Este capítulo es para las que adoran a Lex Luthor.

Quería salir de mi casa, y Serena salió con un chico que conoció cuando llego aquí. Clark estaba con Louis según que en algo de trabajo pero se lo mucho que le gusta y sé que que bueno esto es más una cita.

Y yo, estaba aquí sola viendo series y comiendo helado. ¿Qué acaso no tengo ningún amigo aquí? La verdad es que si, y era Alexander. Él era mi amigo y podía ir a verlo.

Le mande un mensaje.

W: hola Lex

L: ¡hola linda! ¿ a qué se debe tu mensaje ?

W: ¿tienes algo que hacer? Podríamos vernos

L: te veo en mi casa, te pasó la dirección.

No pude evitar sonreír ante esto.  Yo iba a salir con el famoso y rico Alexander Luthor. Así que sin más que decir, corrí a mi habitación. Tome mi traje de baño, mis lentes, y una toalla. Guarde mi libro de Metrópolis.

Pedí un taxi igual como la otra vez. Le dije la dirección al taxista y el avanzó sin decir nada más. Ahora se lo que piensan. Este tipo es un loco. Lo quieres por su dinero. Y bueno la única y sabía verdad es que en verdad me agradaba. Claro que si, me parecía genial lo millonario que era. Pero era muy divertido y muy... Sarcástico y tierno y loco.

Podrán decir que es una obsesión pero no lo sabré hasta estar con él en una cita de verdad. No sé si llamar a esto una cita, técnicamente yo lo invité, aunque se trate de su casa.

Saqué mi espejo y cheque que me viera bien. Labial bien puesto. Bien peinada y bien vestida. Yo sé que no debería esforzarme mucho pues como diría mi mama, si no le gustas por cómo eres no lo vale.

Pero estoy harta de las reglas de mi mama. Siempre me tenía encerrada, siempre quería todo a su modo. No podía salir porque el maniático de el Joker podría hacerme algo, como si le importase. Y los chicos, los que quería, no eran buenos para mí.

Y si llega a pasar algo con Lex, no sé qué diría. Que es genial porque es un chico exitoso y con un futuro planeado o tal vez piense que es un niño de papi y que esto es solo un capricho.

Bueno pues no pierdo nada al intentarlo. Mi padre me enseñó a no rendirme y yo sé que esto no es nada especial pero sé que si aunque sea una pequeña partícula de mi cuerpo lo desea, debía poner todo mi esfuerzo en ello.

Por cierto, Serena dijo que llegaría como a las dice así que tenía tiempo. Serena y yo cuando estábamos en la secundaria éramos todas unas malas personas. Ahora cambiamos pero, copiábamos y robábamos exámenes. Hacíamos cosas malas con chicos, nada ejemplar.

Ahora, las dos estamos en Metropolis, con trabajo, cada y bueno un currículo bueno. Todo lo que pasó en la escuela es pasado. O bueno al menos eso espero.

Cuando llegue, pague y todo eso y wow. La casa era hermosa. Era todo lo que cualquier persona desea poseer algún día.

El sale de la casa y corre, claro que se tropieza y yo me río. Me acercó para ayudarlo.

- hola Alexander— dije aún riendo.

- por favor, ya dime Lex— tomo mi mano y me saludo con un beso en ella— vamos pasa, quiero enseñarte todo.

- por supuesto.— sonreí y entramos.

Por dentro, obviamente era mucho más grande. Era hermosa. Según Lex me iba diciendo su padre la compro para él y que jamás ha entrado a ella. El lo decía de una manera muy feliz pero posiblemente eso le ha de doler.

Además creo que tiene mucho estrés con todo esto de las empresas nuevas y todo eso. Pues mi papá trabajaba en Wayne Industries y recuerdo que se la pasaba estrenado y así. Y el, un chico tan dulce no podría estar así.

Me enseñó sus habitaciones, su sala de juegos, sus carros. Honestamente todo. Hasta que llegamos a la piscina techada. Era simplemente perfección.

Yo me quedé mirando un tiempo el agua y el lo noto.

- ¿quieres entrar?— me pregunto temblando.

- ¿te molestaría si me meto?— el no dice nada pues se sintió tímido— vamos, los dos.

Me quite el vestido y yo traía una blusa debajo y pues mi calzón pero para mí suerte era negro. Noté como se ponía rojo, era todo un amor.

Entra y se quita la camisa. Yo me río y le empiezo a lanzar agua. Jugábamos y nos mojábamos más. Esto era divertido, al fin hacia algo divertido aquí en Metropolis. Encontré al mejor amigo que pude haber conocido.

Y su sonrisa, su sonrisa no tenía precio. El era genial.

- Lex– dije y me acerqué a él, el agua se clamó porque ya no nos movíamos. Tome su mano y su pelos se erizaron.

- si.si. ¿Wendy?— dice y me acerco aún más.

- ¿tienes novia?— el se ríe y se suelta de mi mano.

- obvio no— se ríe Marx.

- si bueno una compañera, Louis se preguntaba eso— mentí, pero me sentí muy avergonzada.

-¿y tú?– me pregunto acercándose de nuevo, ahora yo me sentía apenada.

- la verdad es que no— dije levantando los hombros y el actuó muy sorprendido.

- la verdad parece que tú y Clark...

- Dios no, ni siquiera llevamos tres dias de conocernos— me reí— es un gran amigo, pero es todo.

- ¿y estás enamorada?— pone esos ojos tan tiernos de siempre.

- tal vez— obvio que lo estaba, lo estoy de ti completo idiota.

- bueno, si ese chico no ve lo grandiosa que eres, no lo vale.

- sonaste igual que mi madre— me reí y lance agua.

Empezamos a jugar y a hacernos cosquillas mutuamente. Yo me reía sin parar y el igual.
Me tomó de la cintura y yo a él de el cuello. Nos seguíamos riendo hasta que nos quedamos viendo y la tensión se intensificó. Yo moría por besarlo en ese momento. Pero sentía como si él no lo quisiera así.

Así que lo más que pude hacer fue darle un beso en la mejilla. Se sonrojó de nuevo.

- eso fue por el gran amigo que eres— mentí.

- pues entonces, eres mi nueva mejor amiga— ríe.