— ¿Hablas en serio?

"¿Hablas en serio? ¿Chaeyoung me estás hablando en serio?" Mina que estúpida eres por amor a dios, que tonta ¡Vamos! ¿No pudiste haberle dicho algo más lindo?

Es por esa razón que te pasa todo esto, es que eres malditamente tonta, vamos dile que veías su rostro cuando Jinyoung te estaba besando, dile que alucinaste todo ese tiempo con ella, dile que te gusta demasiado ¿Qué demonios pierdes con eso?.

— Puedes apostarlo, no estaba segura del porqué pero cuando él llego a tu vida sentí que algo comenzó a faltarme, algo importante —sentí el suave contacto de su mano acariciar mi mejilla, su mirada estaba puesta sobre mis ojos.

No podía analizar de manera correcta sus palabras, no sabía cómo demonios interpretarlas y estar segura de lo que ella trataba de decirme, un pedazo de mí gritaba "maldición le gustas, anda y bésala, idiota" y otra al unísono preguntaba "¿Cómo demonios sabes que no te está coqueteando por juego? Eso es normal en ella ¿no?"

— ¿Qué...qué quieres decir? — pregunté estúpidamente.

— Saca tus propias conclusiones.

Dicho esto nuevamente tomó mi rostro entre sus manos y procedió a besarme, tan despacio que podía sentir cada centímetro de sus labios, de sus malditos y deliciosos labios. No pasó mucho para que diera paso a su lengua sin usarla tan excesivamente, era perfecto.

Me incliné hacia ella para hacer que cayera recostada en la cama, aún besando cuidadosamente sus labios y sintiendo la estampida de mariposas en mi estómago, mientras que Chaeyoung acariciaba mi mejilla con su mano derecha e introducía la otra por dentro de mi camiseta para acariciar mi espalda.

Ella hacía que sintiera todo tipo de cosas extrañas, cosas fuertes como querer mandarlo todo a la mierda, Chaeyoung me hacía actuar sin pensar, por dios ella era perfecta.

— Siempre odié a Rosé — susurré separándome un poco — ¿la recuerdas? Tu amor platónico, la chica que vino de intercambio hace unos años, la estirada esa

— Ella me gustaba porque tú estabas fuera de mi alcance ¿sabías eso? — dijo sobre mis labios con un tono de voz divertido— Ah y, ¿estirada?

No respondí y Chaeyoung solo rió unos cuantos segundos ante esto, luego prosiguió con nuestro beso. Una que otras veces se separaba y gemía debido al dolor de su labio inferior, pero nuevamente volvía a lo mismo sin preocuparse tanto, hasta que simplemente se nos había acabado el aire.

— Podría estar besándote todo el día — dijo quedando a mi lado mientras tomaba mi mano y jugaba con ella — si fuera posible.

— También haría lo mismo — me volteé hacia ella — Chae, ¿Porqué se pelearon?

— Me saca de mis casillas, es un completo idiota, no puedo creer que ese maldito esté de novio con mi pequeña pingüina.

— Yo tampoco estoy muy segura de porqué estoy con él ahora...

— ¿En serio? — asentí

— No lo sé, en ocasiones solo aparece alguien y se queda metido en tu cabeza hasta hacerte olvidar a la persona con quien de por sí estabas — dije en mi mayor intento de demostrarle algo sin parecer desesperada o muy obvia. —Siempre hay alguien que está metido en tu cabeza todo el tiempo, todos tenemos a un alguien en específico

••••

— ¿Qué? ¿Qué acabas de decir? — gritó Nayeon.

— ¿Crees que sea lo correcto?

— A ver — se sentó frente a mí — evalúa bien y ahí tendrás la respuesta.

— ¿Qué debo evaluar?

— A ellos dos pequeña tonta.

— ¿Cómo?

— Olvídalo y observa — dijo algo frustrada — a la izquierda está Chaeyoung, al lado de la máquina de dulces, y a la derecha puedo ver a Jinyoung en la cafetería con Mark. Ahora voltea a verlos y decídete de una maldita vez ¿me logro explicar? Si es Jinyoung ve hacia él, para hacerlo tendrás que pasar al lado de Chaeyoung, y si es Chaeyoung solo ve hacia ella y salúdala. Es simple, solo camina y sin pensarlo dirígete hacia uno de ellos, ya sabes "sigue tu instinto" y esas estupideces.

— Nayeon eso es muy...no lo sé.

— Ve, soló ve y elige antes de que sea demasiado, el mundo no se detendrá por tí, ellos no estarán en una lucha eterna por una chica tonta como tú Mina —dijo, tan dulce y tierna como de costumbre ¿no creen? — eso solo pasa en Twilight y en películas como esas, Chaeyoung no te va a esperar y Jinyoung se aburrirá en cualquier momento, entonces lo único que quedaría sería una sola y triste Mina viviendo con cincuenta gatos en su departamento de solterona.

— No me gustan mucho los gatos — espeté.

— Entonces viviendo con su molesto perrito.

— Bien — asentí algo avergonzada.

— Estoy segura de que tu cerebro te grita el nombre de uno y tu corazón el nombre de otro.

— Eso de escucha a tu corazón es una farsa.

— Vale, soló haz lo primero que te llegue a la cabeza y quítate este peso de encima.

Me quedé en silencio unos segundos, diablos ella era cruel pero tenía razón.

Luego de que Chaeyoung se fuera ayer, yo me había quedado toda la tarde pensando en ello e incluso toda la maldita noche, ella realmente me había dado miles de cosas en qué pensar con esas dos horas que estuvo conmigo en casa.

