"Regalo del bosque"

Tras varias horas de viaje por fin se habían acercado un poco hacia las montañas, esto a través de un camino de tierra que no se encontraba en muy buen estado.

Cho-Hee paró el movimiento del auto al ver que el camino ya no era seguro de transitar. Diversas piedras y ramas estaban regadas haciendo que pasar fuera una tarea imposible.

—¿Falta mucho? —preguntó dándose la vuelta hacia Jin. Este cerró los ojos revisando el trayecto.

—Creo que sí... Aunque ya hemos avanzado bastante —estiró sus brazos liberando un poco de tensión que había acumula gracias a estar sentado por tanto rato—. Más adelante hay un sendero por el cual se puede ir a pie, si quieres podemos ir por allí ahora, o comenzar mañana apenas salga el sol.

—Mañana será más seguro, ahora va a oscurecer y será más peligroso —su mano se dirigió hasta el seguro del cinturón para poder sacarselo—. ¿Quieres algo de comer? Yo estoy muriendo de hambre.

—Ah, claro. ¿Trajiste galletas? —copió la acción de la chica, quedando sin el ajustado cinturón.

—Sí, están atrás. Deja que las vaya a buscar y regreso en unos segundos —bajó del auto estirando sus piernas antes de todo. Estar manejando por tantas horas seguidas era realmente agotador, si tan solo Jin hubiera sabido conducir se hubieran turnado para que la tarea no fuera tan agotadora, pero Jin con suerte conocía lo que era un vehículo en persona, así que pedir que supiera conducir hubiera sido mucho.

Jin quedó esperándola pero una punzada en su vejiga le avisó que era hora de vaciarla. Bajó del auto y por primera vez en mucho tiempo se transforma en un canino, para poder ir a orinar detrás de unos arbustos no muy altos.

Trotó lentamente hasta rodear la fauna y tras asegurarse que Cho-Hee no le podía ver, vacío hasta la última gota que estaba en su interior.

Iba a darse la vuelta para regresar al automóvil, cuando su hábil naríz olfateó un aroma que conocía claramente. Había un híbrido cerca. Siguió el rastro meticulosamente hasta llegar a unos arbustos un poco más lejos de los que se encontraba él. Metió su hocico entre las ramas y hojas buscando de dónde provenía el olor hasta que escuchó un suave gimoteo.

Como pudo con sus patas y hocico fue haciendo un espacio para poder ver de qué se trataba con exactitud. Sus finos ojos se abrieron con sorpresa al ver que el olor provenía de un híbrido tal y como había pensado, pero la sorpresa que le había hecho abrir sus ojos es que no se trataba de cualquier híbrido, sino  de un cachorro.

Con rapidez regresó corriendo hacia donde estaba Cho-Hee. Se transformó cubriéndose rápidamente con la ropa que había quedado tirada en el suelo para que la chica no viera sus partes privadas y apresurado le habló.

—Ha... Hay un híbrido —el aire se había escapado de sus pulmones gracias al reciente tramo recorrido. Cho-Hee le miró totalmente exaltada—. No te preocupes, solo es un cachorro... está solo, pero creo que sus padres pueden estar cerca. Hay un leve olor de que estuvieron acá.

—¿Qué... qué hacemos? ¿Lo habrán abandonado? —a su mente vino el recuerdo de Jin en su pórtico, todo herido y solitario— ¿Se veía bien de salud?

—No lo vi muy bien. Salí corriendo en seguida —le explicó con su voz ahora más calmada.

—Vamos a verlo entonces, tal vez está herido... —bastante intranquila dejó la mochila que contenía la comida nuevamente en el vehículo.

—Puede ser peligroso, si sus padres llegasen a aparecer podrías estar en peligro —mordió su labio inferior con preocupación. Después de todo traer a Cho-Hee con él no estaba siendo muy buena idea, la chica estaba en peligro.

—Lo sé, pero también existe la posibilidad de que le hayan abandonado. No pueden haberlo dejado solo... tú mismo me dijiste que es muy raro encontrar un híbrido sin compañía, puede llegar a morir siendo que es solo un pequeño —tenía miedo sin duda, pero algo en ella le decía que lo correcto no era ignorarlo y simplemente hacer como si no supiera nada—. Vamos, por favor, no va a pasar nada malo, ¿sí?

Jin asintió temeroso, no muy seguro de su respuesta. Cho-Hee fue hasta su lado y le tomó la mano intentando reconfortarlo, ninguno estaba solo, se tenían el uno al otro para apoyarse.

Caminaron guiados por Jin hasta el arbusto en donde estaba el pequeño, claro que alejándose de donde había orinado. Los dos se agacharon y con cuidado movieron las ramas para poder ver el pequeño cuerpo. Y justamente con el camino libre pudieron observar a la vista lo que parecía un pequeño y precioso cachorro.

—Es muy chiquito... —le comentó en un susurro— ¿Tú qué crees, está bien de salud..?

—Se nota muy poco, no podría decirte con exactitud —respondió Jin.

—Llevemosle al auto entonces. Ahí le podrás examinar mejor, tengo hasta una linterna por si necesitas —se levantó decidida.

—No creo que sea una buena idea. Si se despierta podría llamar a sus padres.

—¿Se sienten cerca? Dime, ya que tú hueles su aroma, ¿es muy reciente? —Lo miró seriamente, y con solo eso Jin pudo ver que de verdad estaba preocupada por lo que sucedía.

—Bueno, mi olfato en mi forma humana no es el más exacto... pero se siente bastante antiguo, al menos con mi olfato en forma animal calculé un par de días como mínimo.

—Si es así, nos lo llevamos. No estoy dispuesta a dejar a un ser tan chiquito aquí en el bosque abandonado. Ya te ayude una vez a ti, en mi forma de ser está el querer ayudar a otros.

Jin asintió rendido, de cierta forma Cho-Hee tenía razón, además estaba seguro de que la chica no descansaría hasta hacer lo que quería. Ella era así, decidida por hacer el bien. Con cuidado tomó al pequeño cachorro, intentando no despertarle a toda costa. Su pelaje era realmente suave y finito. Nunca en su vida había sentido uno así a pesar de que en donde vivía iba constantemente a una pequeña guardería de híbridos huérfanos. Aquellos cachorros eran demasiados tiernos, pero el pequeño que tenía entre sus brazos estaba superando con grandes creces a la ternura misma.

Jin le sonrió a Cho-Hee enternecido y ella le respondió de la misma forma. Ese se convertiría en el segundo acercamiento de la humana con el pueblo de los híbridos.

01/08/22