Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

[cuarenta]

Corría de un lado para otro asegurándose de que todo estuviera preparado y no hubiera ningún error. El estrés le llegaba por las nubes y de vez en cuando le gritaba a alguno de sus amigos por cosas que no estaban ya listas. De pronto unas manos se situaron en sus hombros y sus ojos se clavaron en los de su novio.

- Yeosang. Todo va a salir bien. Tranquilízate, ¿sí? - le intentó calmar el alto.

- Pero tu ropa aún no está preparada para cuando termines de actuar en la obra, a San se le ha olvidado el maquillaje, Mingi ha venido con traje negro en vez de azul marino, aún no sabemos dónde está el piano de Hongjoong y Jongho se fue a buscar a Seonghwa hace un rato y aún no han vuelto

- Yeosang, quedan dos horas, tesoro. Todo estará listo para cuando tengamos que actuar, ¿sí? Tú solo toma aire lentamente conmigo ahora e intenta tranquilizarte.

El menor cerró los ojos y asintió varias veces antes de sentarse en una de las sillas del camerino. Yunho le hizo un pequeño masaje en los hombros para intentar tranquilizarlo. El rubio abrió lentamente los ojos para mirar el reflejo de su novio en el espejo, ahora con el pelo anaranjado que le quedaba precioso.

- ¿Mejor? - le preguntó el mayor. Yeosang asintió lentamente.

- Gracias. Eres el mejor.

- Lo sé - le guiñó un ojo y besó su cabeza - Ahora tengo que irme a hacer un último ensayo de la obra. Intenta centrarte solo en estar calmado. Puedes coger mi móvil y ponerte la música que quieras si lo necesitas.

- Vale, gracias.

- No es nada, tesoro. Lo que sea por ti.

Se sonrieron mutuamente a través del espejo antes de que el mayor volviera con los que cursaban artes escénicas. San se sentó junto al rubio con ropa de la mano que situó delante de este.

- Ya ha llegado el traje de Yunho y Shuhua me va a hacer el maquillaje. No podemos hacer nada con respecto al traje de Mingi pero tampoco pasa tanto porque no es un color opuesto precisamente. Seguiremos siendo oscuro y claro. Hongjoong dice que ya han conseguido ponerle las ruedas al piano de la escuela y lo están trayendo para acá. Jongho encontró a Seonghwa preparándose en el baño y están viniendo también. Todo va a salir bien, ¿vale, Yeo?

El mayor suspiró y asintió antes de mirar a su amigo - Sí. Perdona por gritarte antes.

- No pasa nada. Me alegra que ya estés mejor. ¿Y si nos ponemos entre bastidores cuando salga a actuar Yunho como en Navidad? ¿Te acuerdas?

- Claro - se dieron un gran abrazo - Dile a Shuhua que no hace falta que venga. Ya te maquillo yo.

- ¿Seguro?

- Sé maquillar, San. Maquillé a Yunho en Navidad, puedo maquillarte a ti para la actuación de fin de curso.

-  Está bien - sonrió y dejó que su amigo lo preparara. Pronto, todos los problemas estuvieron solucionados. Yeosang y San se quedaron allí para ver al alto actuar mientras que el resto prefirió verlo desde la parte de atrás de la fila de butacas, cerca de la puerta para poder ir corriendo de nuevo allí en cuanto terminara la actuación. 

Yunho no era más que un actor secundario, pero aún así tenía bastante importancia en la obra e interpretó su papel a la perfección. Sin duda lograría alcanzar su propósito si seguía por aquel camino. Todos lo felicitaron cuando terminó su interpretación, aunque las rosas y halagos del público fueron más para los protagonistas que para él, también tuvo buenas críticas entre los espectadores sobre la actuación del secundario.

La de los siete chicos era la última de todas y, por una vez, no pensaban en hacerlo bien o mal para el público, ni para destacar entre las actuaciones, ni siquiera para celebrar el fin de curso y entretenerlos a todos o como modo de despedida hacia el instituto y hacia aquel pueblo que era demasiado grande para llamarlo así, pero lo suficientemente pequeño para no poder ser considerado ciudad tampoco.  Aquello lo hacían por otra razón.

El escenario se vació al completo. Juntos, movieron el piano para situarlo en uno de los laterales. Las luces estaban apagadas durante esto, en unos minutos de expectación hacia aquella actuación en la que participarían dos antiguos alumnos invitados; pues Jongho estudió allí antes de mudarse a dónde ahora vivía. 

