"Importantes decisiones"

Jin fue en busca de la humana tras haber terminado de charlar con su padre. Algo no le calzaba del todo bien a la hora en que su padre cambió de actitud tan abruptamente, pero no le tomó mucha importancia, ya que estar junto a Cho-Hee en ese momento era lo que rondaba por su cabeza.

La joven mujer se encontraba en otra habitación de lo que podía llamar su "hogar", o al menos eso intentaba, porque nada estaba como lo era antes. De una humilde casa con solo un par de habitaciones la recidencia se había transformado por poco en una pequeña mansión. Su padre tendría que haber hecho todo demasiado rápido, porque solo con su ausencia de un par de meses había logrado cambiar todo lo que él recordaba.

La observó sentada y solo tras mirar bien, se percató de que se encontraba sosteniendo al cachorro que habían encontrado abandonado. La híbrida que acompañaba a Cho-Hee y la nombrada se giraron hacia él.

—¿Tú sabes algo de la familia de este cachorro? —se dirigió a la híbrida.

—Ellos eran una pareja joven, no llevaban mucho tiempo juntos, pero se notaba que se querían —comenzó su explicación—. Cuando se enteraron de que iban a tener un hijo se fueron de aquí, dejaron todo atrás por su cachorro... Lástimamente cometieron un error, en el bosque unos cazadores lo encontraron y su final llegó ahí. El cachorro fue localizado, pero por temor a que nos pudieran hacer más daño, nadie se atrevió a ir en su búsqueda. Algunos incluso dijeron que probablemente el pequeño había tenido que pasar por lo mismo que sus papás.

El contraste de las diferentes explicaciones les sorprendió demasiado, entre sí eran versiones muy alejadas una de la otra. Lo único que compartían era que el cachorro había quedado solo en ambas.

—¿El pequeño tiene más familiares aquí? —preguntó con curiosidad Cho-Hee. La híbrida le miró con lástima.

—Sí tiene, pero dejarlo a su cuidado sería una estupidez. Nadie quiere al hijo de alguien que se reveló, sufriría mucho al cuidado de alguien que siente rencor. Todos están muy sensibles, ya nadie sabe qué creer.

Cho-Hee miró a Jin dulcemente, regalándole un corta sonrisa para luego regresar su vista al cachorro que se encontraba dormido.

¿Acaso Jin estaría en el mismo lugar que el pequeño?

—Bueno, si así está la situación actual, hay que hacer algo al respecto —comentó el híbrido. Avanzó dando cortos pasos hasta estar al lado de Cho-Hee. Puso su manos en los hombros de la humana y dio suaves caricias— ¿Tienes alguna idea, Cho?

Un tanto preocupada mantuvo sus ojos fijos sobre el cachorro, intentando encontrar la solución al problema que se les había presentado. Analizó la situación y las posibles soluciones hasta que halló una que fue la que le pareció la más correcta. Estaba nerviosa por decirla, pero viendo que aquel podía ser el camino más acertado, reunió un poco de valentía para exponer lo que pensaba.

—Puede que sea muy osado de mi parte decir esto, pero opino que el cachorro se podría ir con nosotros. Si aquí solo va a sufrir, prefiero ahorrarle malos momentos a un ser tan pequeño que no tiene la culpa de nada. ¿Tú... qué opinas, Jin?

Los ojos del híbrido brillaron a no más poder, aquella idea más que gustarle le había fascinado. Cho-Hee y él cuidando de un cachorro sonaba espectacular. Todo le sonaba tan irreal... pero viendo que eso lo había dicho la humana en la realidad y no en una de sus fantasías era simplemente indescriptible.

—S-suena bien —dijo nervioso, quería que alguien le diera una bofetada para que viera que en verdad no era un sueño—. Aunque, ¿estás segura? ¿No tienes problemas con ello? —un poco asustado preguntó. Estaba pensando demasiado en él mismo al decir que la idea le gustaba, pero sabía que Cho-Hee lo podía decir porque era una gran persona, y no se quería aprovechar de su bondad.

—Tal vez no segura totalmente, pero no tengo problemas con ello. Ya te ayudé a ti, no creo que un híbrido más en mi hogar pueda ser un problema —le comentó con dulzura, posando su mano sobre la de SeokJin—. Él no ha hecho nada malo, no merece pagar por algo que ni siquiera es consciente.

La híbrida que presenciaba la escena se mantuvo mirándolos sin expresión alguna. Era difícil creer que una relación entre un humano y un híbrido pudiera ser tan natural como aparentaban ellos dos. Se veían con los mismos ojos, con tanto cariño... Era algo que nunca en su vida había visto y tampoco pensaba ver, pero ahí estaba.

—Tienes razón —sentenció el híbrido—. Supongo que ya con esta decisión tomada nos deberíamos ir antes de que alguien más nos descubra —feliz sonrió en dirección al pequeño híbrido. Esperó a que Cho-Hee se pusiera de pie y mientas tanto se dirigió a la híbrida—. Por favor dile a Jisoo que cuide de nuestro padre, ya es hora de irnos y no creo que la pueda ver antes de partir —la híbrida asintió en silencio.

Con todo el asunto resuelto, caminaron hasta llegar a las escaleras que le conducían al camino por el cual habían venido. El pequeño híbrido aún seguía durmiendo así que no les era difícil llevarlo. Jin acomodó todo lo que llevaban, encendió la linterna y, sin más, comenzaron a caminar.

—Pensé que estaríamos más tiempo —comentó la humana. Aunque de todas formas se sintió aliviada de que no hubiera sido así. El padre de Jin escondía algo, ella estaba segura de ello.

—Yo igual, pero las cosas fueron así y prefiero no quejarme. Ya vi a mi hermana y padre, están bien y eso me basta para estar tranquilo. Ahora es momento de que comience a preocuparme por mi vida, ¿no lo crees?

—Bueno, en eso tienes razón. Creo que ahora prácticamente somos como ¿padres? —rio suavemente al procesar sus últimas palabras.

—Así es —afirmó, tomando con delicadeza una de las manos de la chica para luego llevarla hasta sus labios y depositar un tierno beso— ¿Sabes? En verdad nunca pensé que terminaría así, pero más que quejarme, me siento agradecido. Haberte conocido fue un regalo de la naturaleza y llegar a esta instancia es un sueño. Eres... lo mejor que me ha pasado. Gracias por estar aquí conmigo —agregó sonriéndole con sinceridad—. Desde ahora en adelante solo quiero ser feliz, y estar contigo me llena de felicidad. Así que no esperes que este tonto se aleje de ti, y menos ahora que tengo otra razón para estar a tu lado —finalizó acariciando con su pulgar el dorso de la mano de Cho-Hee, y seguido a ello el suave pelaje del cachorrito.

Ambos estaban seguros de que de ahí en adelante la vida los trataría bien. Una pena fue que no todos quisieran lo mismo que ellos.

• • •

—Siganlos y estén atentos a todo lo que hagan. Si los llegan a descubrir, den por hecho que será mejor que busquen otra parte donde vivir, porque aquí yo no acepto traicioneros ni seres que siguen el camino incorrecto, ¿me oyen? —una voz autoritaria resonó entre las paredes del salón. Los híbridos llamados se retiraron dejando al tipo gruñón solo—. No permitiré por nada del mundo que le hagan algo malo a SeokJin... Pero, ¿qué harías tú si estuvieras aquí, amor? Estarías de acuerdo con mi decisión, ¿cierto?

El retrato entre sus manos estaba intacto, y el padre de Seokjin bajó la mirada sintiendo que lo que hacía era lo correcto.

22/11/22