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Visita

Por alguna razón Jimin empezó a percatarse más de la constante presencia de Jungkook al grado de sentir como si el pelinegro fuera un chicle pegado y difícil de quitar, apareciendo en todos lados y ayudando con pequeñas cosas a su alrededor, molestandole por lo repentino que su corazón se aceleraba cada que se lo encontraba, llamando la atención de sus amigos incluso por lo repentinamente cercanos que parecían, lo bueno de la situación era que sólo era en la escuela, Jungkook no iba más a la cafetería, lo que le daba un respiro a Jimin.

-Ustedes parecen cercanos últimamente- mencionó Yoongi mientras almorzaban.

-Es verdad- asintió Tae. 

-¿Enserio?, todo sigue igual- soltó nervioso Jimin -exageran, sólo hablamos un poco más tal vez-

-¿Un poco?- se burló Hoseok -Jungkook parece perrito queriendo atención tras de ti- se rió. 

-No lo había notado…- murmuró.

-¿Qué hay de malo en eso?, somos amigos después de todo- se encogió de hombros Kook. 

-¿Qué hay de malo?, supongo que nada pero es extraño, casi parecen pareja- rió Tae -deberían tener cuidado o serán malentendidas sus acciones, podrían considerarlos de esa forma- 

-¿Eso es malo?- cuestionó Kook para sorpresa de todos.

-¡Claro que es malo!, no quiero ser amigo de una maldita pareja de homosexuales, es repulsivo- hizo una mueca -¿acaso ustedes…?-

-Detén tu tren Tae, Kook y yo sólo somos amigos- interrumpió.

-Eso espero, con una pareja de maricas basta en esta escuela- dijo y miró a los mencionados, estaban riendo en el comedor -son tan…- hizo una mueca -desagradables- 

-Yo no le veo lo malo- soltó Jimin. 

-¡¿Estás demente?!, ¡es anormal!- 

-Estamos en el siglo veintiuno Tae, esos pensamientos no deberían seguir- apoyo Kook.

-¡¿A ustedes qué demonios les pasa?!, ¡para no ser unos maricones, actuan como unos!- alzó la voz llamando la atención de todos en el comedor -son asquerosos- soltó levantándose para irse de ahí.

-Voy con él- dijo Hoseok y salió también, los murmullos a su alrededor comenzaron, Jimin supo entonces… que definitivamente Tae no era su amigo. 

"No puedes considerar amigos a quienes no te aceptan como eres"

-A mi no me importaría si lo son- soltó de repente Yoongi.

-¿Qué?- dijo con sorpresa Jimin.

-Que sean pareja, me da igual en realidad- se encogió de hombros -cada quien hace lo que quiere con su vida- 

-No somos pareja- negó de nuevo Jimin.

-...Aun- soltó Kook en voz baja.

Después del incómodo momento, todos siguieron con lo suyo, las clases continuaron normales y Tae se dedicó a ignorar a Jimin y a Jungkook, una actitud bastante infantil para ambos.

Ese día Jimin no iría a trabajar, después de mucho.. Vería a su madre, así que con prisa caminó a la salida cuándo el timbre sonó, recibiendo la curiosa mirada de Kook. 

-Te gusta Jimin- dijo Yoongi, Kook lo miró.

-¿Tanto se nota?-  

-Ni siquiera te esfuerzas por ocultarlo- se burló. 

-No hay razón para hacerlo, aunque él no lo nota- 

-¿Sabes siquiera si a Jimin le van los hombres?- 

-Ya lo comprobé- sonrió -y pareció no desagradarle- 

-Tu si que vas en serio- se burló -en ese caso, ambos sabemos que Jimin es muy distraído, sino se lo dices de frente, no se dará cuenta nunca- 

-Pensaré en decírselo, aunque primero espero a que admita lo que siente, porque yo no quiero mantener en secreto lo que siento- 

-Suerte con eso, supongo que es un comienzo el que negara que tengan una relación… pero no el hecho de que pueda suceder-

-Solo necesita tiempo y que le muestre que tan en serio hablo-  lo vio ir en un camino distinto a la cafetería -te veo mañana, es bueno saber que uno de ustedes apoya nuestra sexualidad, adiós- se despidió y se apresuró para alcanzarlo, Jimin detuvo a un taxi y subió, Kook bufo al verlo alejarse -¿que otro secreto guardas, Park Jimin?- murmuró. 