Lentamente, un foco se iba encendiendo entorno a la figura de Hongjoong sentado delante del piano. Comenzó a tocar una canción lenta, I love you de Riopy. Exactamente en el segundo 27, San comenzó a andar hacia el centro del escenario con un foco iluminándolo, con un pantalón vaquero blanco y una camisa del mismo color con largas telas que desprendían de sus brazos y hombros como rasgadas. Lentamente, comenzó a moverse al ritmo de la música, como si bailara con alguien pero lo hacia solo. Minuto 1 con 20 segundos, San se detiene en medio del escenario mirando al público y va hacia ellos muy despacio. Cuando la música comienza a acelerar de nuevo, saca una hoja de uno de los bolsillos de su pantalón blanco. Comienza a leer sentado en el borde del escenario.

- Me siento aquí, en el borde de este abismo, observando a la muerte a la cara. Me pregunto si debería lanzarme o, simplemente, quedarme aquí, esperándola con los brazos abiertos. No, no es eso. Es porque lo perdí a él, porque él no pudo escapar del abismo. Amigo mío, hay un camino, caminante ven conmigo. Si al final te vuelvo a ver, no me lanzaré al abismo.

El foco que iluminaba a San se apaga. Solo queda Hongjoong tocando el piano hasta que la canción termina. Unos segundos de silencio y alguien sale de un lado para poner su mano sobre el hombro del pianista. Es Mingi. Ambos se miran y sonríen con cansancio. Hongjoong vuelve a tocar, ahora Heroine de Sunmi. Un rap compuesto por el propio Mingi que no pertenece a la canción sustituye los primeros versos con este soltándolos con fuerza, la misma con la que sujeta el micrófono.

Los focos iluminan todo el escenario y se ve a San bailando alrededor del rapero hasta que le coge el micrófono y comienza a cantar el estribillo. En el segundo verso, una potente voz se une a la suya y Jongho va entrando en el escenario al tiempo que Mingi lo deja. Los dos chicos, cantando, se van acercando uno a otro hasta que cogen cada uno el hombro del otro mirándose fijamente con fuerza.

- The show must go on - miran al público. Las luces se apagan de pronto y la música deja de sonar. Dos segundos y los focos se encienden mostrando un escenario vacío a excepción de Yunho que baila al tiempo que canta con la instumental original de la canción que comienza a sonar súbitamente.

Llega el estribillo y el chico señala al fondo de las butacas. Todos se giran expectantes para ver a un chico abriendo las puertas y entrando con un micrófono para cantar con el alto mientras un foco lo ilumina. La música comienza a hacerse más rápida y Yeosang corre hasta saltar y subir al escenario justo en el momento de la frase icónica. Ambos chicos se giran al público y comienzan a bailar. En el último estribillo salen todos a bailar hasta que la música comienza a ralentizarse. En ese momento, solo queda Seonghwa en el escenario, al que solo se le había visto bailando con el resto de los siete chicos antes. Camina lentamente hasta el borde del escenario. Mira hacia abajo y hacia arriba mientras dice las últimas frases de la canción. Luego señala, con la mano extendida como si quisiera alcanzar algo, al fondo de las butacas. Y en vez de decir: You must go on, sonríe y canta: We must go on.

Las luces se apagan paulatinamente. Hay unos instantes de completo silencio y entonces el público comienza a aplaudir como loco, impresionados por todo lo que han montado aquellos chicos. Los focos se encienden para mostrar a los autores de aquel espectáculo saludando con una sonrisa. Y entonces...

- ¡8 makes 1 team! - gritan todos a la vez. Entre ellos habían dejado un espacio como si faltara una persona porque, todo aquello, en verdad, era para Wooyoung.

Afuera se encontraron con los padres de San, los de Jongho, los de Yeosang y los de Hongjoong, que los felicitaron y los abrazaron por su gran actuación y por su graduación; esto último tenía de excepción a Jongho que aún le quedaba un año para eso. La madre de Mingi apareció algo más tarde para felicitarlos también y su padre terminó yendo a pesar de que le había dicho que con el trabajo no sabía si iba a ser posible. Se alegró de volver a verlo y lo abrazó con fuerza.

Una vez se hicieron todas las fotos posibles, Minnie se acercó a ellos para felicitarlos también y darles su sincera opinión sobre la actuación, maravillosa. Se harían fotos con ella pero antes, le guardaba a su hermano una sorpresa. Se apartó para dejar pasar a su madre empujando de la silla de ruedas del señor Jeong con la enfermera Shun a su lado.

El chico se llevó las manos a la boca y los abrazó con fuerza. Primero a la mujer y luego al hombre tras comprobar que estaba de buen humor.

- Ha sido una gran actuación, hijo. Creo que la mejor de todas. Estoy orgulloso de ti - le dijo el hombre.

