Capítulo 8:
❝Sobre nuestra patética protagonista y su primer día de clases❞

　　　Aizawa Shōta le había dicho que él saldría antes para que no los vieran llegar juntos a la Academia, por lo que ella tiene que caminar sola por las calles, con su mochila al hombro y su uniforme correctamente planchado y ordenado.
　　　O al menos así la mandó su encargado.
　　　Pero ella no es fanática de vestir de esa forma, prefiere la ropa holgada y de estética simple, de forma que no resalte su de por si patético cuerpo. Por ello se aseguró que su uniforme no fuera como el de otras chicas.
　　　Su falda es larga hasta las rodillas, sus medias son negras y hasta el muslo, su chaleco está desabotonado, y su corbata solo colocada sobre sus hombros pues no soporta la sensación de ahogo, su camisa va por fuera por la misma razón. Su cabello está suelto y despeinado, largos mechones castaños caen sobre su rostro, pero como no le dificultan la vista no les presta atención. Su rostro luce eternamente demacrado, sus ojos cansados y sin brillos, sus labios resecos y quebradizos.
　　　Y así llega a la Academia.
　　　—¡Koenmoku-san! —exclama la alegre Ochako-chan, acercándose a la protagonista a pesar de la descuidada apariencia de esta.
　　　—Ah, Gravedad Cero —murmura, observándola.
　　　—¿Gravedad Cero? —repite, levemente extrañada por el apodo.
　　　—Perdón, no se me dá bien recordar nombres, por lo que normalmente identifico a personas por los nombres de sus quirks. ¿Te molestaría presentarte otra vez?
　　　—Uraraka Ochako.
　　　—Uraraka-san —repite, y espera que el nombre permanezca en su memoria el tiempo suficiente—. Gracias, disculpa mi mala memoria. Con permiso.
　　　Y así, rebalsando rareza, se retira y se adentra a la Academia a pesar de que todavía faltan unos minutos para que suene la campana que dará inicio a las clases.
　　　Saca de su maleta la libreta que siempre lleva consigo para anotar todo, y busca en ella el elaborado croquis que Eraserhead se molestó en ilustrar con tal que no se perdiera en todo su trayecto y pudiera llegar temprano a clases. Lo examina unos momentos y se ubica, se dirige a las escaleras y, como no es la persona más atlética del mundo, usa el quirk de elasticidad y extiende su pierna hasta el final de las gradas, solo para dejarse llevar a si misma con él. Y así sube piso por piso tranquilamente hasta llegar a su piso. Camina por el pasillo hasta encontrar la gigantesca puerta que reza A-1, y entra con tranquilidad. Ahí se encuentra a Iida Tenya y otras personas que vio en el examen pero todavía no conoce.
　　　—Koenmoku-san —llama Iida, acercándose a ella—, buen trabajo el del examen. Actuaste como una verdadera heroína.
　　　—Gracias, Iida-kun —agradece, observando de reojo al resto de sus compañeros.
　　　—Sin embargo, como tu compañero de clase debo mencionar que presentarte a clase con una estética tan descuidada es un total irrespeto para los demás compañeros que hemos venido lo mejor posible, demuestra el poco in-
　　　—No me interesa. Permiso —murmura, buscando alejarse de la conversación.
　　　—¡Oye!
　　　Y, una vez más, se aleja. Se acerca al compañero con cabeza de pájaro.
　　　—Disculpa, soy Koenmoku Kana, ¿te molestaría explicarme cómo funciona tu quirk?
　　　—Mi nombre es Tokoyami Fumikage, un gusto.
　　　—Un gusto.
　　　—Mi quirk es Dark Shadow, un monstruo de sombra que habita dentro de mí —la dicha sombra hace presencia ante el gótico pájaro—. Aveces es difícil de controlar.
　　　—Genial —susurra, y acaricia la cabeza del monstruo—. Gracias, perdón las molestias.
　　　Esta vez decide probar suerte y se acerca al joven de cabello rubio una vez más.
　　　—Disculpa, so-
　　　—Aléjate, patética extra.
　　　—Ya veo —susurra, y piensa en el quirk de su compañero, Brainwash— ¿Te molesto?
　　　—Demasiado.
　　　Ojos sin brillo, vista perdida.
　　　—Explícame tu quirk, por favor.
　　　—Las glándulas sudoriparas de mis manos segregan una sustancia parecida a la nitroglicerina, al encenderla genera explosiones que me permite desplazarme y atacar a corta distancia.
　　　—Gracias por tu colaboración —y devuelve el poder mental a quien corresponde, esperando poder marcharse sin problema alguno. Sin embargo, sabe que no será así cuando el muchacho rubio le sujeta la mal colocada camiseta y la eleva un poco del piso.
　　　—¡¿Quién mierda te crees para hacerme eso, maldita bastarda?!
　　　—Me llamo Keonmoku Kana, perdona si mis acciones te parecieron impertinentes y causaron tu desagrado hacia mi persona, es solo que soy muy curiosa. Prometo no volver a molestarte.
　　　—¡¿Te estás burlando de mí?! —y entonces la campana suena y el aula empieza a llenarse poco a poco, todos van quedando de pie observando la escena amenazadora y levemente preocupados por su compañera.
　　　—¡Oye, no deberías-! —y, aunque Iida Tenya estaba dispuesto a ayudarla, se detuvo.
　　　—Ok, todos siéntense y cállense —habla Eraserhead, entrando al salón e interrumpiendo todo. Observa fijamente la escena, y regaña a Kana con la mirada.
　　　—La clase empezó —comenta ella, señalando al profesor.
　　　—Tsk, suertuda —gruñe, y la deja caer. Ambos se sientan.
　　　Ella busca el asiento que está hasta el fondo del salón, el más alejado de la ventana porque le molesta el sol y cualquier clima en general. Se sienta y espera las indicaciones. Observa por el filo del ojo al compañero de cabello verde, que a su parecer verdaderamente parece un brócoli. Sin embargo, no tarda en devolver su mirada al frente.
　　　—Bien, como su primera prueba tendrán: un examen sorpresa.
　　　Los ojos de Kana se iluminan brevemente y no duda empezar a sacar sus bolígrafos.
　　　—Examinaré sus quirks con unas cuantas pruebas. Un examen de comprensión de quirks —la emoción aparece inmediatamente, y Kana frunce el ceño mientras vuelve a guardar sus cosas—. El que obtenga el menor puntaje será expulsado —y la emoción desaparece tan rápido como llegó.

　　　—¡¿Expulsado?! —exclama un pequeño grupo de alumnos.
　　　—Vayan a ponerse sus uniformes de educación física y salgan hasta el área deportiva, los estaré esperando allá.
　

　　Todos empiezan a salir, excepto nuestra protagonista, que espera para quedarse entre las últimas.
　　　—Koenmoku —llama Eraserhead—, espera.
　　　Espera pacientemente a que todos se retiren. No hay duda, la va a regañar…
　　　—Perdón, no quise meterme en problemas —habla, sabiendo de que va aquello.
　　　—¿Sabes? No todos querrán explicarte cómo funciona tu quirk, pero no por eso puedes obligarlos a hacerlo.
　　　—Entiendo, no volverá a pasar. Perdón.
　　　—Ve a cambiarte rápido. No dudaré en expulsarte si quedas de último.
　　　—Entendido, con permiso.
　　　Una vez solo, Eraserhead suspira fuertemente. No hay forma que su chica quede siquiera cerca de los últimos puestos… pero si lo hace no va a dudar dos veces en expulsarla.
　　　Asoma por la puerta la mira alejarse junto a las demás chicas, totalmente indiferente y hasta ajena de la charla. Él recuerda haber sido serio en sus tiempos de instituto, pero aquella chica llega a un nuevo nivel…