Capítulo veintinueve "No soy Theo"
La Navidad pasó, todo fue hermoso y perfecto, mi padre y Melissa,incluso, anunciaron que estaban en pareja, nos alegramos por ellos aunque hubo una que otra controversia respecto a algunos temas entre mis hermanos y Scott.
—no hay forma de que te llame hermano —sentenció Tony.
—Anthony no seas infantil —lo retó mi padre.
—Eso de ahí —Sam nos señaló a Scott y a mi —¿Será incesto a partir de hoy?
—Sam, no son hermanos de sangre —respondió Melissa.
—igual es raro —miré con diversión a mi pareja —¿No te parece?
—mejor no pensemos en eso.
Fuera de eso, todo fluyó con perfecta tranquilidad.
A partir de ese día, además, Scott comenzó a estar más pendiente de mi, me decía a toda hora lo mucho que me amaba y lo perfecta que era tal y como me veía.
—Estás lista para regresar a la preparatoria? —preguntó Scott aquella mañana mientras desayunabamos.
—eso creo —tomé el último sorbo de mi café.
—¿Qué?
—¿Qué de qué? —lo miré confundida.
—¿Qué te acongoja? —pasó un mechón de mi cabello que estorbaba a la vista tras mi oreja con suma delicadeza y acarició mi mejilla.
—¿Crees que ellos van a estar bien? —nuestra mirada fue a los mellizos en brazos de Tony y Genny.
—claro que sí, los dejamos en buenas manos —sonrió —eres hermosa ¿Ya te lo había dicho?
—bufé con fastidio —sí —me puse en pie para dejar la vajilla sucia en el lavaplatos —y ya comienza a molestarme, no necesito que me lo digas todo el tiempo...suenas como si...si...—apoyé mis manos en la mesada con fuerza y lo volteé a ver —como un esposo infiel que se siente culpable.
—Madison, me preocupas.
—¿Cuantas veces tengo que decirte que estoy bien? —mis ojos de vampiro salieron a la luz por escasos segundos.
—no lo estás...ya no te alimentas de mi, como antes, por ejemplo.
—porque no tengo apetito de sangre.
—mentira, puedo ver como miras mi cuello casi hipnotizada por el sonido de mi pulso y no me lo puedes negar —dijo preocupado. —Ángel te amo más de lo que las palabras pueden expresar y te juro que me asusta el pensar que no estás bien y no quieres decírmelo.
—basta, no tendremos esta discusión de nuevo.—me dirigí a la puerta
—¿A dónde vas?
—al baño —rodee los ojos.
Pov Scott:
—¿Qué rayos sucede? —Tony entró a la cocina con Ty en brazos.
—Maddy, ya no sé qué hacer con ella.
—¡Scott! —Genny gritó desde la sala, ambos nos acercamos rápidamente.
—¿Qué pasó? ¿Ally está bien? —revisé a la bebé con la mirada, la cual sonrió al verme.
—no es Ally —su vista se dirigió a la puerta del baño.
No tuvo que decir más nada para que mi concentración fuera aquel lugar y fue lo peor que pude hacer.
—¿Qué ocurre?
—negué —¡Dios! No, no puede ser —corrí y intenté abrir la puerta —¡Ángel abre la puerta!
—Scott, dime que pasa —exigió el rubio.
—está devolviendo lo que comimos.
Sus caras se transformaron, sabíamos de ante mano que ella no estaba bien pero no quisimos verlo.
—vete —dijo con voz temblorosa.
—Madison, abre la puerta —esta vez fue con tono de advertencia —la tiraré abajo sino lo haces.
—estoy bien, algo me cayó mal —mintió.
—¿enserio intentas mentirle a un hombre lobo, otra vez?
—¡déjame, no te necesito! —exclamó intentando retener el llanto.
—apártate, voy a derribar la puerta.
Con dos golpes usando mi hombro se abrió, ella estaba arrodillada frente al inodoro, con lágrimas bajando por sus mejillas, volteó la mirada incapaz de verme.
—vete, no quiero que me veas así, es tan vergonzoso —observó sus manos como si fuese lo más interesante del mundo.
—¿Por qué? —tomé una toalla que humedecí previamente y limpie su boca con cuidado.
—yo...no me siento bonita, como antes —admitió —el embarazo me cambió el cuerpo y siento que no puedo aceptarlo y no quería que me dejarás. —limpió una lágrima que se le escapó —ya no me siento tan segura de mi misma.
—Ángel —la abracé sentándome en el piso contra la pared —¿Alguna vez te hice creer que yo te amaba por tu físico?
—negó —no.
—¿Y entonces por qué te hiciste esto? No lo entiendo ¿Fui un mal novio? —sentí las lágrimas picar en mis ojos.
—no, claro que no...no eres tú —la interrumpí.
