Capítulo 142:
❝Sobre el destino planeado de una patética muchacha❞

　　　Kana estiraba su cuerpo en el gimnasio, usando su ropa de deporte pero con una blusa negra ajustada y sin mangas en lugar de la parte superior. Esperaba a la llegada de Midoriya Izuku para ayudarle a entrenar con el quirk de levitación que solía ser de Shimura Nana. Tenían solo una hora y media una vez cada dos días, y el brócoli tenía quince minutos de atraso. Si no llegaba en otros quince minutos iba a irse para jugar Minecraft con Hawks para decirle que tenía un perro al que había nombrado igual que uno de sus lobos.
　　　No toma mucho hasta que el muchacho entra al gimnasio. Viste una camiseta y un short deportivo. Lleva su mochila consigo.
　　　—¿Estás listo? —sonríe ella, apartándose el cabello del rostro y atándolo en una coleta alta.
　　　—Antes de empezar, quiero hablar contigo sobre algo importante.
　　　—Si tienes una confesión inesperada que decirme, por favor, guárdala hasta que terminemos la Academia. No creo ser capaz de soportar otra.
　　　—¿A-Ah? N-No, no, no. Yo... quería hablar contigo sobre tu carrera de heroína y esas cosas.
　　　—Adelante, te escucucho —suspira, y da un saltito para empezar a flotar.
　　　Izuku se sienta en el suelo y da vuelta a su mochila, sacando un montón de papeles: periódicos, revistas, impresiones, imágenes.
　　　Kana lo observa, curiosa. Él los ordena en el piso de una forma que ella no entiende, pero pronto se da cuenta de algo: son noticias de nombrados anti-héroes, desde los 60s hasta la actualidad. Intenta leer los titulares, hablan de personas que fueron encerradas luego de detener grandes crímenes, personas asesinadas por héroes populares, personas cuyas licencias fueron arrebatadas. Frunce los labios al notar la noticia que celebraba la muerte de sus propios padre.
　　　—¿Qué significa esto, Izuku? —masculle, viendo directo a los ojos de su compañero.
　　　—Los anti-héroes son peor vistos que los Vigilantes, Kana. Mira estas noticias, los han encerrado, asesinado, difamado, les han quitado la licencias en juicios que no duran más que una hora, cuando el promedio de estos es de hasta cinco días. El público no los quiere, a pesar de todas sus acciones todos los antihéroes no tienen puestos mayores de tres cifras en las encuestas de popularidad. Mira esto, los héroes populares toman el crédito de varios trabajos hechos por anti-héroes. Además, tienen el salario más bajo de toda la carrera, ¡y se les obliga a pagar más por daños y perjuicios! ¡Además-!
　　　—¿A qué quieres llegar con esto? —murmura, tomando la fotografía de sus padres delante de su agencia. Lucían bastante jóvenes y menos jodidos. Su padre tenía el cabello muy corto, de intenso azul e inmensos ojos rojos, su madre lucía muy linda con el cabello largo y suelto, se parecía mucho a ella pero con pechos más grandes...
　　　—No deberías ser una antihéroe, Kana.
　　　—¿Ah?
　　　—Entiendo que es tu sueño, y quieres seguir los pasos de tus padres, ¡pero es peligroso! No llegarás a ningún lado siendo una antihéroe, Kana. Me preocupo mucho por ti, y por eso quiero que veas la realidad de los antihéroes aquí en Japón...
　　　Ella sonríe de lado y enarca una ceja.
　　　—No seré una antihéroe aquí en Japón, Izuku.
　　　—¿Ah?
　　　—No voy a quedarme aquí cuando me gradúe.
　　　—¿Perdón?
　　　Ríe bajito y deja de flotar para sentarse delante suyo.
　　　—Sé la vida de mierda que llevan los antihéroes aquí. Crecí con eso: en un apartamento de mierda viendo a mis padres ser tratados como basura cada vez que llegaban al hospital, viéndolos ir a juicios semana tras semana, fui a montones de funerales de compañeros suyos, vi como todo Japón celebraba sus muertes y vi como nadie los extrañaba a pesar de todo su trabajo duro. Fue duro crecer así, ¿sabes? Por eso tomé la decisión de ser como ellos, mi mamá estaba totalmente en contra, pero yo me dije que iba a mostrarle a Japón la verdadera cara de un antihéroe, iba a obligar a todos a amarme. Por eso me esfuerzo en cada pelea, por eso sacrifico cada pedazo de mí para derrotar a lo que se me ponga delante, para que la sociedad se sienta en deuda conmigo. Pero... al final creo que este país no es mi lugar, por mucho que trate temo que no puedo ser amada siendo una antihéroe oficial.
　　　—Entonces... ¿qué harás?
　　　—Me iré a Estados Unidos. Ahí las personas como yo son mejor vistas, mi antihéroe favorito está en el puesto 17 de las encuestas de popularidad, y hubo uno que pasó en el puesto dos por varios años hasta que murió. Mi esfuerzo no será apreciado aquí.
　　　—Pero... eres un Símbolo, Kana. La gente espera verte crecer y ser una gran héroe aquí. Literalmente te llaman “el nuevo símbolo de la paz”, piensa las grandes cosas que puedes hacer aquí, solo... solo tienes que...
　　　—¿Cambiar? —ríe— Ese no es mi estilo, Izuku. Un árbol torcido no puede enderezarse. Agradezco el apoyo que me da la gente ahora, pero este no es mi estilo, pronto descubrirán mi verdadera cara y entonces dejarán de apoyarme como lo hacen ahora. ¡Además! No quiero ser un Símbolo, ¡mucho menos el Símbolo de la Paz! Ese es tu lugar, ¿recuerdas? Solo necesitas tu oportunidad de brillar —extiende su mano hacia él, golpeándole suavemente el pecho—. Gracias por preocuparte por mí, Izuku, pero no hay forma de salvarme. Ya he tomado mi decisión: voy a graduarme y luego me iré a Estados Unidos.
　　　—¿Qué hay de Aizawa-sensei?
　　　—Ya lo sabe. Le pedí venir conmigo, pero él dijo que ese era un viaje que debía recorrer sola. Piensa que tarde o temprano volveré, pero... ojalá pueda morir allá.
　　　—Kana...
　　　—No te preocupes por mí, Deku —ríe, y le sujeta las mejillas con las manos, juntando sus frentes.
　　　Izuku observa su rostro, sus mejillas sonrojadas y sus ojos brillantes, su amplia sonrisa. Analiza cada una de sus cicatrices, el color y profundidad de cada una. Sus labios lucen humectados, suaves a comparación de la primera vez que se vieron, sus ojeras han desaparecido, y su cabello luce sedoso y bien peinado, algunos mechones rozan sus mejillas llenas de pecas, acarician sus brazos.
　　　—Voy a estar bien.
　　　Le gustaba esa seguridad con la que siempre hablaba, esa fuerza que siempre reflejaba. Había pasado por un montón de cosas malas, pero ahí estaba, sonriendo, decidida, firme...
　　　—¿Lo prometes?
　　　—Lo prometo.
　　　Pero ambos sabían que cada vez que decía eso las cosas solo iban a peor.

。。。

maratón x la muerte de Jonh-chan, F en el chat.

oK, dato curioso: sobre las cicatrices de Kana, alguien me preguntó qué me motiva a dárselas, y les voy a ser sincero, simplemente me gusta la estética de las cicatrices. Me molesta un montón ver a personas avergonzarse de sus cicatrices y/o marcas, sea como sea que las hayan obtenido. Toda mi familia tiene cicatrices terribles y muy visibles que no intentan esconder, mi papá casi pierde la pierna y le quedó un morado permanente con una cicatriz de operación en la parte baja, de pequeño me preguntaba por qué no la escondía, por qué no le daba pena y me decía que si yo tuviera algo así no me atrevería a usar shorts; con el tiempo aprendí que él la ve como una marca que le dio Dios para recordarle que sobrevivió, y que todas las cicatrices son una marca para recordarte que eres fuerte.

Me encantan las cicatrices y otras marcas: pecas, manchas, vitiligo, estrias, marcas por granos, arrugas, lunares. Todo. Y creo que todos deberían amar sus propias marcas y aprender a admirar la de otros.

Los héroes tienen muy pocas cicatrices para toda la mierda para toda la mierda por la que pasan, quería escribir una que obtuviera alguna en cada combate. Por eso amo mucho los villanos y antihéroes que están en la mierda 🥺 <3

ya, ok, bais.