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Capítulo treinta y uno "Decepcionados"

Decidimos regresar a la fiesta antes de que notarán que no estábamos, lo malo es que habíamos dejado suelto a un hombre lobo algo confundido y desorientado que podría hacer cualquier atrocidad. Mentalmente recé para que Derek no hiciera algo malo o estaría en severos problemas.

—bájale a la velocidad —dijo Eli sacándome de mi ensimismamiento.

—¿eh?

De repente se oyó una sirena, cerré mis ojos con fuerza por la frustración antes de aparcar a un costado de la banqueta.
Bajé la ventanilla encontrándome con el sheriff.

—hola Sheriff —sonreí algo nerviosa.

—Emily —se sorprendió —excediste la velocidad.

—sí, lo siento, no volverá a pasar.

—frunció el ceño —¿bebiste?

—¿n-no?

—¿me lo estás preguntando? —frunció el ceño.

—no, no bebí —mentí.

—entonces no te importara hacer una pequeña prueba de alcoholemia.

—suspiré —no —me pasó el aparato y sople.

—Stilinski hizo una mueca —me temo que tendrás que acompañarme al departamento de policía y tu también, Eli.

—pero yo no conducía —se quejó. —ella es la borracha.

—¡Eli! —lo miré indignada.

—lo siento, cariño, pero ya tengo demasiado antecedentes en mi expediente.

—lo siento, pero vienes. —sentenció el policía.

—estoy muerta —murmuré bajando del auto. —Sheriff por favor, mi padre va a matarme por esto.

—eso debiste pensarlo antes.

Una vez que llegamos nos hicieron sentar en el pequeño banco frente a los escritorios.
La cosa no se podía poner peor, o eso pensé antes de ver como Parrish traía consigo a Derek, quien aún estaba desnudo pero tenía una manta para taparse.

—¡que pecado! —exclamé inconscientemente mientras veía a mi suegro sin ningún tipo de disimulo.

—¿Qué?

—nada —desvíe la mirada lejos del castaño. —que trajeron a tu papá.

—no puedo creer que no me recuerde —bajó la mirada.

—lo hará, solo tienes que darle tiempo.

En ese tiempo tuvimos que hacer algunos trámites respecto a lo de conducir en estado de ebriedad, que no era del todo cierto aunque tenía un porcentaje pequeño de alcohol en sangre.

Mis padres llegaron, ninguno me dirigió la mirada solo se limitaron a firmar algunos papeles para que me dejarán ir y a Eli, dado que sus tutores eran mis padres.

—vamos —mi madre fue la que se acercó.

—mamá...

—ahora no —negó.Me sentí horrible, la había decepcionado.

Llegamos a casa luego de un viaje de profundo silencio, el aire era tan tenso que se podía cortar con una tijera.

—Emily Allison McCall ¿¡Qué demonios hacías conduciendo alcoholizada? —explotó mi padre.

—no estaba alcoholizada, solo fue un trago.

—¿Cómo demonios...? Eres una loba el alcohol no debería afectarte.

—era...especial —admití —pero yo no lo conseguí.

—¿y quién fue?

—ah...no puedo decirte —bajé la mirada.

—¡¡¡Tyler Dean McCall!!! ¡¡¡Baja aquí ahora!!!

—¿Qué hice aho...? —en cuanto me vio parece que su pregunta se contestó sola —mierda —nurmuró —¿Qué hiciste ahora, Emily?

—ah...

—no, no hables —dijo mi padre antes de dirigirse a mí hermano —¿Tú fuiste el que consiguió una bebida alcoholica "especial"?

—yo no...¡fue Eli!

—mentiroso —gruñó el castaño.

—estoy muy decepcionado de ti, Tyler —habló mi madre por primera vez desde que salimos del departamento de policía.

—no puedes culparme, ¡ustedes hacían lo mismo a nuestra edad! —se defendió.

—a su edad, nosotros teníamos un par de mellizos que cuidar —dijo mi padre —y no es de su incumbencia si bebiamos cosas "especiales".

—no es para tanto —rodó los ojos.

—tu hermana terminó detenida ¿te parece que no es para tanto? Pudo haberse matado en un accidente automovilístico.

—mamá, no estaba ebria, aún seguía en mis cinco sentidos —me atreví a hablar.

—tú también nos decepcionaste, tú más que tú hermano —pude ver la desilusión en sus miradas.

—lo siento —bajé la vista a mis pies.

—¿hay algo mas que nos quieran decir?

—bueno,haber bebido no fue lo peor que hicimos —admitió Tyler.

—levante la mirada rápidamente —no, no te atrevas.

—hicimos algo muy malo —secundó Eli.

—¿Chocaron el jeep? Ah no, olvídenlo, el sheriff me lo hubiera informado.

—no, el jeep está bien —murmuré.

—revivieron a un muerto, a Derek.

—si, eso exactamente —asintió mi mellizo.

—vayan a su habitación —ni siquiera nos miró.

Pov Maddy:

No podía creer que hace una hora estábamos disfrutando de la fiesta de dulces dieciséis de nuestra hija y nuestro nuevo compromiso y ahora teníamos a  nuestros hijos castigados.

—no lo puedo creer —Scott estaba muy molesto —mis hijos no eran así, sí eran muy traviesos pero esto cruzó un límite —negó —nunca debí regresar.

—sino lo hacías probablemente yo no estaría aquí ahora...¿Enserio te arrepientes?

Me miró —no cariño, claro que no me arrepiento de haberte podido recuperar —se acercó a mí y tomó mis manos —quizás debimos irnos de aquí en cuanto todo se arregló.

—si vamos al caso...ellos solo hicieron lo que creían correcto.

—no Ángel, revivir a un muerto no es correcto —se separó de mí.

En eso el celular de Scott suena, por lo que atiende parecía que era Stiles, bueno la verdad había oído su voz.

—¿es una broma? —inquirió al castaño a algo que su amigo le dijo. —si, no me sorprende, fueron Emily y Tyler, ajá si vamos para allá —cortó.

—¿Qué pasa, lobito?

—Stiles encontró que Derek...o creo que Derek encontró a Stiles —agitó su cabeza —como sea, hay que ir.

Tomó las llaves de la camioneta y se acercó a la puerta, le seguí rápidamente.
Ni bien llegamos a casa de nuestros amigos, sentí un olor particular aunque no sabría describirlo pero sabía que se trataba de Derek.
Y lo comprobé al entrar, el pobre estaba sentando en el sillón de la sala con la mirada perdida en algún punto del piso.

—¿Derek? —inquirí, el castaño volteó a verme parecía confundido.

—él no reconoce a nadie excepto a mí —explicó Stiles.

—¿no te parece extraño? —alcé una ceja divertida.

—creí que eso había quedado en el pasado —me encogí de hombros —admito que lo extrañaba —me abrazó por los hombros.

—Derek —Lydia le habló casi con cariño —ella es Madison y él es Scott...

—McCall, el otro alfa verdadero —él terminó por la banshee.

—¿Cómo que él otro? Soy el único.

—ya no amigo —comentó el chico de lunares.

—también soy un alfa verdadero —brilló sus ojos rojo intenso.

—¿Cuando pasó eso? —inquirí.

—cuando dio su vida para matar al nogitsune —respondió Lydia —se sacrificó por un bien mayor.

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