Capítulo diecinueve "La maldición de la mordida"
Rápidamente salimos de la veterinaria y nos dirigimos a la escuela donde sabíamos que encontraríamos al nogitsune, luego de repasar el plan.
—Scott espera —Stiles detuvo al alfa a antes de que abriera la puerta —sé lo que están pensando, que si funciona podrían matarme también pero aún si eso pasa tienen que seguir haciéndolo, sigue el plan ¿Sí?
—el plan es salvarte, ese plan seguiré.
Abrió la puerta y al entrar notamos que todo estaba cubierto de nieve, como si hubiésemos aparecido en otro lugar. Parecía un jardín japones completamente blanco.
—¿Qué demonios...? —murmuré mirando a mi alrededor impresionada.
La puerta se cerró tras nosotros —este definitivamente no era el plan —comentó Stiles.
—tendremos que pasar al plan B —admitió Scott volteando a verme a lo que asentí.
Había comenzado a nevar cuando oidos pasos torpes al voltear nos encontramos con el antiguo cuerpo del nogitsune.
—Como lo prometí, Stiles, vamos a matarlos a todos uno a uno —gruñó el que alguna vez fue Reese.
Aparecieron Onis que intentaron atacarnos, inmediatamente saqué mis dagas y comencé a pelear mientras hacía lo imposible para crear una ilusión y por un momento funcionó, estábamos en Italia.
—¿Intentas usar mis propios trucos contra mí? —el monstruo me tomó por el cuello alzandome en el aire, abrí mi boca mostrando mis colmillos al tiempo que zizeaba con enojo.
—sueltala —ordenó Scott.
—esto no tiene que ver contigo —lo volteó a ver.
—al meterte con ella te metiste conmigo —se transformó en lobo y gruñó con fuerza.
Inmediatamente el nogitsune hizo mas prisión en mi cuello sacandome un quejido de dolor.
—vas a arrepentirte de haber intentando burlarme con tu patética ilusión...un momento —me olfateo —¿Por qué matarte? Si tu maldición lo está haciendo por mi.
—¿Mi maldición? —pregunté con algo de dificultad.
—el obsequio que te dio aquel monstruo el día del accidente con tu madre. —me recordó.
—la mordida —murmuró Scott.
El nogitsune me soltó e inmediatamente fui auxiliada por mi alfa.
—¿Qué quiso decir con eso? —estaba comenzando a preocuparme.
—no lo sé, pero lo averiguaremos.
Tomé mis dagas y me puse a luchar con un oni que intentó hacerle daño a Stiles.
Mi visión se puso algo borrosa, y tuve un pequeño mareo pero por suerte nadie lo notó.
—¿Qué demonios es esto? ¿En dónde estamos? —preguntó Scott cuando el nogitsune nos trajó de regreso a ese jardín japones blancuzco.
—entre la vida y la muerte.
—bardo —musito Lydia pensativa.
—pero hay deidades pacíficas aquí, Lydia —volteó hacia Stiles —estás muriendo y ahora todos los que quieres están muriendo también.
—¿Qué? ¿A qué te refieres?
—capture todos los territorios en el tablero, Stiles —explicó —el hospital, la estación de policía —¡Mi padre!, Pensé preocupada — y ahora, la clinica veterinaria. —se hizo un silencio —¿conoces el ritual seppuku, Stiles?
—no, y no quiero.
—cuando un samurái se abre el vientre con su propia espada para conservar su honor pero no crean que el corte es lo que mata el golpe de muerte se lo da su kaishakunin quien decapita al samurái con su propia espada —informó como si nos interesara. —Scott —lo señaló —Scott es tu Kaishakunin, haré que tu mejor amigo acabe contigo, Stiles y tú se lo permitiras —se habia acercado a nosotros. —porque al igual que tu, todos ellos morirán, todos los que sean tocados por las espadas de los oni, a menos que Scott acabe contigo primero.
—¿Por que? ¿Por qué haces esto? —preguntó Stiles.
—solo para ganar —los oni levantaron sus espadas.
Todos nos pusimos en modo de ataque, con rapidez saqué del bolsillo de mi chaqueta el suplemento de sangre que Deaton me había dado y le di un buen trago para tener mas energía aunque no ayudó mucho.Aún así luche con los demás.
—¿Cómo es que estamos en este lugar? No comprendo —habló Scott apoyandose contra mi espalda sin dejar de luchar.
—¿Me preguntas a mi? Hace un mes ni siquiera sabía de este mundo. —respondí —deberías preguntarle a Kira.
—yo tampoco sé —dijo la castaña a nuestro lado luchando con un oni.
—Scott... No sé si podré seguir mucho más.
—tienes que aguantar, no te rindas. —tomó mi mano, sin dejar de luchar claro está.
—¡¡¡Stiles no!!! —gritamos al ver que nuestro amigo estaba por apuñalarse con una katana.
—¡¡¡Stiles!!! —repitió el alfa.
—¿Y si eso te salva? ¿Y si los salva a todos?
—¿Y si es otro truco? —sugirió Lydia.
—no mas trucos, Lydia, ponle fin Scott, deja que tu amigo caiga sobre su propia espada, haz por él lo que él no puede hacer por sí mismo. —habló el nogitune —hazlo Scott, sé su Kaishakunin, renuncia al juego. —ya no te quedan movimientos
Bajó la espada —claro que si —se la pasó a Kira —un movimiento divino. —nos miró —dejen de pelear con ellos, son uns ilusión, deben dejar de pelear con ellos, se ven reales, se sienten reales pero debes confiar en mi —Scott quedó pensativo ante aquellas palabras dichas por su mejor amigo —son una ilusión —el alfa volteo hacia los onis y se acercó a ellos siendo cortado por sus espadas, juro haber sentido su dolor, luego Kira fue lastimada, yo fui la siguiente, y seguimos el camino hasta que Scott se topo con el monstruo abriendo la puerta y terminando con la ilusión.
—estamos bien —dijo al revisarse pero tan pronto como eso paso salió volando contra los casilleros, al voltear vimos al otro Stiles, golpeó a Kira y luego se acercó a mi empujandome haciendo que cayera junto a Scott.
—este era mi juego ¿Creen que pueden ganarme en mi juego? —se fue acercando a Stiles furioso —movimiento divino, movimiento divino ¿Crees que te quedan movimientos? Puedes matar a los oni pero a mi ¡¿A mi?! ¡¡¡Tengo miles de años, no puedes matarme!!!
Scott se puso en pie y luego me ayudó.
—pero podemos cambiarte —llamé su atención
—¿Qué? —se interesó
—olvidaste el manuscrito —le recordó Stiles.
—el manuscrito shugendo —dijo Lydia.
—cambia al huésped —recitó.
—no puedes ser un zorro y un lobo.
Scott procedió a morderlo y Kira lo apuñaló con su espada. De ese Stiles salió una luciérnaga que Isaac atrapó en el recipiente hecho de madera del nemeton.
El cuerpo de Stiles cayó desplomándose y destruyéndose en el acto.Y nuestro Stiles se desmayó pero afortunadamente luego despertó sientiendose mejor.
—me desmayé ¿Verdad? —todos suspiramos de alivio —¿estamos vivos? ¿Todos estamos vivos?
—Sí, estamos bien —respondió Scott.
Lydia miró hacia atras y se puso en pie,salió corriendo por lo que la seguimos y vimos que Aidan había fallecido.
Comencé a sentirme muy mal y me desvanecí pero Scott me sostuvo antes de caer.
—Scott, no me siento...bien —murmuré
—¡Chicos! —exclamó llamando la atención de ellos.
Derek se acercó junto con Stiles y Kira, Lydia fue con Aidan.
—¿Qué le pasó?
—no lo sé...a menos que sea lo que dijo el nogitsune —admitió.
—¿Qué dijo? —preguntó Derek.
—que la mordida la estaba matando.
—¿Y eso que significa? Porque ella sobrevivió a la mordida hasta ahora —reflexionó Stiles.
—¿Acaso tengo cara de druida?
—hay que ir con Deaton. —El castaño sacó las llaves de su jeep.
—S-Stiles ¿Crees que algún día pueda manejar...tu jeep?
—por supuesto —sonrió.
Scott se dirigió al auto y nos metió dentro con mucho cuidado.
Durante el trayendo comencé a sentir mucho sueño.
—Tengo sueño —murmuré.
—no te duermas, hablame.
—¿Sobre qué? —pregunté confusa.
—lo que sea, pero no dejes de hacerlo.
—me gustan tus ojos —observé su rostro —son como botones de chocolate o café —sonreí —amo el café, en especial el Colombiano ¿Lo has probado alguna vez?
—no, no lo he probado.
—pues deberías —llevé mi mano a su rostro y me puse a contar sus lunares.
—ya me perdí ¿Está drogada o se está muriendo?
—no puedo creer que hayas preguntado eso.
—lo siento, intentó no pensar en lo segundo —confesó Stiles.
—once —murmuré.
—¿Qué?
—tienes once lunares en el rostro —expliqué.
—oh...
—antes de venir aquí, soñé con un chico no estaba segura de quién era hasta que te conocí —acaricié su mejilla —eras tú.
Un rato después llegamos a la clínica veterinaria, Scott bajó conmigo en brazos y se apresuro a llegar a la puerta, donde Deaton nos abrió.
—bien, luego de que me llamaras hice una investigación rápida y resulta que los vampiros que son mordidos deben tomar sangre humana o de animal antes de la primer luna llena o de lo contrario morirán. —explicó.
—no quiero tomar sangre —negué.
—no tenemos otra opción —dijo de Deaton.
—pero no podría matar a alguien o a un animal.
—no tienes que hacerlo, toma de mi sangre —sugirió Scott.
—no haré eso, me niego a hacerte daño.
—soy un hombre lobo, me regenero. —me recordó.
—suspiré —está bien.
Me ayudaron a sentarme, tomé el brazo de Scott y clavé mis colmillos en su brazo. Succione sintiendo el metálico gusto a sangre invadir mis papilas gustativas.
—Maddy intenta tener autocontrol, so te excedes puedes matarlo —dijo Deaton.
Pude ver como Scott comenzaba a sentirse mareado por lo que me separé con mucho esfuerzo.
—¿Mejor? —preguntó el alfa tomando asiento junto a mi.
—si, gracias —sonreí
Me bajé de la camilla y dejé un beso en su mejilla como forma de agradecimiento.
»──── « ☀🌑☯ » ────«
Una vez en casa respiré en paz, ya habíamos acabado con lo peor pero ahora que todo terminó, la tristeza me envolvió habíamos perdido a dos personas, a nuestros amigos.
Era de madrugada y aún no podía conciliar el sueño, me movía de un lado a otro en un intento inútil por quedar dormida.
Ya harta de no conseguir mi objetivo, me levanté y caminé hacía la puerta, pero me detuve al ver de reojo algo que llamó mi atención por lo que me acerqué a la ventana. En el techo de mi vecino había cierto chico sentando con la mirada pérdida en la luna, abrí la ventana y subí al techo luego voltee hacia el tejado de al lado y tomé impulso saltando hasta enfrente por un error de cálculo no llegué pero logré sostenerme de la cornisa.
—¡Scott! —exclamé —¡Ayúdame!
—¿Maddy? —se asomó —¡Oh Dios! —se arrodilló y tomó mi mano subiendome con él. —¿Estás bien? —me revisó con la mirada, asentí tratando de pasar el susto —¿Qué demonios pensabas al hacer eso? Pudiste...—negó con la cabeza y me dio la espalda —no vuelvas a hacerlo, no puedo perderte a ti también —murmuró abatido.
—descuida, no lo volveré a hacer —tomé su mano y entrelace nuestros dedos.
—¿Qué haces aquí? —se sentó y yo lo imite.
—no podía dormir y te vi desde mi ventana, solo quería hacerte compañía, si es que...no te molesta.
—jamás me molestarías —admitió —¿crees que ella, donde quiera que este, se encuentra bien? —miró el cielo.
—seguro que sí —apoyé mi cabeza en su hombro —ha de ser esa estrella de ahí —señalé una que brillaba un poco mas que las demás —la que está junto a la luna. —está brillando como ella lo hacía en vida, ahora es un ángel que nos cuida.
—sí, me gusta eso —sonrió apenas.
—¿recuerdas algo de lo que dijiste cuando estabamos en el jeep de camino a la clinica veterinaria?—Scott rompió el silencio en el que estábamos sumidos.
—por supuesto que sí, no estaba borracha —solté una pequeña risa.
Me tomó por la cintura arrastrándome hasta que dar entre sus piernas y luego me abrazó invitándome a apoyar mi espalda contra su pecho para mayor comodidad.
—me quedé pensando en aquello que dijiste, lo del sueño —aclaró —yo también soñé con alguien una noche antes de que llegaras, no podía ver muy bien pero sabía con certeza que era una mujer y cuando te vi, supe que se trataba de ti, algo en mi interior lo sabía.
—es extraño ¿No te parece?
—lo extraño es parte de mi —me recordó.
—Beacon Hills es la cumbre de lo extraño —comenté, para luego soltar un sonoro bostezo —creo que al fin me está invadiendo el sueño, creo que es hora de ir a la cama.
—si, yo también tengo algo de sueño —nos pusimos en pie para bajar.
—espera —lo detuve antes de bajar, pues había visto algo que me dejó helada —¿Si ves al chico en la calle de enfrente no? —pregunté con disimulo.
—Maddy, estás cansada, debiste imaginarlo, no hay nadie allí —lo miré confundida para luego voltear hacia donde debería estar el chico pero la calle estaba vacía.
—no es posible, Scott te juro que estaba ahí, como cuando estabas en la mente de Stiles, ese día también lo vi —me estaba desesperando —tienes que creerme.
—cariño —acarició mi mejilla —te creo, no tiene sentido ser escéptico en un lugar donde lo extraño sucede todo el tiempo.
—eso me deja mas tranquila—suspiré —¿Puedo dormir contigo? No quiero dormir sola hoy.
—por supuesto —luego de unos minutos ambos estábamos en su habitación. —por cierto, me agrada tu pijama de One Direction —señaló mi ropa
—¡Ay que vergüenza! —me sonroje.
—¿Por qué? Te ves linda así.
—¡Basta! No creo poder ponerme más roja aún —tapé mi rostro con un mechón de mi cabello.
Sonrió y tiró de mi para ir a su cama, me acosté y esperé que él igual lo hiciera pero solo se sentó en un sillón.
—Scott McCall tiene dos minutos para venir a mi lado —amenacé en broma.
—¿Segura? No quiero incomodarte.
—Scotty estoy muy segura de que te quiero junto a mi. —sonreí.
Se puso en pie y se acomodó con rapidez a mi lado abrazandome por la cintura, en segundos quedé completamente dormida.
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