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oneshot siete (es)

vi esta idea en el twitter de @lisboade_k y tomé la
libertad de inspirarme para escribir esto

espero que disfruten mi libido mental jaja, -Maggie

para a larissa.

Raquel deja las llaves en una mesa después de regresar del cole de Paula. Marivi estaba teniendo una terapia experimental con su amiga, algo que Raquel piensa que son solo las dos y más algunas otras mujeres de la isla cotilleando.

Ella va a buscar a Sergio y una sonrisa cariñosa se apodera de su expresión cuando lo encuentra en la oficina muy concentrado en su tablero de ajedrez.

Le toma unos minutos más reconocer su presencia, cuando levanta la vista y ve a Raquel inclinada en el marco de la puerta.

"Hola." Él sonríe amorosamente y se ajusta las gafas.

Raquel entra y le da un beso rápido pero profundo.

"Hola." Casi se distrae con la sensación de su mano en su espalda. El fantasma de su toque siempre deslumbra sus sentidos, sin embargo, habían pasado casi dos años.

"Hm ... café." La besa de nuevo para saborearlo y ella no puede evitar reírse contra su boca.

"¿De qué otra manera quieres que aguente todo el día?" Ella le da otro beso. "Te dejaré con tu juego ahora".

"Estaba apenas practicando algunos movimientos". Raquel lo mira preguntándose si él se siente solo por no tener a alguien con quien jugar.

Luego decide que intentar no le haría daño, y que felizmente haría cualquier cosa por él.

"¿Crees que puedes enseñarme?"

Sergio se ríe inofensivamente y le dice que se siente a su lado.

"¿Cómo jugar al ajedrez?"

"¿Por qué no?" Ella pregunta inocentemente, agarrando un lápiz onde envolve su cabello.

Sergio está obviamente entusiasmado con la idea. Está en su naturaleza sentirse entusiasmado por enseñar cosas a otros. No era el profesor sin ninguna razón. Y la idea de enseñarle solo a Raquel lo excitaba mucho.

"¿Alguna vez has jugado ajedrez en tu vida?"

Raquel cruza las piernas y mira el tablero por unos segundos.

"Sé que las torres pueden ir en ambos sentidos".

Él se levanta, se para detrás de ella y una sonrisa se hace cargo de sus rasgos antes de comenzar su lección. "Bueno, antes que nada es un juego de estrategia. Como debes saber, el punto es entregar un jaque mate atrapando al rey de tu oponente. El término jaque mate proviene de una alteración de la frase persa 'Shah Mat' que en realidad significa que 'el rey esta en una emboscada' y no ' el rey está muerto' como mucha gente piensa. "

Raquel no puede contener su sonrisa. Por supuesto, Sergio sabría algo así.

"Ahora comencemos por decirte de qué manera se mueven las piezas". Él apoya una mano sobre su hombro y luego se inclina sobre ella para agarrar una pieza negra. Raquel se siente realmente desconcentrada pero no deja que se vea. "Los peones se pueden mover dos casillas en la primera jugada, y luego una casilla desde allí. No pueden moverse hacia atrás y son las únicas piezas que capturan a sus enemigos de una manera diferente que caminan. Aquí déjenme mostrarte."

Su pecho se inclina hacia su espalda mientras ejemplifica el movimiento.

Luego le muestra los movimientos de las otras piezas y ella jura que intenta prestar atención a lo que él está diciendo. Pero cada vez que él habla, ella solo se confunde más.

Él regresa a su lugar frente a ella y Raquel quiere quejarse de la falta de contacto.

"Ahora probemos. La práctica hace la perfección".

Ella no quiere admitir que no entendió casi nada de lo que él acaba de explicarle. Además, ella se siente increíblemente molesta por su voz autoritaria y la forma en que él la seguía tocando.

Sergio la deja comenzar y en los primeros movimientos ella intenta hacer lo que él le había dicho. Pero luego él hace un movimiento extraño y Raquel puede jurar que no le enseñó eso.

