Capítulo 34:
❝Que habla de Kana, el imán de problemas❞

　　　—Logré obtener todo esto de él —testifica Kana, otorgando su libreta al oficial Tsukauchi—. Su quirk, su apariencia, su vestimenta, el diálogo. Todo está escrito tal como lo recuerdo. Incluse logré copiar su singularidad gracias a la singularidad de Monoma Neito, que me ayudó a entenderla. Podría ofrecerles una demostración de cómo funciona, si eso gustan. Tengo un quirk que me permite copiar apariencias de la persona que toque, y él me toco, por lo que podría imitarlo ahora mismo.
　　　—Wow, tranquila, Koenmoku-san —sonríe el detective, observando los ordenados apuntes de la adolescente—. Gracias por toda la información, lamentablemente nada de esto es nuevo para nosotros.
　　　—Oh, ya veo. En todo caso, lamento no ser de ayuda. Yo… pude actuar de alguna forma, usando cualquier quirk… pero me puse tan nerviosa que me fue imposible pensar en uno.
　　　—En lo absoluto. La forma en la que manejaron la situación tú y Midoriya fue excepcional. A pesar del pánico y el nerviosismo lograron disminuir los daños lo más posible. Incluso para héroes profesiones es difícil mantener tal tranquilidad. Es algo de admirar.
　　　—Muchas gracias.
　　　Guardan silencio unos momentos. Kana vuelve a guardar su libreta en su maleta. Fuera de la oficina se encuentra a Midoriya y su madre. Y cerca de ellos está Aizawa, quien a pesar de los presentes no duda en acercarse a ella.
　　　—Joder, niña, que susto me diste —regaña, y la abraza con fuerza.
　　　Kana le devuelve el abrazo también, y empieza a llorar. «Últimamente lloro demasiado» se reclama irremediablemente.
　　　—Estaba tan asustada —solloza, aferrándose a su ropa—. Pensé que moriría, Aizawa. No tienes una idea.
　　　—Ya, ya, niña —suspira, y le besa la frente—. Estás bien.
　　　Ambos guardan silencio unos momentos.
　　　—¿Cómo es que siempre te metes en problemas sin necesidad de buscarlos? —ríe. Kana se limpia las lágrimas y ríe también.
　　　—Creo que mi verdadero quirk es meterme en problemas —bromea, sujetando con fervor su mochila.
　　　—Maldita sea, Kana —ríe, empujándola con cariño. Ella ríe una vez más.
　　　—Sansa, acompánalos —pide el oficial Tsukauchi.
　　　El hombre con cabeza de gato asiente.
　　　—Entonces, es tu padre —murmura Midoriya, mientras caminan a sus respectivas casas.
　　　Kana guarda silencio unos segundos.
　　　—Sí —responde Shōta, al darse cuenta de la inseguridad de Kana.
　　　—Ya veo —murmura, devolviendo su vista al frente—. No te preocupes, Koen-san, tu secreto está a salvo conmigo, ¿sí?
　　　—Gracias, Midoriya-kun.
　　　Llegan a su apartamento y dos emocionado Hizashi y Kayama se lanzan a nuestra muchacha a abrazarla con fuerza.
　　　—¡Nos tenías muy preocupados, Kana-chan! —exclama Nemuri.
　　　—¡No vuelvas a hacer eso! —suplica Yamada.
　　　—Lamento preocuparlos de esta forma —se disculpa. No puede dejar de preguntarse cómo dos sujetos así pueden ser amigos de un hombre tan frío y serio como lo era Aizawa.
　　　—Bueno, pero son las cosas a las que se enfrenta un héroe, supongo —suspira la mujer—. Como sea, hiciste un buen trabajo manteniendo la calma, ¿sí? ¡Felicidades!
　　　—No estuve del todo calmada —admite, mordiéndose el labio y presionando su mano en puños—. Si lo hubiera estado podría usar un quirk como del brainwash, borrador, sonambulismo… No pude pensar en nada, estaba en blanco. Soy solo una cobarde…
　　　Los tres pros guardan silencio.
　　　—Hey, el miedo también es parte de ser héroe —consuela Yamada, sujetándole el hombro con la intención de tranquilizarla—. Todavía eres una niña, Kana. E incluso nosotros como adultos sentimos miedo de vez en cuando. Así que no te preocupes, ¿sí?
　　　—Entiendo —susurra. Los otros dos se encuentran sorprendidos por que sea Hizashi la voz de la razón—. Lo bueno aquí es que logré copiar el quirk de ese sujeto.
　　　—¿Qué? —murmura Shōta— ¿Lograste que te lo explicara?
　　　—No. Pero hubieron dos cosas que finalmente comprendí —habla, y arranca una hoja de su cuaderno—: lo que sea que toquen las cinco yemas de sus dedos se destruirá inmediatamente —continua, y toma entre sus cinco dedos la hoja de papel, volviéndola polvo—. Y número dos: él no es realmente el lider de la Liga.
　　　—¿Qué?
　　　—Sé que es lo primero que pensamos cuando atacó la U.S.J, porque era él quien estaba al frente de todos y porque además todos los villanos declararon lealtad a él. Pero mientras hablaba con Midoriya nos dijo “nunca estuve de acuerdo con que estuviera dentro”, refiriéndose al Asesino de Héroes. Siendo un lider él hubiera tenido la capacidad de no aceptarlo en el grupo, fuera conveniente o no. Sin embargo… parece que no tuvo otra opción más que ceder, eso quiere decir que debe haber alguien sobre él o un “consejero” muy influyente, que es casi lo mismo.
　　　—¿Descubriste eso con una sola charla?
　　　—Sí. No fue difícil leerlo, después de todo se comporta como un niño… un adolescente frustrado, diría yo. Comentó lo mucho que odia todo, y lo molesto que estaba por cómo ya nadie le prestaba atención. Es aterrador saber que una persona así tiene tanto poder…
　　　—Será mejor que dejes de pensar en eso, Kana —suspira Shōta, afligido por la expresión que se mantiene en el rostro de su muchacha—, ahora mismo debes descansar. Mañana empieza el campamento de verano y creéme que necesitarás toda la fuerza que tengas.
　　　—Lo más probable es que termine usando un quirk tramposo, ¿sabes?
　　　—Sí, lo sé. Pero un quirk tramposo no te será suficiente para lo que está por venir, ¿sabes?