𝟔| 𝐋𝐚 𝐩𝐫𝐨𝐭𝐞𝐠𝐢𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐫𝐞𝐢𝐧𝐚
Odiaba haber confesado uno de mis más grandes secretos a la chica a la que me había dedicado a intentar demostrarle que yo siempre ganaba. Ahora, con la manta —que recuerdo que la chica dejó sobre mí— y un dolor enorme de cabeza, me puse de pie, pero antes de lograr huir fui atrapado por mi madre.
—¿Anthony? —preguntó confundida —. ¿Qué haces aquí? Pensé que te habías ido a visitar a la soprano.
Solo rasqué mi nuca nervioso al pensar en ser atrapado, no quería que mi madre supiera que la razón por la que me quedé en la casa Bridgerton fue por la compañía de cierta pelirroja hasta altas horas de la noche. Al parecer fracasé porque mi madre pegó un gran chillido.
—Te quedaste por nuestra dulce Addy —dijo feliz —. No sabes lo feliz que me haces, al fin asentaras cabeza y declaras tu amor por Adeline.
Aunque quise negarlo, no pude, porque era la verdad.
🎩
Cuando vi a la pelirroja entrar al comedor con su cabello vuelto un nido de pájaros, solo pude pensar en que sin duda alguna se veía muy tierna. Si bien la chica Featherington no era mi persona favorita, no pasaba por alto que era hermosa. El recuerdo de su cuerpo, siendo revelado por la blanca tela mojada, únicamente hacía que mis más oscuros deseos se despertaran.
Comíamos pacíficamente hasta que mi madre mencionó algo que por alguna rara forma logró hacer que me enojara. Mis ojos podían ver como la chica escapaba de mi hogar, pero mi mente solamente podía ver la imagen de Simon Basset recorriendo el cuerpo de la chica. Sin decir nada, me puse de pie dispuesto a irme al club de caballeros en busca del duque.
—Escuché que esa chica no es pura —comentó uno de los hombres en la puerta.
—Sí, no creo que valga la pena hacernos cargo de una mujer que ya ha sido desgraciada —dijo otro.
—Adeline Featherington es toda una vergüenza —concordó su amigo.
Escuchar el nombre de la chica saliendo de los labios de ese hombre hizo que no pudiera detenerme y estrellara mi puño contra su rostro. Como podía este hombre hablar así de una dama, él no tenía ese derecho.
Querida Didi
Espero que estés pasándola de lo mejor en esta temporada. Sé que tus encantos harán que más de un hombre esté a tus pies, pero solo aquel que sepa ser un verdadero genio entenderá que tu inteligencia y fuerza de voluntad son tu mejor atractivo. Eres sin duda la joya más preciosa, no solo por tu encanto, sino por tu inteligencia. Te extraño como no tienes idea, las cosas por aquí no son tan divertidas sin tus comentarios y órdenes hacia todos. Espero muy pronto poder verte, pero hasta entonces, he decidió darte un regalo esperando que te guste. Siempre supe que serias alguien que cambiaria el mundo de una manera radical, Adeline Featherington eres como un huracán que nadie puede parar, y es por eso que se que demostraras siempre tu potencial al máximo. Sabiendo muy bien que te encanta lo nuevo y liberal, he decidido obsequiarte esta prenda que al verla solo pude pensar en ti usándolo con esa sonrisa con suficiencia sin importarte nada. No olvides que eres brillante, hermosa y sobre todo poderosa.
Con todo su cariño y afecto,
Tu mejor amigo Drichi.
Con una sonrisa en mi rostro abrí la caja que venía con la carta. Dentro de esta se encontraba un hermoso pantalón color crema, era hermoso, se vía que era diseñado para una mujer por la forma en que se amoldaba en la parte de las caderas y cintura. Dentro de aquella caja se encontraba una nota que decía que esperaba que disfrute de deslumbrar a todos con la nueva moda Parisina.
—Él sí que sabe darte regalos —exclamó mi primo.
Luego del incidente fui a mi habitación, no sin antes recibir una disculpa de mi madre y un fuerte abrazo de cada uno de los integrantes de mi familia.
—Sí, Drichi, es el mejor —dije sonriente tendiendo el regalo en la cama.
Theo puso su mano en el pecho, pareciendo exageradamente ofendido.
—Te daré una camisa —respondió poniéndose de pie.
—¿Cómo... —no pude terminar de hablar porque me interrumpió.
—Te conozco, Addy. Nadie puede pararte nunca, sé que piensas en que la sociedad y sus escándalos pueden irse a la mierda.
Reí.
—Exacto, ya estoy en la boca de todos, una cosa más no hará daño a nadie.
Una sonrisa maquiavélica se formó en mi rostro. Esto se saldría de control, y eso me encantaba.
🎩
Mi madre había tenido que agarrase de la mesa para no caer desmayada al ver mi ropa. Mi padre, él, solo me miró con asombro para luego dejar un beso en mi frente con una sonrisa. Mis hermanas no paraban de decir que aunque era extraño verme vestida de esa forma, me veía muy hermosa. Cosa que agradecí a cada una de esas pequeñas. Marina fue otro caso, ella no paraba de mirarme de manera despectiva, causando que mi primo y yo le lanzáramos una mirada mortífera, sabía que esta ropa no sería del agrado de muchos. Claro que no esperábamos que Prudence le lanzara su té encima para que se largara.
—No mires de esa manera a mi hermana —le reclamó Philippa a la morena mirándola seria.
Penelope agachó la cabeza sin buscar pelea, pero pude ver esa sonrisa ladina en su rostro.
—No creo que la reina acepte tomar el té contigo luego de ese escándalo —dijo mi madre —. Y si llega a ver tu atuendo le dará un infarto.
—Yo creo que Addy se ve espectacular —exclamó Pen.
Mi ropa era conformada por el pantalón que me había regalado Drichi, una camisa negra de Theo con los primeros botones abiertos, mis botas de caza y mi cabello estaba recogido en un moño a la mitad.
Antes de que pudiéramos decir algo más, un carruaje real se estacionó fuera de casa.
—La señorita Adeline Featherington ha sido solicitada —expresó un hombre al abrir la puerta.
Salí despidiéndome de todos y al estar caminando hacia el carruaje, fui detenida por la imagen de la reina bajando de este. Cuando estuvo a mi lado me abrazó delicadamente y dejó un beso en mi frente, les dedicó una mirada seria a todos aquellos que nos observaban y nos subió al carruaje.
🎩
—Sí que sabes como causar un revuelo —dijo la reina mientras tomábamos el té.
—Tía C, yo no sé que carajos les importa a esos entrometidos —espeté haciéndola reír —. Es mi vida, no la suya.
—Es cierto, querida. Debo suponer que ese atuendo es obra de él, ¿verdad?
Asentí con una sonrisa.
—Lo extraño, él haría que esto fuera más fácil.
—Nadie volverá a juzgarte, cariño, les dejé claro que la corona te respalda. Eres mi protegida, Addy.
🎩
Querido lector
Esta autora no se guarda absolutamente nada, es por eso que creo que a todos nos interesará saber que el vizconde Bridgerton ha atacado como todo un salvaje a dos hombres en el club de caballeros, mis fuentes dicen que fue por defender el honor de nuestra pelirroja favorita. Claro que luego fue en busca del duque y ambos compartieron un duelo a puños. Por otro lado, puedo decir que tuvimos dos sorpresas más. La reina no le dio la espalda a la señorita Adeline Featherington, como todos creíamos, sino que nos mostró a todos que aquella debutante se había convertido en la protegida de la reina. Adeline Featherington ha venido a causar revuelo, nadie esperaba ver a la chica portar un pantalón mientras se dirigía al castillo.
¿Qué sorpresas más nos traerá esta temporada?
Solo el destino y esta autora lo dirán.
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