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Capítulo 188

Capítulo 188:
❝Acerca de una patética primera cita❞

   Por falta de feria nuestros héroes favoritos terminan yendo a cenar juntos. La cena es tranquila, amena y agradable, y al terminar deciden recorrer un poco la ciudad antes de regresar a su ciudad, se detienen unos momentos en el parque para descansar.
   —Entonces... ¿Cómo ha estado tu semana? —inquiere Izuku, pasando una mano por su nuca.
   —Bien... Un poco pesada —admite, sonriendo de lado, viendo sus propios pies unos momentos—. Empecé a entrenar con Mirko en las noches luego de las pasantías, y me ha hecho arrepentirme de nacer —ríe bajito y echa su cabeza hacia atrás—. ¿Y tu semana qué tal?
   —Bueno, no muy diferente a la tuya... Pero en lugar de entrenar he estado ayudando a mamá en la casa.
   —Eso es bueno —asegura, asintiendo—. Tu mamá debe estar feliz por tenerte de nuevo en casa, ¿no?
   —Lo está, pero también está un poco preocupada. En especial ahora con esto de Hawks y Hana... Le dije que mientras esté contigo no tiene por qué preocuparse de esa forma.
   —Yo le dije lo mismo a papá y me dijo que la mitad de mis problemas eran culpa tuya.
   Ambos ríen, saben que es verdad.
   —Es muy irresponsable de los chicos dejarnos solos sabiendo que somos unos imanes de desgracia —suspira Kana, frunciendo los labios.
   —Si lo piensas así va a hacer —regaña Izuku, haciendo un puchero—. Debes ser más positiva.
   —Ah, eso es, eh —murmura, asintiendo—. Bien, hay que ser más positivos, Izuku. Positivamente la he pasado genial en esta cita —sonríe ampliamente, y sin miedo al éxito le sujeta la mano, estrujándolo un poco. Lo ve ponerse rojo, no rojo cual tomate, rojo cual fresa gracias a sus pecas, sus ojos se abren grandes ante la sorpresa que le ha causado tal gesto inesperado.
   —¿C-Cita? —susurra, desviando la mirada en busca de una salvación.
   —¡Sí! —sonríe ella, y reza a todos los dioses que conoce para que lo siguiente no sea un horrible rechazo que la va a dejar marcada de por vida y traumada al punto de dejar de confiar en el amor— ¿Y tú? ¿Respecto a qué eres positivo esta noche?
   —¡Y-Yo...! ¡Yo espero positivo a que podamos tener más citas como estas!
   —¡Bien! ¿Qué te parece si mañana vamos a comer helado? Solo tú y yo. En la ciudad claro, no es necesario que vengamos hasta Sapporo —y ríe para esconder su nerviosismo.
   Izuku parece a nada de incendiarse, lo que la preocupa un poco, pero ya es muy tarde para echarse hacia atrás.
   —También soy positivo a que yo seré quien te devuelva tu quirk —confiesa el brócoli, y con todo su coraje levanta el rostro para encararla.
   Nuestra heroína queda paralizada ante tal aseveración y la seguridad con la que se le es dicha, antes de saberlo no es solo ella sujetando la mano de quien ha sido su mejor amigo durante ese año, ahora sus dedos están entrelazados. Ahora es ella quien está nerviosa. ¿Le va a devolver el quirk? ¿Está dispuesta a besarla? Un momento, acaban de comer, ¿piensa besarla ahora? No se han lavado los dientes. No puede empezar a masticar una menta de manera casual ahora, arruinaría el momento. ¿Qué comieron? Ramen, ella un ramen sin carne y él un ramen de cerdo. ¿Y si su aliento estaba mal? ¿Y si sus labios estaban demasiado resecos? ¿Y si arruinaba el beso? ¿Y si él hacía algo que no le gustara? Oh, dioses, iba a vomitar.
   ¡Iba a vomitar! ¡No podía vomitar! Si vomitaba se iba a matar al regresar a casa, no sería capaz de superar la vergüenza ni aunque pasaran cien años. No, no, no. Tiene que controlar su estómago. Esas no son nauseas, son mariposas. Sí, eso son.
   Por favor, que sean mariposas.
   —Se está poniendo helado, ¿no? —comenta, dándose cuenta que llevan demasiado en silencio, solo viéndose cara a cara. Izuku asiente y con las manos tomadas se levanta de su asiento.
   —Es mejor mantenernos cerca... para guardar calor —murmura, buscando una excusa para permanecer así.
   Ambos asienten.
   Mientras andan aprovechan la indiferencia del otro para arreglarse cuanto pueden. Kana mastica cinco mentas a la vez antes de humectarse los labios, Izuku se come diez por si acaso. Él se arregla el cabello y la chamarra, ella se ajusta la blusa y se sacude un poco la falda, se aparta un poco el flequillo del rostro y asiente para sí misma, Izuku todavía se come otras cinco mentas por si es necesario, uno nunca sabe, y finalmente asiente.
   Luego de fingir que cada uno iba distraído en el paisaje por fin regresan a ver al frente, y ambos estrujan la mano del otro, al mismo tiempo sin quererlo.
   —Todavía me gustas, Kana —confiesa él.
   —Y tú me gustas también, Izuku —confiesa ella.
   —¿Siempre... siempre te he gustado?
   —Sí, desde que te vi dispuesto a romperte todos los huesos con tal de cumplir un ideal tan simple pero a la vez tan hermoso y admirable... Todo este tiempo eras tú quien me gustaba, y cuando te dije ese "te amo" con Gentle y La Brava... lo decía en serio.
   —Ese día que iba a hablar de eso contigo iba a decirte que también me gustabas mucho... Pero luego que dijiste que había sido una prueba me arrepentí y fingí que estaba bien con eso. Y luego, cuando perdiste tu quirk, te vi tan distante que me dolió, no quería perderte... No otra vez.
   Ambos asienten en silencio. Sin saber qué más decirse.
   Entonces Kana solo puede pensar que si Katsuki se da cuenta de eso va a matar a Izuku.
   Solo espera que Izuku pueda defenderse apropiadamente.
   Antes de darse cuenta llegan a la estación de tren. Es muy tarde ya por lo que el lugar está vacío, compran sus boletos y el vagón al igual que la estación está vacío, son solo ellos dos en un viaje de hora y media de regreso a su ciudad. En silencio, solo una tenue música suena muy, muy al fondo, todavía se toman de las manos.
   —¿Crees que sobrevivirás al enfrentamiento contra Hana? —murmura Izuku.
   —Sí... Sí, sé que sobreviviré, así que no te preocupes por mí, porque no pienso morir ante una persona tan patética como ella. Además te tendré a ti cubriendo mi espalda, ¿no?
   —¡Sí! —afirma, asintiendo, ella le sonríe ampliamente.
   El silencio regresa otra vez, largos momentos de silencio, un túnel larguísimo que parece nunca acabar. Un poco de turbulencia los sacude, haciendo sus rodillas chocar y sus hombros golpearse un poco, un frenado repentino los sorprende e Izuku abraza firmemente a Kana por sobre sus hombros para que ella no se caiga de su asiento ni se golpee la cabeza. Por la bocina anuncian que hay unos problemas técnicos que tomarán quince minutos en resolver.
   Cuando nuestros muchachos se dan cuenta de la cercanía que mantienen se estremecen un poco. Ahora el brazo de Izuku pasa encima de los hombros de Kana para sujetarla del hombro y estrecharla contra él, ella es más alta como por una cabeza, pero aún así se aferra a su pierna en busca de un poco de seguridad.
   —¿Estás bien? —pregunta él. Ella asiente, sintiéndose pequeña como nunca.
   —¿Tú estás bien? —pregunta ella. Él asiente, y siente que en sus brazos sostiene el mundo entero.
   Guardan silencio mientras la bocina anuncia un pequeño apagón. Las luces se apagan antes que puedan decir nada.
   Sienten la respiración del otro, el tacto del otro. Se dejan ir poco a poco y buscan las manos del otro para sujetarlas firmemente para confortarse mutuamente, no es que les dé miedo la oscuridad, pero esos momentos se viven mejor si no se está solo. Sin quererlo sus rostros se han acercado los suficientes para sentir sus respiraciones volverse una, sus frentes se juntan y el cabello verde y marrón se vuelve una sola maraña por unos momentos.
   Y ahí, en la oscuridad y el silencio total, con las manos sujetadas y una rodilla contra la otra, sus labios se encuentran por primera vez luego de 188 capítulos. Un pequeño beso inocente, con cariño, con ternura, el primer beso torpe e indeciso de ambos. Él le sujeta el rostro y ella se aferra a las manos que le acarician las mejillas, sus labios se mueven un poco con suma timidez y sus narices se rozan levemente.
   La luz regresa, revelando el rojo desastre que son ambos.
   Cuando sienten la iluminación sobre sus párpados se separan lentamente antes de abrir los ojos. Las manos de Midoriya siguen sobre las mejillas de Koenmoku, y las manos de Koenmoku siguen sujetando las de Midoriya.
   Al ver lo rojo que está el otro solo encuentran reír bajito y desviar la mirada unos momentos.
   El tren por fin vuelve a ponerse en marcha y así ambos se separan, volviendo únicamente a sujetarse la mano sin verse al rostro.
   El camino es en silencio total, una hora que se la pasan con los pensamientos, el estómago y el cuerpo entero lleno de nudos y mariposas. La única razón por la que se dan cuenta que han regresado es el anuncio del tren.
   Salen de la estación con las manos todavía tomadas, pero al ver que deben tomar diferentes caminos por fin dejan ir al otro.
   —Fue una linda noche —murmura Kana, asintiendo—. Gracias.
   —Gracias a ti. La pasé muy bien a pesar de todo —murmura Izuku, viendo al piso.
   —Sí, yo también. Papá debe estar preocupado por mí. Adiós.
   —Adiós, que te vaya bien.
   —A ti también. Nos vemos en la Academia.
   Él asiente y la ve marcharse antes de tomar su propio camino.

...

besitos a todxs lxs que están solxs en San Valentín

bueno, nuestra muchacha POR FIN recibió su primer beso uwu estoy orgulloso, me siento orgulloso uwu nos tomó 188 capítulos pero por fin un shipp con Kana se ha concretado.

Lo siento x todos esos que shippeaban Kana x Bakugo, la verdad es que yo también los shippeo 😔 pero mi yo escritor es diferente a mi yo espectador y las cosas son como son, ni modo.

bais, nos vemos en un año.

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