"¿Qué mierda ha sido eso?" Sergio se da cuenta de que ella se está frustrando. Entonces sonríe con calma.

"Ese fue un nuevo movimiento. Se llama enroque y solo se puede hacer con el rey y la torre".

"¿Y cómo coño se suponía que yo supiera eso?" Ella pregunta haciendo pucheros. Sergio se encanta.

"Nueva regla. Siempre espera lo inesperado".

Raquel no le iba a dar el placer de verla estresada por un juego.

"Muy bien." Ella se encoge de hombros y mueve su peón, sin mostrarse afectada. Dos pueden jugar ese juego.

Sergio se ajusta las gafas y rápidamente captura otra de sus piezas. Estaba en su primer elemento y estaba disfrutando demasiado de todo esto.

Entonces, cuando Raquel encuentra una abertura, se asegura de mover a su reina peligrosamente cerca del rey de Sergio, teniendo que levantarse e inclinar su trasero hacia arriba para llegar al otro lado del tablero.

"¿Es ahora el momento de decir Jaque?" Ella susurra, mucho más cerca de lo necesario a su rostro y sonríe.

Él echa un vistazo al tablero, intentando no distraerse y le da una sonrisa a cambio.

"Sí, pero para mí". Ella mira debajo de ella para verlo acorralar a su rey con su Alfil. "Mate."

"¿Qué?" Ella mira el tablero con incredulidad, dejándose caer nuevamente en la silla. ¿Cómo habia dejado que pasara eso?

Estaba consciente de que obviamente no podía vencerlo, pero también sabía que él lo estaba a facilitar para ella. Entonces, el hecho de que hubiera perdido ese detalle la vuelve loca.

"¿Quizás podamos jugar de nuevo?" Él pregunta cuándo ve la tensión acumulada en su expression.

Sergio se levanta antes de que ella pueda responder.

"Mira, el truco es nunca bajar la guardia".

Sergio vuelve a su posición de enseñamentos detrás de ella y comienza a mover sus piezas.

"¿Qué estás haciendo?"

"Esto fue cuando la cagaste. No deberías haber movido este peón ni a la reina después porque dejaste a tu rey sin protección. Nunca dejes que tu oponente se aproveche de ti, Raquel".

Raquel se siente increíblemente frustrada. No solo por su distracción hacia el juego, sino también por cómo la voz ronca de Sergio hizo contacto con su cuello.

Se da cuenta de que estaba cerrando la mano con fuerza cuando la mano suave de Sergio se desliza sobre la de ella.

Él la rodea y empuja su silla un poco para poder arrodillarse frente a ella.

"Creo que fueron aprendizajes suficientes por hoy." Afirma normalmente antes de hacer chocar sus bocas. Él segura su cabeza entre sus manos como siempre lo hace, como si ella fuera un hermoso diamante frágil que merece ser adorado.

Una de las cosas que siempre sorprenderá a Sergio es cómo Raquel es realmente capaz de realizar múltiples tareas. Siempre deja que ella desabotone su camisa casual al mismo tiempo que su beso se intensifica furiosamente.

Sus lenguas no tardan en comenzar a luchar en la boca del otro como si pertienceran allí.

Su camisa ya no está en su cuerpo y las manos de Raquel viajan sobre su torso. A ella le encanta que él no sea demasiado musculoso pero que aún le gusta entrenar. Él dice que es genial para limpiar tu aura.

Sergio se aleja para poder quitarle la camisa. Él aplaude internamente cuando la ve usando su sujetador negro favorito.

"¿Quién diría que eras un estudiante tan complicada?" Casualmente hace lo chiste y ella le regala una mirada mortal de la que él se atreve a reír.

Sergio debería saber mejor que provocar a Raquel cuando ya está enfadada.

De repente se levanta de la silla, logrando derribar a Sergio en el suelo y recostándose sobre él, con orgullo le muestra que es su mejor estudiante. "En primer lugar, nunca bajes la guardia."

Raquel le quita las gafas y las coloca cuidadosamente sobre el tablero de ajedrez, derribando algunas piezas en el proceso.

