Capítulo 108
Capítulo 108:
❝Que habla de la desafortunada fortuna de nuestra patética joven❞
—¡Ochako-chan! —saluda Kana, separándose rápidamente del joven brócoli— ¡No esperaba verte por aquí!
Silencio.
—Ustedes dos parecen estar divirtiéndose...
"¡Qué miedo!"
—Ah, Yaoyorozu-san y Jirō-san también están aquí —señala Izuku, ofreciéndole una sonrisa a las otras dos.
—¿Acaso ustedes dos vienen juntos? —inquiere con burla Earphone Jack, jugueteando con los auxiliares en su oreja.
—Ah, de hecho, yo vine con papá —explica Kana—. Me encontré a Izuku aquí.
—¡Sí! Por cierto, esta es Melissa-san. Es hija del profesor David Shield, nos estaba dando a Kana y a mí un recorrido por el lugar.
—¡Encantada de conocerlas! —sonríe la rubia, y estrecha las manos de las chicas— Ahora que estamos aquí, ¿por qué no damos todos juntos un recorrido al lugar? Kana estaba por dirigirse al campo de enfrentamiento, ¿quieren acompañarnos?
—¡Hagámoslo! —acceden las tres.
Y así Melissa los dirige a dicho campo. Ahí se encuentran con Katsuki y Kirshima. El rubio de inmediato le grita a Deku.
Su disgusto disminuye claramente cuando sus ojos se encuentran con los de Kana. Por fin es capaz de ver su quemadura cicatrizada, cuando la vio la última vez esta aun poseía un color rojizo carmín, muy intenso, y según le había dicho ella habían sitios que supuraban un poco, causándole una apariencia brillosa. Ahora la piel lucía más bien rosacea, podía verse claramente la separación entre la piel sana y la quemadura, además aun poseía la marca de sus propias garras, por lo que su cicatriz no era ni comparable con la de Todoroki.
Además, también ve de inmediato la nueva prótesis que se aferra a su mandíbula, cubriendo el hueco en sus labios y formando unos nuevos. Ella le ofreció una amplia sonrisa cuando le vio, y sacudió su mano de lado a lado en forma de saludo.
—Hey, copia barata —masculló, pasando la valla para acercarse a ella—. Linda prótesis.
Ella sonrió ampliamente ante el genuino cumplido.
—¡Gracias!
Las mejillas del rubio se pintaron de rosado al verla sonreír de esa forma. Hacía ya un tiempo no la veía sonreír, y la última vez que lo había hecho tenía en el rostro esa fea prótesis de silicona que le habían dado en el hospital.
No es que fuera a decirle eso a la cara, no quería hacerla sentir mal por la cicatriz que él mismo le causó. Podía molestarla por su brazo, ese lo había perdido ella, pero que tuviera el rostro marcado y tuviera que usar esa prótesis cromática para cubrir el hueco que le había quedado en la mejilla era totalmente culpa suya.
De pronto se dio cuenta que la estaba observando fijamente demasiado tiempo.
La voz de Mina resonó en su cabeza. "¿Será que te gusta?". Se lo hubiera dicho si hubiera estado ahí, viendo como el semblante permanentemente furioso se había apaciguado del todo. Y él le hubiera gritado que no era así.
—Koenmoku Kana —llama la señorita en el micrófono.
—¡Ah! ¡Es mi turno de pasar! —señaló la chica, sin deshacerse de su sonrisa sincera y amplia— Volveré en un momento, ¿sí? Tengo que superar esa marca de 14 segundos.
Aun embobado la observó sacarse las dagas de los lazos en sus muslos.
—¿Ah? —masculló— ¡Hey! ¡Espera, copia barata! ¡¿Vas a qué?!
—¡Voy a superar tu marca de 14 segundos, Katsuki! —rió, estirando su cuello y sacudiendo los brazos. Se sacó también las cuchillas que llevaba atadas en los brazos, además las que llevaba en el cinturón. Eran en total diez dagas. Cinco en cada mano.
—¡Tú...!
—Ready? Go!
Sin pensarlo dos veces se impulsó con las piernas en el piso. Un quirk de puntería y fuerza se activó, y lanzó las diez cuchillas a la vez. Cada una atinó en la cabeza de cada robot, que eran diez exactamente.
—¡1.5 segundos! —exclama la mujer— ¡Es la menor marca hasta ahora! ¡Felicidades, Double!
—¡¿Ah?! —reclamó Bakugo, lo había superado como con gran diferencia.
—¡Me vuelvo más fuerte con cada cicatriz que obtengo, Katsuki! —aseguró de forma burlona, ofreciéndole una reverencia llena de sarcasmo— ¡Así que gracias!
—¿¡Ah!? ¡Deja de subestimarme, maldita copia barata! ¡Te voy a vencer uno de estos días! ¡Voy a hacerlo!
—Seguro lo harás —sonrió ella, regresando a su lugar al lado de sus compañeros— ¡Nee, Izuku! Participa tú también, ¡inténtalo! Es divertido. Así Melissa-san podrá ver de qué se trata tu quirk.
—Ah, yo no... no creo poder superar tu marca, Koen-san, lo que tú acabas de hacer...
—¡Hazlo de una maldita vez! —reclamó Bakugo, empujándolo con una explosión.
La presentadora lo anuncia como un concursante inesperado. Da la marca y entonces indica que puede pelear. Midoriya activa su quirk y salta de lado a lado tal como le enseñó Gran Torino durante el entrenamiento que tuvo con él.
—¡16 segundos!
—¡Esa es una buena marca, Izuku! —felicita Kana, una vez el muchacho regresa a su lado— ¡Felicidades! La próxima lo harás mejor.
—Tch, yo tuve una mejor marca, y a la primera.
—¡Ah! ¡Sí! ¡Felicidades a ti también, Katsuki! —Kana le aplaude también, cerrando sus grandes ojos ámbar por su sonrisa— ¡Eres sorprendente, realmente! ¡Siempre me asombras!
—Ja, claro que sí —se fanfarroneó un poco.
—Ten cuidado, si le inflas un poco más la cabeza saldrá volando de aquí —comentó Kirishima de forma burlesca, limpiándose el sudor de la frente.
—¡¿Ah?! ¡¿Qué dijiste, cabello de mierda?!
—Nada...
Kana ríe bajito mientras saca de su bolsillo su bálsamo labial. Ama sonreír y reír al lado de su har- digo, amigos; pero tiene que limitarse un poco, por su propio bien. Sus labios siempre le reclaman el ser demasiado feliz.
—¡Todoroki Shouto! Ready? Go!
Una vez escuchó el nombre supo de inmediato que lo siguiente sería frío. Una nube de hielo cubrió por completo el terreno en el que se encontraban los robots.
—¡Ah! ¡Shoto! ¡Eso fue sorprendente! —exclama la patética heroína, asomándose por la valla y sacudiendo sus brazos sobre su cabeza— ¡Muy bien!
—¿Kana? —murmura el joven mitad y mitad.
—¡Dos segundos!
—¡Bien!
Se une también al grupo de inmediato.
—No esperaba verte aquí... No esperaba verlos aquí.
—¡Es genial que estemos todos aquí! —ríe ella, sujetándose el rostro con las manos.
—Y veo que conseguiste una nueva prótesis —señala de inmediato— Luce bien.
—¡Es genial! —aseguró ella, tocando el artefacto con su mano— ¿Ves lo bien que se adapta a mis labios? ¡Es como si nunca los hubiera perdido! ¿Y ya viste mi nuevo brazo?
—Luce bien.
—¿Verdad que sí?
—Bueno, ¿qué tal si vamos todos a la cafetería? —interrumpe Yaoyorozu Momo, sujetando los hombros de la joven cicatrizada— Temo que si nos quedamos aquí por demasiado tiempo Kana pierda la pierna...
—¡Ah! ¡Sería genial!
—¡No!
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