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PARTE III

El solo de Shownu terminó y enseguida bajó del escenario para ponerse la vestimenta de policía. Queda decir que esa vestimenta consistía en unos pantalones azules ajustados, un chaleco del mismo color y obviamenta la infaltable gorra de policía. Todos usaban gafas oscuras para darle un super toque al vestuario, pero yo no, yo usaba una máscara azul. Ya saben, para cubrir mi identidad. Kai siempre usaba máscaras, todos lo sabían.

Subimos al escenario y empezamos con nuestra rutina, movimientos sensuales, fuertes, lentos, suaves...en fin, un número perfecto.

Luego de terminar de bailar venían los juegos, para las despedidas de solteros casi para terminar el show, los hacíamos para calentar y avivar un poco más la noche.

El primer juego consistía en que dos invitados solteros debían beber cerveza de un enorme vaso con una pajita en forma de polla, sip muy creativo. Y el ganador recibía un premio, "Dos Minutos en el Paraíso" con Shownu. Ganó un tal Kihyun, mi compañero se lo llevó detrás del escenario y al parecer dos minutos no les fue suficiente, porque tomó el micrófono y anunció que aquel chico era el primer arrestado de la noche y luego se lo llevó a su cuarto privado.

Busqué con la mirada a Kyungsoo pero no lo encontraba, la verdad no me di cuenta de si se había ido durante el baile pero bueno solo me quedaba suspirar resignado, era una tremenda pena si es que ya no estuviera.

El segundo juego era un concurso de baile y esta vez el ganador se llevaba un par de botellas de Whisky...cofcof 'Etiqueta verde'. Sip mi jefe era un buen inversionista. Algunos se quejaban, querían también ser arrestados, así que al final de la noche algunos de los bailarines elegirían a su afortunado de la noche.

Vale decir que me hubiese encantado arrestar a mi platónico, pero bueno habían dos cosas que me jodían la idea. Kyungsoo no estaba y pues tenía novio, no soy tan cabrón para meterme en una relación... aunque pensándolo bien, la mayoría de los chicos bonitos que me follo no eran tan solteros que digamos.

— ¡Bien! ¿Quiénes serán los sexys que participaran en el concurso de baile? —preguntaba Jooheon por el micrófono.

Un par de chicos y una chica levantaron la mano, dispuestos a ser el ganador del rico licor.

— Tenemos una bonita novata -dijo Jooheon un tanto emocionado, uhm sip él era bisexual- y dos preciosos ángeles. Ya saben que hacer, muevan el culo como sepan hacerlo y dejense llevar por la música. Y empezamos 1,2,3 ¡Música!

Las tres personas empezaron a mover sus cuerpos al ritmo de Crazy in love de Beyonce, nada mal tenía que ser sincero. Aquella chica si que sabía moverse, era mi favorita entre los tres.

Estaban en medio baile cuando un pequeño de ojos grandes subió al escenario, un poco agitado y sonriendo avergonzado. ¿Qué estaba haciendo Kyungsoo?

— Paren la música —exclamó Jooheon- Nene ¿Quieres unirte?

— O-ohm yo —suspiró, miró el suelo unos segundos y luego levantó el rostro sonriendo travieso- Sí, quiero unirme. Y también quiero ser quien elija la canción.

— Uuuuh ¿Qué canción desea el bebé?

— Earned it...

— Uhm si mi ingrish no me engaña, creo que esa canción es la de esa película... -y dio unas fuertes palmadas al aire mordiendo su labio. Es un animador muy efusivo- látigos y ...

— Sí, esa peli.

— Bien, los demás competidores. ¿Están de acuerdo?

Ellos asintieron desinteresados.

— Hagámoslo un poco más interesante —algo se traía entre manos- Le bailaran a tres de nuestros chicos. La hermosa novata puede bailarme a mí -se ofreció. Oh que sacrificado mi amigo-

Todo el público aplaudieron animados. El novio estaba un poquito pasado de copas y si no fuera por dos de sus amigos se hubiera trepado también al escenario. Todo se estaba poniendo divertido.

