Capítulo 113:
❝De Kana sobreeforzándose... por quincuagésima vez.❞

　　　Intentaron salir por las puertas del pasillo, pero se encontraron con la sorpresa de que todo estaba cerrado. Kana intentó abrirlo con su technokinesis, pero se dio cuenta que aquello era demasiado tardado.
　　　Usaron una escalera de emergencia en el techo, donde enviaron a Mineta para que hiciera el trabajo duro y la liberara para ellos.
　　　—¡Bien, Mineta-kun! —halaga Kana, dándole unas suaves palmadas en su cabello. 
　　　—¡Eres genial, Mineta-kun! —se une también Melissa— Tal como esperaba de un estudiante de la U.A
　　　Aquello llenó a la pequeña uva de determinación.
　　　—¡Bueno! ¿Qué esperamos? ¡Vamos a continuar con esto!
　　　—¡Sí!
　　　El resto de camino estuvo sospechosamente despejado desde el piso 100. Kana iba a la cabeza, algo adelantada, utilizando diferentes quirks para mantenerse ahí. Podía usar fácilmente un quirk de velocidad como Flash, pero prefirió no hacerlo para no dejar a sus amigos detrás. Además, seguramente necesitaría ayuda en contra de cualquier villano que se le pusiera enfrente.
　　　Finalmente llegaron al piso 130.
　　　Ahí habían un montón de robots.
　　　—Seguramente saben que somos estudiantes de la U.A —masculle Midoriya, y Kana empieza a generar unas cuantas cuchillas de su cuerpo—. Seguramente querían traernos hasta aquí para atraparnos...
　　　—Ya sabemos qué hacer —asegura Momo, y genera una manta de goma para evitar ser electrocutados.
　　　Iida arrojó a Kaminari hacia los robots para que este les propiciara una descarga de 1.3 millones de voltios. Al ver que se defendían, ascendió el voltaje a dos millones.
　　　Pero no sirvió, y acabó siendo atrapado.
　　　El plan B se llevó a acabo, distrayendo a los robots con bombas de humo y deteniéndolos con el cabello de Mineta.
　　　Como sea, eso no bastó, y más robots empezaron a llegar.
　　　—Izuku, encárgate de los que vienen —ordenó Kana, empuñando sus dagas con fiereza—. ¡Jirou-san! ¿De dónde vienen los demás?
　　　—¡La derecha, Kana!
　　　—¡Me encargaré de ellos! Ustedes corran, y los alcanzaré.
　　　Saltó a la pared para lanzarse a la derecha. Los robots intentaron atraparla, pero ella cortó sus cuerdas con los cuchillos. Dio una vuelta en el aire y cayó en el piso con un quirk de impacto. La rampa se rompió, haciendo que todos los robots cayeran al suelo. Ella también caería, pero usó un quirk de salto para reincorporarse y salir de ahí. Se reagrupó.
　　　—¿Algún sonido? —inquiere, al ver a Kyoka con los jacks en la pared. 
　　　—Vienen muchos drones de la parte de abajo, pero ninguno de arriba.
　　　—Bien, ¡vamos!
　　　Nuestros héroes, como sea, son acorralados en el cuarto de sistema. Ahí deciden que Iida, Jirō, Mineta y Yaoyorozu van a quedarse a pelear. Kana les deja algunos clones como refuerzo, y ella con Melissa, Ochako e Izuku escapan a la planta alta.
　　　La fuente de energía eólica.
　　　Melissa señala la salida de emergencia en lo alto.
　　　—Bien —suspira Kana—. Iré yo.
　　　—¡¿Ah?! —exclama Midoriya— ¡No! ¡Iremos contigo!
　　　—Sígueme si quieres, pero pienso subir sola. No puedo ponerlos en riesgo.
　　　—¡Somos héroes, Koen-san!
　　　—Mentira —sonríe, apartándose el cabello del rostro—. Yo soy una anti-héroe.
　　　Con un quirk de súper velocidad sube hasta la salida de emergencia de la torre.
　　　Al llegar ahí se toma un momento para descansar.
　　　Se está sobre esforzando demasiado.
　　　Debería estar descansado, sus heridas aun no se recuperan del todo. Tiene dañado su quirk, no debería estar usando ninguno si no quiere que luego su tiempo límite se vea reducido a menos de diez minutos. Había llegado a esa isla en busca de paz y tranquilidad, quería descansar al lado de Shōta. Pero, ¡sorpresa! Su imán de desgracias no iba a dejarla ni respirar.
　　　Suspira con pesar mientras se pone de pie y estira su cuerpo. Cuanto más rápido terminara eso más rápido podría volver a su casita a leer manga, ver anime y jugar en su Switch.
　　　Su disposición a seguir el camino fue interrumpido por un estruendo sobre ella. Subió la mirada y se encontró con Izuku y Melissa cayendo. Activó un quirk de fuerza para atrapar a ambos entre sus brazos.
　　　—Hey —reclamó, frunciendo el ceño.
　　　—¡Koen-san! —sonrió Izuku— ¡Gracias!
　　　—Ustedes no deberían...
　　　—¡Cuidado! —advierte Melissa.
　　　Kana logra apartarse a tiempo antes que la cuchilla del nuevo villano los lastime. Los tres caen al piso, y Kana esquiva torpemente otro ataque.
　　　Izuku llega al rescate, noqueando de un solo golpe al villano.
　　　—¿Te encuentras bien, Koen-san?
　　　—¡Sí!
　　　—¡Hay que seguir! —exclama el brócoli, ayudando a las muchachas a ponerse de pie— Y esta vez no vamos a separarnos.
　　　—Yo...
　　　—Sé que eres capaz de derrotarlos tú sola, Koen-san, pero si algo malo vuelve a pasarte yo... yo no me lo perdonaría. Esta vez... ¡Esta vez yo te protegeré! ¡Por Aizawa-sensei!
　　　La chica frunció los labios.
　　　—Bien, hagámoslo.
　　　Como perdiera una extremidad más, Aizawa no iba a dejarla volver al curso. La iba a expulsar e iba a tener que involucrarse con el área de apoyo, ¡o general! Y no quería eso. Quería ser una héroe. No podía permitirse perder una sola extremidad más... quizás ganar otra cicatriz, una en el abdomen o el pecho se vería bien...
　　　¡No!
　　　Aizawa la mataría.
　　　Tenía que tener eso en cuenta.
　　　Finalmente llegaron al lugar donde retenían al padre de Melissa.
　　　¡Sorpresa!
　　　Él estaba detrás de todo eso.
　　　Más o menos...
　　　El villano real hace su aparición, disparando al pobre Sam y llevándose con él al doctor.
　　　—Perdone, pero no puedo permitirle hacer eso —lo detiene Kana, esquivando todos los pilares que van hacia ella. Toca la pared y con un quirk de control de superficies le cierra la puerta al villano.
　　　Este se gira hacia ella. Construye un pilar para golpearla. pero Kana lo destruye de un puñetazo. Toca la pared con una mano mientras se acerca peligrosa hacia él, eliminando cada pilar que crea.
　　　—¡Tú...!
　　　Bloquea su quirk con el de Aizawa, aprovechando el momento para tomar con ella al doctor Shield.
　　　—¡¿Quién mierda te crees?! —gruñe el sujeto, apuntándola con la pistola.
　　　—Mucho gusto, mi nombre es Double —sonríe, inclinándose ante él. Hace un gesto con la mano, mandando a volar el arma de fuego—, la heroína que va a derrotarte de una vez por todas.