—¡No, no escuchaste eso! —exclamé perpleja a Jihyo, quien me observaba con una sonrisa picara.

—¿Cuantas veces debo repetírtelo?

—Las veces que sean necesarias para que logre creerlo. —La miré con desconfianza. Aunque sabía que no estaba mintiendo no quería aceptar lo que me había dicho. Estaba intentando convencer a mi cerebro que todo era una mentira y que Jihyo solo me estaba diciendo todo eso para molestarme. 

—¿No lo quieres creer? Pues espera a ver esto —dijo sacando su móvil.

—¿Que demonios? —pregunte.

Aunque por fuera parecía que estaba tranquila, por dentro estaba gritando del miedo. Las manos me comenzaron a sudar de los nervios.

—Cállate y escucha bien —dijo entregándome dicho celular, que tenia en su pantalla un vídeo por reproducirse.

Agarre el celular con mis manos sudadas y temblorosas deseando que Jihyo no se diera cuenta de ese detalle. Al parecer esta entrometida estaba bajo las gradas de la cancha de fútbol husmeando una conversación que establecían Mingyu y Jeonghan

—Estuve pensando en tal vez preguntarle, pues no sé como lo vaya a tomar —dijo Mingyu algo angustiado.

—Hombre, esas cosas no se preguntan —exclamo Jeonghan riendo—. ¡Solo se hacen!

—Lo sé idiota pero, ya conoces a Nayeon... es algo reservada.

—Oye, llevan tiempo siendo novios, de hecho ya te has esperado mucho —rió— haz lo tradicional. Invítala a salir y luego, ya sabes has que parezca inesperado y ella no se negará.

—De acuerdo, eso haré —dijo seguido de un suspiro— ¿Cuando?

—Puede que tal vez dentro de un par de semanas. Incluso puede ser antes.

Luego de que Mingyu acabara la oración el vídeo culminó.

¡Joder esto no podía estar pasándome a mi!

Mi rostro palideció al instante y le entregué el celular a mi amiga. Uno de mis mayores temores se estaba haciendo realidad. Pero siendo sincera sabía que este día llegaría tarde o temprano. Esperaba que fuera más tarde que temprano.

—¿Lo oíste, Nayeon? —preguntó como si no fuera obvio.

—Sí, Jihyo, no estoy sorda. —dije tratando de parecer tranquila, probablemente fallando en el intento.

—Pues tienes cara de haber visto al diablo en carne propia. —dice mientras arquea una ceja

—Tengo puesta mi cara normal. —dije haciéndome la ofendida para no tener que explicarle el porque de mi reciente expresión.

Jihyo se ríe. Por alguna razón su risa me irrita un poco.

—Pues la verdad.

La interrumpo haciendo un gesto con las manos de manera dramática. Para después echarme a reír junto a ella. Aunque mi risa carece de humor. No quería que se notara lo angustiada que me encontraba en estos momentos.

—Ya, en fin. —dijo ésta, parando de reír—. ¡Lo harás con Mingyu! Dios, él es realmente sensual. Tienes suerte.

Hice una mueca ante su comentario,es decir, si, él es mi novio y es muy atractivo. Lindos ojos, lindos labios, buen cuerpo pero ¿se suponía que debía sentirme incomoda? No lo creo. Eso estaba mal.

—Aja —musite.

—Yo que tú estuviese planeando invitarlo a casa esta misma noche. No sé porque nunca te habías animado a tener sexo con él.

—Nunca se dio la oportunidad. —me escogí de hombros con desinterés.

Me limité a no responderle algo más ¿Que caso tenía? A pesar de ser mi mejor amiga ella no tenia ni la remota idea de que aun conservo mi virginidad intacta y esto nunca pareció ser un problema para mi hasta hoy.

¿Por que un problema? Sencillo, todo es fácil cuando pierdes tu virginidad con alguien con la misma escasez de conocimientos que tú o alguien con quien te sientas realmente confiada pero... ese no era mi caso. Sí, Mingyu y yo hemos estado juntos alrededor de nueve meses pero él debe pensar que no soy virgen a estas alturas, es decir, tengo dieciocho años y seria humillante no saber que hacer en ese momento. Me aterra el simple hecho de pensar que pueda decirle a sus amigos que soy pésima en la cama. No es algo que me espere de el, pero algunos hombres suelen ser de esa manera y no quiero correr el riesgo. Decirle que soy virgen tampoco era una opción. Sería igual de humillante, pero de algo estaba segura; necesitaba aprender en cuanto antes sobre el sexo de una manera u otra.

—No te veo emocionada —reprocho esta.

En estos momentos sentía de todo menos emoción. Pero claro ella no tenía porque saberlo.

