Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

[treinta]

💽 The Rose - She's in the rain

Sus ojos se abrieron lentamente para observar el espacio que lo rodeaba, ese que tan bien conocía y que había deseado no tener que volver a ver. Pero allí estaba, tumbado en la camilla intentando pensar en algo que no fuera lo que el doctor le acababa de decir. Había preferido entrar allí solo y lo habían dejado unos minutos a solas, pero tendría que salir en algún momento y contárselo a su hermano y a su novio. Quería volver a ser el chico deprimido por su enfermedad que no hacía más que mirar al cielo por la ventana, vomitar y llorar. Pero ya no era ese chico, alguien le había cambiado y ahora pensaba que si de verdad su vida se estaba marchando, se iría de ella con una sonrisa y viendo sonreír a las personas a las que amaba. Quería verles a todos en aquellos momentos, agradecerles por los buenos recuerdos y decirles lo mucho que les quería. Ojalá pudiera asegurarse de que, después de que él se marchara, sus seres queridos seguirían adelante con sus vidas y sonreirían todos los días. Pero sabía que eso no iba a ser así.

- ¿Qué? ¿Qué te ha dicho? - le preguntó su novio nada más verlo salir de la consulta. Sonrió  a este intentando hacerlo lo mejor posible porque no quería derrumbarse frente a ellos y que cayeran con él. Era mejor si caía solo. Mingi tal vez no lo notó, pero Seonghwa había visto esa sonrisa antes los días que le preguntaba cómo se encontraba y él le decía que bien, aunque la realidad era que iba al baño a devolver lo que acababa de comer. 

- Wooyoung - lo llamó su hermano - ¿Cuánto de grave es?

- ¿Grave? ¿Por qué iba a ser grave? -Mingi lo miró esforzándose por seguir siendo positivo.

- ¿Primero lo bueno o lo malo? - les preguntó Wooyoung intentando mantener la sonrisa.

- Lo bueno - respondió enseguida su novio. Aún no estaba preparado para la mala noticia. En verdad, nunca lo estaría.

- Lo bueno es que te conocí antes de todo esto y que aún nos queda tiempo para disfrutarlo juntos. Que no voy a estar sufriendo mucho tiempo con la idea de lo que me va a pasar. 

- ¿Qué te va a pasar?

- Esa es la mala noticia - los otros dos chicos lo miraron expectantes mientras el menor cogía aire y los miraba con dulzura en su sonrisa. Pero sus ojos estaban acuosos, a punto de romper al llanto a pesar de lo mucho que estaba aguantando para que no sucediera - Me curaron el cáncer de esófago demasiado tarde, así que ahora tengo una metástasis, mucho antes de lo que suele suceder en otros casos si se llega a tener una. Ahora tengo cáncer de hígado y mi hígado no quedó muy bien después de estar  sin comer y tomando solo zumo de limón. Al igual que el resto de mis órganos digestivos, está débil. El cáncer de hígado es uno de los más mortales del mundo, chicos.

- No... - Mingi dio un paso atrás inconscientemente negándose a lo que le quería decir su novio. Aquello no podía estar pasando. En verdad, ya sabía que algo como aquello era lo más probable que pasara. Se lo habían advertido los médicos y el propio Wooyoung. Pero él siempre había preferido no pensar en ello ni hacerse a la idea, ignorarlo y pensar que todo saldría bien.

- ¿Cuánto tiempo te queda? - preguntó Seonghwa aguantando las lágrimas. Él si había pensado en las peores posibilidades, si que había estado intentando hacerse a la idea de que aquello era lo más probable que pasara y había llorado por todo ello. Aún así, nada te prepara para una noticia como esa. Sentía que todo su mundo se caía sobre él.

- No están seguros, pero no llegaré a verano. Eso son unos cinco meses más o menos. Lo más probable es que menos.

- Pero no es definitivo ¿no? Seguro que hay algo que aún se puede hacer, ¿verdad? Con quimioterapia o algo de eso. Tiene que haber un tratamiento - seguía negándose a la idea el novio del enfermo.

