Cuando llegue a Daily Planet, subí y vi a mucha gente sentada con sus computadoras. Que flojera, desde hoy está será mi vida. Una en la cual no seré feliz. Si tan solo trabajará en algo como... Como LexCorp estaría genial. Pero no, así que, aquí voy.

Mi tío me vio, y yo corrí a sus brazos para saludarlo. No esta de más decir que es mi tío preferido y que lo quiero como a nada en este mundo. Hacía mucho tiempo que no lo veía y que bueno que ahora si podíamos vernos. Se sorprendió de mi tamaño y de lo mucho que crecí pues la última vez que lo vi fue cuando tenía como once años.

Repito, mi mama es muy sobre protectora.

- ¡hola George!— dije muy feliz, uno de sus compañeros se colocó atrás. Bueno supongo que era su compañero.

- que bueno que estás aquí— me dijo muy feliz. El chico de atrás nos miraba feliz. Alto, fuerte, lentes de pasta y lindos ojos azules.

- si bueno, necesito trabajo— no dijo nada, así que le arregle para que no sonara tan feo— y que mejor lugar que Daily Planet.

- así es— el chico seguía mirándome.— estás muy grande, ¿cuántos años tienes?

- diesinueve, cumpliré los veinte en un mes.

- estas súper grande.— se voltea, y ve al chico.— oh Clark no sabia que estabas ahí. Ella es Wendy, mi sobrina.

- un gusto, soy Clark, Clark Kent— me estrechó la mano y seguía mirándome de la misma manera. Este tipo era raro, no me daba buena pinta.

- Wendy, Wendy Stevens— dije cortantemente y retire mi mano rápidamente.

- ¿Clark que no ibas a investigar sobre el ataque de banco?— lo regaña mi tío y yo me río en voz baja.

- a eso iba, avísale a Louis— dijo. Me sonrió y se fue.

- estos muchachos de ahora— dijo mi tío— bueno, ¿empezamos hoy o mañana?

- creo... Creo que mañana será una buen día. Ñ verdad estoy algo cansada.

- bueno solo te enseño tu oficina, sígueme.

Mientras avanzábamos, veía a todos muy felices. No se veía tan mal despeja de todo. Me agrado el ambiente y la gente se veía amable.

Pasamos como ocho filas hasta llegar a la donde se encontraba mi cubículo. Y si, el de ese Clark estaba alado.

De mi bolsa saque mi pelota y la coloque a un lado de la computadora. Al menos ya llevaba algo de decoración.

- Batman, eh— dice mi tío— creo más en Superman.

-¿Superman?— pregunte, el apunta a la televisión que estaba enfrente y en las noticias aparece el.

Superman. Era... ¿Era un Dios? Podía volar, tenía rayos de los ojos, fuerza, y era rápido. Eso... Eso es imposible. Su traje, colores azul y rojo. Capa. Wow.

Todo el mundo parecía conocerlo e idolatrarlo. Todos estaban muy entretenidos viendo la pantalla. Más una chica con cabello algo rojo anaranjado. Tal vez, solo tal vez lo conocía.

Superman estaba contra los que robaban el banco y los entregaba a la ley. Todos en la sala aplaudieron. Excepto yo. No es que no quisiera o que tuviera algo contra el. Es solo que... No sé nada de Ely un chico con mallas es algo raro. No algo que veas todos los días.

- Superman— afirme. Ahora sé quién es.

- Superman— dice de nuevo mi tío— Clark siempre extrañamente es quien consigue la mejor información.

- ¿uno escoge lo que quiere reportar?— pregunte.

- bueno depende, yo te lo puedo encargar y así— asentí.

- ¿bueno a dónde irás?— me pregunta y la verdad no tenía a donde ir. Tal vez a mi nuevo departamento.

- creo que a desempacar.

- bien, pues mañana temprano a las siete, te veo aquí— asentí— te quiero

- yo más– lo abrace, me despedí, y me fui.

Cuando salgo, no sé qué hacer. No quería ir a casa aún. Pero en la salida, veo a Superman volar. Volar por metrópolis. No pude evitar sonreír al ver eso. Era un milagro. Era un Dios. Creo que le da fe a esta gente. Y quería saber todo de él.

Total, seguí caminando. Me puse mis audífonos y seguía escuchando Queen. Cantaba y caminaba. Pero veo a Clark una calle adelante así que me acerco a él. Era la única persona que conocía y bueno Alexander pero él ha de estar ocupado.

Cuando me ve me sonríe.

- hola— dije, el seguía sonriendo.— que haces aquí, ¿no deberías estar en el banco?

- ¿ y tú en Daily Planet? Bueno ya acabe y bueno decidí caminar un poco.

- si bueno, yo voy hacia mi casa.

- wendy— me dice.

- ¿si?— se acerca más y se acomoda las gafas

- ¿qué piensas de Superman?— que onda con su pregunta. Bueno no sabía que contestar a eso.

- apenas lo conocí hoy, creo que su traje tiene colores muy vivos y eso es raro.

- ¿raro?

- crecí en ciudad gótica, Batman, mi héroe— alza las cejas, no dijo nada– bueno el viste de negro.

- vaya, no tenía idea de eso señorita Stevens— que flojera con que me diga así.

- bueno nací en Smallville pero nos mudamos allá por los meteoritos que cayeron cuando nací.

- yo crecí ahí, mira que considencia — dijo sorprendido.

- quien lo diría— saque de mi mochila mi anillo de una cosa verde. — mira, lo hice yo. Mi madre tomo  un pedazo de meteorito y me lo regaló. ¿Lindo no?

El actuó raro al verlo y dio unos pasos atrás.

- no me gusta— dijo algo raro de la voz.

- oh, nunca nadie me había dicho algo así. Creo que es lindo— lo guarde, no parecía feliz el.

- no quise ofenderte ni nada, solo que...

- ¿qué..?— un perro paso y me hizo tropezarme.

Clark me tomo de los brazos y detuvo mi caída. Eso fue vergonzoso. Pero sus manos, sentí raro. Sentí escalofríos. Lo mire a los ojos. Eran lindos, como zafiros. Nos quedamos viendo un tiempo hasta que sentí incomodo esto y me quite.

- gracias, estos perros— me reí tímidamente.

- creo que, nos vemos mañana en el trabajo.

- así es— asentí y sonreí.

- adiós Wendy— me seguía mirando y luego se fue por otro lado.

El chico actuaba de lo más raro. Ni quien lo entienda. Pero... Pero era lindo.