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Capítulo 31

MINA

— Gracias — dijo Chaeyoung mirándome directamente a los ojos.

— No hay de qué...— respondí ignorando la forma en la que prácticamente me desnudaba mentalmente con su mirada.

Pretendí alejarme o echarla a un lado para salir, pero muy rápidamente y de manera casi fugaz me jaló por el brazo, acercándome a ella firmemente y sin darme tiempo de reaccionar colocando sus labios sobre los míos, mientras con una de sus manos sostenía mi rostro.

La necesidad de apartarme me invadió al instante, pero las ganas de seguir también estaban presentes lo cual no me dejaba reaccionar ya que estaba teniendo una pelea conmigo misma mientras me besaba.

Es que entre sus manos sosteniendo mi cintura, tratando de impedir que me separara de ella y su forma de besar tan malditamente excitante, se me hacía imposible poner los pies sobre la tierra, sin mencionar que sus labios eran como una especie de droga, y no porque fuese adicta a ellos, tampoco porque no podía dejar de besarlo, sino porque una vez que probabas de ellos, se te hacía dificíl no volver a hacerlo de
nuevo o al menos no rehusarse.

Abrí mis ojos recuperando la cordura, notando como ella aún se encontraba sumida en el beso. Y por mi moral de chica decente o al menos por la poca dignidad que ahora me quedaba, la separé de mí bruscamente.

— ¡¿Que demonios fue eso?! — exclamé —
¿Qué pasa contigo? ¿Estás loca?

— ¿De qué hablas?

— ¡Yah, no te hagas la tonta! Tú solo llegaste y me besaste así como si nada — tomé la camiseta de su hombro y le comencé a pegar con ella, aunque aquello fue patético — ¿Te patina el coco, Son?

— Oye basta — dijo — perdona, fue un impulso yo...no lo sé

— No me jodas Chaeyoung, tú no eres impulsiva

— Tal vez contigo lo sea...

— ¿Que?

— ¿Qué? ¿Lo he dicho en voz alta?

— No, es que acabo de leer tus pensamientos, eso es todo — sonreí con falsedad.

— Oye tranquilízate ¿de acuerdo? Además tú
correspondiste, no entiendo porqué te quejas — sonrió.

— ¿Cómo apartarme si tú me sostenías?

— Bien podías apartarte — encogió sus hombros.

— Y lo hice — exclamé.

— Claro, dos minutos después — dijo en un tono burlón.

— Es igual, Son.

— Mierda, lo siento ¿está bien? — dijo un poco más seria, al parecer pudo notar que no era juego.

— No lo está, no está bien, permiso — dije apartándola y saliendo de la habitación.

¿Que podía esperar? ¿Que la aplaudiera? ¿Que aceptara hacerlo con ella en el cuarto de lavanderos? No podía hacerlo, y aunque sé muy bien que me contradigo a mí misma, debía hacerle saber que a pesar de todo no podía llegar y besarme de la nada, era irrespetuoso y en cierta manera me ofendía, pues ha de pensar que por haber tenido aquella serie de encuentros ahora soy como una de sus zorras de sexo libre.

Sé que suena un tanto estúpido que me moleste por algo tan simple como un beso luego de haber tenido relaciones con ella, pero aclararle que no debío hacerlo era lo menos que podía hacer ahora para tranquilizar a mi conciencia o al menos para tenerla menos sucia.

— ¿Ya te vas? — preguntó Mark al verme.

— Sí — dije tranquilamente mientras tomaba mi bolso.

— ¿Lograste limpiar la camiseta de Chaeyoung? — preguntó Nayeon sonriente.

— Sí

— ¿Y dónde está?

— Aquí estoy — dijo mientras terminaba de arreglarse su camiseta, logrando que con su tono de voz tan serio se tensara el ambiente.

— Bien — tomé mis llaves — ¿Me acompañas a casa, amor? — le pregunté a Jinyoung.

— ¡Oh no me digas que tambien te lo llevarás!— exclamó Mark.

— No si él no quiere — dije riendo — solo fue una pregunta.

— Te acompaño — accedió sonriente mientras se levantaba del sofá.

— No jodas ¿enserio te irás? — volvió a intervenir Mark.

— Desde luego bro, es mi chica ¿se supone que deba dejarla irse sola?

— Gracias — reí — de acuerdo — observé mi reloj — adiós chicos.

No pretendí despedirme adecuadamente, más que con un simple "adiós" ya que Chaeyoung se encontraba ahí entre ellos y despedirme de ella con un beso en la mejilla sería raro luego de lo ocurrido.

••••

Jinyoung me dejó en casa y siguió hacia la suya, en estos momentos me encontraba recostada en el sofá tratando de recapitularlo todo, y deseando que aquello tan simple e insignificante no hiciera la cosas extrañas entre nosotras a partir de ahora.

Sentí mi teléfono vibrar luego de un pequeño sonido indicando una llamada, algo dentro de mí deseó que fuese Chaeyoung, aunque sea disculpándose, pero no fue así ya que el nombre de Nayeon aparecía reflejado en la pantalla de mi móvil.

— Hey — exclamó.

— Hola Nay — dije de manera menos animada.

— ¿Que estás haciendo?

— Nada, nada de nada — aseguré mientras tomaba el control de la TV — ¿y tú?

— Nada interesante ¿a ver explícame que demonios ocurrió con Chaeyoung?

— ¿Debió ocurrir algo?

— Pues la ví salir con cara de pocos amigos, y no creo que esté en sus días para cambiar de ánimos tan rápidamente — bromeó.

— No lo sé — reí — ¿Por que no le preguntaste si tanta curiosidad te causa?

— No, gracias, no quería ganarme una puteada.

— Pues no sé por qué ella está molesta cuando soy yo quien debería estarlo.

— ¡¿Por qué?! Trato de esforzarme para lograr que...— se detuvo.

— A ver Nayeon, ¿a qué juegas?

—  ¿A qué juegas tú?

— No utilices tu psicología inversa conmigo — dije — ¿Qué tratas de lograr?

— Solo dime qué ocurrío ahí dentro.

— Una estupidez.

— ¿Y no piensas contármela? ¿acaso intentó besarte o tocarte el trasero? — reí ante su pregunta, ella siempre intentaba sacarle la seriedad a todo.

— No intentó si quiera besarme, solo lo hizo.

— Déjame ir hacia tu departamento y golpearte ¿si?

— ¿Qué?

— Ustedes tuvieron sexo ¿lo olvidas? ¿como puede eso molestarte? Ahora entiendo porqué Chae estaba tan disgustada.

— Oh, que bien — exclamé con ironía — entonces ahora debo dejar que ella me vea como su prostituta personal.

— ¡Estás exagerando! — dijo — ¿Acaso no lo entiendes?

— ¿Qué debo entender?

— Chaeyoung ha comenzado a verte desde otro ángulo.

— Deja de extenderte, seguro solo quiere hacerlo de nuevo y ya

— ¡Que no, Mina! ¿Acaso ella ha tratado de tener sexo de nuevo con otra chica?

— ¿Y qué si es cierto? ¿Debería sentirme orgullosa de ser yo con la que quiera un segundo encuentro?

— Eres tan testaruda, espérame ya mismo que iré a lanzarte algo.

— ¿Por que soy testaruda? Maldita sea Nayeon, ella no entiende que...—fui interrumpida.

— ¡Que tú le gustas, idiota! ¡Le gustas!

Debía estarme jodiendo

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