Capítulo 110
Capítulo 110:
❝Y la razón por la que nuestra protagonista es un imán de desgracia❞
Koenmoku y Aizawa llegaron temprano al lugar de la fiesta. Ella le pidió a él adelantarse para conseguirles un lugar mientras esperaba a sus amigos. Él accedió a la idea, y de inmediato se fue al salón.
El primero en llegar fue Iida, quien vestía un traje formal de color azul, con una corbata amarilla y zapatos de vestir.
—¡Buenas noches, Koen-san! —saludó, gentil y amable como era típico en su persona— Luces muy bien en ese vestido.
—¡Gracias! —sonríe ella— Tú también luces guapo, Iida-kun.
—¡Muchas gracias!
Nuestra protagonista lleva un vestido negro que muestra, para gusto de Shōta, demasiada piel. Ella refutó esto alegando que el traje de verano mostraba aun más piel, y su encargado no pudo contradecir esto.
El vestido, como ya se dijo, es negro. Y como carezco de la capacidad de describir peleas y vestuario, por mi bien y el suyo les dejaré una imagen de referencia.
Y para no complicar-(me)-nos, los zapatos son los mismos.
En cuanto al peinado, lleva el cabello recogido, con algunos mechones cayendo a los lados de su rostro a propósito. Su maquillaje es muy ligero, solo brillo labial, máscara para pestañas y delineador de ojos. No quiere cubrirse ninguna cicatriz, no está interesada en eso, para ella sus cicatrices son trofeos, marcas que presumir con orgullo.
Luego de Iida llega Todoroki.
—Buenas noches, Shōto —saludó la chica, ofreciéndole una pequeña sonrisa—. Luces bien.
—Gracias —murmuró el hijo de Endeavor—. Ustedes dos también se ven bien.
—¡Muchas gracias! —respondió Iida.
Luego llegaron Kaminari y Mineta.
—¡Moku-san! ¡Luces genial! —halaga de inmediato el rubio, elevando los pulgares— ¡El vestido te queda muy bien!
—¡Y casi deja ver por completo tus piernas y tu c-!
Kana deja ir una patada a la pequeña uva, quien se decepciona al descubrir que debajo lleva el short de su traje de héroe.
Finalmente, mientras Kaminari atiende la contusión craneal de Mineta, por el elevador se presenta Midoriya Izuku. Viste, como todos, un traje formal, color café ocre con rayas verticales, y un moño. No lleva zapatos de vestir, sino sus típicos zapatos deportivos rojos, y el cabello verde desordenado como siempre acostumbra.
Lucía bien.
Las mejillas del brócoli se pintaron de rosa al encontrarse con la imagen de Kana en vestido y tacones. En el concurso de belleza no pudo verla, pues se había quedado limpiando el escenario. Jirō le mostró un video, pero definitivamente aquello no le hacía honor. Kana tenía una forma especial de resaltar, y que las cicatrices en su brazo, sus piernas, su espalda, su rostro, y además la prótesis de su rostro y la de su brazo, se vieran como lo que eran: un agregado. Algo que no la hacía perder valor. Algo que no la hacía menos.
Se sintió incapaz de reaccionar correctamente cuando ella le sonrió.
Pasó pasmado tanto tiempo que solo reaccionó cuando las puertas del elevador empezaron a cerrarse. De inmediato puso su mano en medio de estas para que no lo hicieran y le permitieran el paso.
Nervioso y sonrojado por fin salió al encuentro con la heroína presumida, sin saber muy bien que decirle.
—Luces bien —alcanzó a murmurar, ofreciéndole una sonrisa levemente tensa. No por incomodidad, sino por vergüenza.
—Tú también luces bien —devuelve el cumplido, y sonríe un poco más.
¡Oh! Ahora podía morir. El calor en su rostro era tan intenso que por unos momentos temió estar sufriendo fiebre, incluso se sentía mareado. En cualquier momento se desmayaría, sin duda.
—¿No has visto a Katsuki o Kirishima? Aun no llegan —suspiró ella, sujetándose el rostro con la mano—. Las chicas dicen que llegaran pronto, sería una lástima que ellos se quedaran atrás...
—Deben estar por ahí —aseguró Kaminari—, sabes como es Bakugo, no le gustan mucho estos eventos. Seguramente Kirishima le está convenciendo de venir a pasarla bien con todos nosotros.
—No es que estas fiestas sean muy divertidas —aseguró ella, sonriendo de lado y urgando en su cartera por su celular, sintiendo como este ha empezado a vibrar—. Vine especialmente porque habrá comida gourmet gratis. Además de que habrán otro montón de héroes que no había allá fuera, ¡espero poder hablar con todos ellos!
Finalmente encontró el aparato. Pidió permiso con un gesto de la mano y se alejó del grupo para contestar. Era Shinsō.
—Hey —saludó simplemente.
—Hey —respondió su amigo del otro lado de la línea—. ¿La estás pasando bien?
—Sí, bastante. ¡Aprendí un quirk de tecnokynesis que puede sernos útil! Cuando esto de ser héroes no nos funcione tú y yo nos volveremos el mejor dúo de villanos.
Hitoshi rió ante el comentario. Sabía que ella bromeaba.
—Me alegra que la estés pasando bien, pero aun estoy molesto porque me cancelaste cuando ya tenía todas mis maletas listas.
—Sí, lo sé... Lo siento. Nunca creí que papá detestaría tanto la idea, ¿sabes? Hubiera sido divertido. Me habría gustado verte en traje formal.
—Oh, ¿fuiste a la fiesta?
—Estoy por entrar a la fiesta.
—¿La gran Koenmoku Kana lleva un vestido de noche y maquillaje en el rostro? No puede ser. Esa no es la Koenomoku que conosco.
—Puedo ser elegante cuando me lo propongo. No me ofendas. ¿Acaso no viste lo bien que lucía en el concurso de belleza? Aun creo que me merecía el primer lugar, se lo dieron a Nejire-san porque ella no tiene el rostro y el cuerpo jodido como yo.
—Yo creo que así eres linda...
—Oh...
—Además-
Interferencia no permitió a Kana entender muy bien lo que Hitoshi decía, la llamada se cortó luego de eso. Observó confundida la pantalla de su celular, descubriendo que no había señal, en consecuencia tampoco internet. Frunció los labios confundida ante esto, y apretó sus manos en puños afligida al ver la señal de emergencia en los ventanales del edificio. Las puertas se cerraron, al parecer había ingresado un villano.
Cuando se giró a su grupo de compañeros descubrió que las chicas ya habían llegado, y todos lucían tan confundidos como ella respecto a la señal de emergencia. Melissa comenta que ese no es el protocolo de explosivos.
Un escalofrío recorre la espalda de nuestra protagonista, anunciando que aquello no podía ser nada bueno. Los elevadores no funcionan, por lo que no pueden dirigirse al salón en el que se lleva acabo la fiesta.
—Koen-san, acompáñame a buscar a All Might y Aizawa-sensei.
—Voy...
Como si no les hubiera quedado en claro que juntar dos imanes de desgracias fuera la mejor idea.
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