Él la mira expectante, mientras ella se quita el sujetador. Nunca entenderá cómo lo hace ella tan fácilmente.

Raquel se baja, haciendo con que sus pezones duros toquen a su pecho desnudo, lo que claramente ayuda a la creciente erección debajo de ella. Él levanta la cabeza para besarla, pero ella no lo deja.

"Segunda regla, nunca dejes que tu oponente se aproveche de ti." Ella dice muy cerca de sus labios, poseyendo una expresión burlona sin precio que lo hace gemir de frustración. Ella planta un beso en la esquina de su boca.

La mayoría de la gente esperaría que, siendo ambos un poco fanáticos del control, Sergio y Raquel no serían una buena combinación. Pero habían aprendido juntos cómo soltar las riendas de vez en cuando para que el otro se sintiera lo suficientemente cómodo.

Sus manos corren por su pecho y su boca viaja a su clavícula. Entonces sus besos húmedos atraviesan el camino de sus manos.

A Sergio le parece increíble cómo Raquel siempre logra ponerlo nervioso en un segundo. Ella es obviamente buena en eso. Y el hecho de que ella sea la mujer más hermosa del mundo para Sergio también ayuda.

Raquel deja de besarlo para que pueda quitarse sus propios pantalones y mientras la tiene allí desnuda, Sergio bendice todos los tableros de ajedrez del mundo.

Sergio frunce el ceño cuando ella deja de estar encima de él. Ella no lo dejaría allí así, ¿verdad?

Él levanta la cabeza para ver su posición a su lado con una sonrisa.

"Falta una regla, profesor".

"Entiendo lo que quieres decir. Aprendes muy rápido." Sergio asiente desesperadamente con una mirada suplicante.

"¿Cuál es la regla?" Raquel lo mira fijamente a los ojos, manteniendo una expresión directa y seductora. Ella empuja sus pantalones ligeramente hacia abajo y la polla de Sergio podría haber explotado allí.

"Espera siempre lo inesperado." Él susurra cuando ella lo lleva a su boca.

Sergio tiene todos los pelos en punta.

Su lengua cálida que contrasta con el frío del piso de madera debajo de él vuelve todos sus sentidos locos.

Ella echa la cabeza hacia atrás, disfrutando de su tiempo dejando que su lengua se familiarice con su miembro nuevamente.

A esta altura ella ya sabe lo que lo excita y lo que no. Entonces, cuando se detiene en la punta y se toma su tiempo para burlarse de ella, sabe que él está sintiendo una inmensa ola de placer.

Su mano descansa sobre la base de su polla, esperando el momento adecuado para comenzar a moverse.

Llega el momento cuando él gime y ella levanta la vista para verlo cerrar los ojos.

Él está completamente en sus manos ahora, literalmente.

Los dientes de Raquel rondan suavemente su longitud, mostrando que obviamente ella tiene experiencia. De lo contrario, eso podría haber salido increíblemente mal.

Sus dedos suaves se burlan de sus pelotas antes de agarrarlas suavemente.

Desde donde está Sergio, Raquel chupando su virilidad es una vista que viene del cielo.

Luego, sin previo aviso, ella lo toma por completo, ahogandose ligeramente, lo que hace con que su corazón falle un latido. Joder, esa mujer sería el final de él.

Sus movimientos hacia arriba y hacia abajo ganan un ritmo constante, una de sus manos mano está en su muslo ayudandola a mantener el equilibrio y la otra está tomando lo que su boca no puede.

Ella lo toma por completo una última vez antes de que la mano de Sergio se enrolle alrededor de su cabello y se la tire.

Ella solo puede pensar en lo caliente que fue. Es bueno tener algunos recuerdos agradables asociados con alguien tirando de su cabello.

"Por favor, ponte encima de mí". El esta sin aliento. Sergio está a su merced y no puede quejarse. Tampoco querería hacerlo. Él confía en ella por completo.

Raquel no podía creer que estaba a punto de follarlo en medio del piso de la oficina. Eso seguramente era una primera vez para ellos.