— Bueno, bellos donceles, elijan a su bailarín favorito para así poder empezar el show.

Cada uno iba eligiendo a quien quería y la chica se fue con Jooheon. Mis ojos se toparon con la mirada nerviosa de Kyungsoo, era su turno y mi ser temblaba ante la expectativa de ser yo la persona que él quería para menearle las caderas al ritmo de esa sensual música. Mi corazón dio un brinco cuando se puso frente a mí y me sonrió de tal manera que me llegue a marear por la feli....

...Y eligió a Minho que estaba a mi costado.

Si no fuera porque estaba trabajando, hubiese hecho una pataleta con berrinche incluido. Un macho como yo también hace berrinches ¿ok? Estúpido y sexy Kyungsoo, me engañó.

Los demás bailarines dimos un par de pasos atrás para dejar a las cuatro parejas.

Debía ser sincero, estaba un poco -quizá muy- resentido con mi pequeño platónico. Y durante todo el baile me la pase con los brazos cruzados. Osea, Kyungsoo era un maldito sexy bailándole al tarado de Minho, y la cara de baboso que traía mi compañero me daba envidia, daban ganas de tomarle una foto y enviársela a su novio. Taemin estaría encantado de ver a su puchito en plena acción.

Terminaron de bailar y Jooheon nos pidió a los demás bailarines ser los 'jurados'. Como si me pagaran para hacerla de un juraducho. Ajá sí, Kim Jongin además de sexy y guapo, también es un resentido de lo peor.

Debía ser objetivo y por mucho que mi bello platónico moviera las caderas como Shakira, la ganadora debía ser la chica, que curiosamente no le preguntamos el nombre. ¿Qué cosas no?

— Todos lo hicieron genial —me eligieron a mí para ser quien anunciara a a la ganadora- pero decidimos que quien debía llevarse la bebida, es la novata —así la había apodado Jooheon-

La multitud aplaudió, entregamos el premio y ya era momento de terminar el show. Con tanta cosa, ya ni ganas de follar me dieron.

La gente podía seguir bebiendo y bailando, después de todo lo habían rentado por toda la noche y debían aprovecharla.

— Muchas gracias a todos —Jooheon hablaba- nuestros bailarines terminaron por esta noche. Uno que otro estará paseando por ahí, no hagan cosas malas que tal vez podrían arrestarlos -rió y la multitud gritó una vez más eufórica- ¡Gracias! y ¡Sigan divirtiéndose!

Bajamos del escenario y algunos de los chicos decidieron ir por un trago. Yo no tenía ganas pero necesitaba una, así que acepte y nos dirigimos a la barra.

— Un whiskey doble, por favor.

— ¿Cansado? —preguntó el barman-

— Solo un poco. Gracias —dije al recibir mi bebida-

Lo tomé de una sola y amé el ardor del alcohol en mi garganta.

— Nos vemos —le dije a los otros chicos-

— ¿Hoy Kai no caza? -preguntó Hoseok-

— Tal vez —sonreí y me giré para ir a mi cuarto-

Llegué a mi cuarto, me tiré a mi cama rebotando en el colchón y me reí, me sentía un crío, amaba esa cama. Me puse de pie y decidí sacarme la ropa, puse el pantalón y el chaleco en el perchero, y el gorro de policía en la mesita de noche, quedando solo en boxers y mi máscara. Iba quitarme el antifaz pero escuche la puerta del baño cerrarse. No creía en los fantasmas y esas bobadas, pero eso había sido raro.

— ¿Quién está ahí? —pregunté un tantito asustado. Solo tantito-

Yo seguía en ropa interior, ¿Qué tal si era un fantasma violador? Ok, eso no tenía sentido alguno.

Me dirigí al baño y abrí la puerta.

Lo que menos me esperaba era encontrarme con unos grandes y bonitos ojos.

— L-lo siento y-yo yo...

Me aclaré un poco la garganta y trate de alterar mi voz.

— ¿Qué haces aquí?

