Llegamos a casa de la abuela, donde no solo estaba Lydia sino también el señor Argent, nosotros tres nos quedamos en la sala por orden de nuestros padres.

—esto es aburrido —suspiré.

—¿Y si vamos a dar una vuelta? —sugirió Addi.

—nuestros padres no nos dieron permiso de salir —bufó Tyler.

—no voy a estar aquí como una planta —la pelirroja se puso en pie.

—tú puedes irte, yo no quiero tener un...—nuestra amiga estaba mirando su celular cuando alzó la mirada. —¿Qué?

—parece que algo pasó en el bosque, un incendio extraño ¿Qué dicen? ¿Vamos?

—tu abuelo debe estar ahí —le recordé. —no nos dejará quedarnos.

—¡que aguafiestas McCall! —rió.

En eso se abre la puerta y entra un chico de la edad de mi padre como si fuera su casa.

—¿Quién eres? —pregunté acercándome a él.

—oye niñita, eso no te importa.

Rodeé los ojos —en realidad sí, porque está es la casa de...

—¡ts! —me paró —no me importa.

Entró a la cocina y lo seguimos, los adultos seguían discutiendo sobre algo.

—Stiles...obviamente que tiene que ver con Stiles —el tipo llamó la atención de los allí presentes, se acercó a la nevera y la abrió sacando un pedazo de pizza.

—oye, eso no es tuyo —gruñí.

—niñita...¿Sigues aquí? ¡largo!

Me pareció escuchar un suave gruñido salir de mi padre pero me dije que era estúpido, eso no era posible.

—no me iré de aquí —sonreí —pero tú deberías.

—¿Me estas amenazando? —rió —yo podría patearte el trasero.

—Jackson yo no diría eso si fuera tú —le aconsejó la pelifresa.

—¡Jackson! —exclamó mi padre —¿Qué haces aquí?

—vine a ayudar con eso —señaló los papeles en la isla.

—¿Sólo a eso? Yo puedo hacerlo si quisiera —dije con aires de superioridad —incluso un bebé podría.

—ya me tienes arto  —sus ojos brillaron de color azul y juro a ver visto una cola salir de su espalda, abrí mis ojos como platos de la sorpresa.

—¡No! —mi padre se puso delante mío protegiéndome.

—¿Qué haces Scott? ¿No ves que solo estorba? Ni siquiera sé que hace aquí —se dirigió a mí —¿Por qué no vas a con tus padres?

—estoy con él ahora —alcé la mirada dando a entender que Scott era mi padre, el tipo palideció.

—¿tú...? ¡oh! —dio un pasó atrás  —Scott ¿Por qué no me dijiste que esta encantadora niña, era tu hija?

—Jackson, intentas lastimar a mi hija otra vez y conocerás la furia de un verdadero alfa.

—¿Y quién es la madre? ¿Stiles? —rió.

—suspiró —cállate —dijo con fastidio.

—Stiles es mi padre —habló Addi junto a su madre.

—esperen...¿Testículo Derecho y Testículo izquierdo se reprodujeron? —hizo una mueca de lamento —¡ay no! Otra sarcasmo con patas y su amiga la medio cerebro—se lamentó.

—¡Basta! —se molestó mi padre —deja de ofender a nuestros hijos, ayuda con la boca cerrada.

—si, haz caso mantén tu apestosa boca cerrada —sonreí falsamente. —y por cierto, somos dos "medio cerebro", tengo un mellizo.

—en fin, a lo que íbamos —me miró —vayan a la sala, aún no termina la reunión.

—está bien.

Ambas regresamos con Tyler quién se había quedado dormido en el sofá.

—¿Y ahora que hacemos? —la puerta se volvió a abrir.

—¡papá! —Addi corrió a los brazos del castaño.

—hola, mi amor —dejó un beso en su cabeza —¿Cómo estás?

—bien ¿y tú?

—bien —sonrió apenas —¿Dónde están tu madre y tú tío Scott?

—están en la cocina —respondió.

—¿Tú no vas a saludarme?

Corrí y lo abracé con fuerza —Hola tío —sonreí.

—mira que grande que estás —miró por sobre mi hombro —sino hubiera conocido a tu madre juraría que tu hermano es hijo de Liam.

—¡oye! —me quejé soltando una pequeña risa.

—bueno iré con tu padre antes de que me muerda.

—¿por qué te mordería? Ni que fuera hombre lobo —reí.

—fue un decir —le restó importancia —no es como...—se tropezó mientras iba hacia la cocina —fuera un...—se dio contra la pared —ah...no importa —entró a la habitación.

—¿Qué fue eso? —ambas nos miramos confundidas.

—mi papá, siendo mi papá —la pelirroja se encogió de hombros.

—por otro lado...Tú sí viste los ojos brillantes y la cola ¿cierto?

—sí, lo vi —asintió mi amiga.

—¿Qué rayos era?

—no lo sé, Ems. —suspiró.

Los adultos salieron de la cocina y atravesaron la puerta principal.

—¿el idiota puedo armar en rompecabezas?

—Ally, déjalo.

—ah...tenemos algo que hacer, ustedes quédense aquí y no causen problemas —dijo Stiles antes de irse con mi padre.

En cuanto vimos que se fueron, nos dirigimos a la cocina donde en el piso permanecía unas hojas ordenas de tal forma que se las palabras y garabatos formaban un tronco.

—¿Qué es eso chicas? —Sí, despertamos a Tyler.

—es el nemeton —dijo Addi —mí mamá me habló sobre él, supuestamente es una arboleda sagrada.

—¿Y es real? —preguntó mi hermano.

—si, están regados por todo el mundo.

—¿Hay uno aquí? —ella asintió.

—¡vamos!

Salimos y fue donde nos dimos cuenta que no teníamos con que ir.

—¿Cómo los alcanzaremos? —inquirió mi mellizo.

—mi mamá dejó su auto —señaló el vehículo —y yo tengo mi registro de conducir ¡vamos!

Subimos al auto y nos encaminamos hacia la reserva, cuando llegamos nos metimos al bosque en busca de aquel tronco.

—oigan ¿Eso es una persona? —Tyler señaló un bulto cerca de un árbol.

—parece un chico —me acerqué y lo revisé —respira.

El chico comenzó a moverse hasta abrir sus ojos, miró alrededor y se sentó, era muy atractivo, quedé sin habla cuando clavó su mirada en mi.

—mm...¿Hola? ¿Quiénes son ustedes?

—¡hola! Somos Tyler, Emily y Addison —señaló a cada una. —¿Y tú?

—Soy Eli —sonrió —tranquilos, estoy bien—creo que vio la preocupación en nuestras caras —soy sonámbulo.

—¡oh! Eso es bueno, creí que te había pasado algo —me puse en pie.

—¿Y qué hacen aquí? —también se levantó.

—estamos...siguiendo a nuestros padres —admitió la pelirroja.

—¿Sus padres? —nos miró raro.

—si, queremos saber en que andan —explicó mi hermano.

En ese momento escuchamos voces no muy lejos. —son ellos —dije al reconocer la voz de mi padre. —¡vamos!

Los cuatro, por que sí, Eli se unió , nos fuimos acercando a los adultos, íbamos a su par pero en paralelo para que no nos notarán.

—¿Esa es tía Malia? —preguntó Addi.

—sí, es ella.—asintió Tyler.

—bien eso es raro —rió Eli —Malia es mi prima...lejana.

—¿Eres un Hale? —dijo Addi sorprendida.

—si, mi padre es Derek —explicó.

—¡el mío es Stiles!

—¡Dios mío! Adoro su jeep —dijo emocionado.

—¿Esa vieja chatarra? —reímos.

Seguimos caminando mientras hablábamos de cualquier cosa.

—oye Emily —Eli llamó mi atención —¿Ya nos habíamos visto antes?

—no lo creo —negué —¿por qué?

—es que siento que ya te había visto antes —sus ojos verdes se clavaron en mi haciendo que miles de mariposas vuelen en mi interior.

—ah...—me quedé sin habla.

—¿Cómo te apellidas?

—Mc...

—¡hey! Silencio —Tyler nos calló.

—alguien nos sigue —oímos a mi papá.

Se comenzó a acercar —y nos ha seguido casi todo el tiempo.

—¿Quién? —preguntó tía Lydia.

—esperen...son más de uno —llegó hasta donde estábamos y tomó a Eli.

—espera no estaba haciendo nada, ¡lo siento! —habló.

—¿tengo que traerlos a ustedes también? —preguntó mi progenitor —vamos niños, salgan.Sin más tuvimos que ir. Me pregunté como demonios supo que estabamos siguiéndolos.—eres tú —notó al ver mejor a Eli.

—¡Eli! —señaló tía Malia —el hijo de Derek.

—es increíble lo grande que estás. —sonrió.

—quizás porque solo tenía tres años la última vez que me viste.

La expresión de mi padre cambió a una triste.

—¿Lo conoces? —todos voltearon a verme.

—¿Saben quién es? —inquirió Eli.

—por supuesto —reí —lo conozco desde...toda mi vida, es mi padre, más bien —señalé a Tyler —nuestro padre.

—¿Qué? No me dijiste que eras hija de Scott —se sorprendió —hija del gran alfa verdadero.

—¿Y eso que significa? —preguntó Tyler.

—nada —dijo mi padre rápidamente, volteó hacia el castaño —nada, es solo un apodo ¿Verdad?

—ah...sí.

—nos preguntábamos que estaban haciendo ustedes en el bosque —dijo Addison.

—de excursión —respondió Malia. —¿No lo ven? Buen día para una caminata —miró el lugar.

—sabemos lo que están buscando —admití.

—el árbol ¿Verdad? —preguntó Eli. —el nemeton, el tronco que mide siete metros.

—¿Sabes como encontrarlo? —inquirió Stiles.

Las miradas fueron de uno al otro —Eli...¿Quién es tu madre?

—¿Por qué preguntas eso? —miró a Scott.

—Stiles ¿Cuándo lo tuviste?

—¿Qué? —miró al chico —no somos iguales —estaban parados exactamente de la misma forma.

—como sea, a lo que íbamos, el nemeton —dijo Malia.

—más o menos, soy sonámbulo —se encogió de hombros —no sé por qué pero lo he hecho durante los últimos meses.

—yo también despertaba en el bosque —confesó mi padre.

—después de que Peter te...

—sí, exacto —lo cortó. —¿tú papá te cuenta algunas historias?

—si, todas ellas —rió.

—¿Sabes algo del árbol? —insistió la tía Malia.

—no está lejos de aquí.

—era el camino correcto —dijo ella con seguridad.

—no, era el camino equivocado, es por allá —señaló hacia el otro lado.

—estábamos dando vueltas, gracias.

—puedo ayudarte a encontrarlo —comenzamos a caminar.

—hijos —miramos a nuestro padre —¿Qué creen que hacen?

—ir con ustedes —dije con obviedad.

—no, regresen a casa de su abuela.

—papá, ya estamos aquí y es de noche...—puntualizó Tyler —y sabes que a Emily le aterra la oscuridad —golpeé su hombro.

—¡cállate Dean!

—bien, solo quédense cerca mío —accedió.

—¿Cuántos años tienes? —me preguntó Eli siguiendo la conversación que teníamos antes del encuentro con los adultos.

—catorce ¿Y tú?

—quince —estaba distraída cuando tropecé con una rama e Eli me atajó para no caer —cuidado —sonrió.

—gracias —dije avergonzada.

—¡hey! ¡hey! —mi padre se acercó —no, los quiero a un metro de distancia. —nos separó poniéndose en medio.

—¡papá! —exclamé indignada.

—no señorita, nada de ¡papá! —respondió imitando mi voz a lo último —no te quiero cerca de él.

—yo no habló así —gruñí desviando la mirada algo enojada.

—Scott, solo hablábamos, quiero conocerla —sonrió.

—¡ajá! Y yo soy Scooby dooh, habla con mi hijo, no con mi hija.

—si Maddy estuviera aquí, te hubiera regañado —dijo tía Malia quién había visto y escuchado todo.

—si, lo hubiera hecho —asintió —me regañó en la boda por algo similar —recordó.

—son niños Scott, ¿Qué pueden hacer?

—ay no lo sé, déjame pensar —se llevó una mano a la barbilla fingiendo pensar —¡hacerme abuelo! Por ejemplo.

—¡oh por Dios! ¿Qué dices? —me escandalice.

—cariño, tú madre dijo lo mismo y henos aquí —nos señaló a mi hermano y a mí —un año después, era padre de mellizos.

—convengamos que tú vivías caliente como una tetera todo el rato —alegó Stiles.

—Stiles ¡cállate!