No creía en el amor.

Hasta que se dio cuenta que estaba cambiando de realidad por el.

La vida lo había golpeado tantas veces, algunos días lo único que quería era poder estar en cama todo el día, siendo abrazado y mimado por alguien. Pero cuando regresaba en sí, se daba cuánta que la alarma estaba sonando a su lado, y no había un brazo que rodeará su cintura.

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Harry se consideraba una persona romántica y soñadora desde niño, el recuerda que cuando iban en el carro después de haber visto una película en el  cine, le gustaba imaginar que el era el protagonista; luchando contra villanos o bailando bajo la lluvia. Amaba los libros y aunque podía leer de todo, tenía una fascinación por los libros de amor con finales felices (por más cliché que fuera eso).

Cuando era un adolescente, se imaginaba de grande con una pequeña familia, el tendría una florería y su pareja se dedicaría a algo similar, o a lo que deseará. Vivirían en una pequeña casa de campo, y en las noches se sentirían juntos frente al fuego, o en el jardín para ver las estrellas.

Tristemente eso no fue lo que pasó.

Con sus 22, Harry se encontraba en Londres, trabajando en la cafetería de su amigo Zayn, a la cual iba tarde.

Mierda.

Zayn iba a matarlo.

"Lo siento, lo siento. No escuché el despertador"- Dijo tropezando con una caja mientras luchaba para quitarse su bufanda.

"Mierda Harry, llevas dos semanas con lo mismo, se que amas tu cama pero por lo menos llega a tiempo un día joder"- le empujo el delantal y lo llevo a la caja registradora.

"Bueno, pero ya estoy aquí, ¿No estás feliz de ver mi bella cara Z?"-  le regaló una gran sonrisa mientras empezaba a atender a una señora que acababa de llegar.

"Debes dejar de soñar tanto"- le dijo mientras se entraba a la cocina.

Y mierda, Harry sabía que tenía razón, pero no podía dejar de hacerlo, no era algo que el controlará (y aunque pudiera no querría dejar de hacerlo).
Pues siempre se encontraba extrañando a algo o alguien que no conocía.

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Llevaba teniendo un sueño raro por semanas, no recordaba mucho de el, pero recordaba algunos detalles:

1.- Estaba en un pequeño lago.
2.- Había una manta en el piso y tenía un poco de comida.
3.- En la orilla del lago había un hombre, del cuál solo podía ver su espalda y cabello castaño.
4.- El tenía una caja con un anillo de compromiso dentro de ella.

Después de ver el anillo siempre despertaba, con el corazón acelerado, nervioso y con muchas preguntas. Lo raro es que se sentía intranquilo, pero no por el sueño como tal, si no por no saber que pasaba después...

Por no poder ver el rostro del hombre.

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Ese día estaba siendo demasiado raro si le preguntaban a Harry.

Después de haber tenido el mismo sueño, se apresuró a arreglarse para ir al trabajo, pero se sentía mareado, sentía cosquillas en todo su cuerpo. Era una sensación demasiado rara, pero agradable.

Y todo su día fue tan raro, todo le fue sorprendentemente bien, Zayn no dijo nada por su retrasó, no lo regaño cuando casi tira un café sobre una señora tras sentir como si se estuviera cayendo en el vacío (por suerte la mujer lo tomo con gracia), o como su cuerpo tenía pequeños espamos (cosa que le provocó un buen golpe en el nervio del codo y auch).

Al llegar a su departamento se dio cuenta de que estaba cansado, muy cansado, tanto física como mentalmente y aunque intento mantenerse despierto para cenar y ducharse, o al menos cambiarse, el sueño le venció y termino cayendo rendido en su cama.

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Y se dio cuenta que algo estaba mal esa mañana, ya que el sol le estaba dando directamente en su espalda, y eso era casi imposible por dos cosas:

1.- La cama de Harry no estaba cerca de la ventana como para que le pudiera dar el sol en su espalda.
2.- Y no recordaba haberse cambiado de ropa, mucho menos por unos shorts, estaban en diciembre.

No quería morir congelado.

Y cuando abrió los ojos se encontró aún más confundió y asustado. Puesto que no estaba en su departamento, claro está.

Y aunque admitía que el cuarto donde estaba era muy lindo; una cama matrimonial de madera en el centro de la habitación, dos buros rústicos a juego con el armario, un pequeño escritorio repleto de libros, hojas y ese tipo de cosas; luces colgando al rededor del cuarto, un pequeño sillón al lado de la ventana, cortinas blancas y una colcha blanca, todo se veía muy suave, muy cómodo.

No evito que entrara en pánico.

Y busco con que defenderse, estuvo a punto de tomar una guitarra que reposaba al lado del sillón, pero era muy bonita como para romperla, por lo que decidió tomar un termo de metal que estaba en el escritorio. Después de vaciar todo los pinceles que tenía dentro, lo tomo como si fuera un bate de béisbol, listo para atacar.

Se encontró con un pasillo con otras tres puertas más, para al final terminar en lo que era la sala, tenía que admitir que su secuestrador tenía un muy buen gusto en el decoración.

Pero no lo diría en voz alta.

Dio un pequeño brinco cuando escucho ruidos provenientes de la cocina, por lo que reafirmó el agarre en el termo, listo para defenderse del psicópata que estuviera ahí.

Y se sentía estúpido ya quien fuera que estuviera ahí tenía más cosas para defenderse y atacarlo.

Cuando atravesó la puerta que separaba la cocina no pudo evitar sentirse tremendamente confundió.

Enfrente de la estufa se encontraba un hombre de unos diez centímetros más bajo que el; descalzo, en unos shorts blancos al igual que el y con el pelo alborotado.

El hombrecito se dio vuelta, y Harry se congeló, aún con el termo en alto listo para golpear a alguien.

"Harry, ¿Que mierda estás haciendo?"- Dijo con una sonrisa en su boca - "¿Amenazas contra mi integridad física tan temprano?, Al menos déjame desayunar primero".

Y wow, el hombrecito era jodidamente hermoso; aún con su cabello alborotado por la cama, ojos azules hinchados y cansados aún por el sueño y con arruguitas en sus costados, labios pequeños pero hermosos, cintura marcada (con una pequeña barriguita), muslos algo gruesos y piel suave.

Parecía un ángel.

"¿Mi belleza te paralizó Styles?"- Le dijo con una sonrisa llena de satisfacción.

Y vino lo peor.

De la nada miles de recuerdos lo golpearon, haciéndole sentirse mareado, por lo cual termino sentándose en una de las sillas de la pequeña mesa de madera que estaba ahí.

"Hazz, cariño ¿Estás bien?"- El hombrecito (que ahora recordaba que de llamaba Louis) se veía muy preocupado.

Y recordó.

Se conocieron cuando tenían 6 y 8 años, sus madres se habían conocido en una pequeña cafetería (que ironía), y cuando descubrieron que las dos tenían a sus pequeños hijos, no dudaron en acordar una fecha para que se conocieran.

Y el resto fue historia.

Desde pequeños amigos que sin saberlo ya se estaban enamorando, adolescente con manos sudorosas y rostros sonrojados a una pareja de adultos que se amaban con locura.

Y lo recordaba todo muy bien.

Y estaba confundido, ya que era todo lo que había anhelado de niño.

Estaba enamorado de un extraño. Un extraño que conocía como la palma de su mano.

"¿Lou?"- pregunto aún mareado y confundido.

"Amor, ¿Seguro que estás bien?, Luces pálido.- Le dice mientras toma su rostro entre sus manos.

"Te extrañe tanto"- Dijo mientras lo abrazaba, y en verdad que lo hacía, y era jodidamente raro y real.

Y el hombrecito soltó una carcajada que le enamoro más- "¡Si estuve todo el día contigo!"- Exclamó entre risitas mientras sus arruguitas salían a la luz e intentaba tapar su boca con su manita.

Y Harry estaba un poco más enamorado de su hermoso desconocido.

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Después de pasar todo el día con Louis y conocer más cosas de el (que ya sabía antes de darse cuenta), cayó en cuenta que esto era todo lo que había estado soñando toda su vida, y que no quería dejarlo o olvidarlo.

Después de tomar un incómodo desayuno (o al menos de su parte), Louis decidió que saldrían a caminar y después irían a nadar en el pequeño lago que había por su casa.

Casa.

Un cálido sentimiento se alojó en su pecho, nunca había llamado a algún lugar así (bueno si a la casa de su madre, pero ustedes entienden el sentimiento).

A pesar de recién no-conocer a Louis, todo era muy fácil con el; era sarcástico pero amable, juguetón pero amoroso, y cada parte de sus cuerpos parecía encajar a la perfección.
Amaba mucho a Louis, entendía el porque se había enamorado de él, se complementaban, se entendían sin necesidad de palabras, y se amaban con locura.

Ya no se sentía incompleto, solo.