Después de casi una hora Jimin pagó al señor y bajó del vehículo, el lugar era bastante alejado y no había camión que lo pudiera dejar cerca, razón por la que no podía darse el lujo de visitar seguido, respiró hondo y miró antes de entrar el hospital, tan intimidante, llegó a la recepción y saludo a la mujer que lo reconoció. 

-Hola Jimin, tu mamá se pondrá muy feliz de verte, te ha extrañado- 

-Yo también a ella- se anotó en la lista de visitantes y caminó hasta la habitación que conocía más que bien, tocó antes de pasar y los claros ojos de su madre lo miraron, pese a su apariencia cansada sonrió para su hijo, que no dudo en acercarse para abrazarla conteniendo las lágrimas -mamá…- 

-¿Este guapo chico es mi hijo?- preguntó fingiendo sorpresa -pero si mi Jimin era más pequeño y delgado, este chico musculoso entre mis brazos no puede ser- 

-No exageres- se separó avergonzado.

-Te extrañe Minie- acarició su rostro -me alegra ver que estás comiendo bien- 

-Tal vez un poco de más- 

-Tonterías, estas perfecto- 

-Tu también luces linda, veo que pintaste tus uñas- 

-Si, la enfermera me ayudó ayer, quería lucir menos tétrica para ti- se rió.

-No es así mamá, eres muy bonita- acercó su mochila -de hecho, te traje algunas cosas que quizás puedan gustarte- 

-¿Gastaste más en mi?, Jimin… Con este lugar es más que suficiente- 

-No es la gran cosa, en realidad me han prestado la mayoría- mostró el maquillaje -lo que si compre fue un nuevo turbante y traje una peluca-  

-Jimin…- murmuró sorprendida -¿sabes maquillar acaso?- 

-Bueno… practique un poco, pero no soy un experto como tú- rió y quitó el anterior turbante para colocar la peluca, sabía que a su mamá le daba algo de pena que la vieran sin el pero a los ojos de Jimin la mujer seguía siendo preciosa de cualquier forma -te ves muy bien- halago al terminar de acomodar la castaña peluca con ondulados que le llegaban un poco abajo de los hombros -dejare que te veas hasta que termine- 

-Estoy en tus manos- sonrió -cuentame como vas en la escuela- pidió y con brocha en mano Jimin empezó la plática.

Cáncer de ovario, eso era lo que su madre tenía y se le había detectado hace casi un año, ya estaba en la preparatoria, había conseguido entrar gracias a su buen promedio y el arduo trabajo de su madre, estaba tan concentrado estudiando para ser el mejor y en trabajar medio tiempo para ayudarla un poco con los gastos de la casa que no fue capaz de notar los síntomas. 

Su madre por el contrario… tenía la sospecha de que algo en su cuerpo no estaba bien, pero no quería pensar en lo peor y ser exagerada por algo como un simple dolor en el abdomen. 

Grave error.

Cuando los síntomas empeoraron Jimin llevo de urgencia a su madre ya que ella no aguantaba el dolor y se veía cada vez más delgada y pálida, le realizaron estudios de inmediato confirmando así que en ella tenía cáncer.

El primer pensamiento de Jimin fue el de dejar la escuela, pero su madre se lo impidió de inmediato, negándose a ser la causa de que su hijo abandonará el estudio.

