Capítulo 83:
❝Torcidos❞

　　　La apariencia del doctor de cabello castaño claro y la de la enfermera de cabello rosado se desvanece rápidamente, dando paso a dos demacrados mayores.
　　　Él de cabello azul oscuro, largo por sobre los hombros, un ojo es rojo y el otro es totalmente blanco, definitivamente ciego. Por su rostro recorren infinitas cicatrices, una recorre desde su oreja hasta el dicho ojo ciego, otra que va de la barbilla hasta el puente de la nariz, y una más que va en diagonal desde la barbilla hasta la oreja. En el cuello también posee múltiples cicatrices. Su pantalón es largo, pero lo suficientemente algo para que se pueda ver a simple vista que su pierna izquierda es una prótesis.
　　　Ella de cabello castaño claro atado en un moño, intensos ojos ambar como los de nuestra protagonista, el izquierdo es más claro y da la sensación de ceguera. Una cicatriz le recorre el rostro desde la barbilla hasta la frente, partiéndolo como a la mitad, también posee una cicatriz al lado derecho de su labio, por su ojo ciego recorren dos cicatrices que forman una "x", y su oreja izquierda está incompleta. Al igual que él, su cuello tiene múltiples cicatrices. Si no bastara, ambas de sus manos son reemplazadas por prótesis. Como sea, aun con sus cicatrices y cabello claro y prótesis, es ridículamente parecida a Kana.
　　　Kana frunce los labios. De pronto hay demasiadas emociones inundando su cuerpo. No hay lágrimas en sus ojos, no hay dolor en su pecho, está sintiendo tantas cosas a la vez que ni siquiera encuentra las palabras adecuadas para hablar o forma correcta de expresarse. Desde que el doctor comentó su mala memoria había empezado a sospechar, pero ahora preferiría mil veces haberse quedado con la duda.
　　　—Ustedes… —murmura Aizawa. Nunca los había visto en persona, pero era imposible no reconocerlos luego de ver la fotografía en la habitación de Kana— “Magatta”.
　　　—Lamentamos tener un encuentro tan repentino, linda —habla Naoko, y se acerca para sujetarle el rostro.
　　　Kana le aparta la mano con un un fuerte golpe. Los tres adultos quedan sorprendidos por el gesto, pues los tres saben que ella no es una persona precisamente violenta.
　　　—Por favor, no me toques —susurra, incapaz de siquiera verles el rostro—. Lo siento, solo… no me toques… no ahora…
　　　Ambos héroes fruncen los labios e intercambian miradas.
　　　—Kana…
　　　Shōta se pone de pie rápidamente y sujeta la mano que se acerca con compasión a su protegida. Kasumii se sorprende ante el gesto, y se suelta rápidamente.
　　　—Hablemos fuera, por favor —habla con tranquilidad. No quiere, bajo ninguna circunstancia, que Kana se altere.
　　　La pareja entiende aquello, y acceden salir al pasillo.
　　　—Gracias por cuidar de ella mientras estaba sola —habla Kasumii.
　　　—No agradezcan nada —masculle y se pasa una mano por el cabello. Si él está impactado no quiere imaginar lo que está pasando en la mente de la chica—. Pero, ustedes… se supone que estaban muertos.
　　　—Oh, no, para nada —habla Naoko, esbozando una amplia sonrisa gentil—. Lo fingimos todo…
　　　—Es broma, ¿no?
　　　—No esperamos que lo entiendas —sigue Kasumii—. Éramos perseguidos por… fuerzas mayores.
　　　—El All For One, ¿no? —adivina de inmediato y frunce el ceño— Su padre… ¿no?
　　　—¿Cómo es que TÚ sabes eso?
　　　—Ella lo descubrió hace unos meses.
　　　—Entonces ella… ¿lo sabe?
　　　—Claro. Es una chica lista, para ella fue algo de atar cabos, nada más. Logró conseguir una entrevista con él en Tártaro, y él mismo se lo confirmó todo.
　　　—¿La dejaste ir al Tártaro con ese monstruo? —gruñe la mujer.
　　　—Hablan como si no la conocieran —gruñe él también—. Ella no iba a descansar hasta obtener las respuesta que buscaba, si no accedía a las buenas ella iba a hacerlo a las malas de todas formas… Además, con lo que pasó en Kamino también logró intercambiar unas palabras con él, y se lo dijo todo.
　　　—Él nos llevó a huir —se justifica Kasumii—. Iba a estar más segura con sus abuelos que con nosotros. Nos buscaba a nosotros, no a Kana, y supimos que iba a estar más segura mientras nos mantuvieramos lejos. Ese día fue todo cuestión de alterarla un poco…
　　　—Fue abandonada a su suerte —gruñe Eraserhead una vez más, ofendido por la facilidad con la que pareja habla—. Cuando nos conocimos era una ladrona, sin esperanza alguna con el mundo. Estaba hundida en depresión, incluso pasó por múltiples intentos de suicidio… A ella no le hubiera importado vivir en constante peligro si así podía mantenerse a su lado… La destrozaron.
　　　—Él la hubiera asesinado si seguía con nosotros.
　　　—A ella no le hubiera importado.
　　　—A nosotros sí. Pero ahora que ese sujeto está encerrado y no puede siquiera pensar en nosotros, hemos venido a recuperar a nuestra hija.
　　　—Eso definitivamente será un problema —al menos en eso no puede complacerlos—. Yo obtuve su custodia. Ustedes están declarado fallecidos, y aunque no fuera así se les puede acusar de abandono, no hay forma.
　　　—Tenemos abogados —gruñe Kasumii—. Somos antihéroes, idiota, unos cuantos problemas legales más no nos molestan si así podemos recuperar nuestra hija.
　　　—Al final la decisión es de ella. Y si no quiere volverlos a ver dudo mucho que consigan un abogado que los ayude con eso.
　　　Ambos arrugan la nariz, pero seguidamente esbozan amplias sonrisas.
　　　—Nuestra Kana no pudo terminar en mejores manos —ríe Naoko, sujetándole el hombro—. Pero, por favor recuerda esto, Aizawa Shōta —se acerca él y aparta el cabello de su rostro para acercar sus labios a su oreja. Sus falsas manos son sumamente heladas, no puede evitar que un escalofrío le recorra el cuerpo—: tú no eres su padre, solo eres un entrometido.
　　　—Y ella no te admira como nos admira a nosotros.
　　　—Así que vamos a ver quién gana este encuentro, ¿sí? Solo recuerda, por favor, que los antihéroes no somos fanáticos de jugar limpio.

…

para los que son pésimos imaginando, dibujo chafa se Kasumii y Naoko con Kana.

Estan jodidos, eh.