- ¿Está... en un momento de lucidez? - preguntó mirando a la enfermera con los ojos abiertos al ver que lo había reconocido. Ella asintió diciéndole que había sido por su actuación. - Muchas gracias papá - lo sonrió y lo besó en la frente. - Hay alguien a quien os quiero presentar, por cierto - dijo al darse cuenta de que, aún, a pesar de todo, no había presentado a su novio ante sus padres. Yeosang si lo había acompañado a la residencia algún que otro día, pero se quedaba en la puerta esperándolo en vez de entrar.

El alto lo cogió de la mano y lo hizo ponerse delante de sus padres. El rubio se sonrojó e hizo una reverencia antes de presentarse tímidamente - Y-y-yo... Soy Kang Yeosag. Es un placer.

- ¡Oh! Tú eres... ¿es él? - le preguntó finalmente la mujer a su hijo, que asintió con una sonrisa - El placer es mío, Yeosang. Yunho me ha hablado mucho de ti.

- ¿En serio?

- Sí. Gracias por todo lo que haces por nuestro hijo.

- Yo... no es... no es nada - bajó la cabeza avergonzado.

- Tienes un rostro bonito - dijo entonces el hombre en silla de ruedas.

- Papá - Yunho se acuclilló acercándose a él - Él es mi novio, se llama Yeosang.

- Lo he escuchado, sí.

El alto indicó con la mano al menor que se acercara también. Cuando este lo hizo, el padre del contrario lo sonrió - Hola señor Jeong - lo saludó nervioso Yeosang.

- Es bueno ver que mi hijo por fin tiene a alguien. Ya estaba tardando. Tiene mariposas en la cabeza, al igual que su hermana. Una vez, cuando era niño, pensé que era una. ¿O era una libélula? Me gustan las mariquitas - lo volvió a sonreír.

- A mí también. Son bonitas.

- ¿Me traerás una la próxima vez que vengas a visitarme?

- No sé si podré hacerlo, pero lo intentaré señor Jeong.

- Que buen chico.

- ¿Y si nos hacemos una foto? - dijo entonces Minnie con una sonrisa. Todos accedieron y se situaron para que la enfermera Shun los fotografiara. Pronto, el resto de los amigos de Yunho terminaron uniéndose también a las fotos. 

Tras hablar un rato y despedirse de todos los padres y de Minnie, los siete chicos se dirigieron al gimnasio para la fiesta solo para alumnos que habían vuelto a preparar M.A.S. 0094 con ayuda de Jooheon. Todo estuvo lleno de música, comida, bailes y risas. Solo eran ellos pasándoselo bien por última vez en el curso, olvidando lo cerca que estaba su separación.

Después, se dirigieron a la parte del patio que solían ocupar en el recreo los cinco que estudiaban allí, para observar la puesta de sol con miradas melancólicas.

- ¿Creéis que a Wooyoung le habrá llegado nuestra actuación? - preguntó Yeosang rompiendo el silencio.

- Seguro que sí. Seguro que ahora estará alegre por nosotros observándonos desde alguna parte - añadió Seonghwa.

- Yo no creo en esas cosas, pero creo que si estuviera vivo estaría orgulloso de nosotros - dijo Hongjoong.

- Estaría llorando de alegría - rió por lo bajo Yunho.

- Nos lo agradecería mil veces - continuó San.

- Cuando estábamos ahí, alrededor de su cama, y nos miro con aquella sonrisa cansada... Pensé que aunque solo lo había visto en persona dos veces y no lo conocía tanto como vosotros, jamás le olvidaría. Ojalá pudiera haber hecho más por él - confesó Jongho.

- Hiciste mucho - su primo puso una mano en su hombro - Créeme. Él te apreciaba tanto como a todos nosotros y hiciste lo suficiente por él para que fuera feliz hasta el último momento.

- Él hizo tanto por nosotros - dijo entonces Mingi - Siempre estaba esforzándose por que sonriéramos con él, hasta el último momento. No quería vernos triste, no le gustaba. Lo hecho de menos a cada segundo pero su legado no fue lo que nos dejó en el testamento, fue esa sonrisa. Mientras sigamos sonriendo, intentando disfrutar la vida el máximo como él no pudo hacerlo y le habría gustado que hiciéramos nosotros, él seguirá con nosotros. Él nos dio eso y nunca podremos agradecérselo mejor que siguiendo su legado. Aunque nuestros caminos se separen, siempre vamos a ser una familia.

- Siempre - corroboraron el resto de uno a uno.

