Capítulo 97
—Eso no fue normal —masculle Shōta, viendo severamente a su protegida, quien se hidrata mientras los otros dos equipos pelean y el resto planea una estrategia—. Estabas a metro de la jaula y te dejaste controlar por su quirk, ¿qué pasó?
Kana observa de reojo a Hitoshi, quien habla animadamente con su grupo.
—Si yo hubiera ganado, si le hubiera arrebatado la victoria... posiblemente no podría ingresar al curso de héroes.
—O probablemente sí, y además hubiera aprendido de la derrota. Tú también viste todos los puntos débiles: el problema con ataques a corta distancia de Kirishima, los problemas de Koda, la abnegación de Kaminari, las debilidades de Asui y la inexperiencia de Shinsou. Realmente pudiste ganar al final.
—Deja de sobre-estimarme tanto, por favor—murmura, y se rasca la nuca—. No soy tan analítica como parece. Tengo que pensar en el quirk que uso, como puedo usar otros quirks, qué hacer en caso de combates cuerpo a cuerpo y pensar en qué herramientas usaré para inmovilizar o capturar al oponente, no puedo fijarme en la debilidad de todos, lo pienso sobre la marcha. No me fijé en nada de lo que dices, son cosas que analizo luego del combate. Lo siento.
—Independientemente de eso, sabes que pudiste ganar. Independientemente de todo eso, conoces bien el quirk de Shinsō, incluso lo usaste conmigo, y aún con esas le respondiste a último momento.
—Ya te lo dije: yo ya estoy aquí, Hitoshi necesita estar aquí, ¿quién soy yo para arrebatarle ese chance?
—¿Y si ahora te dijera que esta prueba es un examen para ver quién se quedará en el curso de héroes y quién se irá?
Los ojos se Kana brillan unos momentos.
—Mientes—acusa de inmediato—, puedo verlo fácilmente. Además, no tuviera sentido hacer algo así: ¿quirks contra quirks? ¿No sería más fácil analizarlos todos de una vez con robots como se hizo en la primera prueba? En principio, los quirks de combate son mejor que cualquiera, por eso se hace así. Quirks como el metamorfismo o de derivación psíquica como el tuyo o el de él son inútiles si no se tiene una buena técnica, por eso lo están haciendo así.
Aizawa frunció los labios y suspiró con pensar, ¿cómo podía perder un debate de ese estilo con una adolescente de 16 años? Le dañaba el ego.
—Hey, sonríe un poco —suspira, despeinándola un con cariño—. Sé que te preocupas por Shinsō, pero si lo consientes demasiado no aprenderá nada de esto, y ese no es el objetivo de este ejercicio, ¿sí? Intenta ser un poco más dura con él en el siguiente enfrentamiento, ¿entendido?
Ella también suspira.
—Entendido —responde, sonriendo levemente.
—Me alegra oír eso.
Y el profesor se retira para hablar con los otros profesores presentes respecto a qué pensaron sobre el enfrentamiento de Shinsō.
El “intruso” de la clase se pone de pie del lugar donde estaba sentado y se dirige hacia su amiga, quien observa fijamente su mano, su prótesis para ser exactos. Todavía está pensando en su sueño y en el de Izuku, es inevitable. Además, todavía tiene en mente la visita a su tía Taree y la situación de sus padres. Sabe que debe relajarse; la situación con su quirk, el hecho que ahora mismo no pueda usarlo más de quince minutos, es todo culpa del estrés que siente, necesita volver a ser la Kana tranquila, centrada y casi desinteresada que era hasta hace unas semanas, pero le es imposible al tener en cuenta todos los sucesos.
—Hey, gracias por dejarme ganar —habla Shinsō, acercándose a ella y sentándose a su lado. Esboza una pequeña sonrisa que ella devuelve de inmediato.
—No te dejé ganar —asegura, desviando levemente la mirada—, me descuidé al último momento, ¿sí? No creí que me lavarías el cerebro.
—No te creo una sola palabra, ¿sabes?
—Haz lo que quieras. ¿Qué hubiera ganado si te regalaba esta victoria? Nah. Simplemente perdí, ¿sí? ¡Pero para la que sigues no tendrás tanta suerte! No pude acabar con un buen equipo, eso fue todo.
—Aizawa-sensei te estima mucho, ¿lo sabes? —habla, observando a los adultos frente a ellos— Más alla de “padre-hija”, él realmente cree que tienes futuro en esto de ser héroe…
—Él como otro montón de personas que me vieron derrotar ese Nōmu —suspira, extendiendo sus piernas y apartando unos cuantos mechones de cabello de su rostro—. Quisiera ser modesta, pero la verdad es que con un quirk como el mío es imposible no brillar…
Oh, bien, otro peso sobre sus hombros. Todo aquello se derrumbaría en un momento y lloraría como una cobarde, una debilucha.
—Dime la verdad, Kana, ¿crees que pueda ser un buen héroe?
—¿Por qué lo preguntas? —murmura, tomando su bálsamo para humectar sus labios.
—Tú eres fanática de los héroes, analizas sus quirks, sus movimientos y sus carreras, no hay nadie en quien confíe más para responder esta pregunta.
—Creo que tu quirk es asombroso —admite sonriendo—, me salvó muchas veces.
—No fue eso lo que pregunté.
—Realmente creo que puedes volverte un héroe genial, mis padres tampoco tenían quirks de pelea y aun con esas lograron llegar lejos. Solo… no deberías confiar tanto en tu quirk; es uno excelente, pero solo si lo usas en las circunstancias adecuadas. ¡Pero no te preocupes, Hitoshi! Mientras esté a tu lado, me aseguraré que puedas sobrepasar todos tus puntos débiles.
—Gracias, es bueno que alguien como tú me diga eso, Moku-chan. Me subes el ánimo.
—Estoy aquí para eso, Hitoshi.
—¡Hey, Koen-san! —llama Midoriya, acercándose a los dos amigos— Perdón la interrupción.
—No, está bien. Ya habíamos terminado de hablar, ¿no? —sonríe Kana, y Hitoshi devuelve la sonrisa— ¿Sucede algo?
—Oh, no, nada, solo venía para que nos acompañaras a planear nuestra estrategia. Debemos ver quién estará al centro, y debemos escoger un quirk para que uses.
—Sí, claro —sonríe, y se pone de pie mientras sacude su ropa—. Bien, hablamos luego, ¿sí, Shinsō?
—Claro. Suerte.
—Oh, no necesito suerte.
—Veremos si dices eso cuando te patee el trasero.
Ambos ríen antes de finalmente tomar sus respectivos caminos.
—Oye, Kana —llama Midoriya.
—¿Sí, Izuku? —responde Koenmoku.
—¿A ti te gusta Shinsō-kun?
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