Capítulo treinta y cuatro "Virus"
Pusimos el cassette y resultó ser una instrucciones para los cazadores que se unían a la causa de "exterminio de lo sobrenatural" y como tenían que hacer para recibir la recompensa.
—¿Han hecho una transferencia bancaria? —preguntó Stiles luego de apagar el reproductor.
—no —negué
—nunca he tenido tanto dinero —admitió el alfa.
—¿entonces no entendieron ni una palabra?
—no entendemos nada de esto —hablé por Scott y por mí.
—¿Por qué usar todo este dinero para matarnos?
—alguien los quiere muertos, amigos —respondió el chico de lunares. —de verdad.
—¿Quién querría hacerle daño a esta carita? —tomé de las mejillas a Scott y dejé un suave beso en sus labios.
—¡agh!
—¿Perdón? ¿Tú lo querías besar? —bromee —me hubieras dicho y podríamos compartirlo —guiñé un ojo —es broma —dije al ver la cara de sorpresa del par junto a mi —no lo comparto, es solo mío.
—ve a la cama cariño —sonrió pasando un mechón de mi cabello que estorbaba tras mi oreja.
Scott tomó el dinero y tuvo intención de guardarlo otra vez en el bolso.
—¡Wow! ¿Qué estas haciendo?
—es tarde tenemos exámen mañana —guardó los billetes.
—me refiero al dinero, los quinientos mil dolares, ¿Sabes cuanto dinero es ese?
—son quinientos mil...
—medio millón de dolares, Scotty —dije desde la cama
—¿Qué vas a hacer con él? ¿esconderlo debajo de tu colchón?
—tengo que hablar con Derek, es su dinero —sonreí, amaba lo buen chico que era.
—suyo y de Peter —aclaró el castaño.
—¿Qué significa?
—sí Stiles ¿Qué significa? —me crucé de brazos interesada.
—significa que tal vez debamos actuar con precaución.
—¿No crees que debemos decirle a Derek? —preguntó el alfa.
—no —se puso en pie —claro que debemos decirle pero, lo que digo es que una parte del dinero es de Peter.
—sí
—claro, Peter, loco homicida ¿recuerdas?¿Quieres darle medio millón de dolares a él?
—debemos devolverle el dinero a Derek, no a Peter —hablé.
—yo no dije eso.
—¿Stiles de que hablas? —esta vez fue Scott.
Cuando iba a responder escuchamos pasos por lo que Scott rápidamente escondió el bolso con el dinero debajo de su cama.
Malia abrió la puerta toda mojada —encontramos a los de Satomi —admitió —Derek y yo, pero están muertos.
—¿Todos ellos? —me acerqué.
—todos los que encontramos.
—¿En donde está Derek? —preguntó Stiles.
»──── « ☀🌑☯ » ────«
Al día siguiente nos encontrábamos en el colegio, pues había un exámen muy importante que tenía que ver con la universidad, si lo aprobamos conseguiremos una beca.
—¿En donde está Lydia? —preguntó Kira.
—lo hizo desde primer año —respondió Stiles.
—¿entonces podría hacerlo en otro momento? —inquirió la coyote
—Malia, estudiaste para esto mas que nosotros —le recordé
—no significa que lo vaya a ser bueno.
—bien —la corrigió Stiles.
—¿Bien qué?
—se dice bien, no bueno.
—¡Ay Dios! —exclamó
—bien, bueno —repitió el castaño dando a entender que estaba bien.
—vas a hacerlo, porque mientras intentamos no morir debemos vivir —dijo Scott. —si sobrevivo a la preparatoria, me gustaría ir a una buena universidad —admitió.
—solo son tres horas —hablé llamando la atención de mi alfa.
—sobreviviremos tres horas —terminó Kira por mi.
Finalmente fuimos entrando al aula, nos acomodamos y nos dieron el examen el cual nos pusimos a hacer, podía sentir los nervios de todos en el salón, en especial de la coyote y eso me desconcentraba un poco, pero había algo raro, algo que no podía describir pero era palpable en el ambiente, un mal presentimiento.
Me había sentado detrás de Scott por lo que con disimulo estiré mi mano por debajo del pupitre y tomé su mano, él inmediatamente entrelazó nuestros dedos, al segundo sentí una increíble paz que me ayudo bastante.
De la nada una chica se desmaya —Sidney —dijo la directora para luego acercarse —¿Estás bien? —la ayudo a ponerse de pie.
—estoy bien, solo un poco mareada —dijo algo avergonzada.
—Sidney, ¿Cuanto tiempo has tenido esto? —preguntó mirando su muñeca.
—ah...no sé desde cuando.
—Maddy —me chistó Scott —estas helada ¿Te encuentras bien?
—s-sí —asentí comenzando a sentir un poco de apetito y no de comida convencional, recordé entonces que esta mañana no me había alimentado de sangre. —no puede ser —quise golpearme repetidas veces con la mesa.
—todos permanezcan sentados, yo...volveré en un minuto, nadie puede salir —dijo la señora Martin tomando su celular para luego retirarse del aula.
Unos cuantos minutos después llegaron personas vestidas con protección, pues al parecer había una enfermedad extraña en la escuela y nos estaban poniendo en cuarentena.
—cuando pensé que ya lo había visto todo....llega esto —murmuré asombrada.
—seguramente creen que es viruela —dijo Stiles mientras esperábamos en el aula.
—no creo —se metió el hombre que nos había venido a evaluar —la viruela se erradicó a nivel mundial en 1979, solo hemos logrado erradicar dos virus por completo en la historia, el otro era la peste bovina.
—se supone que eso nos consuele ¿cierto? —pregunté sarcásticamente, diablos, juntarse con Stiles era contagioso.
—a menos que sea algo peor.
—tengo que alimentarme —me puse en pie —iré por Scott —les hablé solo a los chicos.
Salí del aula y busque al castaño, conforme pasaba el tiempo caminando por la escuela, el hambre se intensificaba, podía ver todas las venas palpitar en los cuellos de los estudiantes.
—¡Scott! —apoyé una mano en su brazo —tengo que alimentarme, ahora o esto acabara en masacre.
—ven —tomó mi mano y me llevó al vestuario de hombres —hazlo —se sentó en uno de los bancos.
Me acerqué con rapidez y clavé mis colmillos en su cuello hasta que estuve saciada.
—gracias —limpié mi boca.
—sabes que no es problema —sonrió admirandome
—¿Qué? —me sonroje —¿Por qué me miras así?
—porque eres hermosa —besó mis labios —sino estuviéramos pasando por un momento crítico, juro que te lo haría aquí mismo.
—¡Wow! Definitivamente jamás hubiera esperado que me dijeras eso —reímos. —mejor regresemos antes de que piensen que si lo estábamos haciendo.
—si vamos —de repente noto algo extraño en él.
—mejor no... Tus colmillos —se acercó al espejo para verse.
—vete —murmuró apoyando las manos en la cerámica.
—¿Qué?
—estoy perdiendo el control —admitió.
—no te voy a dejar.
—no quiero hacerte daño, Madds, por favor regresa con los demás —rogó.
—no me iré, tú me ayudaste a mi cuando estaba fuera de control, ahora es mi turno.
Soltó un gruñido que me sobresaltó —no me siento bien.
—¿crees que ese virus...te esté provocando esto?
—es probable. —asintió
—¡Scott! —la directora golpeó la puerta —¡Madison! Ya han estado mucho tiempo ahí, tiene que ir con los demás.
—Scott...
—rompeme el brazo —abrí los ojos como platos.
—¿Qué?
—el dolor te hace humano —explicó.
—entiendo pero, esto lo está provocando un virus, no será lo mismo.
—no perdemos nada con intentar. —se encogió de hombros.
—no voy a sufrir dolor por esto, recuerda que siento lo mismo que tú —recordé —concentrate en tu ancla.
—no puedo —se apoyó contra los casilleros —trae a Stiles.
—iré por él...¿Enserio? ¿Stiles? Yo soy la que debería poder ayudarte —formé un puchero con mis labios —¿Ya no me quieres?
—Maddy...es enserio —gruñó.
—bien, voy por él —iba a salir cuando entró el profesor Yukimura.
—sigue pasando —dijo luego de un rato, en el que los chicos habían llegado, ahora los ojos de Scott titilaban yendo del rojo al marrón. —y a ti también —me miró.
—¿Qué? —me acerqué a los espejos —no puede ser —dije al ver mis ojos titilar —tengo que hablar con Deaton, debe haber una manera de canalizar lo que sientes porque enserio me afecta mucho.
—no es por Scott —respondió el padre de Kira —es este virus, los está afectando.
—no puedo hacer que se metan —dijo Malia observando sus garras.
—claramente el virus los afecta a ustedes tres de una manera que no afecta a los seres humanos —sentí mis colmillos salir.
—ay no, ¿ahora mis colmillos?, debí traer mi collar.
—tienen que esconderse, debemos ponerlos en cuarentena —dijo Stiles —de la cuarentena —especificó.
—si pero, ¿Dónde? —preguntó Kira. —¿y si se ponen violentos? Como en luna llena.
—no deberíamos quedarnos aquí, en los casilleros.
—un salón de clases no nos detendrá —informó Malia y tenía razón.
—¿Qué hay del sótano? —opinó Kira.
—demasiadas salidas —respondió el alfa. —debe ser algo seguro donde no puedan encontrarnos.
—La bóveda —hablé llamando la atención de todos —la bóveda de los Hale.
—ellos siempre tienen una ruta de escape —comentó Scott. —como su casa,hay otra manera de entrar.
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