intenso, calentándolos en aquel frío invierno.

JiMin se separó no sin antes darle otro beso pequeño al alfa, el cual le miraba sonriente y encantado. —Me encanta... Gracias hyung. — le susurró en su cercana distancia. —Eres increíble Min YoonGi.

Ambos rieron y se dieron un abrazo. —Es un invernadero, las cosas están listas para cuando sea el momento necesario de trabajar. —dijo mientras caminaban de regreso al castillo. Pues JiMin estaba un poco enfermo y si se quedaban más tiempo afuera podía empeorar.

—De acuerdo... —JiMin sonrió. Una idea divertida se le ocurrió, detuvo sus paso y le miró astutamente.

YoonGi se giró para mirarle. —¿Qué tramas?— dijo el mayor entre cerrando sus felinos ojos.

JiMin rió divertido. —¡Quien llegue de último deberá cocinarle la cena!— pero cuando YoonGi vino a reaccionar, el omega corría a lo que su cuerpo y piernas le daban en aquella espesa nieve. El alfa gruñó contento de tener un momento así y comenzó a correr tratando de alcanzar al omega.

Las cosas estaban marchando bien, tanto que daba miedo. Pero ambos querían enfocarse en una sola cosa y esa era en amarse y conquistar sus corazones, porque si ahora estaban juntos esa sería su arma en un futuro para luchar contra cualquier obstáculo.

¡Volviiii!

¿Cómo han estado?

Espero les haya gustado éste capítulo.

Pudimos ver los pensamientos y/o sentimientos e incluso las cargas que llevan estos tres personajes, porque dejenme  decirles que JungKook, JiMin y YoonGi son importantes en la trama.

Quise darles este capítulo hoy, ya no quería hacerlos esperar.

Sin más que decirles, gracias por leer

Hotcakeworld

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