Ella se lame los labios, volviendo a su posición inicial, flotando sobre él.

"¿Sabes que?" Ella pregunta bajando lentamente sobre su pene completamente erecto. Ella abre la boca, dejando escapar un jadeo delicioso que Sergio quiere apreciar para siempre. "Quizás el ajedrez no sea así tan difícil".

Sergio se sienta para encontrarse con su cuerpo y suspira de placer.

Si hay algo que ama en esta vida es estar dentro de Raquel. Y cuando se miran el uno al otro, nada más existe.

Es la experiencia más íntima que cualquiera de ellos habia tenido. Aún que cada momento sea íntimo con ellos.

Cada vez que intercambian una mirada anhelante, Raquel jura que estaría dispuesta a perderse en Sergio una y otra vez. Y cada vez que Sergio ve su fascinante sonrisa llena de significado, jura que cree que los ángeles son reales. ¿Por qué más iba a entrar en su vida cuando más la necesitaba?

"No sé, a mi me parece que tienes algunas dificultades." Él murmura con su voz ronca contra su boca. Aún así, no se besan. Pero sus labios están tan peligrosamente cerca. Como dos oponentes que tienen que tener mucho cuidado para no perder el juego. Pero aún necesitan capturar la pieza del enemigo.

Raquel se mueve contra él, sus brazos usan sus hombros como apoyo.

Sergio le sostiene la cintura para ayudarla su ritmo.

"¿Ah si?" Ella toma su labio inferior entre sus dientes al mismo tiempo que sus paredes se apretaron alrededor de él, haciéndolo gemir profundamente.

Una de sus manos se mueve hacia su trasero y lo aperta con fuerza.

"Quiero decir, obviamente tienes ..." Ella toma su longitud completa, cesando sus movimientos contra sus huevos y ambos sienten que han perdido el aliento. "... tus movimientos. Joder, Raquel".

Sus frentes se juntan y un suspiro compartido llena el aire.

"Un día, te voy a vencer." Ella sonríe, moviéndose arriba y abajo de su polla. Ninguno de ellos está realmente concentrado en lo que sus palabras podrían significar. Pero ellos están disfrutando de las bromas provocativas.

"No creo que puedas vencerme en mi propio juego, mi amor". Sergio se ríe decidiendo finalmente presionar sus dedos contra su clítoris. Está intentando durar lo más que puede, pero sabe que Raquel también estaba cachonda antes de esto. Él también toma uno de sus pezones en su boca, haciéndola gemir con sorpresa.

Mantiene sus movimientos circulares con una mano, mientras la otra la sujeta por la espalda.

No está seguro si el clima está demasiado sofocante hoy o si es solo la emoción lo que le hace sudar la frente. Aún así, él la ayuda a abrochar sus movimientos cuando la siente apretar sus muslos más juntos.

Raquel empuja su pecho hacia abajo, para que puedan terminar de una manera más cómoda.

La posición diferente hace que su miembro vaya dentro de ella con un tipo diferente de intimidad que lo ayuda a ser llevado por su orgasmo.

Raquel se mueve algunas veces más hasta que siente que un orgasmo la alcanza. Cada orgasmo que Sergio le da simplemente deja sin aliento a su sistema. Ella no lo entiende.

"Entonces ..." Sergio todavía respira con dificultad mientras habla, desviando un poco de cabello de Raquel de su cara. "Eso fue algo más, no?"

Ella está acostada sobre él, recuperando sus fuerzaa, sonriendo contra su clavícula.

"Hm ... digamos que el juego no es así tan malo".

Comparten una risa amorosa, porque esto son ellos. Aprendiendo a hacer estas cosas juntos, paso a paso. Incluso si es solo para aprender a jugar ajedrez.

Porque el ajedrez pode ser un juego de estrategia. Pero incluso si todo el mundo supiera cómo jugar, cuando Raquel y Sergio estaban juntos, sentían que podían ganar cualquier partida. Al fin y al cabo todos sus movimientos tenian algo de inesperado.

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