- No hay nada, Mingi. El doctor me ha dicho que con tratamiento tal vez dure algo más pero que tendría que quedarme en el hospital. Y no quiero pasar mis últimos días de vida aquí. Ya he estado mucho tiempo en este sitio. Quiero hacer cosas. Quiero salir, quiero divertirme, ir a karaokes, discotecas, tiendas, pasear por el bosque, ver sitios que no he visto antes... Así que le he dicho que no. Siento que vayáis a tener que pasar menos tiempo conmigo, pero prefiero que sea menos tiempo fuera que más aquí dentro. Y la decisión es mía, no vuestra y ya está tomada, no me haréis cambiar de idea.

- Está bien - su hermano se acercó a él y lo abrazó con fuerza - Ya está, Woo. Ya has sido fuerte por nosotros para contarnos la noticia. Ahora puedes llorar.

El apelado asintió y se aferró a Seonghwa con fuerza, dejando sus sentimientos ir y llorando con fuerza. Le daba miedo la idea de que le quedaba poco tiempo de vida pero no sabía cuanto exactamente. Quería hacer muchas cosas antes de perecer, aún le quedaba mucho tiempo por vivir. Le habría gustado casarse, tener hijos, ver mundo, trabajar... Pero ya no tendría tiempo de hacer nada de eso. Además, le aterraba lo que habría al otro lado. ¿Y si no existía un dios y realmente no había nada después de la muerte? ¿Y si existía un dios pero el no haberlo rezado y haber pecado hacía que se quedara fuera del paraíso o algo por el estilo? Pero sobre todo, no volvería a ver a Seonghwa, a Yeosang, a San, a Yunho, a Jongho aunque apenas lo conocía, a Hongjoong, a Mingi... No volvería a ver a su novio, no volvería a tocarlo, a besarlo, a abrazarlo, a sentirlo, a reír con él, a llorar a su lado, a consolarlo...

Se separó lentamente de su hermano secándose las lágrimas para mirar al chico que ocupaba sus pensamientos. Mingi se había sentado en una de las sillas del pasillo, con la cabeza en sus manos. No  podía imaginarse un mundo sin Wooyooung. Un mundo en el que no podría ir a verlo todos los días. Un mundo en el que no pudiera escuchar su voz o su risa. Un mundo en el que no le tuviera a su lado cuando las cosas se torcían. Un mundo en el que no podría charlar con él, ver películas con él, comer con él, jugar con él, vivir con él... Lo habían estado haciendo bien. Se habían estado esforzando por que las cosas terminaran bien. ¿Por qué estaba saliendo mal? ¿Por qué se torcía todo ahora? ¿Lo había conocido demasiado tarde? ¿Lo había animado a seguir adelante demasiado tarde? ¿De verdad era tan tarde? ¿Por qué no había nada que se pudiera hacer?

Wooyoung tomó a Mingi del rostro agachándose para mirarlo a los ojos. Intentó sonreír y secó  las lágrimas de su novio con sus pulgares. El menor no tenía nada que perder antes, por eso no le importaba dañar su cuerpo hasta puntos extremos. Había dejado de ver las cosas buenas de la vida quedándole solo su hermano mayor. Pensaba que morir no sería tan malo. Pero todo aquello lo había cambiado el chico al que ahora miraba. Le había dado una razón para vivir, para seguir adelante. Gracias a él ahora tenía amigos, sabía que había muchas cosas que aún quería probar y había aprendido a disfrutar incluso de los más pequeños actos. Tal vez por eso ahora le era más difícil asimilar la idea de que iba a perder la vida, porque perdería todo aquello. Antes no le habría importado. Pero con la actitud de antes, su vida no habría terminado bien. Se habría pasado amargado su último año, aproximadamente, de vida. Él no quería eso. El mayor le había dado la oportunidad de que su vida terminara con él disfrutando de ella y siendo feliz.

- No llores, Mingi - le susurró apoyando la frente sobre la de él - Aún nos queda tiempo para disfrutar juntos. Todavía estoy aquí y quiero pasar lo que me queda de vida contigo, si no es muy egoísta por mi parte pedírtelo. Vamos a hacer muchas cosas juntos ¿sí?

- Claro. Por supuesto que sí - el mayor cerró los ojos sin dejar de llorar - Estaré contigo hasta el final, Woo.

- ¿Recuerdas tu promesa? Cuando me vaya vas a seguir adelante. Encontrarás a otra persona, serás feliz y disfrutarás por mí de todo lo que no voy a poder disfrutar yo. ¿Lo recuerdas?

- Sí. Lo haré.

- No la olvides. Hasta el día que me muera, aún me perteneces y yo seré tuyo por siempre. Me has cambiado la vida, Mingi. Gracias a ti, seré feliz hasta que termine porque te tengo a mi lado.

- Te amo.

- Y yo a ti.

Lentamente, el menor acercó sus  labios a los del contrario y lo besó lentamente. Mingi lo correspondió con dulzura, dejando que fuera su novio el que llevara el ritmo del beso. Hasta que aquel chico dejara de respirar, iba a entregar su vida a cuidarlo y hacerlo disfrutar. Daba igual lo que le pasara, él iba a acompañarlo e iban a pasar por todo aquello juntos. Si se metía debajo de la lluvia, él también lo haría. No iba a dejarlo por nada del mundo. Hasta el día en que cerrara los ojos y no los volviera a abrir.

Wooyoung no quería engañar a nadie. Todos debían ser conscientes de la verdad y decidir si pasar aquello con él o no. No iba a obligar a nadie a hacer algo que no quisieran, tanto si ese algo era estar a su lado como si era el no estarlo. Era hora de que todos supieran la verdad de su enfermedad y escogieran. Así que por mensaje de texto los citó aquella misma tarde en su casa. Esperaba nervioso sin saber cómo se tomarían la noticia. ¿Se enfadarían, se entristecerían, se quedarían sorprendidos? ¿Se irían o se quedarían? Quería que se quedaran porque los quería muchísimo, pero comprendería que lo dejaran. No sería la primera vez que sus problemas alejarían a la gente de su lado.

El primero que llegó fue San, más que nada por la cercanía a la que se encontraba su casa. Wooyoung sonreía, pero las caras de Mingi y Seonghwa no mentían. Aquello era importante y muy, muy malo. Fue con su novio para darlo la mano y prestarlo apoyo de esa forma. Este le sonrió ligeramente y besó su frente susurrándole las gracias antes de que ambos se sentaran en dos de las sillas que se habían dispuesto en el salón. San no dijo nada suponiendo que se enteraría cuando llegaran los demás y se lo dijeran a todos, porque para eso estaban allí. Además, él conocía la historia de Wooyoung más que los que quedaban por llegar y pensaba  en que todo aquello tendría que ver con ella.

El siguiente en llegar fue Yeosang, que al recibir el mensaje y avisar a sus padres adecuadamente, había ido allí lo más rápido que había podido. Le preocupó la cara de todos, pero más la sonrisa de Wooyoung. Eso solo podía significar que estaba intentando ser fuerte por el resto. Solo quedaba el sofá frente a este y su pareja para sentarse, pero antes de hacerlo prefirió acercarse a su gran amigo para abrazarlo durante un rato.

El último fue Yunho. Los dueños de la casa habían dejado la puerta abierta para que fueran entrando y no tuvieran que recibirlos uno a uno, así que cuando el alto llegó al salón le pidieron que la cerrara. Tras hacer lo que le pedían, el de cabellos azules se quedó mirando la escena confundido y preocupado para terminar sentándose en el sofá junto a Yeosang.

Jongho vivía lejos de ellos así que no lo habían avisado para ir. Wooyoung pensó que se lo diría por llamada más tarde, al igual que haría con Hongjoong si no aceptaba quedar a verse con él a solas. A este no le había dicho de ir porque pensó que se armaría pelea con el resto si lo hacía. Puede que hubiera traicionado a su novio y a dos de sus amigos, pero a él no y le quedaba poco tiempo de vida como para andar gastándolo en guardar rencor o estar enfadado con alguien que había hecho de capitán pirata en una sorpresa para él. Quería a Hongjoong como quería a San o a Yunho, no iba a alejarlo de él ahora que lo necesitaba a su lado tanto como al resto.