— Uhmm ¿buscaba el baño? —sonrió nervioso-

— ¿El baño? Bueno, este es mi baño.

— Oh cierto, entonces me voy.

Kyungsoo salió casi corriendo y fui tras él tomándole del brazo.

— Ahora dime la verdadera razón por la que estás aquí.

Kyungsoo miró mi mano en su brazo y luego con esos bellos ojitos recorrió mi cuerpo. Claro, estaba solo con la ropa interior. Solté su brazo, tragó saliva y luego suspiró.

— El du-dueño del lugar m-me dijo que podía.

— ¿Ah sí?

— Sí...

— ¿Y para qué querrías tú entrar aquí?

— Sexo.

Ok. Casi me atoro con algo inexistente. ¿Escuche bien?

— ¿Qué dijiste?

Debía asegurarme. Tal vez me chocó el whiskey.

— Sexo, quiero sexo contigo —dijo sin titubeó-

— ¿Me tomas por un gigolo?

— Y-yo —volvió a ponerse nervioso, era un poquito gracioso- ¿No lo eres?

— Nop.

— ¡Lo siento! Oh Dios, siento si te ofendí.

Me reí fuerte y casi ruedo en el piso.

— Tranquilo, Kyungsoo.

— ¿Cómo sabes mi nombre?

Ok. La fregué. Piensa, Nini, piensa. Ok, got it!

— Lo dijeron en el escenario, cuando te eligieron a ti y al novio y al otro chico, Kibum ajam sí, ese es su nombre ¿Verdad? Es que soy bueno recordando nombres y eso, ya sabes.

— Ahm ok. Yo siento lo que dije, creo que me voy.

Iba a arrepentirme más tarde tal vez, pero debía aprovechar esa oportunidad de oro.

— Tú no eres de los cuales pagan para que se le metan —fui directo- ¿Por qué requerías mis servicios?

Se mordió el labio y mi amigo allá abajo estaba despertando de la siesta.

— N-no deben haber m-motivos.

— ¿Tienes novio? Digo —me acerqué a él- un chico bonito como tú seguro y tiene dueño.

— ¡Ay claro que no! —casi gritó- no tengo dueño y novio...-suspiró otra vez-

— Puedes contarme, a veces es bueno contarle tus problemas a los extraños, nunca más los volverás a ver así que no debes tener miedo de que te juzguen.

— Los extraños también pueden usar mis problemas para extorsionarme —murmuró-

— Tienes razón, pero puedes contarme y luego puedo ayudarte a liberar estrés —sugerí seductoramente-

— ¿Estrés?

— Puedo darte lo que buscabas cuando entraste —me acerqué más a él- un poco o quizá mucho de... sexo -susurré en su oído lo último-

Lo sentí temblar y bueno, no fue lo único que tembló... si me explico.

— Terminé con mi novio —dijo sin más- vino a buscarme y trató de llevarme a la fuerza —ahora entendía porque desapareció por un momento. Maldito imbécil- Pero no aguante y le golpeé y le terminé -¿enserio?- Y ahora si es enserio —ok, respondió mi duda- Ya no lo soporto, se creía mi dueño y me trataba como marido celoso.

— ¿Lo amas? —no pude evitar preguntar-

— No, nunca lo amé —respondió sin mas- Me gustaba mucho, sí. Pero ahora ni eso.

— No entiendo.

Me miró y dio un suspiro profundo antes de volver a  hablar.

— Yo estoy enamorado de otra persona.

Eso me tomó por sorpresa. Mi bello platónico tenía otro.

— ¿Y por qué no vas con esa persona?

— Tengo miedo.

— ¿De qué?

— Nada, olvídalo. Debo irme.

Lo miré unos segundos y mande todo a la mierda. Abracé su delgada figura y lo besé, mis labios chocaron con los suyos y me sentí en el cielo. Lo sentía tenso e hice que colocara sus brazos alrededor de mi cuello. Abrió su boca y permitió que mi lengua se deslizara a jugar con la suya.

— Ahora dejame cumplir mi promesa —dije cuando nos separamos unos instantes-

Lo empujé a mi cama y rebotó, él rió, dije que era divertido.

Me puse entre sus piernas y me tendí encima de mi precioso Kyungsoo.

— Sé gentil -dijo despacito. Tan perfecto-

— De acuerdo -sonreí-

Volví a atacar sus labios y éste pareció más cooperativo. Sus manos comenzaron a acariciar mi cuero cabelludo, y lo sentí delicioso, sus perfectas manos se sentían perfectas.

Desabotoné su camisa y mientras lo hacía iba besando la piel expuesta. Nunca pensé tener a Kyungsoo y su perfecto cuerpo en mi cama....bueno, sí lo pensé, mucho. Pero nunca creí que iba a suceder.

Ya sin nada en la parte superior me dediqué a besar y a lamer cada parte de su torso, esa piel blanca iba a matarme de dulzura, todo en él era exquisito. Bajé mis besos un poco más y en menos de un minuto, los pantalones de Kyungsoo estaban tirados en el piso.

— Eres precioso —dije antes de besar su visible erección cubierta por la tela de su ropa interior.

Los gemidos de Kyungsoo eran gloriosos, el canto celestial de los ángeles no podían contra la melodiosa voz en éxtasis de mi platónico.

— ¿No te quitarás el antifaz? -dijo jadeante-

— Nop.

Lo besé salvajamente y sus manos traviesas pasearon por mi espalda y mi pecho. Hice un movimiento y froté nuestros miembros. ¡Santos gemidos! Amaba a Kyungsoo, lo amaba todo jadeante y duro.

Me deslicé y mientras besaba su vientre, poco a poco iba bajando sus boxer, mostrandome al fin aquel pene duro y tan bonito como Kyungsoo.

No estaba acostumbrado a hacer mamadas, no era mi estilo, pero lo que tenía frente a mí era tremenda tentación. Lamí la punta de su goteante miembro y lo sentí vibrar ante mi toque.

— No retengas tus gemidos, precioso.

Volví a lamer, esta vez toda su extensión y gimió gustoso.

— T-tan bueno —jadeó-

— Lo repito: eres tan hermoso.

Llevé mis labios a su cuello y empecé a lamer y morder la piel. Tan exquisito.

Cambié nuestras posiciones y él quedó sentado sobre mí.

— Vas a montarme ¿De acuerdo? —el asintió efusivo- Bien, nene, necesito que sacas un botecito de lubricante y un condón de la mesita de noche -se estiró un poco y alcanzó lo que le pedí- bien, muy bien. Ahora déjalos por un momento y quítame la incómoda ropa interior.

Kyungsoo empezó a deslizar el boxer y mi pecho se de infló al notar esa mirada llena de deseo hacia mi polla. Llevó su mano hasta ahí y la acarició. Di un gemido y mordí mi labio.

— No, cariño, no lo hagas si quieres que aguante.

Retiró su mano enseguida y mordió su labio inferior, ansioso.

Cogí el botecito de lubricante y llene mis dedos de este.

— Ponte en tus rodillas, voy a prepararte. Esta noche disfrutaremos tú y yo.

Él obedeció y sus rodillas se mantuvieron a los lados de mi cintura. Introduje lentamente un dedo y él exclamó un suspiro.

— Dime si te duele.

El asintió y luego introduje otro más. Arqueó su espalda y se enterró más en mis dedos. Gimió y poco a poco empezó a moverse, hice tijeras para expandir más su entrada y otro esplendido gemido salió de sus labios. Puse un poco más lubricante en su apretado agujero y de una sola le clavé los tres dedos. Gimió fuerte y llevó su cabeza hacia atrás, había tocado aquel punto que lo llevaría al éxtasis.

— ¿Di justo ahí? -pregunté sugerente-

— ¡SÍ!...Oh por favor ¡Te necesito!

— ¿Qué deseas, nene? Dilo.

— A t-ti.