-Prefiero tu futuro a el mío Jimin, no dejaré que lo tires por la borda, eres muy joven aún- le había dicho -de todas formas fue mi culpa… yo no me sentía bien y decidí callar- 

-Esta bien, ya no importa eso, pero necesito hacerlo mamá, sólo así podre pagar por tu quimioterapia y venir contigo- 

-Entonces no vengas, estare bien mientras tu no abandones tu futuro- 

-Pero…-

-No importa, esperaré, será un pequeño sacrificio- sonrió -lamento tener que ser una carga para ti cuando eres tan joven Minie…- 

-No lo eres, todo saldrá bien- aseguró reteniendo las lágrimas -saldremos de esto- la mujer asintió 

Pero los altos y bajos hicieron que ella no pudiera salir aún del hospital, la perdida de cabello fue algo duro, pero Jimin se encargaba de sacarle siempre una sonrisa y hacerle ver lo bonita que era sin importar esos pequeños detalles.

Fue un proceso complicado, Jimin tuvo que dejar la antigua casa por no poder pagar por ella, consiguiendo un pequeño y algo sucio cuarto, reduciendo gastos y consiguiendo otro empleo para poder pagar la cuota, que era algo elevada pero cuidaban bien de su madre y la atención era más que buena, contrario a otros hospitales que dejaban mucho que desear.

Pero su madre lo valía, haría lo que fuera por ella, era lo único que tenía y no se iba a permitir perderla, no aún.

-Ya puedes verte- le entregó el espejo y ella ansiosa vio su reflejo, sorprendida del trabajo que su hijo había hecho, colocando rubor en sus palidas mejillas, sombras de tono claro en sus parpados y sus ojeras habían sido escondidas, sus palidos labios tenían brillo y color, incluso sus cejas habían sido arregladas y la peluca sólo mejoraba su aspecto, sus ojos se llenaron de lágrimas y rió al notar que el delineado le había quedado un poco chueco.

En pocas palabras ella se volvia a sentir bonita. 

-Arruinaras el maquillaje mamá- dijo después de tragar el nudo en su garganta, limpiando con cuidado las lágrimas -no soy un experto pero creo que no está tan mal- 

-G-gracias Minie- dijo entre el llanto abrazandolo, Jimin no pudo evitar soltar una lágrima que limpio de inmediato, tenía que ser fuerte, necesitaba ser el pilar de su madre y poniéndose a llorar no ayudaría. 

-Jimin… ¡Oh Somi!, te vez preciosa- halago. 

-Gracias Hani, Jimin me arregló- dijo feliz 

-Hiciste un buen trabajo- felicitó y su sonrisa tembló -Jimin… ¿puedes venir un momento?, el doctor me pidió llamarte, quiere hablar contigo- 

-Claro- dijo sintiendo nervios de inmediato -ahora vuelvo mamá, no tardó- besó su frente y se levantó siguiendo a la enfermera -¿está todo bien?- se atrevió a preguntar cuando ya estaban alejados.

-Pues…- dijo insegura -no del todo- murmuró y se detuvo en la entrada de la oficina del doctor, que al verla asintió y ella miró Jimin -pasa- sonrió triste, aumentando los nervios y temor en Jimin, que entró y vio al doctor.

-Hola Jimin, me alegra verte bien- saludó -toma asiento por favor- 

-¿Es sobre el tratamiento?, ¿no resultó?- preguntó directo. 

-Parecía ser que iba bien, ella se veía más saludable y sonreía con frecuencia, estaba por llamarte para decirte que si seguía así ella podría regresar a casa pero… ella recayó y por los estudios que hice parece que es incluso más agresivo, sé sincero Jimin, ¿la vez mejor?- el menor negó con pesar -es porque ella sólo está poniéndose peor- 

-¿Y qué tratamiento sigue?, porque ella puede mejorar, ¿cierto?- 

-Jimin… siento decirte esto pero… es momento de que tu comiences a considerar la idea de que ella…- 

-No-  cortó negando.

-No puedo darle otro tratamiento, sólo va a sufrir- 

-No, ella no morirá- negó. 

-Se que es difícil, pero por lo menos ella no sufrirá más, se irá tranquila y feliz por verte, no sabes lo orgullosa que se pone cuando ve tus logros, cuando ve que sigues esforzándote para tener un mejor futuro y no tienes que culparte de nada, porque hiciste todo lo que pudiste pero… esto no se puede controlar- 

-¿Cuánto tiempo?- preguntó en un murmullo. 

-No mucho… deberías empezar a despedirte- el menor cerró los ojos y asintió.

-¿De verdad hice suficiente?- cuestionó -¿ella… no está decepcionada de mi?- 

-Todas las tardes nos presume el guapo e inteligente hijo que tiene- habló la enfermera -cuando menciona tu nombre una sonrisa adorna su rostro, ella definitivamente está orgullosa de ti, le diste tu apoyo, no la dejaste sola en ningún momento y aunque eres menor diste todo de ti por ayudarla, hiciste más que suficiente Jimin- 

-Gracias… volveré con ella- se levantó bajo la atenta mirada del doctor y la enfermera, antes de entrar con su mamá respiró hondo y limpio cualquier rastro de lágrimas, alejó la tristeza y avanzó, los claros ojos de su madre lo observaron, Jimin carraspeo -así que… les presumes sobre tu guapo e inteligente hijo- se rió. 

-Por supuesto- dijo orgullosa -no cualquiera tiene uno, la mayoría son estúpidos- el castaño negó divertido mientras tomaba asiento frente a ella.

-Mierda… me quedó chueco el delineado- soltó y rieron. 

Jimin no estaba listo para dejar ir lo único que tenía, pero iba a disfrutar cada momento mientras eso pasaba, guardo todo lo que uso para arreglar a su mamá y aunque se tenía prohibido acostarse en la cama junto a los pacientes Jimin ignoró esa regla, queriendo sentir su calor, incluso sacó su celular y aunque no era fan de las fotos empezó a tomar algunas de ellos juntos y también de la gran sonrisa que ponía su mamá. 

Porque así quería recordarla, feliz.

Cuando faltaba poco para que Jimin tuviera que irse se quedaron acostados y decidió preguntar… 

-¿Qué es lo que más deseas?- 

-Que seas feliz junto a quien te haga sentir especial, amado y con la confianza de poder ser tu mismo- el menor sonrió ligeramente.

-Entonces debo quedarme contigo- 

-No creo que yo sea esa persona- negó divertida -alguien más lo hará- 

-Si no estás a mi lado entonces no me importa- soltó sintiendo los nervios atacar. 

-Prometeme algo Jimin..- lo miró -cumpliras tus sueños y vivirás siendo quien eres, sin importar lo difícil que el camino sea, la recompensa siempre lo valdra Minie- aseguró y el menor dudó. 

-No se si pueda hacerlo…- 

-Claro que sí, eres fuerte, listo y tengo fe en ti y también porque siempre tendrás una parte de mi contigo- se quitó su pulsera y se la entregó -así que no más excusas jovencito, prometelo-  

-Lo prometo- murmuró. 

-Gracias- dijo aliviada y besó su mejilla.

Las despedidas eran lo que más odiaba Jimin, más sabiendo que era posible no volver a verla, salió del hospital con la mente en blanco, aparentando tener la fuerza que no tenía, conforme más se alejaba su visión más se nublaba por las lágrimas, pudo haber tomado un auto pero necesita caminar, no quiso limpiar las lágrimas de sus mejillas porque eran nuevamente mojadas por más. 

Su pecho tenía un hueco que estaba seguro que nada podría llenar y la esperanza con la que se levantaba cada día había desaparecido, sólo podía sentir el peso de la promesa que no quería cumplir, porque su razón de vivir dejaría de existir.

La oscuridad de la noche lo acompañaba en su solitario camino, una luz a su espalda lo iluminó, un auto apunto de pasar, pero en lugar hacer eso este se detuvo a su lado.

-¿No quieres un aventón?, estás algo lejos de casa- Jimin se detuvo de golpe. 

-¿Jungkook?- 

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