- Gracias a los tres por venir - comenzó a hablar Wooyoung - Lo que voy a deciros va a ser muy difícil de asimilar y tal vez debería de haber hablado con vosotros antes. He sido algo egoísta al no haberos dicho nada. Pero ahora quiero daros la oportunidad de elegir si después de esto queréis seguir siendo mis amigos o no. Siento no habérosla dado antes.

- ¿A qué te refieres? - preguntó el alto confundido.

- Yunho, será mejor que todos guardemos silencio hasta que Wooyoung termine todo lo que quiere decir, para que lo entendáis todo - intervino Seonghwa. El apelado asintió y su hermano continuó hablando.

- Nuestro padre murió cuando éramos muy pequeños. Era alcohólico y eso le llevó a la muerte. Nuestra madre era obesa. Pero obesa de las que lo son por elección. Solo comía y comía. No hacía deporte y no hacía caso a nadie sobre cuidarse. Entonces comencé a odiar la comida. Me sentía mal por comer, pensaba que lo hacía como mi madre y no quería hacer sufrir a los demás por ello como ella lo hacía. Así que comencé a provocarme el vómito cada vez que comía y bebía zumo de limón para engañar a mi estómago. Un día mi madre murió de un infarto justo por lo que la habíamos estado advirtiendo. Creo que comer era su forma de soportar la pérdida de nuestro padre. La cosa es que a partir de entonces, yo empeoré también. Me provocaba el vómito incluso cuando no había comido, así que no podía vomitar nada y eso dañaba mi cuerpo incluso más. Fue demasiado tarde cuando mi hermano descubrió lo que estaba haciéndome y me llevó al hospital haciendo que me ingresaran allí más tarde. Ya tenía cáncer de esófago. Estaba tan débil de lo poco que comía que ni andar podía y dejé de hacerlo, por mucho tiempo. Entonces conocí a Mingi y las cosas cambiaron. Él siempre supo lo que me pasaba y aún así decidió quedarse a mi lado. Porque le dije que si lo hacía lo iba a pasar mal por que no es fácil estar con alguien que tiene cáncer. Me operaron cerca de Navidades y unas semanas más tarde pude volver a casa. Todo estaba yendo bien hasta hace dos días. Me empecé a sentir mal y anoche me entraron náuseas y tuve que ir al baño a vomitar. Seonghwa y Mingi me han acompañado al médico hoy y... Ahora tengo cáncer de hígado y esta vez no voy a poder sobrevivir. No voy a someterme a tratamientos por elección propia  porque no quiero pasar mis últimos días en un hospital. Así que si queréis dejarme antes de ver como me voy muriendo poco a poco, lo entenderé. Pero si os quedáis tenéis que saber que no va a ser agradable. Habrá días que mi actitud no sea muy buena, o que me encuentre muy mal. Iré empeorando y lo iréis notando. Y un día ya no estaré pero tendréis que seguir adelante y soportar la pérdida. Hagáis lo que hagáis no os diré nada. Ya habéis hecho demasiado por mí hasta ahora. Siempre estaré agradecido con vosotros.

El silencio inundó la sala llena de tensión. De pronto, una profunda tristeza, mayor que la que ya había, cayó sobre la atmósfera. San miró a su novio como preguntándole si aquello era real, pues sabía que a Wooyoung lo habían operado de cáncer de esófago, pero no se esperaba que de verdad fuera a tener una metástasis después. Yunho parpadeó y sacudió con la cabeza confundido, sin poder creerse que todo aquello que solo había visto en películas lo estuviera viviendo ahora. Yeosang comenzó a llorar pensando en que tan solo la tarde antes había estado contándole sus problemas sin ser consciente de todo lo que tenía que pasar el contrario.

- ¿No vais a decir nada? - Wooyoung aún sonreía deseando que eso fuera suficiente para que sus amigos no sufrieran por él.