—¿Por que debería estarlo? Es solo sexo. —dije lo más indiferente que pude. Como si el fuera la cosa más aburrida del mundo.

—¡No es solo sexo! ¡Para nadie es solo sexo!

—Bueno —susurró—. Pero ¿Que esperas que diga? ¡Oh mi dios, Mingyu quiere acostarse conmigo! ¡Oh mi dios que emoción! ¡Ah no puedo esperar, será perfecto!

—Mejor —sonrió de manera inocente.

La verdad no puedo creer que mi amiga aún no captara las pocas ganas que tenía de que esto pasara. Siempre me he considerado pésima mintiendo. Pero ella simplemente parece no darse cuenta.

—No, no lo es. Eso suena como sí estuviera desesperada.

Y estaba desesperada, claro que lo estaba. Pero no por tener sexo. Si no porque tenía la certeza de que pronto lo tendría y haría que todo fuese un desastre gracias a mi inexperiencia.

Luego de que Jihyo se retirara, me dedique a pensar en las posibilidades de que tal vez él no estuviese hablando precisamente de eso.

Claro que esta hablando de sexo. Es un hombre y todos los hombres siempre quieren sexo.

Luego de haberme convencido a mi misma, procedí entonces a pensar en mil y un maneras de no ser un desastre en la cama sin necesidad de haber tenido relaciones.

Nada.

No tenia ni la menor idea, es que ni siquiera había tenido sexo conmigo misma, si saben de lo que hablo. Hace pocos años había logrado entender cosas que niños de doce ya de por sí saben. Nunca he llegado a besar a alguien de manera real, es decir, sí de manera relativamente real, pero jamás un beso de esos que sientes realmente. Las veces que he besado ha sido como besar a la pura nada. He visto ciertas películas con escenas no precisamente pornográficas pero sí con escenas subidas de tono pero ¡Vamos! Es una película, no es lo mismo.

Era un hecho. Estaba acabada, Estaba perdida.

Aunque no soy estúpida. Si me viera obligada a confesarle que aún soy virgen y me deja. No me echaría a llorar como loca, me dolería e indignaría un poco, pero si le importo debería entender. Aunque ese no era el plan. No quería decirle y me rehusaba.

Pensé en la posibilidad de colocar una excusa, pero no llegaría a ningún lado con eso. Aún seguiría sin saber absolutamente nada. Y tampoco puedo inventar excusas para toda la vida. Así que eso no era una opción.

Una señal por favor.

Solo necesito una maldita señal.

Necesito que Dios se apiade de esta pobre virgen de dieciocho años.

Y justo ahí mi celular sonó indicando una llamada.

Maldije en mis adentros en todas las maneras y en todos los idiomas posibles. Destape mi rostro y procedí a tomar mi celular, si veía que se trataba de Mingyu seria mi fin.

Recé un par de veces, me arme de valentía y procedí a ver de quien se trataba.

Jeongyeon.

—¡Yoo Jeongyeon! —exclamé antes de contestar debido a la idea que en ese momento llegó a mi mente—. Perfecto. —sonreí para mi misma y procedí a atender la llamada.

—Hola, Yeonnie. —exclamo ésta desde la otra linea.

—Hola, Jeong, ¿Qué ocurre?

—¿Qué estás haciendo? ¿Estas en casa?

—Nada si te soy sincera y sí, aquí estoy.

—Perfecto, estoy allá en diez. —exclamó.

—Espera.

—¿Que?

—Nunca te invite a venir.

—Pues pensé que como no hacías nada, yo podría...

Su voz sonó tan nerviosa que me causó gracia y ternura a la vez.

—Es broma idiota, siempre eres más que bienvenida. —dije soltando una risita.

—Es esa la razón por la cual eres mi mejor amiga. —rió—. Voy para allá.

—Está bien.

Colgué la llamada.

Al ver el nombre de Jeongyeon una idea apareció de inmediato en mi cabeza. Yoo Jeongyeon es una experta en estas cosas. Lo sé porque conozco chicas que suelen platicarme sobre sus "encuentros" con ella. Tal vez con la esperanza de que yo se lo haga saber a Jeongyeon y esta vuelva a buscarlas. Pero para desgracia de ellas, eso nunca resulta ser así. Ella es un encanto y suele ser muy dulce pero... es una chica de una sola noche.

Puede que lo que este pensando hacer sea la idea más loca que se ma haya ocurrido jamás. Pero, ¿Que posibilidades habrían de que ella sea mi instructora de sexo?

—— Adaptación. Todos los créditos hacia @littlesweett

—— Jeongyeon g!p

—— Contenido sexual, infidelidad.

—— No adaptar esta versión.