Capítulo 10:
❝De nuestra patética pero presumida ex villana❞

　　　Prueba de agarre para medir fuerza: usó el quirk de Hulk, de la agencia de héroes “Marvel”, y logró sujetar 731 kg.
　　　Prueba salto de longitud, usó el quirk de Asui Tsuyu e incluso superó la marca de la dueña original, obteniendo sorpresivos 9 metros.
　　　Prueba de saltos prolongados a los lados: usó el quirk de Flash, de la compañia de héroes “DC”, y obtuvo una cantidad incontable de saltos.
　　　Y así sucedió en cada prueba. Y en cada prueba obtuvo la mayor puntuación sin hace demasiado esfuerzo.
　　　El momento de dar los resultados finales llegó. Nadie se encontraba precisamente nervioso, pues todos estaban bastantes seguros que no se podía obtener menor nota que la de Midoriya Izuku. En cambio el mencionado estaba prácticamente temblando por los nervios, totalmente seguro que sería expulsado, primero por retar al profesor, segundo por no llenas las expectativas.
　　　—Bien, les daré sus calificaciones, la suma de todas ellas. No tendría tiempo de hacerlo una por una —el silencio invade el lugar—. Por cierto, lo de la expulsión era una mentira —y él sonríe son burla—, ¡para hacerlos dar lo mejor de si!
　　　—¡¿Qué?! —exclaman el trío de Uraraka Ochako, Iida Tenya y Midoriya Izuku.
　　　—Vamos, chicos, era lógico —acierta Yaoyorozu Momo.
　　　—No lo sé, con la seriedad que lo decía me pareció una amenaza muy real —habla nuestra protagonista, colocando su dedo índice sobre sus quebradizos labios y observando al profesor.
　　　—Parece que es un buen mentiroso.
　　　—Eso parece, eh.
　　　Kana observa la lista de resultados.
　　　Ella, para sorpresa de nadie, está en primer lugar. Debajo de ella está Yaoyorozu Momo, Todoroki Shōto y Bakugo Katsuki.
　　　—Todoroki Shōto —repite, y recuerda al muchacho con quirk de hielo—. Interesante.
　　　Y el primer día de clases termina. Nuestra patética heroína en entrenamiento se ha vuelto a colocar erroneamente su ropa de academia, ha guardado su matryoshka en la mochila, y ahira camina sin prisa hasta la salida.
　　　Se ha aprendido tontamente el horario: la primera mitad del día reciben clases normales, para el almuerzo deben irse al comedor a probar la barata pero buena comida. Y luego, en la segunda mitad del día reciben los estudios dignos de héroes. A Kana no le molesta aquello de pasar todo el día en clase en lo más mínimo, hasta le parece genial.
　　　—Hey, niña, te pasaste —ríe Shōta, entrando a su apartamento—. Primer día de clases y ya impresionaste a todos. Eres genial.
　　　—¿Tú crees? —pregunta, sin quitar la vista de su celular.
　　　—Superaste a los becados.
　　　—“Los becados”.
　　　—Yaoyorozu Momo y Todoroki Shōto.
　　　—Becados, eh.
　　　—Mañana relájate un poco, ¿sí? Llegará alguien que, creo, te interesará bastante.
　　　—Si no es All Might no me interesa.
　　　—Lo que digas. Además, ¿qué haces en el celular?
　　　—Estoy estudiando la composión molecular de la materia prima más común. Si logro entenderlas a ellas entenderé las de las demás materiales compuestos por ellas, y así deberé estudiar menos para crear más.
　　　—¿Qué quirk te interesa ahora?
　　　—Yaoyorozu Momo, “creation”. Me lo explicó: es cuestión de controlar su grasa y nada más. No podré crear mucho, porque debería tener mucha grasa y ya ves que yo soy muy pequeña y delgada. También estudié correctamente el quirk de Asui Tsuyu, me parece ser que le pertenece al de una rana arborea por su habilidad a pegarse fácilmente a las superficies, además sus grandes ojos y la forma de sus manos y piernas que sirven como ancas y patas. El de Aoyama Yuuga me pareció interesante, pero dejó de gustarme cuando descubrí el poco tiempo que puede ser usado antes que empiece a afectarle. Al de Bakugo Katsuki le tengo miedo, es muy destructivo y apenas hice una pequeña explosión y me ardió la mano y me dolió el hombro. Y luego está Midoriya Izuku…
　　　—¿Qué tiene él? —y se molesta recordando cómo lo desafió en clase.
　　　—No lo expulsaste. A mí me pareció muy seria tu amenaza, ¿qué sucedió?
　　　—¿Quién sabe?
　　　—También lo viste, ¿no? Su determinación, su sentido heroíco, lo viste. Me recordó a muchos héroes americanos en sus inicios: Flash, Spiderman, Antman, Robin, Cyborg. Además, es el primero en halagar de una forma tan emocionante mi quirk. Definitivamente, aunque su quirk sea fatal su actitud no lo es.
　　　—Su potencial está por arriba de cero.
　　　—Eso basta para volverse un héroe.
　　　—Bueno, mañana será tu verdadero primer día. ¿Estás lista?
　　　—Sí.
　　　—¿Quieres que te prepare un bento o comerás en la cafetería?
　　　Un bento…
　　　Se le viene a la mente la imagen de su padre preparándole un bento tradicional, con una porción de arroz y sushi, tako-chan -las salchichas partidas en forma de pulpo-, pollo teriyaki, gomaee y tofu. Normalmente le colocaba más de la cuenta insistiendo en que estaba muy delgada y comía muy poco, que su peso le preocupaba.
　　　La comida siempre le quedaba exquisita, y ahora no podía dejar de pensar en el sabor de cada pequeña cosa acomodada en la caja.
　　　—Un bento —responde, y lucha por no soltar lágrimas.
　　　—Tú lo pediste, niña. Pero si no te gusta mi comida no dudes buscarme para que te dé dinero y puedas comprarte algo comestible en la cafetería.
　　　—Bien. Gracias.
　　　El pro héroe se dirige a la cocina, y nuestra patética protagonista queda sola, observando la pantalla de su celular. Una lágrima resbala desde su ojo por su mejilla, pero la limpia inmediatamente con tal de no perturbar el agradable ambiente en el que han estado conviviendo ella y el pro héroe que hace solo unas semanas la salvó de morir quemada.
　　　Con tal de no seguir pensando en la situación empieza a analizar el quirk de Yaoyorozu-san, y recuerda la pequeña matryoshka que la muchacha le ofreció mientras le explicaba su particularidad. Se concentra lo más que puede y empieza sus intentos: matryoshka tras matryoshka, cada una más deforme que la otra, algunas salían de un material flácido para nada parecido al original de las muñecas rusas. Pero eso no la hace rendirse. Todo lo contrario, toma un poco de la perseverancia y determinación de Midoriya Izuku y decide seguir.
　　　Y sigue.
　　　Y, finalmente, lo consigue.
　　　Un pequeña matryoshka. Perfecta. Con las medidas adecuadas. Con el material, sino exacto, por lo menos bastante parecido.
　　　Entra a la cocina y coloca la muñeca frente a Shōta, quien la mira con cierta extrañeza.
　　　—La hice —sonríe ampliamente, y limpia el sudor de su frente. El encargado le golpea cariñosamente el brazo.
　　　—Pequeña presumida.

…

No recuerdo si dije esto al principio de la obra, pero aquí compañias de comics y esas cosas relacionadas con los héroes son agencias de héroes.

ES DECIR que todo ellos existen en el mismo universo.

Lo digo nada más por si había dudas.