Capítulo 147:
❝El regreso de un ave al nido❞

　　　Luego de dejar al señor Koenmoku en la mansión, Kana y Keigo se dirigieron a casa del rubio. Tenían solo una hora para estar ahí antes que empezara el atraco a la mansión.
　　　El lugar era un barrio bastante acomodado, alejado del ajetreo del centro de la ciudad. La casa donde aterrizaron era grande, de dos plantas, más grande que cualquier casa donde Kana ha vivido en sus pocos años de existencia. Hawks toca la puerta.
　　　—¡¿Quién es?! —grita una voz desde el exterior.
　　　—¡Soy yo, ma! —responde el rubio.
　　　Les abre una mujer claramente mayor, pero no anciana, de largo cabello rubio cenizo cayendo sobre su cintura. Sus cejas son gruesas, abundantes y despeinadas, tiene ojos caídos y con las mismas marcas que él. Es más baja, mide quizás 150cm o poco más. Tiene dos pequeñas alas en su espalda, diminutas, apenas resaltan de su espalda y no parecen lo suficientemente fuertes para elevarla mucho del piso. Tiene una cicatriz que pasa sobre su ojo derecho, desde su barbilla hasta su frente, cortando su ceja, su iris carece de pupila, lo que revela que claramente es ciega de ese ojo.
　　　—¡Keigo! —exclama, y abraza al héroe— No te esperaba hoy, querido, pero siempre es bueno verte. Y tú debes ser su pasante, ¿verdad? Encantada de conocerte, querida, soy Takami Nanase, puedes llamarme Nanase. Vengan, pasen. Sáquense esos incómodos artículos de héroes y siéntense un rato, les traeré té.
　　　—No te preocupes, ma —la detiene Keigo, sujetándole las manos y besándole la frente—. Solo venimos de pasada. Ven, siéntate con nosotros. Hablemos un rato.
　　　—¿Qué te pasa, Keigo? Luces decaído. No hay forma que te permita estar así, querido. El té siempre es bueno para aliviar almas. Siéntense, por favor, yo llego en unos segundos. Tus hermanos están haciendo tareas, pero deberán bajar en algún momento.
　　　La mujer los deja en la entrada y corre a la cocina. Kana se saca las botas, liberando su prótesis y moviendo esta un poco, se quita también la máscara para revelar au rostro, y los guantes. Keigo se saca los zapatos también, además el chaleco, el visor y los audífonos. Ambos ingresan a la sala y se sientan en el sofá, Kana se deja hundir en los suaves cojines llenos de suaves plumas, Keigo la observa cerrar los ojos unos momentos, sabe que debe estar cansada, se lo imagina.
　　　Nanase llega a la sala con una bandeja de té en manos. Sirve dos tazas y las da a los jóvenes. Kana la observa, cuestionándose como va a tomarlo sin que todo escurra por el hueco en su mejilla.
　　　—Entonces los rumores son ciertos, la gran Double es la pasante de Keigo —señala la mujer, sentándose delante suyo—. Tienes un rostro muy lindo, y tus ojos son tan preciosos. Parecen piedras preciosas. ¡Y tu cabello luce tan bien! Eres una chiquilla encantadora. Gracias por cuidar de mi hijo.
　　　—Es él quien cuida de mí —asegura, sonriendo de lado... la única forma en la que puede sonreír, sinceramente—. Puede llamarme Kana, Takami-san.
　　　—E insisto en que tú me llames Nanase, por favor.
　　　—Con gusto.
　　　—Y, dime, Keigo, ¿por qué has venido? ¿Sucede algo? Me gusta verte, ¡pero me preocupa verte! ¿Te pasó algo? ¿Te vas a morir? Por favor, no me digas que te vas a morir.
　　　—No, mamá, no. Para nada. Solo... venimos de ver a los padres de Kana, y sentí envidia. Te extrañaba, y extrañaba a los muchachos. Eso es todo, ¡yo también extraño mi nido! —y ríe, la mujer ríe también.
　　　Kana le da un pequeño sorbo a su té, ladeando la cabeza para que el líquido no se derramara. A diferencia de su familia, ellos dos se ven bastante normales, muy tranquilos, hablan a voz baja, y en la casa no hay más ruidos que sus voces. Keigo tiene tres hermanos, pero ni rastro de ellos, Kana piensa que si tuviera hermanos su apartamento hubiera sido un caos y ella hubiera crecido muda por elección...
　　　—Ah, pero, ¿por qué vienen de ver a los padres de Kana-chan? ¿Sucedió algo? No me digas que solo tenías nostalgia por el nido cuando fueron a ver a sus padres también. Algo me escondes. Oh, Dios, de seguro vas a una misión importante y-
　　　—Me quiero casar con Kana.
　　　—¿Ah? —murmura la señora Takami.
　　　La reacción de Kana es bastante relajada. Sus neuronas hicieron todas combustión espontánea de la vergüenza al procesar las palabras del héroe, sus ojos permanecen abiertos y dilatados de manera catatónica, su mano sostiene la pequeña taza de té contra sus labios, dejando ir el líquido sobre su boca sin dejar de beberlo, olvidando totalmente su carencia de labios y parte de la mejilla, causando que su bebida se derrame poco a poco entre el espacio de sus dientes.
　　　—¡Double! —exclama Nanase al ver pequeñas chispas surgiendo de la pierna donde gotea el té.
　　　—¿Ah? —murmura Kana.
　　　Una chispa cae en su mano orgánica y la devuelve a la realidad. Deja el té en su la mesa de centro y se seca la barbilla, creando un pañuelo desde su cuello para secarse la prótesis.
　　　—Iré al baño a limpiar esto —avisa, poniéndose de pie—. Lo siento.
　　　—Está al lado de las escaleras, querida —indica la dulce mujer.
　　　—Gracias.
　　　Y nuestra patética e impactada muchacha corre al baño.
　　　Los Takami quedan solos, observando el té.
　　　—Entonces...
　　　—Me quiero casar con Kana —recalca, muy serio.
　　　—Hijo... hijo, te amo, pero escucha: Kana es una niña. Tiene 16. Tú tienes 23. Son siete años de diferencia. Además, eres un héroe, la vida familiar y hogareña no es para ustedes. Además, es una niña encantadora, pero —y baja la voz—, ¿la has visto? Se ve que es problemática y destructiva. No quiero eso para ti. ¿Piensan tener hijos? ¿Qué les espera con una madre así? Dios, y yo creía que te había dado un buen ejemplo... ¿Cómo piensas besarla? Debe ser incómodo con... ese hueco. ¿Estás pensando bien?
　　　—Mamá, me criaste tan bien que ni siquiera había pensado en nada de esas cosas. Me enamoré de Kana porque es... fuerte. Es asombrosa, genial, verdaderamente... impactante. No quiero como esposa a cualquier mujer linda, quiero a alguien con una fuerza de voluntad parecida a la tuya. Kana tiene eso. Sí, quizás la edad es un impedimento... pero es solo por ahora. Puedo esperar por ella, y la esperaré el tiempo necesario. No me importa si no lo apoyas, solo quería que lo supieras.
　　　Apoyada en la puerta, sujetándose una mano en el pecho, sintiendo su corazón palpitar demasiado rápido, su rostro arde un montón.
　　　"¡¿Oyeron eso?!" exclama en su cabeza.
　　　—¡Koen-san! —Deku se acerca a Koenmoku Kana cuando la ve con el rostro enrojecido y una mano en el pecho, apunto de desmayarse— ¿Estás bien? ¿Te encuentras nerviosa? ¿Es un ataque de pánico? Ven, te llevaré a la terraza. Respira.
　　　—No, no, no, no. No es eso —niega con la cabeza de lado a lado—. Izuku, ¿recuerdas todo lo que dije en las aguas termales? Sobre no tener familia ni querer casarme.
　　　—¿Sí?
　　　—Me retracto, me retracto mucho. Por favor, no me permitas hacer nada estúpido en esta misión, quiero cargar hijos saludables así que no puedo perder ninguna otra extremidad u órgano. Por favor, ¡cuídame mucho!
　　　—¡S-Sí! —un poco confundido aceptó la petición. Le alegraba ver a Kana preocupada por su salud, pero no entendía que fuera tan repentino— ¿Hijos?
　　　—¡Tú serás mi padrino!
　　　—¡O-Ok!

。。。

eN MI DEFENSA-

no, no tengo como justificarme. el fanservice c me fue de las manos 😔 pERO todes estamos felices si mi bb se queda con Hawks, cierto?? podemos concordar en que a nadie le molesta eso, cierto?? en el interior todxs somos Takenmoku shippers, cierto???

cierto?????? 👀