Se quedaron un rato más allí hasta que el sol se hubo terminado de ocultar, en silencio, simplemente disfrutando de la presencia del otro a su lado, de que aún estaban juntos físicamente hablando, de tenerse unos a otros para lo que fuera. Cuando el atardecer terminó, se fueron marchando poco a poco hasta que solo quedaron allí Yunho y Yeosang.

- Estoy teniendo un deja vu - dijo entonces el alto.

- ¿Ah sí? - le preguntó el otro mirándolo.

- El día en que jugamos a ser piratas como si fuéramos niños pequeños, también fuimos los últimos en irnos... bueno, creo que técnicamente ese fue Jongho pero porque volvió.

- Ven - lo tomó de la mano  y tiró de él.

- ¿A dónde vamos?

- A un sitio dónde Jongho no nos pueda interrumpir.

- Pobre chico, vamos a recordárselo toda la vida.

- Bueno, embeces la vida no es como queremos.

- Ahora en serio, ¿a dónde me llevas?

- Ya lo verás.

Sin embargo, Yunho reconoció el camino antes de llegar a su destino. Miró el cielo estrellado con una sonrisa apoyándose en la barandilla del descansillo. Yeosang hizo lo mismo a su lado.

- Es la última vez que vamos a estar aquí, ¿verdad? - preguntó el alto.

- No lo sé. Tal vez cuando seamos mayores queramos volver para recordar. Aún no van a echar el instituto abajo, así que supongo que siempre podremos volver.

- ¿Crees que nuestra relación va a durar tanto?

- ¿Por qué no? Después de todo lo que hemos pasado...

- No es normal terminar casándose con un amor de instituto. La mayoría de esos terminan. Cuando lo pienso... No quiero que lo nuestro termine nunca.

- ¿Por qué nos tenemos que preocupar por eso ahora, de todas formas? Yo creo que lo importante es que ahora estamos juntos. Solo pensemos en disfrutar mientras lo estemos - respondió cogiéndolo de la mano.

- Tienes razón - lo miró con una sonrisa. Luego, el rubio volvió su mirada al cielo.

- ¿Sabes? Creo que en verdad fue aquí donde comenzó todo.

- ¿Ah, sí? ¿Por qué crees eso?

- La primera vez que te vi estaba aquí sentado. Sé que tú no me viste a mí y fue hace mucho tiempo. Pero vine aquí huyendo de Kiyoung. Necesitaba llorar un rato. Entonces te vi a ti. Se te había escapado una pelota de fútbol hasta aquella parte, lo cual no es fácil - dijo señalando unos arbustos debajo de ellos que era lo único que separaba la vaya de la pared del gimnasio - Trepaste por los arbustos y caíste al suelo al conseguir pasar al otro lado. No había nadie a tu alrededor, pero a pesar de ello, intentaste fingir la caída haciendo flexiones. No fuiste capaz de hacer casi ni una y te dejaste caer. Fue la primera vez que reí con algo en mucho tiempo. Luego no volví a verte hasta que viniste a parar a mi clase este curso, a pesar de que estamos en el mismo instituto. O puede que si te viera pero no me fijara en ti. Además, aquí ha pasado todo. Aquí me di cuenta de lo que sentía por ti, aquí me diste aquella nota para que dejara de llorar, aquí te encontré después de ver tus regalos en mi pupitre, aquí te confesaste a mí y yo a ti, aquí fue nuestro primer beso. Este sitio, dejo de ser mi sitio para ser el nuestro. Está lleno de recuerdos.

- Adoro este lugar - se acercó a él y lo tomó de la cintura - Ojalá te hubiera visto en aquel entonces y te hubiera hecho reír más.

- Da igual, no sientas arrepentimientos de ello, porque las cosas han terminado bien y si no hubiera sucedido todo tal y como ha sucedido, ahora no nos encontraríamos aquí. No sé lo que habría pasado, pero me gustan demasiado los recuerdos que tengo contigo como para arrepentirme de mis acciones, que fueron lo que me llevaron hasta ellos.

- Tienes razón. Soy feliz de haberte encontrado, Yeosang - besó su cabeza.

- Y yo, de haberte encontrado a ti - lo miró con una sonrisa y lo tomó del rostro para besarlo en los labios, cada vez, de forma más apasionada. Yunho lo tomó de la cintura y lo sujetó cuando este saltó para enredar sus piernas entorno a las de él. El alto lo sostuvo hasta llevarlo a la pared y apoyarlo contra ella mientras se seguían besando. 

Se separaron poco a poco cuando les faltó el aire para respirar y se quedaron así, mirándose a los ojos, con sendas tontas sonrisas.

- Te quiero, Moonie.

- Y yo a ti, tesoro. Mi precioso tesoro.

3087 palabras

Quedan: 2 capítulos + epílogo

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro