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Capítulo uno "El comienzo"

Pov Emily:

Desde que mamá falleció hace quince años, nuestra vida no ha sido lo mismo, papá no ha sido el mismo y aunque lo niega rotundamente sabemos que miente.
Mi familia le dio la oportunidad de poder realizar sus estudios en la universidad de California, donde se recibió de veterinario, mientras ellos se ocupaban de nosotros y nos visitaba todos los fines de semana hasta que se graduó y nos llevó a Los Ángeles a vivir con él.
Ahora teníamos toda una vida aquí, es lo mejor aunque a veces es difícil y es cuando echamos de menos a nuestra madre, siempre nos dijeron que falleció en accidente de auto aunque francamente empiezo a dudarlo pero no preguntó sobre aquello porque el tema afecta demasiado a mi padre.

—quédense aquí, no me tardo —dijo papá para luego bajar de la camioneta, en el sitio donde fue citado por Deaton.

—¿Qué le pasa?

—¿ya lo olvidaste? —lo voltee a ver —se acerca el aniversario del fallecimiento de mamá.

—mierda, lo había olvidado.

—¿No te parece raro que siga solo? —miré al frente donde se podía apreciar un viejo edificio derrumbado.

—mamá era su alma gemela, no hay nadie en el mundo que pueda ocupar un hueco tan grande.

—tienes razón —suspiré —pero realmente quiero verlo feliz.

—¿Aceptarías verlo con otra mujer?

—hice una mueca de disgusto —no.

—entonces ¿Cómo planeas ayudarlo? —suspiró —no puedes revivir a mamá.

—ojalá pudiera —admití mientras observaba a través de la ventana —¿Por qué se tarda? —atiné a abrir la puerta —iré a ver.

—no, si vas y te pasa algo, me matará.

—bien—cerré, en ese momento se oyó un fuerte rugido provenir de los escombros de aquel edificio.

Bajé del auto y corrí hacia aquel lugar pero Deaton me detuvo.

—Emily quédate aquí ,él está bien —me aseguró.

—hay un animal allí dentro —dije asustada —¿Y si le hace daño?

—te prometo que él está bien.

—¿Por qué es ayudante de la policía? —fruncí el ceño —es sólo un veterinario.

—es más que eso, pequeña —sonrió orgulloso.

En eso lo vemos salir cubierto de polvo pero sano y salvo, la sonrisa que tenía en el rostro se borró al verme allí.

—Ally ¿Qué haces aquí? —No dije nada sólo lo abracé con fuerza sintiendo como correspondía.

—oí a un animal rugir y yo creí...pensé que estabas en peligro —mis ojos se llenaron de lágrimas —tienes que dejar de hacer esto, no soportaría perderte a ti también.

—oye —me separó levemente de él —estoy bien, ningún animal me hizo daño.

—eso no quita que esto que haces no sea peligroso.

Observé al perro detrás de él —Hola pequeño —estiré mi mano con cuidado, él la olfateó y se dejó acariciar. —eso, eres un buen chico. —sonreí hasta que noté una de las patas del can —está herido.

—si, lo vamos a llevar a la veterinaria para curarlo.

Subió a la camioneta luego de subir al perro, con una pequeña sonrisa en el rostro y volteó hacia mi hermano.—está hecho, pude salvar a la niña pero, quiero revisar a su perro por si acaso, así que iremos a la veterinaria.

—me alegra.

—estiré mi mano y limpié su rostro con cuidado, quitando un poco del polvo e hice lo mismo con su camisa. —vas a tener que darte un baño.

—lo haré —acarició mi cabello con dulzura.

—¿Haz hablado con tío Stiles? —Tyler se asomó por entre los asientos —me prometió que iríamos a practicar lacrosse.

—me ofende que no me lo pidieras a mi —prendió la camioneta —era el capitán del equipo de mi escuela.

—no quería molestarte —suspiró —supongo que tendré que hablarle yo a...

—hijo no me molestas, cuando quieras podemos practicar.

—gracias papá —dijo feliz —sería grandioso.

En cuanto llegamos a la veterinaria fui directamente al área del refugio, amaba estar con los animales.

—¡hola pequeño! —me acerqué a un cachorro de caniche y maltés muy bibaracho, lo acaricié con dulzura.

—Ally —volteé y me puse en pie al ver a una mujer frente a mí con un dulce sonrisa. —hija, ven aquí —estiró su mano.

Los perros comenzaron a ladrar enojados, tragué duro por el miedo que me corrió de pronto y di un paso atrás.

—aléjate de mí —dije cuando hallé mi voz.

—soy tu madre, no voy a hacerte daño.

—no es cierto, si lo fueras no me hubieras llamado Ally —expliqué —porque sólo mi padre me llama así.

—¡ven con tu madre Emily! —su voz se volvió terrorífica y su rostro también cambió, era horrible, intentó tomar mi brazo y grité con todas mis fuerzas.

—¡Ally! —sentí unas manos en mis brazos sosteniendome —hey —dijo dulcemente —abre los ojos —ni siquiera me percate de que lo había hecho, los abrí.

—¿papá?

—¿Qué pasó? —acarició mi cabello intentando tranquilizarme.

—mamá apareció pero...no era ella —las lágrimas recorrieron mis mejillas. —lo supe porque me llamó Ally y luego se convirtió en un monstruo.

—oye, seguro te quedaste dormida por un momento y lo soñaste —opinó secando mis lágrimas.

—no lo sé —negué —se sintió muy real.

—quizás fue un sueño lívido.

—¿Está todo bien? —Tyler se asomó por la puerta.

—si, solo...un pequeño susto —respondió mi padre —vamos, antes de que nos venza el tráfico —salimos del refugio y nos metimos en la veterinaria para despedirnos de Deaton.

Regresamos con papá quién estaba cerrando.

—¿Está todo bien? —pregunté al verlo mirar hacia afuera por la puerta abierta.

—si...sólo...no es fue nada —sonrió apenas.Empezó a tronar y los perros comenzaron a ladrar —quédense aquí. —se alejó para revisar.

Un tiempo después lo oímos llamarnos
,cuando llegamos nos topamos con un hombre alto de unos cincuenta y tantos, tenía el pelo gris y ojos azules, era bastante apuesto.

—Chris quiero presentarte a mi princesa —pasó un brazo por mis hombros abrazándome contra él —Princesa, él es Chris Argent.

—hola señor Argent —sonreí —mi papá me hablado mucho sobre usted y sus aventuras.

—ya me imagino —se carcajeó —es igual a ti —miró al castaño junto a mí.

—alcé mi mirada hacia él —nos lo han dicho mucho. —acercó a mí hermano —y él es Tyler.

—es un gusto muchacho.

—igual —sonrió cortés.

—Ty...se parece a ella —ambos voltearon  para verlo.

—si sobre eso, mejor enfoquemonos en...tú ya sabes.

—¿De qué estarán hablando? —preguntó Ty mientras estábamos en el refugio esperando a que los adultos concluyeran su discusión.

—no lo sé —me apoyé en su hombro —tengo sueño.

—Ems.

—¿mh? —respondí cerrando mis ojos.

—papá está hablando de mamá.

Me senté rápidamente apoyándome contra la pared para oír mejor.

—la vi, aquí en la puerta —suspiró —se veía tan...real y luego se esfumó, como si hubiera sido un producto de mi imaginación —silencio —Ally la vio pero con ella actuó distinto.

—¡lo sabía! —mi hermano me miró —no fue un sueño —la sonrisa de triunfo se fue y el miedo se apoderó de mi —no fue un sueño, fue real...—miré todo el lugar con precaución.

—¿Qué viste?

—a mamá —lo miré.

Seguimos escuchando no le encontrábamos sentido a lo que decían, parecía una locura.

—¿bardo? ¿Estado entre la vida y la muerte? —Tyler lucía confundido. —¿Qué rayos significa eso?

—purgatorio ¿Quizás?

—no lo sé —suspiró —sé que papá está mal pero no creí que tanto.

—Allison y Madison están atrapadas entre la vida y la muerte —oímos la voz del señor Argent.

Tyler me miró —¿Quién es Allison?

—no soy yo —solté una pequeña risa.

—será esa Allison ¿Por la que te pudieron ese nombre?

—¿la ex de papá? —asintió. —esto no me gusta.

—ni a mí.

—no puede ser ella, murió en mis brazos   —bajamos la mirada —me aferré a ella tanto que vi la luz irse de sus ojos, igual Allison.

¿Qué fue lo que dijo? Mamá murió en un accidente automovilístico.

—nos mintió —me puse en pie molesta.

—o...él llegó al lugar y...

—si, puede ser —Ty tomó mi brazo y me volvió a sentar.

La cosa se ponía más rara con cada palabra que salía de los labios de los adultos en la otra habitación.

—¿Beacon Hills? ¿Dónde viven los abuelos? —asentí.

—no he estado en Beacon Hills en mucho tiempo.

—ninguno de nosotros —habló Argent —si sales mañana, podré reunirme contigo en la tarde.

¿Qué haré con los mellizos? No puedo llevarlos allí, no quiero que la historia se repita. —dijo nuestro padre.

—tenemos que hacer esto, así que...

Cuando la reunión acabó, por fin pudimos regresar a casa para dormir aunque las dudas no dejaban de quemar nuestras neuronas.

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