Y quería esto para el resto de su vida.

Después de todo, eso era lo que había soñado y anhelado desde que era un niño.

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Después de pasar un increíble día con Louis (se atreve a decir que el mejor de su vida), llegó el momento de ir a dormir.

Pero no quería.

Temía que ese fuera el mejor sueño de su vida, y no quería despertar.

Así que cuando estaban acostados el no quería decir adiós.

"Buenas noches ricitos. Te amo."-  Depósito un beso en sus labios.

"Te amo Louis, más de lo que puedes imaginar"- Y mierda, odiaba ser tan sensible.

"Lo se cariño, lo se, sabes que el sentimiento es mutuo"- Susurro mientras empezaba a quedarse dormido en sus brazos.

Y aunque Harry intento quedarse despierto, no pudo evitarlo, el peso sobre su cuerpo lo relajaba y calmaba demasiado.

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Y pasaron tres meses.

Tres meses en los cuales soñaba con Louis, su voz, sus ojos, la forma en que lo veía y en como se sentían sus abrazos y besos. Tres meses donde se sentía más solo que nunca, como un pequeño cachorro abandonado buscando su hogar.

Y todos lo notaban, pues el Harry feliz y sonriente ya no estaba.

Y Harry estaba tan triste, recordando a Louis, extrañandolo.

El día que despertó, se sintió frío, y con un gran vacío en el pecho.

La cama estaba vacía y fría, ho había ningún sol que le diera directamente en la espalda. No estaba las cosas suaves que adornaban su pequeña y cálida casa. Estaba en su departamento, en Londres, donde no era del todo cálido, todo era frío y gris, aún estaban en diciembre.

Y todo se oscureció para el.

Se sentía cansado, abrumado, solo y moría por un abrazo de Louis.

Investigo por semanas que podía ser lo que le sucedió, entre sus investigaciones se encontraban:

• Suelo lucido
• Un simple sueño
• Un cambio de realidad

Descartó los dos primeros, si bien podía ser un sueño lucido, no se sentía como tal, y un simple sueño no podía ser. Busco todo lo que pudo sobre el cambio de realidades, busco testimonios de personas, métodos y todo lo que tenía que saber de ello. Y llegó a algo que captó su atención por los siguientes meses.

Podía asentar su consciente en la realidad donde estaba Louis.

Básicamente su subconsciente y consiente se quedarían en la realidad donde estaba Louis, y en esta realidad se quedaría un "clon".

Y el quería eso.

Y tenía que empezar su plan, empezar a despedirse de esa realidad.

Aunque si bien sabía que podía regresar, el quería pasar toda su vida con Louis.

Y hablo con Zayn, y aunque al inicio pensó que se había fumado algo (lo que desató una charla de completa indignación por no haberle invitado), termino entendiendo.

Y claro que lo entendía.

El fue testigo de todas las veces que había estado triste, ya que lo rechazaban o de una u otra forma terminaban rompiéndole el corazón. Y si había alguien que lo amara completamente (aún si era de otra realidad), era libre de ir con el.
Zayn estaba un poco preocupado de que fuera raro con el clon, pero estarían bien.

Y se despidieron con un fuerte abrazo.
 
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Harry se sentía listo, después de la conversación de Zayn, mientras se iba a su departamento empezaron sus síntomas;  mareos, cosquilleos, cansancio y sentir que en cualquier momento caería al vacío.

Y cuando se acostó en su cama, estaba listo, se sentía en calma. Y pensó en Louis, su hermoso desconocido.

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Al despertar estaba en el lago, la manta estaba en el suelo con algo de comida y toallas por si querían nadar. Llevaba pantalones de tiro alto colo café claro y una camisa blanca con los primeros botones desabrochados, y Louis estaba vestido de una manera muy similar, solo que tenía tirantes y pantalón café oscuro.

Louis estaba parado en la orilla del lago, disfrutando la vista, por lo cual solo podía ver si espalda y cabello castaño alborotado por la brisa.

Y cuando volteo a ver su mano se encontró con una pequeña caja con un hermosos anillo de compromiso dentro.

Y tuvo un deja vu.

Era el, su hombrecito, su Louis.

"¿Vienes ricitos?- Le dijo con la misma sonrisa que lo enamoro cuando eran niños.

Y estaba en casa.

En su realidad.

Su única realidad.

Fin.

Espero que les gustará tanto como a mí, está es la historia más larga que he escrito hasta el momento con 2240 palabras, está historia es muy especial para mí y espero que les guste.

Besitos R. <3