—no otra vez con esa frase barata, sabes que no es así.
—mi cuerpo cambio, ya no me sentía yo, tengo estrías Scott, no sé porque no se han ido y mis caderas creo que están enganchadas y mi busto...
—¡basta! —negué —estás perfecta, eso que tu vez, no es lo que yo veo. —admití —nunca vi una imperfección en ti, ni siquiera post parto, nada.
—lo siento —escondió su rostro en mi pecho, para este punto ambos estábamos llorando. —nunca quise hacerme daño, pero lo hice una vez y ya no pude parar.
—Maddy...¿Tú crees que soy como Theo?
—no, eres mejor.
—¿Segura? —asintió.
—yo no lo estoy, creo que aun cargas con ese trauma, con lo que él te hizo y lo reflejas en mi...yo no soy él —cerré los ojos apoyando la cabeza contra la pared con fuerza.
—au —se quejó —eso dolió.
—lo siento —suspiré —no soy Theo, yo si valoro lo que tengo como se merece y me duele que tu no puedas ver eso.
—lo sé, sé que no eres él, pero...—se calló
—pero ¿Qué? —no recibí respuesta —¿Maddy? —nada —abrí los ojos y la miré no, no, no —la moví —¿Ángel? ¡ÁNGEL! —grité desesperado pero no lograba hacer que despertara. —mierda —me puse en pie con ella en brazos —¡Tony!
—¿Qué pasó? —llegó hasta donde yo estaba.
—tenemos que ir al hospital, ahora.
No lo dudo y en menos de lo que creí me encontraba en el hospital, Erik estaba allí así que él se encargó de Maddy.
—necesito saber que le pasó —dijo el tío de mi novia, una vez la ingresamos.
—vomitó y se desmayó.
—antes de eso ¿Notaste un comportamiento extraño?
—no...solo que casi no come y cuando lo hacía era en grandes cantidades —me encogí de hombros.
—entiendo —asintió anotando algo en su carpeta.
Al terminar se metió en la habitación en la que estaba Maddy.
—¿Ya saben algo? —Lydia y Stiles llegaron juntos.
—hola chicos —suspiré —recién la atendieron.
—¿Qué pasó?
—miré al castaño y negué incapaz de hablar, tuve que tomarme un minuto —la encontré vomitando unos minutos luego de desayunar. —golpeé la pared con impotencia —¡Soy un idiota! ¿Cómo pude estar tan ciego?
—Scott, no es tu culpa —comentó Lydia tratando de tranquilizarme.
—no, si lo es, ella creyó que la abandonaría si me dejaba ver que su cuerpo cambió. —apreté los puños —yo no soy es tipo de hombre, se lo he dicho, se lo he demostrado.
—lo sabemos —afirmó Tony.
—Maddy tiene sus demonios, no debemos asumir que iba a estar bien luego del parto —opinó la pelifresa.
—esto es culpa de ese malnacido de Reaken, le hizo tanto daño que la rompió en mil pedazos.
—sé su rompecabezas, Scott, demuéstrale que puedes reparar cada pieza de su ser. —aconsejó Melissa, quién había escuchado todo.
—no sé si podré.
—sé que sí podrás ¿Y sabes por qué? —negué —porque conozco al hombrecito que críe y sé que es capaz de lo que sea si se lo propone —me dio un abrazó que correspondí con gusto —Sé su anestesia, su cura —murmuró a mi oído.
Estuvimos al menos una hora esperando por alguna novedad, para este momento Cordell ya había llegado.
—bueno, esto no es fácil —comentó Erik.
—estás asustandome —admitió mi suegro.
—basándome en lo que Scott me dijo, le realicé algunos estudios a Maddy —hizo una pequeñas pausa —para descartar algún trastorno alimenticio pero, lamentablemente está sufriendo de bulimia.
—¿Y eso es tratable? —pregunté algo nervioso.
—si, por supuesto...implicará una combinación de enfoques médicos, tanto
psicológicos como nurtricionales.
—eso es bueno —opinó Tony.
—sí y no, el tratamiento psicológico podría implicar que tomé alguna medicación y si es así, los bebés no podrán lactar en un tiempo.
—eso no es problema, les daré fórmula —dije solucionandolo —mientras ella pueda recuperarse nosotros nos adaptaremos y los bebés también.
—una cosa más, necesitará mucho apoyo emocional y eviten temas sensibles como...
—su cuerpo luego del embarazo —terminé por él —eso he intentado hacer este último tiempo pero ella se irritaba con facilidad y...me aleja.
—no te des por vencido ella te necesita ahora más que nunca —apoyó una mano en mi hombro —eres un buen chico, no dejes de luchar por ella.
—¿Cuándo podemos verla? —preguntó Tony.
—en unos cuantos minutos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro