-¡Ahora si Kook!, tendrás que decirnos quién es la chica- dijo Tae emocionado -vamos a ir y le vas a pedir una cita-

-No lo presiones, el le pedirá una cita cuando se le pegue la maldita gana, ya deja de joder- soltó molesto Yoongi.

-Es verdad Tae, hay que dejar al niño elegir el momento- asintió Hoseok.

-¡Bola de cobardes!, ¿acaso le temen al éxito?, ¡deben lanzarse!, no te va a patear el culo- rió divertido.

Unos pasos después...

Observaron en completo shock como la dulce chica Minji lanzaba a un sujeto más grande que ella al suelo y le daba una fuerte patada en la cara que lo dejó inconsciente, ella sólo sonrió nerviosa y los invitó a pasar.

-Joder Kook... con que no sea ella...- susurro Tae a su lado.

-¿Necesitas ayuda para mover a esos idiotas?- se ofreció en cambio, ignorando a Tae.

-No se preocupen, ahora le ayudo yo- habló Nina sonriendo.

-¡Yo los atiendo!- mencionó feliz Lisa -pasen por favor amos-

Mientras Tae y Hoseok pasaban, Jungkook vio cómo Minji jalaba sin mucho problema al más grande y la pelirosa estaba batallando un poco más, Yoongi se acercó a ella y sin menor problema le ayudó a dejarlo junto al bote de basura, donde Minji había dejado al que llevaba.

-Muchas gracias- le sonrió Jin a Yoongi.

-No fue nada- carraspeo nervioso.

-Minji olvidaste ponerte tus orejitas de gato- señaló Nina.

-No voy a usar esas cosas- dijo mientras pasaba rápido frente a sus amigos.

-¡Pero te ves adorable!- insistió persiguiendo a Jimin.

-¿Soy yo o esa chica parece la versión femenina de Jimin?- murmuró Yoongi para Kook.

-Cualquiera puede saber pelear-

-No me refería a eso, habló del físico, sólo hay que ponerle una peluca a Jimin y sería como ver a Minji-

-Vamos a dentro, necesitas algo que comer, ya parece que Jimin va a dejar que le pongas una peluca- se burló.

-No dije que fuera a hacerlo, aprecio mi vida- dijo y ambos se acercaron a donde estaban Tae y Hoseok ordenando.

Jimin por otro lado se acercó a una sonrojada Jennie, que tomaba una malteada de chocolate que según Jin le serviría para el susto.

-¿Cómo te sientes?-

-Estoy bien, gracias, sólo fue el susto- murmuró.

-No hay problema- sonrió -seguiré atendiendo, tu descansa- avisó retirándose.

-¿No estás molesta porque Lisa te ganó a tu cliente favorito?- cuestionó Jin.

-Uh... no realmente, en realidad... estoy pensando qué lo que dijo Jimin a Lisa es verdad, no puede gustarte alguien que no a hecho nada por ti-

-¿Entonces ya no te gusta?-

-Creo que no- miró a Jimin atender -tal vez... Empiece a mirar a alguien más-

Jin se fijó en su atenta mirada a su amigo y la alarma de su cabeza sonó, esa decisión iba a terminar mal también, pero por otro lado... era bueno que se olvidara de ese chico que no parecía tener interés alguno por ninguna.

-Suerte entonces, creo que es lo mejor- sonrió -cuando termines puedes regresar a atender- dijo antes de retirarse para acercarse a Jimin y ponerle la diadema de orejitas de gato, frente a los clientes él no podría quejarse, después se alejó feliz por su travesura.

Jimin sólo respiró hondo, manteniendo la calma, odiaba esa cosa, le apretaba la cabeza muy feo y lo dejaba con dolor, sin mencionar que se sentía ridículo usandola.

Lo que se le hizo curioso era ver que todos sus amigos parecían nerviosos al verlo, excepto Kook, él parecía bastante normal a su presencia.

"¿Se habrán dado cuenta?, mierda, debí darles cachetadas en lugar de puñetazos, ¿que voy a hacer si ya saben que yo estoy vestido de mujer?, ¿se enojarán?, ¿me mirarán como un demente pervertido?..."

-Ay no...- murmuró con temor.

Uno que no se quitó ni cuándo los vio retirarse, tenía miedo de ir a la escuela y que le dijeran algo sobre lo extraño que era su nuevo trabajo, las miles de formas en que sería insultado y humillado por Tae, pero sobre todo, a ser mirado con desagrado.

Ni el postre especial de Jin pudo calmar eso, aunque estaba muy bueno.

-Calmate, tal vez... Sólo no les gustan las chicas rudas, la primera vez ellos te veían como una delicada flor, incapaz de hacer daño, ahora ven la realidad, que de delicado no tienes ni un pelo-

-No se si eso es bueno...-

-Mañana lo vas a comprobar, ahora, ¿quieres más postre?-

Eso no había calmado en lo absoluto a Jimin, parecía ausente mientras comía el postre, al bañarse y cambiarse de ropa, incluso dormir se volvió una difícil tarea de realizar, hasta que después de pensarlo por mucho estaba decidido a enfrentar los comentarios, no importaba que dijeran, vestir de mujer no lo hacía menos hombre ni gay.

Él era gay, pero no porque vistiera de mujer, definitivamente.

Soportaría cualquier cosa por ayudar a su madre sin dudar.

Y con ese pensamiento Jimin se levantó como siempre para ir a la escuela, listo para cualquier burla.

Sólo que al llegar no hubo ninguna, ni miradas asqueadas, murmullos u otra cosa, llegó al salón y sus amigos estaban en sus asientos, cada quién en su mundo, pero al notar su presencia lo saludaron como de costumbre, hasta que se sentó y fue entonces que la atención cayó sobre él.

-Debiste decirnos que esa chica patea culos- reclamó Tae -¡casi la invitó a salir!-

-¿Qué chica?- cuestionó confundido.

-Ayer en la tarde Minji golpeo sin problemas a un tipo más grande que ella, de hecho creo que fueron dos- habló Hoseok -quedé más que sorprendido al verla-

-Oh...- murmuró -¿les da miedo que pueda golpearlos por intentar algo con ella?- se burló.

-No le veo la gracia, por supuesto que da miedo- se quejó Tae.

-Entonces mira a alguien más- se encogió de hombros -parece... Una chica difícil de todas formas-

-Eso haré, ayer estuvo una muy servicial, aunque presiento que es porque le gusta Kook-

-Estás en lo cierto- asintió -es linda... pero nunca saldría con ella-

-¿Por qué no?- cuestionó Yoongi.

-No es mi tipo- se limitó a decir.

-Es una lástima que no sea la que me gusta- se cruzó de brazos Kook llamando la atención de los cuatro chicos.

-¿Quién es?- preguntó Tae.

-Sólo lo diré porque parece que no podrás hacer lo mismo que antes en esta ocasión- sonrió -me gusta Minji- dijo al fin.

-¡ESTÁS DEMENTE!- gritó Tae.

-¿Por qué no me sorprende?- rió Yoongi.

-Te gustan los retos- habló Hoseok.

Mientras que Jimin... Se quedó helado procesando la información, completamente sorprendido por dos cosas, uno, se torturó por nada en la noche pensando cosas que no sucedieron y dos...

¡Le gustaba a Jungkook!

Bueno no él exactamente... ¡Pero sí su versión femenina, que seguía siendo él!

-No soy un demente, ella es linda, misteriosa, seria pero amable, su sonrisa es bonita, me gustan sus piernas, su trasero y lo más importante... no es delicada-

-Nada delicada- asintió Hoseok.

-Si eres un demente, te mandará a la mierda- desánimo Tae.

-Posiblemente a ti por puto, no creo que haga lo mismo con Kook, ¿cierto Jimin?, la conoces, tú cierrale el hocico a este idiota- pidió Yoongi.

-Uh...- murmuró -no la conozco lo suficiente- carraspeo nervioso -deberías agregar a tu lista que ella es... muy inesperada, puede sorprenderte en todo momento-

-¿Eso qué significa?- cuestionó Hoseok -¿lo aceptará o no?-

-Depende... es reservada, nunca dice lo que siente, es un... 50/50-

-¿También te gusta?- soltó Tae -estás actuando raro-

-¿Gustarme?- repitió y rió divertido -es linda... pero eso no significa que quiera una relación con.. Ella-

"Una relación conmigo mismo, ¿qué clase de mierda rara es esa?"

-No me convence su respuesta, creo que tienes competencia Kook-

-¡No es verdad!-

-Que gane el mejor, apostare por Jimin, ambos dan miedo enojados y pasan tiempo juntos por trabajo, tiene más posibilidades- dijo Hoseok.

-Uh.. Bueno si pero-...

-Kook es lo suficientemente atractivo para llamar su atención, ya lo hace con muchas chicas, por algo le apodan el bateador, yo apostare por él- interrumpió Yoongi.

-Yo apuesto a que los va a mandar a la mierda a los dos- se burló Tae.

"No me puedo mandar a la mierda a mi mismo..."

-Entonces veremos quien gana, que sean dos mil dólares- propuso Yoongi.

-¡Hecho!- aceptaron ambos.

Y Jimin suspiró rendido, pobre de Hoseok... pero sus padres eran ricos así que no importaba tanto, decidió mejor centrar su atención en el libro que debía leer de tarea.

Sin darse cuenta de la mirada en su espalda por parte de Kook, ni de la pequeña sonrisa en su rostro que puso antes de volver a jugar en su celular.

Fuera de esa curiosa discusión todo fue normal, al menos en la escuela.

Ya que al llegar a el maid café notó el raro nerviosismo en Jennie cuando lo veía y antes de ponerse la ropa noto que estaba mirando demasiado su cuerpo.

-¿Necesitas algo?- preguntó incómodo.

-N-no, venía para ayudarte con el maquillaje- se sonrojo -volveré en unos minutos- murmuró antes de bajar la mirada y salir de los vestidores, suspiró aliviado y retomó la tarea de ponerse el vestido, medias, tacones, pupilentes y peluca.

Cuando Jennie entró sintió una atmósfera extraña, lo estaba mirando más de lo normal y eso lo ponía nervioso e incómodo, ya era lo suficientemente inseguro de si era convincente su disfraz como para lidiar aún con la fija mirada de ella.

Lo más raro fue, la cercanía a su persona, nunca antes había pasado tanto rato hablando con ella, no le molestaba pero no quitaba que fuera extraña su actitud, sobre todo... Que ya iban varias veces en las que casi le dice Jimin, agregando más pánico a su ser.

Justo cuando sacaba la basura y se dio la vuelta dio un salto por el susto que le dio verla detrás.

-Oh... me has dado un buen susto- rió nervioso.

-Ten una cita conmigo Jimin- soltó para su sorpresa

-¿Eh?- soltó -¿una cita?-

-Si, yo... e-es como agradecimiento por ayudarme ayer-

-No es necesario, lo hice sin problema, odio a los aprovechados-

-Insisto... me gustaría compensarlo de alguna forma-

-De verdad no...-

-Por favor- interrumpió -sé que no somos los más cercanos... Pero podemos cambiar eso-

"Mierda..."

-¿Cuándo quieres esa cita?- murmuró resignado y Jennie sonrió feliz.

-¿Te parece bien el domingo?, salimos temprano-

-Está bien- aceptó.

-¡Gracias!- lo abrazó y después corrió al interior.

-Una cita...- repitió -y esos idiotas pensando que saldré con Minji- rió y aprovechando que ya era de noche y estaban por salir decidió quitarse la peluca, sacudiendo su cabello castaño y caminando al interior del local.

Sin notar la presencia tras de él, que había... descubierto su secreto.