— ¿Cómo? No entiendo —quise jugar con él-

— Tu pene dentro de mi culo ¿Así o te lo dibujo? —uy se estaba enfadando-

— Ok salvaje, enfunda el arma.

Kyungsoo pareció entender mi bromita y de inmediato puso el condón en mí y cubrió mi nerviosa erección con más lubricante.

— Móntame -susurré en su oído-

Saqué mis dedos de su interior y él cogió mi miembro llevandolo a su entrada. Lo oí respirar profundo y de una sola entré en él.

La sensación más deliciosa embargó mi ser. Kyungsoo era un maldito salvaje.

— ¿Estás bien?

— Dame un minuto -suspiró-

Kyungsoo controlaba su respiración y luego de eternos segundos empezó a moverse lentamente.

— Tan grueso -susurró- ¡Oh Dios!

Llevé mis manos a sus caderas para crear un ritmo en las embestidas.

— Tan apretado —gruñí-

Subía y bajaba por mi extensión y eso me encantaba. Me encantaba la forma en que rebotaba sobre mí, la forma en que cerraba sus ojos y mordía su labio mientras se sostenía en mi pecho para no caer.

— ¡Aaah! ¡Sí! -gemía-

Yo ya estaba viendo las putas estrellas, Kyungsoo se sentía tan bien.

— ¡Jongin!

De piedra.

¿Qué?

¡¿QUÉ?!

Quise determe y preguntar que fue eso. Pero no pude cuando sentí su entrada ahorcando mi miembro. Eso estuvo delicioso.

— Voy a correrme —dijo-

— Yo también estoy cerca —jadeé ignorando lo anterior-

Cambié nuestras posiciones sin romper la penetración y ahora el desesperado era yo. Moví las caderas frenéticamente y Kyungsoo empezaba a gemir más fuerte. Llevó su mano a su miembro y empezó a masturbarse.

Un par de embestidas y terminó corriéndose en su estómago, salpicando mis muslo y las sabanas.

Solo eso me bastó y una embestida más para terminar yo dentro del preservativo.

Caí rendido encima de él y luego rodé a su lado.

— ¿Quién es Jongin? -pregunté aún jadeante-

— ¿Qué? —Kyungsoo seguía perdido en los efectos de su post orgasmo-

— Gemiste el nombre de Jongin.

La cara de Kyungsoo se puso roja y no supe como interpretar eso.

— El chico al que amo —respondió luego de unos minutos.

Mi mente era un total lío. Kyungsoo amaba a Jongin y Jongin era yo. Osea que me ama a mí...y ¿Si era otro Jongin?

— ¿Lo amas?

— Sí, aunque sea prohibido.

— ¿Por qué es prohibido?

— No quiero que le hagan daño. Le fastidian en la escuela y yo...soy un cobarde que no sabe como defenderle. Es prohibido porque él no me correspondería.

— ¿Cómo estás tan seguro?

— ¿Quién se fijaría en alguien que solo por momentos le trata bien? Yo no soy tan bueno, soy un maldito, me pongo tan perra a veces -rió- no me gusta ser así pero me he ganado esa imagen y soy un estúpido que vive a base del que dirán.

— Puedes cambiar.

— Y eso quiero, ya quiero graduarme y alejarme de esos idiotas.

— Todo saldrá bien.

— Gracias —rió- Oye, esto fue raro. Te conté mis problemas, tuvimos sexo y ahora te dije el nombre del chico que me gusta.

— Un extraño nunca podría juzgar te.

Kyungsoo me regaló una hermosa sonrisa y luego señaló mi antifaz.

— ¿No te incomoda? Estás sudando podrías quitartetelo.

— Sí, podría.

— Hazlo, yo no diré quien eres —bromeó-

— ¿De verdad?

— Claro que sí. Guardaré el secreto de la verdadera identidad del Gran Kai.

— De acuerdo.

Lleve mis manos detrás de mi cabeza y quité los nudos de la máscara. Mi rostro quedó a vista de mi platónico y su carita llena de sorpresa me hizo sonreír.

— Tú.

— ¿Guardarías mi secreto, Kyungsoo?




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