Creo que es hora de acabar con esto para dejar de sentirme sucia y estúpida, se supone que se lo que quiero ¿no? Pues bien, aquí voy entonces.

— Lo haré — dije levantándome del pasto y sacudiendo la tierra de mis prendas, más o menos decidida.

CHAEYOUNG.

Estaba frente a la máquina de dulces tratando de sacar una maldita galleta, moría de hambre, esa cosa al parecer se había tragado mi dólar, y no tenía dinero para comprar algo decente en la cafetería pues había olvidado mi billetera en casa de Mina.

Mi estómago rugía como loco, y no acostumbro a desayunar casi nunca pero por alguna extraña razón hoy sentía como si no hubiese nada en mi estómago desde hace miles de años y eso me tenía totalmente desesperada

Luego de unos cuantos minutos que para mí parecieron unas largas e interminables horas, la galleta sintió compasión de mí y decidió salir.

Estaba a punto de alejarme de ese lugar hasta que ví a Mina aparentemente caminando hacia mi dirección, lucía nerviosa y sonriente a la vez, la verdad no me había acercado a ella en todo el día por las amenazas de niña celosa que me había hecho Jinyoung, no es como si yo no fuera capaz de ir hacia una chica solo porque un idiota quiere impedírmelo, el problema para mí era que no quería hacer el mal tercio en caso de que ella no me quisiera ahí, porque si tuviese la certeza de que sí lo hace, sin duda alguna me metería en el medio sin importar qué.

Incluso tenía la certeza de que Jinyoung estaba a unos metros de mí y si tuviera la plena seguridad de que ella se sentía igual sería capaz de besarla justo en este momento.

La tarde anterior habíamos estado unas cuantas horas riendo y hablando de estupideces en su habitación, la verdad ya extrañaba hablar de esa manera con ella. También creo haber hecho el intento de decirle que me gustaba, pero realmente no se me hace sencillo solo decirlo, soy algo tonta en cuanto a eso de mostrar los "sentimientos", y cosas así

Mina me dedicó una pequeña mirada de reojo y siguió completamente de largo hacia Jinyoung, aun mostrándose insegura y algo animada, entonces la voz de Mark entró en mi cabeza.

— ¡Vamos Chaeyoung, qué idiota!

MINA.

Iba justo a mitad de camino cuando analicé bien las cosas y me decidí finalmente.

La tarde anterior con Chaeyoung me hizo darme cuenta de lo tonta y ciega que había resultado ser, siempre tuve la certeza de que soy bastante despistada y torpe pero esto era más de lo que había considerado de mí misma, mi capacidad de torpezas va mucho más allá de lo que había pensado.

Pude darme cuenta de que Chaeyoung había estado siempre ahí; con su hombro disponible para llorar, con sus bromas estúpidas, siempre con una sonrisa para mí, con algo molesto para decir, con sus brazos siempre abiertos, es decir, ella fue capaz de enseñarme cómo perder mi virginidad sin reírse en mi cara y sin aprovecharse de mí a su vez ¿Qué clase de persona hace algo como eso?

El verdadero punto es que ella es con quién siento las mariposas y los fuegos artificiales, ella es quien ha estado metida en mi cabeza todo este tiempo y me hizo darme cuenta de que estaba con la persona equivocada.

Flashback

— Si yo estuviese en su lugar demonios, me sentiría la persona más afortunada.

— ¿Por qué dices eso? ¿Que no ves que...— fui interrumpida.

— Porque eres asombrosa, no sería capaz de darte ramilletes rosas, ni llevarte a ver películas de explosiones en una cita, tampoco te llevaría a comer a un restaurante y mucho menos pretender que tu primera vez conmigo sea en mi departamento, aunque lo fue pero sabes a lo que me refiero ¿no? — rió y se volteó hacia mí — En primer lugar no te daría rosas, sino lirios porque esos son tus favoritos y te hacen recordar a tu abuela ¿no es así?

— Si, así es — sonreí, ¿cómo sabía eso? No recuerdo siquiera habérselo comentado alguna vez.

— Y ni loca te llevaría a una cita a ver una de esas películas sabiendo lo mucho que las odias, es ilógico, aunque la verdad yo amo este tipo de películas pero no iría con mi chica al menos que quiera hacerla vomitar o tener pesadillas con sesos y cerebros explotando, no soy tan romántica como para elegir por mí misma la película, pero si hubiese sido Jinyoung entraría a la que tú eligieras sin importar que no sea mi tipo, de todas maneras adoro ver cómo te emocionas con las películas y las graciosas caras que haces, eso es suficiente para mí.

Solo reí ante esto mientras la observaba hablar y mis ganas de abrazarla aumentaban cada vez más.

— Y por último — continuó Chaeyoung con una pequeña sonrisa en su rostro — si tuviéramos una cita en donde estuviese planeando acostarme contigo por primera vez creo que haría lo posible para hacerlo especial y es algo irónico por que tu primera vez no fue muy especial que digamos pero si estuviéramos en otra circunstancia y yo estuviese en el lugar de ese idiota, te aseguro que me encargaría de hacer que no lo olvidaras jamás porque lo vales, en serio lo vales.

Fin del flashback

Aunque no tengo verdaderamente asegurado de que podemos salir de la zona de amigas, sé que sería una completa tonta si la dejara ir.

Pero recordé que para eso debía dejar de estar con Jinyoung, así que reuní fuerzas, me armé de ovarios suficientes y caminé hacia él con las intenciones de terminarle mientras inventaba una excusa por si llegaba a preguntarme.