- No puedes irte Woo - comenzó a llorar aún más Yeosang - No puedes. Me dijiste que estaríamos siempre juntos porque nos une la amistad.

- Todavía no he muerto, Yeo, bebé. Y no mentí. Siempre estaré contigo. Cuando mi cuerpo ya no pueda moverse, será mi alma la que se mantendrá a tu lado. Así que tienes que seguir siendo fuerte y luchar como tú sabes. Creo que no eres consciente de lo fuerte y valiente que eres en verdad. 

- No me voy a separar de ti ni un solo segundo, Woo - el rubio se levantó del sofá para abrazarlo con fuerza - No te voy a dejar mientras pasas por todo esto. Estoy a tu lado.

- Me alegra oír eso - intentó sonreír pero ver a su amigo así lo hizo terminar llorando con él.

- Te conozco - comenzó a hablar San - desde el verano pasado. Siempre has sido amable y bueno conmigo. Me has tratado como si fuera tu propio hermano. No te mereces lo que te está pasando. Esto es... difícil para mí, porque no quiero perderte, pero pase lo que pase lo voy a hacer. Yo me quedo - intentó sonreírle y se acercó para unirse al abrazo con los otros dos chicos.

Solo quedaba Yunho por hablar, que estaba paralizado en el sofá. ¿Wooyoung? ¿Aquel pedacito de cielo? ¿El chico risueño y algo bromista con el que mantenía una amistad que, aunque no tan fuerte tal vez como la que guardaba con Mingi o con San, era sencilla y preciada para él? ¿Wooyoung iba a morir? Todos morimos algún día pero, ¿tan pronto? La idea no era capaz de entrar en su cabeza aún. La sentía demasiado irreal, como si todo lo que estuviera viviendo en aquellos momentos se tratara de una película y no le afectara realmente. No sentía nada. No sentía tristeza, ni enfado, ni miedo, ni sorpresa. Pero es que tampoco sentía alegría, gracia o algo por el estilo. No sentía absolutamente nada. 

- ¿Yunho? ¿Estás bien? - le preguntó su mejor amigo al ver su rostro en blanco y su mirada perdida. Era obvio que no estaba bien y que esa noticia no iba a sentarle bien a nadie, precisamente; pero eso no dejaba de preocuparlo y querer saber qué pasaba por la cabeza del alto.

- Es una broma, ¿verdad, Mingi? Lo habéis montado todo, con cámara oculta o algo. Casi me lo creo - comenzó a reírse Yunho - Muy bueno chicos. Ahora ya podéis dejar de fingir.

- Nadie está fingiendo Yunho - le respondió Mingi.

- Pero no puede ser verdad. Wooyoung no puede... - soltó una pequeña risa de estupefacción señalando al chico frente a él que no había dejado de abrazar a Yeosang ni a San - Mingi  - miró a este seriamente - dime que no es verdad - lo suplicó. Su mejor amigo bajó la cabeza cerrando los ojos.

- Ojalá pudiera decirte eso, Yunho. Es lo que más me gustaría ahora mismo en este mundo. Pero es verdad y necesitamos saber si te vas a quedar con nosotros a ayudar a Wooyoung a pasar por todo esto o no - lo miró intentando contener las lágrimas. Finalmente, Yunho abrazó a su amigo luchando por no llorar también aunque aún seguía sin poder creérselo del todo.

- ¿Cómo iba a irme? ¿Eh? Sois mis amigos. Wooyoung es mi amigo. Haré todo lo que esté en mi mano para ayudarlo. 

- Gracias Yunho.

- No tienes por qué dármelas.

Unos abrazos y lágrimas más tarde, el enfermo propuso que jugaran juntos a algo ahora que estaban reunidos allí. No iba a dejar que la noticia de su muerte les derrumbara, al menos mientras él siguiera vivo. Así que, cómo si nada hubiera pasado, consiguió con ayuda de Yunho que todos volvieran a reír y divertirse como siempre hacían mientras jugaban al Pictionari. Ojalá todos los días pudieran ser como aquella partida y la realidad no fuera tan cruel como lo era en verdad.

3467 palabras

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro