Una Familia...
Lusty y Honey estaban en su hogar, Honey se encontraba mirando el techo con una cara apagada y deprimida, pudo escuchar como unas personas se acercaban a su cama, logró sentir como una de ellas se sentaba a su lado mientras otra le acariciaba el cabello.
— ¿Sucede algo, hijito? — Preguntó la mujer que tenía la cara mil veces más deprimida que la de su hijo.
— Mamá... Papá... — Soltó Honey temblando de tristeza y dolor, hasta unas lágrimas amenazaban en salír.
— Dinos, campeón — Permitió el demonio mientras seguía acariciando el cabello de su hijo.
— Quiero una familia real, no soporto que ustedes no puedan salir o ser vistos como antes. Solo están aquí por qué son unas almas en pena... — Dijo Honey dejando que unas lágrimas salgan de sus ojos.
Lo raro era que sus lágrimas no eran normales, si no salían lágrimas de oro, esas se deshacían volviéndose como un espejo cuando chocaba contra la tela de la cama.
— Hijo, sabemos que te duele pero sabes que tú madre y yo no podemos irnos sin saber que las personas que nos mataron estén muertas — Dijo el padre para dejar de acariciar el cabellos de su hijo.
— Tampoco podemos dejarte solo aún, todavía eres jóven, además de que mañana tienes que entrenar — Dijo su madre mientras lo arropaba.
— Mamá, ¿Puedes quedarte hasta que me duerma? — Le preguntó Honey mirando su madre.
— Está bien, pero recuerda que no podemos estar mucho tiempo visibles para ti y tu hermana — Respondió la madre para sentarse nuevamente en la cama.
El padre se pegó a la puerta, Honey le costó un poco ya que no quería que las falsas esperanzas de esperar que la vejez de esos asesinos llegará, él mismo deseaba manchar sus manos de la sangre las personas que le arrebataron la vida a sus padres, quienes ahora eran almas en pena deseando la muerte de esas personas. Aquellos pensamientos hicieron que se quedará dormido, pero en el último recuerdo de sus padres cuando estos aún conservaban su vida.
Era una hermosa tarde, él estaba en los brazos de su madre la cuál le estaba tarareando una canción de cuna para que logrará descansar, su esposo dejaba a la bebé que le costaba hablar, pero lo bueno es que ellos tenían el suficiente dinero para asegurar de que ella tuviera clases de señas, su hija nació con problemas de hablá, lo que significaba que tarde o temprano perdería la voz, y eso los preocupada bastante. Una vez que dejó a la bebé en la cuna, se dirigió a su esposa que seguía cantando a su hijo de 3 años.
— Amor, eres muy bonita cuando cantás... — Soltó el esposó junto un suspiro enamorado, se sentó al lado de su esposa para abrazarla desde la cintura.
— Medovyy con Honey aquí no, que tal si nos damos besos cuando se duerma... — Dijo la esposa con una sonrisa ligera.
— Ghost... — insisto Medovyy haciendo un puchero, esa acción hizo que la nombrada cayera enternecida, solo le dió un beso en la mejilla a su esposo.
— Está vida es más hermosa de lo que pensé... — Le dijo en el oído a su esposo al darle ese besó que le había dado.
Honey estaba adormecido, la voz de su madre y padre lo ayudaban a tranquilizarse, esa paz de familia fue interrumpida por los golpes bruscos de la puerta principal.
— ¡¡¡Al fin te encontré, Medovyy!!! — Gritó la voz de un joven con algo de remordimiento.
Ghost se asustó por eso, sabía que ese sujeto volvería con algo de ayuda, dejó a su hijo en manos de Medovyy que tomó a Honey y lo llevó a la habitación de su otra hija, lo metió dentro del armario con la bebé y los miró con una mirada preocupada.
— Apesar de todo el ruido que escuches, no salgas... — Afirmó Medovyy, su hijo mayor asintió confundido por la situación repentina.
La puerta principal la lograron abrir un demonio junto a otro con la cabeza de limón, Ghost los miró manteniendo sus poderes, las luces de la casa estaban apagadas, lo cuál hacía que su magia fuera más fuerte.
— Eres tú, maldita zorra. Devuélveme a mi novio — Dijo el joven muy enojado.
— Nunca irá contigo, Evolton. Él y yo somos tan felices como para arrebatar ésto — Dijo Ghost, al terminar su oración lanzó un ataque que fue suficientemente fuerte como para destrozar la pared que estaba detrás de Evolton.
Supo que él lo había esquivado, el otro demonio de cabeza de limón y tenebrosa sonrisa, se hizo parte de la oscuridad de esa casa, y sin previo aviso, atacó en el estómago a Ghost, que trató de aguantar el dolor, le cortó el brazo a ese monstruo que lo regentó cómo si nada. Sacó el brazo que utilizo para apuñalarla, lo cuál provocó que la sangre junto unos trozos de órganos se salieran de Ghost, que soltó unas lágrimas por un dolor inexplicable, Medovyy apuñaló al sujeto que lastimó a su esposa.
El demonio limón lo tomó por la espalda para tirarlo al piso junto a su esposa la cuál estaba soltando muchas lágrimas, Evolton se acercó con una sonrisa enferma al ver quién era el demonio con las navajas a mano, tomó el rostro de Medovyy que sacaba sangre ya que el impacto lo hizo vomitar sangre.
— Mi linda rosa, ¿Estás listo para irnos a casa? — Preguntó alegré, sin embargo, le escupieron sangre acompaña de saliva en la cara.
— Y recibir maltrato de nuevo, prefiero estar con ella hasta el final, que estar con un mentiroso abusivo — Respondió Medovyy tratando de levantarse, el demonio limón no le gustó la respuesta que recibió la persona que supuestamente era su jefe.
Evolton apuñaló a Ghost con rabia, Medovyy miró la escena temblando y en shock, por el impulso te cortó el rostro a Evolton, el cual retrocedió tratando de tapar la hemorragia, el demonio que lo acompañado por aburrimiento apuñaló a Medovyy por la espalda atravesando su corazón, al sacar la garra que utilizo para atacarlo. Medovyy dejó caer su arma mirando las manos manchadas de su propia sangré, cayó débil al suelo junto a su amada cuál estaba susurrando un hechizo que no pudo oír.
— Mierda... — Dijo Evolton para ver con tristeza a su “amado” — No quiera que ésto terminará así, mi hermosa rosa... — Agregó, bajando su mano de su ojo.
La mitad de su cara tenía una herida que no se cerraría por nada en el mundo, ya que la navaja tenía algo muy importante aparté del filo, fue limpiada y creada por agua bendita. El Demonio limón escucho algo al igual que Evolton, sonidos de sirenas, apenas salieron por el patio trasero, escucharon otro sonido, llantos de bebé.
Ambos demonios miraron por la ventana que dejaba la vista a la ventana, podían ver los cadáveres de las personas que mataron tomados de las manos dónde tenían unos anillos de oro. Un niño pequeño fue bajando las escaleras junto a un bebé en brazos que estaba llorando. Honey vió la escena para acercarse a ver con los ojos completamente abierto junto unas lágrimas, la bebé seguía llorando por más por el horrible el ruido que el hambre que estaba sintiendo.
— Papi... — Dijo Honey cayendo de rodillas al suelo — Mami... — Agrego para abrazar a su hermana pequeña mientras empezaba a llorar por lo que había visto.
Empezó a llorar por el dolor de ver tal escena, mientras afuera el sujeto llamado Lemon Demon se había ido sin darle la más remota importancia a lo que vió, en cambio Evolton, miraba la escena atravez de la ventana, empezó a temblar y sentir un dudo muy fuerte en su estómago y garganta, sentía muchas emociones, se escapó cuando el niño lo vió. Honey al verlo sintió por primera vez, un sentimiento llamado odió, pero aún era muy joven para hacer algo al respecto, sigo llorando y gritando hasta que la puerta se abrió.
( . . . )
Se despertó rápidamente por obra de su hermana, que lo miraba con unas pequeñas lágrimas en la cara, se sentó en la cama viendo que eran las 7:40am.
— Perdón, te asusté. ¿Estás bien? — Preguntó con un hilo de voz mientras se secaba las lágrimas.
Su hermana hizo unas señas que él fácilmente pudo traducir a:
— Esa pregunta debería hacerla yo, te escuché gritar y al verte, te vi gritando y llorando entre sueños. ¿Sucedió algo? — Fue lo que dijo su hermana sacando una expresión de preocupada.
— Está todo bien, Lusty — Respondió Honey, para tocarse la cara viendo que estás estaban mojadas — Solo fue un mal sueño... — Agregó.
Lusty lo tomó del brazo para desayunar, ya que ellos tenían que entrenar y practicar magia como casi todos los días, excepto los domingos dónde ellos arreglaban la casa y también salían con sus tíos.
Tomaré mi venganza, no... Nuestra venganza por sus muertes, apesar de que signifique sacrificarme Pensó Honey, mientras comía el desayuno mostrando un brillo rojo y blanco en sus pupilas daba entender de que ese odió estaba con el todo el tiempo. Sintió un toque en su mano, alzó la mirada viendo a su hermana, suspiró y vió las señas que le hacía.
— Lo siento, te noté enojado y me preocupé un poco — Pudo traducir tranquilamente.
— Estoy bien hermana, estaremos bien — Respondió Honey con tal de no preocuparla más, también incluía a sus padres los cuales no eran visibles en la noche.
— Que no sé te olviden las pastillas para tu estrés postraumático — Tradujo por las señas y la cara enojada de su hermana.
— Hey, tengo 14. Déjame en paz — Le dijo con una sonrisa burlona para ir a tomar las pastillas.
Una vez que lo hizo se alistó junto a su hermana, para también tomar las llaves y salír de la casa, no antes de encender unas velas a la foto de sus padres, los cuáles miraban la puerta principal con algo de preocupación y al mismo tiempo felicidad.
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Creadora (Yo): *Gritando mientras llora*
Mish: Disculpen, ella estaba sensible hoy *Abrazando a la creadora para animarla*
Creadora (Yo): *Gritando* HAY, ME DUELE EL PECHO *Se tira en la cama*
Mish: *Suspira* Hay... Creadora...
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