Capítulo 6
MINA
— A la cuenta de tres — exclamó con una malvada sonrisa pegada a su rostro.
— De acuerdo — dije decidida.
— Uno.
— Dos.
— ¡Tres! — dijimos al unísono.
Y en ese momento...ambas cogimos una cucharilla, tomando todo el helado que esta pudiese recoger y comiéndolo al instante.
— ¡Oh maldición! — exclamé mientras realizaba una mueca—, no puedo tomar otra.
Ella hizo un gesto parecido al mío
— ¡Te dije que no aguantarías ni a la primera cucharada!
— Cállate, no es fácil.
— Solo es helado — rió.
— Sí y está bastante frío.— soltó una carcajada
— Aguantas como niña.
— Definitivamente eres una idiota.
— Oye eso dolió — dijo fingiendo seriedad. Por mi parte solo reí
— Es un empate — levanté une ceja.
— De acuerdo, aunque es la primera vez que
empato y lo acepto por que no quiero hacerte perder otra vez.
— ¡No inventes! — exclamé — te destruiría fácil.
— Eso es lo que tú quisieras linda.— le observé con incredulidad
— ¿Que hora es?
— Ocho de la noche. — me respondió luego de observar su reloj
— ¡Estas aquí desde las cinco! No es por echarte Chaeyoung — dije dejando la cocina y volviendo al sofá — pero tu casa está un poco retirada ¿no deberías irte?
— No — dijo — no me iré.
— ¿Qué?
— Pasaré la noche aquí — dijo sentándose a mi lado rodeándome con su brazo.
Debe de estar bromeando.
— Déjate de bromas.
— No bromeo, incluso traje mi cepillo de dientes — sonrió — está en el baño por si te lo preguntas.
— Pero...¿donde dormirás? — Pregunté debido a que yo vivía totalmente sola y mi departamento tenía solo una habitación, en realidad dos, pero la otra estaba llena de todo tipo de cosas que ya no usaba y que por alguna razón no quiero desechar.
— Contigo, en tu habitación — guiñó.
— ¿Que mierda te haz fumado, Son?
Ella soltó una gran carcajada
— No me he fumado nada.
— ¿Entonces a que se debe esto?
— Verás, ayer Mark me comentó que tu cita será este sábado es decir, una semana para hacer que pierdas tu timidez. Para que te vuelvas una experta. Para que sepas qué hacer, cuándo hacerlo, cómo hacerlo, y más... así que debemos adelantarnos un poco.
Diablos, no mentía, pude medir por su tono de hablar que era en serio.
— ¿Para lograr todo eso tendríamos que tener sexo todos los días? — hice una mueca.
— No precisamente, pero sí mas de una vez.
— ¡¿Eso significa que tendremos sexo hoy?!
— No lo sé — dijo arrimándose hacia mi — es obvio que esta noche trataré de enseñarte varias cosas y tal vez lleguemos a algo más...pero para ello debemos estar juntas en la misma habitación — susurró aquello con una voz que sería capaz de erizarle la piel a cualquier chica que la oyera hablar, mientras acariciaba mi mejilla con la intención de voltear mi rostro hacia el de ella.
— No hagas eso Chae — dije.
— ¿Que cosa? — pregunto sin dejarlo de hacer.
— Hablar de esa manera.
— ¿Por que no?
— Porque...no.
— ¿Te pone nerviosa?
— ¡No! — exclamé claramente demostrando lo contrario a lo que decía
— Eres muy tierna — rió y se levantó del sofá.
— ¿A donde vas?
— Me daré una ducha — dijo mientras se dirigía a mi habitación pues estaba pretendiendo dársela en el baño de esta.
— Oye, ya estas sobrepasando límites — dije levantándome.
— ¿Que tiene de malo una ducha?
— Nada, pero precisamente no tienes que usar mi baño, puedes usar el baño de invitados — señalé.
— No quiero usar el baño de invitados — dijo en forma de berrinche— ¡Vamos, Minari!
— Para empezar ¿que te pondrás? Solo trajiste la prenda que llevas puesta.
— Tengo mi ropa interior guardada en mi bolsillo, vengo bien preparada — sonrió.
— ¿Y el resto de la ropa?
— No estarás pensando que uso pijamas, Minari — rió
— Pues...
Chaeyoung rió nuevamente
— Ahora ¿podrías prestarme tu ducha?
— Está bien, pero que sea rápido.
— Gracias — dijo sonriente.
A los minutos logré oír el sonido proveniente de la regadera. Entre más lo analizaba más extraño me parecía todo esto, nunca antes había estado en la misma habitación junto a Jinyoung, pero sí tengo a una Chaeyoung completamente desnuda en el baño de mi habitación.
Mentiría si digo que no siento nada de culpa, desde luego que sí, pero prefiero sentirme culpable a humillada.
Escuché un ruido dentro de mi habitación, este no era muy nítido así que me levante del sofá y puse mi oído en la puerta...
— ¡Mierda! ¡Mi celular! — exclamé, me aseguré de seguir oyendo la regadera, reuní voluntad y entré a la habitación en busca de mi teléfono.
Al tomarlo pude notar que no era nada mas y nada menos que Jinyoung.
— ¿Hola? — dije nerviosa.
— Hola amor — dijo él en un tono lleno de dulzura, lo cual hacía que aquel sentimiento llamado culpa creciera en mí un poquito mas— ¿Como has estado?
— Em..bien, muy bien — los nervios me hicieron soltar una pequeña risa — ¿Tú como has estado?
— Genial, oye Mina...— hizo una leve pausa — ¿Que demonios es eso? — preguntó.
Antes de que Jinyoung pudiese terminar la oración que al principio dió inicio, Chaeyoung había comenzado a cantar con toda la fuerza de sus pulmones en la ducha y encima con una voz más grave de lo normal, como si estuviera imitando a un cantante hombre, lo cual obviamente lograba oírse un poco desde la otra linea
¡Maldición esto estaba mal!
— ¿Que cosa?
— ¡Eso que se escucha al fondo! — no era necesario verlo para asumir que tenía el ceño fruncido.
— Ah eso... — tenía que idear algo así que opte por la excusa mas obvia — ¡Es el televisor!
— Se escucha muy bien para ser la televisión.
— Pues lo es...
— ¿Que programa ves?
Debía optar por el plan B, es decir, hacerme la "víctima" indignada.
— Por amor a dios Jinyoung, ¡es el maldito televisor! — exclamé — ¿Que crees? ¿Que tengo a alguien metido en mi departamento cantando como loco?
— Em...— musitó dejándome suspirar aliviada ya que esto había funcionado.
— Eso imaginé.
— Lo siento, yo..es que...
Si aquello era cierto, en realidad me hubiese molestado pero esto lo fingí para salir de paso así que no había importancia alguna.
— Esta bien cariño, no importa — me senté en la cama. — Oye iba a decirte algo...
— Claro, dime — en ese momento mi corazón comenzó a ir a paso acelerado.
— ¿Que harás el sábado entrante?
— No...no lo sé, supongo que estar en casa y leer un libro. ¿Tu que harás?
— Salir contigo...— rió
— Oh — exclamé en susurro para mi misma apartando el teléfono— ¿Ah si? ¿A donde iremos?
— Aun no lo sé — rió —, pero será especial te lo prometo.
— Que lindo, em...debo irme hablamos luego.
— Esta bien, te amo — dijo nuevamente con tanta ternura.
— Yo también te amo, adiós — colgué la llamada, solté un suspiro y me recosté en la cama con la vista al techo.
— "Oh también te amo" — imitó la voz de Chaeyoung haciendo que me asustara, pues había olvidado que estaba ahí.
— ¡Mierda, Chaeyoung! — regañé al escucharla.
— Oye ¿tanto te aterro?
— No tonta, solo olvidé que estabas aquí ¡lo cual no sé como logré porque cantabas en esa ducha como si no hubiese un mañana haciendo que Jinyoung te oyera! — reproché levantándome para continuar reclamándole, pero la imagen semi desnuda de su cuerpo hizo que me callara.
— Si hubiese sabido, tal vez me hubiese callado — dijo pasando sus manos por su cabello mojado — ¿Qué le dijiste?
— Em...eh...— dirigí mi vista a la nada — ¿por que mejor no dejo que termines de vestirte? — dije pasando rápido para dirigirme a la puerta y salir.
Lo sé, soy una tonta por reaccionar de esa manera, pero en mi defensa jamas he visto a una chica, mucho menos a una tan especial como Chaeyoung, solo en ropa interior frente a mí.
Agradecí al cielo por el hecho de que no había salido de ahí tan solo enrollada en una toalla y que tenía sus partes bien cubiertas, porque de no ser así no sabría como reaccionar.
Antes de que pudiese girar la manilla y largarme, su brazo se posó en la puerta dejándome observar algunos de sus tatuajes marcados en él.
— Ya estoy vestida...— susurró de nuevo con aquella voz.
Al parecer ese era el as bajo la manga de Son Chaeyoung para conseguir chicas.
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