"Gotas en la ciudad"

Tras aquel deseado, pero de igual forma un tanto sorpresivo beso, las cosas no se volvieron incómodas como en la mayoría de los casos puede suceder.

Esperaron pacientemente hasta que las personas del probador contiguo al que estaban salieran para poder hacer lo mismo. Jin sonreía como un tonto flechado mientras acomodaba su abrigo y la gorra que llevaba consigo para que no se notaran sus partes de híbrido. Cho-Hee por su parte solo podía tener sus mejillas sonrojadas pensando en lo que había sucedido.

¿Acaso en su cuadernillo podía escribir que los híbridos besaban de una forma totalmente encantadora?, negó para ella misma, complemente avergonzada por sus pensamientos.

—Ya estoy listo —avisó Jin, abriendo un poco la puerta del probador.

—Okey, vamos a comprar las prendas entonces —Habló mientras comenzaba a levantar su pie derecho para avanzar, pero antes de poder completar su acción, fue tirada hacia atrás chocando con el pecho de quién era obviamente Jin.

—Yo... hum... Me estaba preguntando si es posible que volvamos a repetir lo mismo de hace un rato —sus mejillas sorprendentemente no estaban rojas como Cho-Hee pensó, estaban igual que siempre, la única diferencia que había en él era que sus ojos tenían un brillo especial que nunca antes había visto.

Simplemente resplandecientes en su totalidad.

—¿Te refieres a besarnos? —Preguntó un tanto inquieta. Jin asintió lentamente, mostrando una serenidad sorprendente para la chica, quien no podía creer la forma en la que estaba actuando Jin.

—Es la primera vez que... ¿beso a alguien? —Comentó un tanto dudoso, enfatizando más la pregunta al final de la oración— En serio fue algo genial, tus labios eran muy dulces y se sintieron demasiado suaves, mis labios están cosquilleando por volver a sentir los tuyos.

Cho-Hee quería desaparecer gracias a la vergüenza que sentía, no por el hecho de haberse besado con Jin, sino porque aquel beso había sido el primero para el híbrido.

—Tú estás jugando, ¿cierto? No creo que sea la primera vez que besas a alguien, tal vez solo lo olvidaste... —comenzó a divagar, ingenua por la situación. Ser la primera humana en besarlo ya hubiera sido mucho, pero primera incluso entre todos los seres, en serio no lo podía creer.

—Puede que suene tonto, pero te estoy diciendo la verdad. De donde vengo no es común transmitir afecto de esa forma, ni siquiera las parejas casadas lo hacen —acarició su cabellera en la parte de la nuca, un tanto tímido por haber dicho eso—. Lamento mucho si parezco algo raro, no es mi intención, solo que eso fue tan bueno y... como nunca lo he hecho, estoy inquieto por eso. Perdóname —sus orejas debajo de la gorra se inclinaron en signo de tristeza.

—No pasa nada. Entiendo perfectamente que estés así al ser algo nuevo, digo, es común querer volver a experimentar algo de tu agrado sin importar lo que piense el resto —sus manos se movieron mientras explicaba, tal vez de forma demasiado exagerada—. ¿Se entiende a lo que me refiero?

—Hum... sí. Aunque creo que los escritores son difíciles de entender, me tendré que esforzar mucho para poder comprenderte siempre —rio dulcemente, provocando una sonrisa en el rostro de Cho-Hee.

—No es necesario que me comprendas siempre, hay cosas que no comprendemos y sin importar eso podemos continuar, ¿no lo crees?

En el rostro de Jin se pudo notar claramente una gran confusión, inconscientemente sus cejas se habían elevado dejando ver que no estaba siguiendo a Cho-Hee con sus palabras. Quiso responder algo, pero al no saber qué responder, su boca solo se abrió y cerró con duda.

—Jin —le llamó con voz firme

—¿Si? —su voz tembló un poco al pensar que la chica le reprendería.

—Creo que es mejor olvidar esto por el momento y merjor ir a comprar tu ropa. Estamos demorando mucho.

—Ah, tienes razón. Luego... luego si quieres lo podemos hacer —defenitivamente para Cho-Hee el híbrido era su total perdición.

Con rapidez se acercó hacia él, y en la incomprensión del contrario, juntó sus labios fugazmente, dejando a Jin completamente desconcertado, pero alegre por su acción.

Sin volver a mirarlo salió del pasillo donde se encontraban para encaminarse hacia la zona de pagos. Jin sonrió para sí mismo, para unos segundos después comenzar a seguirla.

Varios minutos pasaron y con su compra ya lista se dirigieron al automóvil de la chica. Acomodaron todas las bolsas en los asientos traseros, procurando que ninguna cosa se pudiera caer en el viaje de regreso a casa y con eso ya listo, se sentaron en sus respectivos asientos.

—Y... ¿cómo te la has pasado hoy, Jin? —Preguntó mirando de reojo al nombrado, fijando lo más posible su vista en la autopista.

—Hasta ahora todo ha sido genial. Me la he pasado muy bien, gracias por todo, Cho. En serio ha sido una linda experiencia —su sonrisa era completamente sincera, no había nada oculto tras esos ojitos brillantes tan característicos de él al observar a la humana.

—Me alegro mucho. Espero poder crear muchos más recuerdos contigo así. Me gusta verte feliz —y sus palabras eran igual de sinceras que la sonrisa de Jin.

Tan puras como las gotas que comenzaron a caer, una tras una, mojando todo lo que tocaban.

Jin y Cho-Hee no lo sabían, pero aquellas gotas inofensivas podían convertirse en una tormenta. Al igual que lo que los dos estaban sintiendo por el otro.

Después de todo, las relaciones entre híbridos y humanos no conducían ni conducen a otro camino que no sea la perdición.

Su viaje ya llevaba bastante recorrido, pero a veces las gotas prefieren que la tormenta comience antes de que los viajes felices terminen.

Nunca hay que olvidar que a veces los sentimientos pueden llevar a algo desconocido y tenebroso, como unas  pequeñas y simples gotas pueden desatar una enorme tormenta.

17/04/22