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꧁C I N C O: ENTREGARSE (1/2)꧂


Advertencia. Contenido +18.
Sobre aviso no hay engaño.
Si no toleran, en serio, no lo lean xd

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El sonido de sus besos es el único ruido que se escucha en la pequeña habitación.

Él pasa suavemente la punta de su lengua por el labio inferior de Evie, quien gustosa, entre abre la boca para darle acceso.

En ese momento no importaba nada, ni nadie. En ese momento solo eran ellos dos, enlazados como si tratase de uno solo, concentrados en expresar sin palabras todo el deseo y anhelo que sentían por el otro.

Hades traza un camino de besos desde los labios de la muchacha hasta su clavícula, dándole un especial énfasis a su piel nívea del cuello. Algo nerviosa, Evie suelta uno que otro gemido que solo logran encender al hombre más de lo que ya está.

Él regresa a su boca nuevamente, descubriendo lo mucho que le gustaba besar y mordisquear sus labios. Ella apoya ambas manos en sus pecho, tomando material de tela entre sus dedos, cada rincón de su cuerpo ardiendo, por él, por su toque, por sus caricias.

Los dedos habilidosos del Dios se deslizan por la piel de ella, desde su brazo, bajando lentamente, rozando con intención el seno de la chica. Sonríe por su reacción, pero no se detiene ahí. Continúa bajando hasta rodearla por detrás, empujándola contra él con la mano en su espalda, todo sin descuidar su boca ni por un segundo.

Era curioso para él la forma en la que todo se estaba desarrollando. Sin tanto problema, sin tanto drama, admirando la templanza y determinación de la chica.

Aún así... Hay algo que no lo deja disfrutar por completo lo que está pasando.

Hades retrocede a ciegas, con ella en brazos. Necesita apoyarse contra algo para poder continuar.

El sonido de un jarrón decorativo estrellándose en el suelo hace que ambos regresen en sí, fuera de aquella bruma de placer en la que se habían envuelto.

—¿Qué estamos haciendo?— murmura él.

Hades se aleja, un pequeño resquicio de remordimiento haciendo que se replantee la situación.

La mira. Evie tiene los labios rojos, hinchados por su beso, la respiración agitada, su pecho subiendo y bajando. El vestido que lleva puesto desacomodado un poco, su cabello hecho un desastre... Y aún así, viéndose aún más irresistible a sus ojos.

Evie trata de acercarse, pero él retrocede y se deja caer en el sillón. Usa sus manos para cubrir su rostro.

—Pensé que quería esto— suelta Evie.

—Eres la mejor amiga de mi hija— dice, no para ella, si no para él. Como si estuviera recordándolo—. ¿No te preocupa?

—No tiene por qué enterarse.

Dicho esto, Evie camina hasta quedar justo frente a él. Hades la mira con ojos entrecerrados. Ella lleva sus manos hasta el borde de su vestido, comenzando a deslizarlo hacia arriba, aguantando respiración, sintiéndose osada, como muy pocas veces. Así continúa, hasta que lo saca por completo.

Al quedar en ropa interior frente a él, toma más confianza al notar la mirada del Dios, recorriendo cada rincón de su cuerpo, haciéndola sentir deseada.

—No dude más. ¿No quiere esto... A mí?

—No tienes una jodida idea— responde, su voz aún más ronca por la excitación.

Hades estira una mano. Evie sonríe, la toma, y avanza hasta llegar a él. Se sienta sobre sus piernas, Hades inmediatamente deslizando sus manos por toda la piel que tenía a la vista.

—No seré cuidadoso.

—No quiero que lo sea.

—Luego de esto— vuelve a besarla, aprisionando con sus dientes el labio inferior de Evie, arrancandole un gemido suave—, haremos como si nunca hubiera pasado. ¿De acuerdo?

Evie asiente sin protestar. También quiere eso.

—¿De acuerdo?— pregunta nuevamente, exigente, enredando los dedos en su cabello azul sedoso, tirando de él suavemente para obtener una respuesta.

—¡Sí!— accede ella.

Estar en esa circunstancia no se asemeja ni por asomo a sus sueños. Es muy mejor, se siente mucho mejor.

No le importaba en lo absoluto lo que pudiera suceder después.

Por fin cumpliría su más oscura fantasía. Su más oscuro anhelo.

—¿Quién diría que la pequeña manzanita sería tan... pervertida?

Evie sonríe sobre sus labios.

La expresión de Hades es inescrutable para ese punto. Se aproxima otra vez a los labios de ella y la besa apasionadamente, explorando su boca mientras deslizaba la mano por su cuerpo desnudo, cubiertos únicamente por dos prendas realmente diminutas. Decidió que el sostén era un estorbo y con manos ágiles lo quitó. Evie sintió su mano sobre su pecho, masajeando, pellizcando el pezón y no pudo evitar jadear y gemir en voz baja. Su tacto es tan agradable. Todo con él es agradable.

Él se apartó un poco de su boca, sin dejar de tocarla, para murmurar una sola palabra que la enviaría al borde de la locura.

Evie.

Solo fue su nombre, pero la manera en la que lo dijo hizo que las sensaciones en su cuerpo incrementaran.

Se sentía tan húmeda y apenas comenzaba. Con nadie se había sentido de esa forma antes. Hades sabe justamente dónde y cómo tocar.

Ella gimotea, se siente mareada, queriendo más y más.

Hades sonrió al verla en ese estado. Bajo sus besos a su cuello de nuevo, chupando, saboreando su piel, deleitándose con su sabor.

—Oh mi Dios...— susurra ella cuando siente la lengua de Hades lamiendo su pezón.

El resbaló una y otra vez sus labios, jugando, chupando, volviendo cada vez más loca a su amante. Sin dejar de hacerlo, deslizó una mano por su cuerpo hasta llegar a su su intimidad, y haciendo la ropa interior a un lado comienza a deslizar sus dedos por su ya húmedo sexo.

Volvió a besarla para acallar sus ruidosos gemidos, gruñendo contra sus labios al sentir que se movía con ansias, pidiendo más.

Le gustaba tenerla así, totalmente bajo su control, ardiendo de deseo por él. Muy despacio roza con las yemas de los dedos su sexo una y otra vez y no puede esperar más. Ella tampoco.

Hades acercó los labios a su cuello, succionándolo sin contemplaciones y metió sus dedos dentro de ella lentamente.

Evie se quedó sin respiración al notar los dedos de él introduciéndose, moviéndose en su parte más íntima. Una sensación comenzó a crecer poco a poco dentro de ella. Una sensación muy intensa que jamás había experimentado de esa forma, e instintivamente, mueve las caderas.

Él cierra los ojos al oir el sonido tan provocativo de su voz. Al sentir su humedad, nota una caliente y dura erección dentro de sus pantalones y aumentq la presión en ella, estimulándola aún más. En aquel momento solo quería empujar profundamente en su interior hasta que ella gritara su nombre.

La húmeda y mojada intimidad de Evie se estremece y sus músculos se aprietan sobre los dedos de Hades que se hundían en ella, haciéndola convulsionar y gemir al experimentar ese inmenso placer.

Hasta que, finalmente, ella se viene, gritando y gimiendo tan alto que debe callarla con sus labios.

Evie jadea, recuperando las energías, sintiéndose insatisfecha. Quiere más. Lo quería a él. Completamente.

—Eso fue...

—Lo sé.

Hades toma su barbilla y besa sus labios, dejándola descansar un poco para lo que seguía a continuación.

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Uff. Honestamente me costó mucho escribir esto. Espero les haya gustado jsjsjs

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