
Capítulo cuarenta y nueve "No puedo perderte"
Use mi velocidad vampírica y corrí en silencio hasta pasarme detrás del jeep, esperando a que Scott subiera para irse.En cuanto lo encendió y dio marcha atrás apoyé mi mano deteniendolo, lo que hizo que volteara a ver.
—Maddy —voltee encontrando a una rubia conocida, lucía asustada.
—Lorí —murmuré al tiempo que Scott bajaba del auto para acercarse a nosotras. —encontré esto, es de Brett —sostenía un stick de lacrosse partido y con cierto liquido rojo en el—no aparece y oí disparos.
—si, puedo percibir la sangre —cerré mis ojos por unos segundos al sentir el olor metálico.
—¿Quieres decirme por qué te apareciste detrás del jeep? —preguntó Scott molesto. —pude haberte hecho daño.
—pero no lo hiciste —crucé mis brazos —¿A dónde ibas? ¿Por qué te escapabas?
—no me estaba escapando —rodó los ojos.
—McCall deja de mentir —bufé.
—yo no mien...—Suspiró volteando hacia la rubia. —¿Cómo sabes que es su sangre?
—porque es mi hermano, es la mía también —admitió pasándole el stick para que lo revisara.
—¿Qué esperamos? ¡Vamos a buscarlo!
—voy a avisarle al resto de la manada —el castaño sacó su celular y tecleó en el rápidamente.
Subimos al jeep y nos dirigimos al bosque donde nos encontramos con Liam y Malia.
—¡aquí! —se agachó y tomó un celular —creo que puso una trampa.
—se está defendiendo —afirmó el alfa.
—sabemos que sigue vivo —agregó la coyote.
Lorí se acercó al árbol donde a sus pies habíamos encontrado el celular —pero está herido, tenemos que avisarle que estamos aquí.
—¿Quieres que el cazador también lo sepa?
—Mal, relájate —dije observadola de reojo —empatía ¿recuerdas? —ella rodó los ojos en respuesta.
—es nuevo, podemos vencerlo —aseguró Liam.
—¿Y si Brett también aúlla? —inquirí. —el cazador lo encontrará.
—no, lo encontraremos primero. Ningún humano puede rastrear más rápido que nosotros, tenemos la ventaja —dijo Scott como todo un líder —lo hemos hecho antes, sabemos lo que hacemos.
—¿Por qué no encuentro su aroma? —preguntó al coyote confundida.
—se está escondiendo.
—¿pueden decirle que no lo haga?
—Mal ¿Cómo lo haríamos? Podríamos quedar expuestos ante los cazadores —respondí.
—se fue por aquí —el rubio se movió rápidamente con Lorí y Malia detrás.
—su trampa no funcionó —miré a mi prometido.
—tal vez el cazador no es un novato.
—tal vez está aprendiendo —comprendí.
—oye —tomó mi mano —lamento lo que ocurrió hace rato.
—descuida, noe estoy enojada —sonreí.
—¡wow! —alzó las cejas sorprendido.
—te perdoné un minuto después de lo sucedido.
—mi Ángel —besó mis labios.
—mi lobo —sonreí.
—chicos ¿Pueden venir? —preguntó Malia desde donde estaban.
—¡Vamos!
Nos unimos a ellos y seguimos a Liam por un rato.
—ya no hay rastro —notó la coyote.
—tal vez dejó de sangrar —opinó Scott.
—creo que deberíamos separarnos. —dijo Liam —Lori, Malia y yo iremos por acá —señaló una dirección. —y ustedes dos por allá —indicó hacia el otro lado.
—¿Y si cada quién toma un camino? —propuso la rubia.
—permanezcamos juntos —comenté.
—tenemos la ventaja, cuatro contra uno —insistió el joven beta.
—no, si nos separamos —apunté.
—mira llevo haciendo esto tres meses sin tu ayuda —alcé las cejas sorprendida por su respuesta. —creo que puedo tomar una decisión.
—bueno, ¿como hacer algo estúpido y morir? ¡adelante! —se metió Malia.
—es un cazador, un novato que no sabe lo que hace.
—Scott —miré a mi pareja esperado algo de apoyo de su parte, pero él estaba agachado notando algo en el piso, entre las hojas.
—el cazador...está cubriendo su rastro —dijo Liam al ver lo que había descubierto el alfa.
—hay otro.
—¿son dos?
—Sí Mal, uno más uno es dos —bromeé.
—tal vez más —respondió Scott.
—¿Cuántos cazadores han visto aquí en el pasado? —preguntó Lori.
—muchos.
—¿Aún quieres separarte, Li? —lo miré.
—podemos hacerlo, solo hay que encontrar el rastro de Brett.
—no lo creo —dijo la rubia viendo un montón de piedras apiladas —equilibrio de rocas, Satomi nos enseñó —sonrió —si es mi hermano y sé a donde va.
Más tarde llegamos a los aquaductos, donde encontramos un rastro de un líquido negro y espeso.
—lo envenenaron —notó la rubia.
—por eso no ha sanado —comprendió Scott.
—¿Y si le quedan solo horas de vida?
—si aullamos podemos encontrarlo —dijo Liam.
—es muy arriesgado —negó la coyote.
—¿Eso que importa? Podría estar muriendo.
Me acerqué al rastro y lo examiné —se sigue moviendo.
—necesitamos pensar.
—debe saber que estoy aquí y que lo estoy buscando —Lorí estaba desesperada y no la culpaba.
—Lori tiene razón, debe saber que estamos aquí.
—Liam espera —quise detenerlo pero no pude, pues soltó un fuerte rugido. —genial, los cazadores saben que estamos aquí —hice una mueca preocupada.
Nos comenzamos a mover rápidamente para que los cazadores no nos encontrarán.
—¿Por qué no respondió? —preguntó Lori asustada.
—tal vez no nos escuchó.
—claro que lo hizo, pero no iba a delatarse teniendo a dos tipos que quieren matarlo, detrás. —comenté.
—exacto, tal vez no puede —dijo Malia de acuerdo.
—¡¡¡Ángel No!!! —sentí que mi pie tocó algo, una tanza, Scott me empujó recibiendo él una lanza de madera que se clavó en su abdomen y que a su vez los dejó atrapado a la pared.
—¡¡¡Ahh!!! —grité por el dolor, pues me había tomado desprevenida y no pude bloquearlo. —S-Scott —él me miró y asintió, dando a entender que estaba bien.
—Maddy —Malia se acercó y me abrazó mientras me ayudaba a ponerme de pie.
—Liam, cariño —respiré hondo —quitale la estaca, por favor.
—sí —se acercó y tiró de ella, al ver que no podía, Malia y Lori lo ayudaron finalmente soltandolo, pero no se pudo mantener en pie por lo que lo sentaron en el piso.
—sabían que vendriamos —se quejó.
—no hables por favor —dije revisando su herida.
—sólo sana y deja que lo resolvamos —se metió Malia.
—han estado un paso delante de nosotros.
—perdón pero no puedo esperar, tenemos que irnos. —habló Lori llamando nuestra atención.
—aún somos más —respondió Liam —tres a dos, somos más rápidos, más fuertes...
—pero no más listos —lo interrumpió Scott, acaricié su mejilla dándole algunos mimos en lo que se curaba, tomó mi mano entre la suya y la apretó ligeramente, pude ver venas negras en mi brazo, inconscientemente le estaba quitando el dolor.
—no importa quién es más listo o rápido, mi hermano se muere.
La miré —si, pues mi prometido está herido y es el mas fuerte de todos nosotros—miré la herida —algo no está bien.
—la flecha, el alambre, el veneno, no son novatos —afirmó Scott.
—nunca han peleando con nosotros —insistió Liam.
—y tú nunca has peleado con cazadores —refutó el alfa. –permanezcamos juntos.
—¡tengo que irme!
—no, no irás sola, iré contigo —el rubio la detuvo.
—Liam, no tienes idea quiénes son y de qué son capaces.
El beta se acercó a nosotros —mirá, sé quienes somos, nunca nos rendimos, sobre todo cuando hay un inocente alguien solo, cuando es uno de nuestros amigos.
—bueno ve, vayan todos, los alcanzaré. —Liam, Lori y Malia se fueron.
—ve Ángel, ve con ellos —intentó ponerse en pie.
—estás loco si piensas que te dejaré sólo y herido. —cayó sentando soltando un quejido.
—ah...necesito un minuto.
—necesitas no hablar —acaricié su cabello. —no sabes lo que me lastima verte así, no debiste interponerte, yo debería estar sufriendo no tú.
—no, esto es lo que debía suceder y fue lo que sucedió. No soportaría verte en mi lugar.
—shhh —uní nuestras frentes sin dejar de acariciarle el cabello. —¿Crees que si te beso podrías curarte más rápido? —recordé que debía estar en silencio para sanar —olvídalo, mejor no respondas.
—¿Quieres intentarlo?—murmuró con cierta diversión en la voz que se fue apagando por el dolor.
Le di un pico —¿Algo?
—oye, eso no fue un beso —se quejó.
—reí —¡oops! —me separé lentamente mientras recordaba la escena anterior vivida. —¿Cómo no vimos eso?
—lo subestimamos.
—pero...¿Cómo hicieron una trampa tan grande si estábamos aquí en los túneles? —fruncí el ceño confundida.
—observó algo a su lado —no fue así, la pusieron hace mucho tiempo.
—pero hemos pasado por estos túneles cientos de veces.
—y quién sea este cazador, ha pasado cien más —reflexionó —y sabía que estábamos aquí y estaba esperándonos, estaba preparado y nosotros no.
—Tomé la estaca llena de sangre, el olor me abrió el apetito y tuve que soltarla para no sucumbir y atacar a Scott. —no hay muchas personas que pasen tiempo en estos túneles.
—¿Quién fue el último cazador que vimos aquí?
—me miró —¿Argent? —parece que recordó algo —y Gerard.
—¿El abuelo de Allison? —asintió. —la trampa no era letal —observé.
—nos hizo más lentos.
—y nos separó —caí en cuenta.
—está planeando algo más, otra trampa.
—y Liam y Lori van directamente hacia ella —se puso en pie con algo de mi ayuda.
Comenzamos a caminar, Scott estaba haciendo un gran esfuerzo por lo que tuve que ayudarlo y eso me preocupaba.
—perdón —se disculpó cuando tuvimos que parar por el dolor del castaño.
—probaré de nuevo —tomé su mano para calmar su malestar.
—no, no esta funcionando —admitió —creo que vamos a perder más tiempo.
—Scott por favor no digas nada. —apoyé mi mano sobre la suya de todas formas. —¿Por qué no funciona? ¿Por qué el dolor no desaparece?
—está bien —murmuró.
—no, no está bien, nada está bien —comencé a perder los estribos, no podía está perdiendo a Scott otra vez —debímos llamar a Stiles.
—prometimos no hacerlo.
—bufé —fue una promesa estúpida.
—casi lo perdimos la última vez. —me recordó.
—pero ahora te estoy perdiendo a ti, también —una lágrima resbaló por mi mejilla —y no puedo hacer nada para evitarlo. —con mucho esfuerzo y algo de torpeza secó mi mejilla, puse una mano sobre la suya acariciandolo —¿Cómo le diré a los niños que no pude salvar a su padre?
—Ángel...
—negué —¿Qué puedo hacer? ¡dime!
—suspiró —no lo sé.
—¿Sabes? A Stiles no le parecería esto, si supiera todo lo que intentamos hacer sin él, nos...nos mataría.
—creo que estaría bien...
—¿Con esto? —terminé la frase no muy segura.
—con nosotros.
—¿De qué hablas? —no entendía nada.Scott cerró los ojos —no, no,no, no te desmayes, por favor, quédate conmigo. —apoyé una mano en su mejilla —despierta ¡Scott! —de repente despertó y pude en mi brazo las venas negras aparecer.
Sacó mi mano de su rostro con sutileza —¿Qué pasó?
—funcionó —nos apresuramos a seguir el camino para llegar hasta los chicos.
A medio tramo oímos el rugido de Liam, algo había pasado, algo muy malo.
—Liam —lo voltee a ver.
—algo malo pasó ¿cierto?
—sí —suspiró.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro