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7 "Contención"

Los dos alfas llegaron a su hogar, entre risas por el mal chiste que conto el peliazul, pero al ver al omega mayor, consolando al menor, guardaron silencio.

— Llegamos— Murmuró Mayumi, no muy convencida de que hacer— ¿Esta todo bien?

— Si, solo hubo un problema en la escuela y Yuta debió volver antes— Explicó Yuu, acariciando el cabello de su hijo, mientras este seguia escondido en su pecho, sollozando— Chibi ¿Quieres ir a tu habitación? Debo ir a buscar a Koharu y Koko a la escuela.

— O-ok. Gracias.

— No agradezcas.

Lentamente se separó de su progenitor, sorprendiendose al ver a su hermana y mejor amigo allí. Estaba tan concentrado en tranquilizarse que no los escucho llegar. No esperaba que lo vieran llorar, no quería hablarles sobre aquello, pero ahora que estaban alli, debía hacerlo.

— Vuelvo en media hora ¿Si? No causen desastres.

— Yo ire a buscar a Koko, tu ve por Koharu— Dijo la menor, recibiendo una dudosa mirada de su padre.

No deseaba dejar a su hijo solo en ese momento, mucho menos si nadie de su familia estaba para acompañarlo. Su hija entendió su incertidumbre, por lo que de acercó para susurrarle.

— Yeonmin no hará nada, al contario, se encargará de consolarlo, mas de lo que ambos podamos hacer.

Yuu suspiró, sabía que en cierta parte tenía razon, el alguna vez tuvo su edad, y sabía que era más fácil contarle algunas cosas a sus amigas que a su tío o primos.

— Esta bien. Nos vemos en un rato.

Apenas el mayor se fue, ambos adolescentes se miraron entre si, asintiendo para ejecutar su plan. Mayumi salió a los pocos segundos de su casa, mientras que Yeonmin se acerco al menor.

— Yuyu ¿Quieres que te acompañe a nuestra habitación?— Preguntó Yeonmin, a lo que el menor asintió mientras se secaba sus lagrimas.

Si, quien fuera el culpable de hacerlo llorar lo pagaría muy caro.

Subieron lentamente las escaleras, viendo como con cada escalón que avanzaban, el menor se derrumbaba mas. Al llegar a su habitación, Yuta se abrazó a su amigo, sorprendiendole un poco por su repentina acción. Claro que Yeonmin no tardó en devolverle el abrazo, acariciando su cabello en forma de consuelo.

— ¿Quieres hablar de lo que pasó?— Preguntó calmo, recibiendo un asentimiento como respuesta.

Con toda la fuerza que tenía, levanto al menor en brazos, pues no mostraba señales de querer separarse del abrazo. Lo llevo hasta su cama, sentándose con el sobre su regazo.

Podía ser una situación muy romántica la cual aseguraría de obtener una foto de aquel icónico momento, pero Yuta necesitaba apoyo, por lo que lo que menos le importaba era coquetearle, si no darle lo que necesitaba en ese momento.

Su amigo nipón era muy cariñoso y le gustaba mantener contacto físico, bastante sorprendente si pensaba en lo conservadores que eran en aquella sociedad, pero no tanto si recordaba quienes eran sus padres.

Cuando Yuta se encontraba triste o bajo de animos, lo que mas le gustaban eran los abrazos, lo reconfrotaban y le daban las energias para ser aquel niño positivo de siempre. No pasaba muy seguido, mas bien era extraño que llegara a llorar, por ello le daba demasiada atención cuando se encontraba en ese estado.

— Dime ¿Paso algo en la escuela?

— Tuve una pelea, y llamarón a papi.

— ¿Te expulsaron?

— No, por hoy me dejaron volver porque estaba muy sucio tras la pelea, pero mañana recibiré un castigo.

— ¿Y por que te peleaste? Si eres bastante pacifista.

— No necesitas saberlo, no quiero molestarte.

— Al contrario, solo quiero apoyarte, por lo que nunca serías una molestia.

El castaño pensó en sus palabras, y al recostarse de nuevo en su cama, pensó desde que momento comenzó aquella bola de problemas que decidió explotar ese dia.

— El año pasado, un niño alfa se me confesó.

— ¿De verdad?— Preguntó sorprendido, pero al ver la expresión del menor supo que estaba exagerando.

¿Podían culparlo? Llevaba enamorado de el 3 años pero su familia le imploraba mantenerlo en secreto por un tiempo, mientras un niño cualquiera se le acercó y confesó a su amor, asi como si nada.

— Si, dijo que deseaba salir conmigo porque era uno de los pocos omegas en esa escuela, al igual que soy bonito y vengo de una buena familia. Supuestamente el era popular y de nuestro mismo entorno, por lo que sin duda algún debíamos salir.

— ¿Y lo aceptaste?— Preguntó temeroso, rogando que la fantasiosa película dirigida por su cabeza estaba creando fuera una gran mentira.

— ¿No crees que te lo hubiera contado de ser asi? Claro que no acepte. La pregunta ofendea— Dijo Yuta, algo molestó por aquella pregunta— Pero creo que ese fue el inicio del fin para mi. Los otros niños alfa comenzaron a decir que yo me hacía el dificil o que me creía mucho por ser un Ichinose, que esperara a que presente como omega para ver si seguía igual de creído.

— Esos imbéciles.

— Por suerte no duró mucho, se olvidaron de mi existencia tras uno o dos meses despues, cuando aquel niño se transfirió de escuela, pero había un niño que seguía molestandome. Maeno Souta, al parecer es primo de aquel otro niño, y se aseguró de hacer mi vida un infierno. Todos los días se encargaba de insultarme, acosarme, expandir rumores sobre mi, incluso dejar tachuelas entre mis zapatos o manchar mi uniforme de educación física. Sus amigos ayudaban, pero conforme paso el tiempo, dejaron de seguirlo, hasta que solo le quedó uno, Nagato Mamoru. Mas que su amigo, parecía su paloma mensajera, pues se encargaba de hacerme llegar sus insultos por escrito. Creí que si no les daba importancia se aburrían y me dejarían en paz, pero siempre me buscaban. Este año escolar también creí me dejarían en paz, pero ya vi que no, y si mantenerme indiferente no ayudaba, pense que dejandoles en claro que no les permitiría que me molestaran otra vez.

— ¿Y por que no nos lo dijiste? Sabes que aquellos imbeciles de hubieran cagado en los pantalones con solo vernos.

— No quería involucrarlos, creí que podía solo, pero me equivoqué.

— Si, te equivocaste, pero no por haber explotado, si no por haberte reprimido. No debiste haber cargado con tanto.

— Pero tampoco quiero depender solo de ustedes, ni tener que ser defendido por alfas para que me tomen enserio— Refutó el menor, mirando a su amigo— Ya es bastante molesto saber que por ser omega los demas me miran como alguien debil, como para que ahora dos alfas quieran protegerme. Es como si les diera la razón.

— Entiendo a lo que te refieres, pero confiar en nosotros no te hace débil. No quiero que me veas como un alfa más en tu vida, quiero que confíes en mi por lo que soy— Explicó el mayor— No tomé clases de taekwondo durante mi infancia para que estimes que mi fuerza viene por ser alfa.

— ¿Entonces recomiendas que aprenda algún arte marcial para ganar fuerza?

— No creo que este mal practicar la defensa personal, y si te hace sentir mas seguro, no veo por que no ¿En tu escuela no hay algun club?

— Judo es lo mas cercano.

— Es bastante bueno, mas que golpear te enseña a inmovilizar al contrincante, y a derribarlos.

— Pues entonces supongo servirá. Gracias.

— Siempre que necesites estaré aqui. No importa lo que los demas digan, para mi hiciste lo correcto, solo que bastante tarde y con testigos. La próxima que alguien te acose, asegurate de patearles el trasero en privado.

— Irónico que me digas esto, cuando mi papi me castigo por mi actuar.

— Yuu es muy pacífico, veamos que dice Ryota.

Si se guiaba por lo que Sasha le contó sobre ellos cuando eran jovenes, le diría algo parecido. No era alguien violento, mas bien era muy pacífico para ser alfa, pero, según ella, cuando alguien se metía con Yuu, solo le bastaba decir una palabra con su voz de alfa para que pidieran clemencia de rodillas. Si asi se comportaba com su pareja, no quería imaginarse como sería con sus hijos.

Se mantuvieron en la misma posición por un par de minutos. Los sollozos de Yuta eran lo unico que resonaba en la habitación, pero que conforme pasaba el tiempo, se tranquilizaban, hasta que dejaron de oirse.

— Gracias, por escucharme— Murmuró el mas bajo, separandose lo suficiente como para quedar ambos frente a frente

— Siempre que lo necesites, Yuyu, estaré aquí— Le dijo sonriente, contagiandole la sonrisa— ¿Quieres que juguemos a algo? Tu eliges.

El menor asintió, sintiendose aliviado tras charlar con su mejor amigo. Ambos bajaron a la sala y se dispusieron a jugar un videojuego de carreras, donde en algunas partidas el mayor se dejaba vencer, todo para hacerlo feliz.

Por su parte, Mayumi fue a buscar a su amiga a la escuela, bien podría volver sola, ya se sabian de memoria los caminos a sus hogares, pero prefería dejar que Yeonmin se encargará de consolar a su hermano, a solas. Confiaba lo suficiente en el como para saber que no se aprovecharía de su debilidad, el realmente lo quería, por lo que no se arriesgaría a confesarse o insinuarse y dejarlo peor. Sabia como debía actuar dependiendo del momento

A medio camino se encontró con Kokoa, mas no le sorprendió, tenían un horario similar de salida, la diferencia es que su escuela no tenía muy fácil acceso a transporte, por lo que tardaba mas en llegar. La menor, cuando notó a su mejor amiga, no dudó en correr hacia ella.

— Mayu ¿Que haces aqui?

— Vine a buscarte, apenas llegué a casa vi que estaba Yuta.

— Oh, si, tuvo una pelea y fue suspendido.

— ¡¿Que?! ¿Se peleó?

— Estaba a su lado cuando paso, unos niños lo molestaban, el se abalanzó sobre uno de ellos y comenzaron a pelear.

— ¿Sabes si pasó algo mas? Es decir, Yuta no va a los golpes porque si.

— Hace casi un año vienen molestandolo, pidió que no te lo dijera, pero supongo ya no tiene caso ocultarlo.

— Ay, Yuta.

— Lo lamento

— Esta bien, no es tu culpa, el te lo pidió— Dijo la mayor, volviendo a caminar hacia su hogar junto a su amiga— Dejando eso de lado ¿Estuvo bien la escuela?

— Si, tenemos compañeros nuevos por el cambio de salones, ademas de un chico que comenzó este año en nuestra escuela, por lo demás, todo tranquilo ¿Tu?

— Creo que es un buen momento para decírtelo, ya que no estan los chicos. Estoy saliendo con Kakeru.

Kokoa gritó de emoción, para luego abrazarse a su amiga, felicitandola por su relación. Sabía perfectamente de sus sentimientos por aquel alfa de hace al menos 4 años, y todas las inseguridades por las que no podía dejarse llevar.

Le contó como fue que llegaron a practicamente confesarse aquel dia que Yeonmin los acompaño, y como hace un par de horas decidieron darse una oportunidad. Fue muy emocionante para su amiga, por mas desatrosa que podía parecerle a cualquier otra persona.

Kokoa se detuvo a pensarlo un momento, su mejor amiga consiguió salir con su crush de toda la vida, tras muchos años de enamoramiento, por lo que si ella pudo hacerlo, tambien podia lograrlo.

— Bien, me decidí — Dijo la menor, sonando muy segura.

— ¿Que decidiste?— Preguntó entre risas, pues Kokoa se veia como un cachorrito decidido a saltar sobre su juguete favorito.

— Este año vo a confesarme.

— ¿Eh? ¿Te gusta alguien y no me lo dijiste? ¡Eso es trampa! ¡Yo te conté sobre Kakeru!— Se quejó la futura alfa, ganandose una timida risa de su amiga.

— Perdon, pero no sabía como decírtelo.

— Eso no importa ahora, dime quien es ¿Lo conozco?

— ¿Prometes no decirlo? A nadie, ni siquiera a Yuta.

Eso le pareció extraño, pensando que los tres son amigos desde practicamente su nacimiento, pero entendía aue tal vez habian cosas de las que no estuviera tan comoda para hablar con él. Asintió un par de segundos despues, siguiendo su camino a su hogar.

— Si, lo conoces.

— ¿Es de tu escuela?

— No aun, pero espero que pronto— Dijo risueña, y por alguna razon, eso le dio una mala espina a la mayor

— ¿Quien es?— Preguntó temerosa, y verla tan sonriente intensificó su miedo.

— Es Yeonmin

Puta madre.

[***]

Ryota volvió a su hogar unos minutos antes de la cena. Extrañamente sus hijos no estaban alli, supuso que estaban en sus habitaciones, por lo que creyó sería una buena oportunidad.

Fue a la cocina, encontrandose com su omega, cocinando tranquilamente, mientras tarareaba una de sus canciones favoritas. No pudo evitar sonreir al verlo, pensando en lo hermoso que se veía.

Era un imbecil por haberle dicho todas esas cosas.

Lentamente se acercó hasta él, abrazándolo por la espalda, sintiendo como el cuerpo contrario se crispaba por la sorpresa, mas cuando vio de quién se trataba, lo ignoró.

— Llegué a casa.

— Bienvenido— Murmuró com desinterés, enfocando toda su atencion en la sartén frente a él.

Le gustaba que su alfa lo abrazara, extrañaba mucho ese contacto, mas aun seguía molesto y herido por todo lo que dijo, y por practicamente dejarlo solo con su hijo, cuando mas lo necesitaba.

— ¿Podemos hablar?

— Estoy ocupado con la cena, no quiero que se queme.

— Solo quiero disculparme contigo, fui un idiota.

— Ryota, no ahora— Murmuró, retorciendose para sacarselo de encima— Los niños podrían escuchar.

— ¿Despues de la cena?

— ¿Estarás despierto?

— No planeo dormir sin haber hablado. Pero al menos dejame disculparme ahora, ya no quiero pelear.

Yuu se volteó para mirarlo a los ojos, notando arrepentimiento en ellos. No era tan fuerte como para resistirse ante esa mirada, por lo que se acercó y beso castamente sus labios, para luego sentir como su alfa lo abrazaba contra su pecho, correspondiendole al instante.

— Perdón— Murmuró el alfa, escondiendo su rostro en el cuello del omega, justo donde estaba su marca, aquella que hizo el mismo hace mas de 20 años.

— Mas te vale tener una buena excusa, y como sea sobre querer mejorar la empresa, el que dormirá fuera de la habitación esta vez no seré yo— Se quejó el albino, reconfortandose con los pequeños besos que el alfa dejaba en su cuello.

— Te lo diré todo ¿Si? Solo quiero que te quede claro que te amo, tal como hace 22 años atras, y no hay forma de que eso pueda cambiar tan facilmente.

— Yo también lo hago, y me dolió mucho que rechazaras mis acercamientos. No volvamos a distanciarnos.

— Desde hoy voy a esforzarme para volver a ganar la confianza de tu lobo, extrañó sentirte, a ti y a tu aroma— Dijo decidido, mirando a los ojos al omega.

— Yo también me esforzaré, pero hablemoslo mas tarde ¿Si? Recuerda, hoy somos padres de 5.

Ryota rió ante aquello, ciertamente, desde que estaba Yeonmin, se trataban de 4 niños a quienes cuidar, pero si a eso le agregaba que Koharu se quedaría por al menos 3 días, o hasta que a Hana se le bajara el celo, era mas atencion a su bienestar.

— Esta bien. Te amo, foquita.

— Yo tambien, lobito.

Le dió un ultimo beso en sus labios y se separó, dejando que su esposo omega volviera a trabajar en la cena. Por su parte, aprovecho que aun le quedaba tiempo para ir a ducharse y despabilar todo el estres del día.

Media hora despues, toda la familia estaba cenando en el comedor, con un raro ambiente. Por un lado estaban los dos chicos, teniendo una amena conversación, las dos chicas, donde Kokoa le hablaba a su amiga, quien a pesar de responder amablemente, se la veía tensa, la pareja de mayores, con una extraña vibra entre ambos, ni buena, ni mala, y por ultimo la menor de la familia, cenando sin darse cuenta de su alrededor.

Tras la comida, los fos adolescentes mayores se ofrecieron a lavar todo, cosa que el padre omega aprovecho para ir a su estudio de arte. Ryota planeo seguirlo, pero este le recordó qué debía hablar con su hijo sobre todo lo que paso en la escuela.

Una vez en la habitacion de su unico hijo varón, se dispuso a escuchar atentamente su versión de la historia, y obviamente lo puso furioso saber que estaban atacando a su niño y degradandolo por su género, deseaba poder contactar al lado corrupto de su familia y darle una leccion a esas familias, pero se conformaría con buscar si tenian lazos comerciales y desligarse de ellos.

— ¿Crees que hice mal en golpearlos?— Preguntó Yuta, encogiendose en su cama por miedo a la reacción de su padre, no queria decepcionarlo.

— Creo que tu papi ya te lo habrá dicho, pero si, estuvo mal, debiste decirle a tu profesor y dejar que el se encargara de castigarlos. Pero mas importante era decirnos lo que te estaba pasando.

— No queria molestarlos, se que ultimamente estas trabajando hasta tarde, y con suerte duermes. Crei que mis problemas te traerían mas problemas, o que no serían nada comparados a los que tienes.

Esa declaración le dolio mas de lo que hubiera imaginado, su hijo creía ser una carga, y no podía evitar culparse por hacerlo sentir así. En ese momento entendió a sus padres cuando fueron a buscarlo de detención en primaria, supuso que debió ser asi o mas doloroso saber que su hijo estuvo reprimiendose. La diferencia es que el lo hizo para no parecer debil, su hijo p ara no ser una molestía.

No pudo evitar que se le escapara una lagrima, sorprendiendo al menor por aquella reacción, quien lo abrazo al instante.

— Perdón, no quise ofenderte, papá. No te creo una mala persona o te temo, solo que...

— No, Yuta, perdoname tu a mí— Murmuró entre sollozos, correspondiendo al abrazo de su hijo— Yo te hice sentir como una molestia, y no debería ser asi. Es verdad que ultimamente estoy muy enfocado en el trabajo, y apenas paso tiempo con ustedes, pero no por eso deben ocultar como se sienten. Tanto tu, como tus hermanas, son las personas mas importantes en mi vida, y no hay forma de que pueda considerar sus problemas como algo sin sentido. Perdoname por haberte hecho sentir así, nunca fue mi intención.

— No pidas perdón papá, yo pensé mal.

— Pero debo hacerlo ¿Sabes? Yo tambien tuve problemas en la escuela, solo que en la primaria, unos niños me molestaban por ser "muy blando" para ser un alfa purasangre, también creí que dejarían de molestarme si los ignoraba, y también explote en una pelea fisica. No le dije a mis padres lo que me pasaba porque creí que de hacerlo, le estaría dando la razón a esos niños, que soy debil. Pero fui debil no por llorar, lo fui por dejar que sus comentarios me condicionaran, por darles la razón sobre mi mismo. Incluso reprimi por mucho tiempo mis emociones por miedo a ser rechazado ¿Sabes que cambió?— Explicó el alfa, acariciando el cabello de su hijo— Tu papi me ayudo mucho a ver que no soy menos alfa por ser cariñoso, ni un monstruo por dejarle el control a mi alfa en ciertas situaciones. Hoy en dia muchos me llaman "débil" por expresar mis sentimientos, pero ya no me importa, porque me siento comodo, asi como soy, y los tengo a ustedes.

— ¿Entonces no me crees una mala persona por haberme peleado?

— Necesitas muchas mas peleas encima y placer por dañar para considerarte malo. Tu solo no aguantaste mas injusticia contra ti. La próxima vez avísanos lo que te pasa, te escucharemos siempre que lo necesites, y tienes nuestro apoyo.

— Gracias, papá.

Volvió a abrazarse al menor, dejando un bezo en su cabellera, justo de su mismo color.

— ¿Yuu te castigo?

— Nada de contenido violento hasta nuevo aviso.

— Suerte con eso— Dijo tras una pequeña carcajada.

— ¿No vas a castigarme tu tambien?

— Ya tienes suficiente sufrimiento, supongo aprenderás la lección.

Se levantó de la cama de su hijo y besó su sien, recordándole lo mucho que lo amaba y que siempre estaría para el, saliendo de la habitación una vez se aseguró que su hijo ya se encontraba mejor.

Una vez en el pasillo, vio a su autoproclamado "futuro yerno" dirigiéndose a su dirección, viéndole nervioso. Se preguntó a si mismo si asi se hubiera visto con los padres de Yuu, pues tenía la suerte de conocer a su tío desde antes y que por ello ya le tuviera cariño.

— No muerdo, Yeonmin— Dice con una sonrisa, avergonzando al menor.

— Lo lamento, señor.

— No te disculpes, supongo es natural tu nerviosismo, pero creí que ya estaba claro que eres bienvenido a esta familia— Explicó amablemente, despeinado el cabello azul del mas bajo— Yuta me contó que le levantaste el animo, te agradezco.

— No hay nada que agradecer, haría lo que sea por verlo feliz.

— Lo se, sigue cuidando de el.

Antes de que el maa joven pudiera responder, se retiró bajando las escaleras,  no deseaba atrasar mas sus asuntos pendientes, por mas aterrado que estuviera.

Ahora se venía lo peor.

Entro al estudio de su esposo sin tocar, encontrandolo en un buen momento creativo, al parecer estaba de muy buen animo, o con el suficiente para pintar de aquella forma, tan alegre y vivaz.

Yuu percibió al alfa detras suyo, volteandose al instante. Sonrió internamente al ver que tenia su total atención, pero a la vez le molesto que tuviera que gritarselo para que lo notara. Lo minimo que merecía era una buena razón por la que comenzó aquella distancia.

— Te escucho— Dijo seriamente, sentandose en su taburete con ambos brazos cruzados.

— Lo lamento— Murmuró, acercandose a su esposo..

— No quiero escuchar eso ahora, lo que quiero saber es que te está pasando.

— Lo se, pero necesitaba hacerlo— Explicó, tomando las manos del mas bajo, entrelqzando sus dedos entre los propios— Tienes razon, estoy haciendo justamente lo mismo que mi padre le hacía a mi madre, solo que fui tan imbecil de no darme cuenta que te estaba desplazando. Como sabes, mamá renunció a su puesto en la empresa por su jubilación, puesto del cual me estoy ocupando actualmente. Y con su partida, su gente de confianza tambien se fue, ahora es todo un equipo nuevo de trabajo y... No sabemos que mierda hacer, no es a lo que estoy acostumbrado y se nota, no dejamos de cagarla.

— ¿Y por que no me lo dijiste?— Preguntó preocupado

— No quería agobiarte com los problemas del trabajo, y cuando llego a casa en lo último que quiero pensar es en la empresa, pero últimamente me quita hasta las ganas de relacionarme con personas. Yo... Deseo estar solo por un par de minutos ¿Lo entiendes? Y antes de que lo malinterpretes, ni tu ni los niños son una molestia, pero estoy harto de estar cerca de alguien, quiero al menos unos minutos para mi. Y me centré tanto en eso, que te dejé olvidado.

— ¿No hablaste con tu padre? ¿O Hanako? Tal vez podrían ayudarte, a guiarte. No es por desmeritar tu esfuerzo, pero tu madre hacía el trabajo desde casa.

— Lo hacía desde casa porque tenía todo un equipo confiable, grupo que de a poco se fue jubilando. Solo quedaron los mas recientes, que no tienen ni idea de que mierda hacian para entablar una buena relación con otras empresas e inversionistas. Y no quiero pedirle ayuda a mamá ¿Donde viste que un trabajador pregunte por referencias al jubilado de su puesto? Ir a ella sería volver a echar en cara que solo tengo ese puesto por ser "el hijo de".

— Pero es mejor que ejecutes bien tu trabajo. Si la sigues cagando, como dices, demostrarias que solo te pusieron en ese puesto por ser "el hijo de".

— Lo se... Es todo tan complicado. Quiero ganarme su respeto limpiamente, pero no se como hacerlo.

— Empieza por hablar con Hanako y pedirle ayuda, y buscar a alguien experimentado en relaciones publicas para que sea tu mano derecha, o nunca podras mejorar. Tal vez alguno de los jubilados tenga algun buen contacto, incluso tu abuelo puede ayudar.

— Odio que ahora mismo tengas razón — Se queja el alfa, abrazando a su omega.

— No es algo que no hayas pensado antes, solo necesitabas saber si era lo correcto— Murmuró el omega, correspondiendo al abrazo— Todo ira bien, Ryo. Olvida los comentarios prejuiciosos, tu eres muy bueno en lo que haces, seas o no un Ichinose. Y no eres menos alfa por pedirle ayuda a tus padres ¿Entiendes?

— Si, lo entiendo— Murmuró sonriendo, reconfortandose com el tenue aroma de su omega, hace tanto no lo sentía que habia olvidado como era— Te amo.

— Yo tambien te amo, aun cuando puedes ser un idiota a veces— Dijo el albino, acariciando la cabellera castaña del mas alto— Yo también lo lamento. Tenías razón cuando dijiste que estoy aqui mucho tiempo, prometo cambiar mis horarios, no solo por ti, tambien por los niños

— Pasas mucho tiempo con ellos.

— No el que quisiera. Con esto que pasó con Yuta vi que hay muchas cosas que estamos pasando por alto alto con nuestros hijos, fue terrible saber que nuestro hijo estaba sufriendo, y nosotros no...

Ryota abrazó a su omega apenas escuchó su voz quebrarse, sintiendo como se aferraba a su camisa, tratando de mantener su respiración estable. Levantó suavemente al omega, dirigiendolos a ambos al sofá, sentandose con su esposo sobre su regazo. Acariciaba su espalda y cabello, mientras le susurraba al oido para que se calmara, aunque bien sabia que llevaría un tiempo.

Los ataques de ansiedad de Yuu solo se hacían presentes cuando recordaba aquel hecho trágico de su adolescencia, no era muy usual gracias a que Yuu aprendió a disipar aquellos pensamientos que lo inducian a sus ataques, en años no lo había visto asi, pero al haber escuchado todo lo que le pasó a su hijo, podía comprender que no fuera capaz de pensar en otra cosa para no recaer.

— Respira, Yuu, tu puedes ¿Si? Inhala... Exhala.

El omega acató a sus palabras, inhalando todo el aire que podía, soltandolo un par de segundos despues, tuvo que repetirlo unas 7 veces mas, hasta que sintió como su pulso corría a un ritmo normal.

— G-gracias.

— Todo esta bien, cariño.

— N-no lo esta... E-es que pudo pa-pasarle e-eso, y-y yo no m-me lo perdonaría— Murmuró entre sollozos, agitandose aun mas mientras hablaba.

— Shhh, tranquilo, eso no pasó— Dijo Ryota, estrechandolo aun mas ente sus brazos— No pienses en ello, no te hace bien.

— ¿E-entonces debo ignorarlo? ¿D-dejar que dañen a n-nuestro hijo?

— No me refiero a eso, Yuu. No debes pensar en cosas que no pasaron. Si, pudo pasar, lamentablemente hay mucha gente de mierda afuera ¿Pero sabes que? Nuestro hijo nos demostró hoy que no se dejará pisotear, y tras lo de hoy creo entendió que no debe ocultar lo que le pasa.

— A-aun asi, creo q-que no entendió la gravedad del asunto.

— ¿Quieres contarselo entonces?— Preguntó serio, tomando del menton a su esposo para que lo mirara a los ojos.

— Aun es pequeño.

— Tu tenías su edad cuando esto pasó— Recordó el alfa, y sabía que aquello pondría nervioso al omega, pero lo mejor era aclarar todo para que se calmara— Yuu, tu mismo te estas preocupando por algo que no pasó, ni pasará. Ambos nos encargamos de educar a los niños de la mejor forma posible, y desde el momento en que empezaron a hablar, les enseñaste el significado del "No". Nuestros hijos estan mas preparados de lo que nosotros estuvimos, son mas listos, mas fuertes, y mas habiles, ellos entienden cuando estan en peligro y saben como huir en el peor de los casos ¿No viste a Yuta? Se encargó de aquel mocoso con sus propias manos.

— No es algo que celebrar.

— ¿Esta mal la agresión física? Efectivamente ¿Esta mal defenderse? Absolutamente no. Ya nos demostró que el no dejará que lo pisoteen, ahora solo esperemos que la próxima vez cuente con nosotros.

— Espero no exista una próxima vez— Murmuró entre sollozos, ya mas tranquilo.

— Yo tambien espero que no necesite una próxima vez.

Ryota seco las lágrimas de su omega, dejando un pequeño beso en una de sus mejillas, haciéndole sonreir levemente.

— ¿Quieres ir a la cama?

— ¿No nos queda hablar de algunas cosas mas?— Preguntó confundido, a lo que el alfa nego.

— Será en otro momento, no quiero vuelvas a tener un ataque.

— N-no lo tendré.

— No quiero arriesgarme. Por hoy descancemos ¿Si? En otro momento lo hablamos— Murmuró el alfa, levantando en brazos a su esposo en dirección a la puerta.

— ¿Planeas llevarme así a la habitación?

— En efecto.

— ¿Y si los niños nos ven?

— Solo te estoy cargando a la cama, Yuu, no es nada del otro mundo— Dijo, tratando de sonar lo mas amable posible para tranquilizar al omega.

— Esta bien. Te amo.

— Yo tambien, foquita.

Ryota subió las escaleras con el albino entre sus brazos, fatigandose un poco al llegar al final, sin dudas la edad y su estado fisico le estaba repercutiendo, mas ver al mas bajo, recostado sobre su pecho, le demostró que valía la pena.

Aun habian cosas que aclarar entre ambos, pero no dejaría que nada lo distanciara de nuevo, y se aseguraría de que así sea.

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