"El desayuno está listo"
Los escasos rayos del sol que iluminaban entre los montones de nubes esponjosas que se encontraban en el cielo llegaron a la ventana de la habitación de Cho-Hee.
El día anterior había sido totalmente difícil para ella, en sus recuerdos solo rondaban las escasas escenas de ella hablando con SeokJin sobre la visita que le debían hacer al padre de este.
Aunque al parecer el tema no había avanzado más allá, ya que gracias a sus recuerdos más lúcidos pudo deducir que estaba muy agotada por el sueño, y que el híbrido, siendo inmensamente bondadoso, la había cargado hasta su habitación para que pudiera dormir de una vez.
Oh, SeokJin. Recordando que el híbrido a veces hacía guardias mientras ella descansaba, quiso abrir sus ojos, pero antes de todo se estiró, logrando sacar de su ser el cansancio y el adormilamiento que la acompañaban.
—Ah... —bostezó un poco sonoro, para luego abrir sus ojos.
Escaneó su habitación detenidamente, viendo que todo estuviera en orden. No obstante, un pequeño detalle la descolocó, aunque no exageradamente. A su lado se encontraba plácidamente durmiendo Jin, con uno de sus brazos sobre la cintura de ella, sosteniéndola con un suave agarre.
Le miró con ternura. Jin siempre solía ser tan amable y protector, no le extrañaba que se hubiera quedado dormido mientras le cuidaba, a pesar de que ella le había ordenado y dispuesto la otra habitación vacía para que durmiera, de todas formas Jin solía aparecer durmiendo en su cama de vez en cuando.
—Jin.. —susurró despacio, moviendo su mano sobre su hombro para despertarlo, sin ser muy brusca— Hay que comer, a ti te encanta comer, ¿no es así? Vamos, te preparé lo que quieras por ser tan dulce.
Jin se removió, gruñendo despacito, ya que quería seguir durmiendo. Se encontraba tan cómodo que deseaba no despertar nunca más. Junto a Cho-Hee se sentía muy bien. Demasiado.
—No quiero... —murmuró al fin, al darse cuenta de que la chica no dejaba de tocar su hombro insistentemente— Por favor, solo un poco más... —hundió su rostro en la almohada, aumentando la fuerza del agarre en la cintura ajena.
—Oye, pareces un bebé y que yo sepa eres un adulto, ¿no? —rio sin mucho esfuerzo. Observando con ternura al híbrido y sus acciones.
No es como si antes no hubiera dormido con alguien más. Pero Jin no era una mascota, un animal o un simple humano, era un híbrido, y... sí que bastante apuesto. Con sus hombros anchos y sus adorables orejas, y claro, también sus encantadoras facciones, la hacían sentir un poco nerviosa con su compañía tan cercana.
Esperó a que pasara un rato y cuando volvió a escuchar la suave respiración de SeokJin supo que sería mejor que ella se levantara sola dejándolo dormir tranquilamente. Con sutileza tomó la mano de él sacándola de su cintura, dejándola reposar sobre la suaves mantas. Se levantó procurando no despertarlo y ya estando de pie lo cubrió bien con las mantas.
Salió de la habitación arrastrando sus pies, dispuesta a preparar el desayuno para ambos. Abrió la puerta de la alacena para sacar una que otra cosa y mientras disponía todo en la mesita de la cocina se dio cuenta que nuevamente la comida ya se estaba agotando. Mordió su labio inferior un tanto preocupada, no quería pensar en dejar a SeokJin solo para ir a comprar lo que necesitaba, pero tampoco le podía llevar, ¿qué pasaría si le descubrían? Alguien le podría hacer daño y el pobre ya había sufrido bastante gracias a la paliza que le habían dado los suyos.
Sabía que no era correcto irse dejándolo solo, no es como si fuera a irse sin avisarle, porque claramente si se fuera le avisaría, no obstante, dejarlo solo en medio del bosque, a tantas horas de la ciudad, con la posible amenaza de otros híbridos y la actitud de odio que le tenían los humanos... Ni siquiera quería pensar en esa posibilidad.
—Uh, esto está difícil —comentó para sí misma. Se agachó para sacar de una casilla de uno de los muebles que decoraban su cocina, una bandeja para llevarle el desayuno a Jin.
Y no es que este fuera flojo o servido, sino que todo lo contrario, llegaba a ser más trabajador de lo esperado. Pero cada vez que Cho-Hee podía le agradecía a través de pequeñas acciones, como el hecho de llevarle el desayuno luego de que él la cuidara por todo la noche, porque así era Jin, si por él fuera cuidaría a Cho-Hee las veinticuatro horas del día los siete días de la semana.
—Toc-toc, el desayuno ya está listo —avisó mientras hacía presencia en su habitación.
Jin se dio vuelta, mirándola bastante adormilado. Como pudo despegó sus párpados y le dedicó una tierna sonrisa.
—Buenos días para ti —dijo acompañado de su sonrisa y con mejillas coloradas. Ella solo pudo regresarle la sonrisa con la bandeja entre sus manos.
Y aunque la situación pudo ser bastante incómoda, ya que Jin tenía un problemilla bajo las mantas, ninguno comentó nada al respecto y prefierieron desayunar tranquilamente, hablando de cualquier tema. El híbrido de vez en cuando se notaba un poco incómodo, pero con el pasar de los minutos regresó a ser el Jin de siempre, atento y cariñoso.
—Humm... Tengo una pregunta, Jin —Cho-Hee le comentó, ya estando de regreso bajo las cálidas mantas para que sus cuerpo no se enfriara.
Estar sobre las mantas tampoco era tan malo, pero estar bajo ellas era mucho mejor.
—¿Si? —sus mejillas estaban un poco llenas con comida al momento de hablar. Con rapidez tragó todo para volver a abrir la boca— ¿Qué pasa?
—¿Ayer te quedaste otra vez despierto hasta tarde?
La pregunta le tomó por sorpresa, pero no tardó mucho en responder.
—Después de que te quedaste dormida me quedé acompañandote como me pediste. Hacia un poco de frío así que me cubrí con unas mantas y sin darme cuenta me quedé dormido —parte de lo que decía era cierto, aunque algunas cuantas cosas habían sido distorsionadas, como el hecho de que hacía frío y que por eso se cubrió con las mantas. Porque la verdad era que se había quedado ahí hasta que le dio mucho sueño, y la excusa perfecta para no irse era hacer como que hacía frío para quedarse a dormir con Cho-Hee, que inconscientemente le había dejado un espacio que Jin aprovechó al máximo.
—Ya veo... para la próxima vez será mejor que te duermas más temprano, no debes descuidar tu sueño por mí.
Y aunque el híbrido no lo admitiera, le fascinaba mucho que la chica se preocupaba de él.
—Lo tomaré en cuenta, Cho —respondió sonriente.
31/01/22
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